Guerra en Ucrania
“Quiero volver a casa”: el camino de vuelta de las refugiadas ucranianas

Es la frase más repetida entre las personas refugiadas de la guerra de Ucrania. Hasta la fecha y, desde hace unas dos semanas, han vuelto más de medio millón, según el Gobierno ucraniano. La retirada de las tropas rusas de Kiyv y Chernihiv, en el norte del país, y la relativa calma de la parte occidental, son algunas de las razones que anima a las mujeres ucranianas a volver a sus hogares.
Retorno Ucrania  - 4
Sala de espera para madres con hijos de la estación de tren de Lviv. Actualmente la ocupan unas 50 personas. En este lugar las madres que están de paso en la ciudad o que han llegazo como desplazadas internas, pueden cubrir las necesidades básicas de sus hijos y cobijarse. Rafa del Barrio
14 abr 2022 05:23

“Tengo miedo, pero tenemos que volver”, explica con decisión Swietkana, una mujer de 65 años de Kiev que ha estado en un centro habilitado para refugiados en Polonia, durante un mes, junto a su hija y su nieto: “Nos han tratado muy bien, no nos ha faltado de nada, pero mi hija tiene que volver a su trabajo y encontrarse con su marido”. Swietkana está de pie junto a un abultado equipaje al que no le quita ojo de encima, visiblemente nerviosa, en la estación de trenes de Przemysl. Mientras, su hija compra los billetes del tren que las llevará a Lviv (Leópolis) y ahí tendrán que coger otro tren que recorrerá más de 550 kilómetros hasta llegar a Kiyv, donde está su casa.

El mismo día que el mundo despierta horrorizado con las dramáticas imágenes de civiles asesinados en las calles de Bucha, situada a escasos 30 kilómetros en línea recta de Kiyv, esta mujer aparentemente frágil desea con todas sus fuerzas volver a la normalidad. Quizás sea este un ejemplo claro de la resiliencia del ser humano, esa capacidad de la que hablan los psicólogos de seguir hacia adelante después de haber vivido una experiencia traumática. Porque, además, nada indica que la paz vaya a llegar en un corto espacio de tiempo.

La bellísima estación de trenes de Przemysl, construida en la segunda mitad del siglo XIX, situada al sur de Polonia, a cuatro kilómetros del paso fronterizo de Medika, se convirtió en el punto de llegada masiva de refugiadas desde el comienzo de la guerra. Ahora es también el lugar elegido para volver.

“La gente necesita trabajar y mantener a sus familias. Vivir en Ucrania, aunque sea en otra región, es más cómodo que vivir fuera del país”, dice Oksana Kushnir

Desde aquí, sale un tren diario a las siete de la tarde a Lviv, una ciudad ucraniana situada a 80 kilómetros de la frontera con Polonia. El mismo al que se subirá Inna, una mujer alta y corpulenta de 37 años de etnia gitana que viaja con su madre y su hijo de nueve años. Han elegido un lugar apartado de la estación donde pasar las cinco horas de espera hasta que salga el tren soportando un viento gélido. Tendrán que hacer dos transbordos más hasta su ciudad, Dnipropetrovsk, situada al norte de Zaporiyia a orillas del río Dniéper, en la mismísima línea del frente. Esta localidad ha sido bombardeada por el ejército ruso pero Inna quiere volver porque su hijo de 18 años le ha pedido que regrese, no quiere estar solo. Su marido está luchando en otra parte del país. La ley marcial obliga a los hombres entre 18 y 60 años a permanecer en territorio ucraniano. A pesar de los horrores de la guerra, la primavera ha llegado y hay que limpiar los jardines. Es cuando ella encuentra trabajo para llevar algo de dinero a casa. También trabaja en el servicio doméstico.

Retorno Ucrania  - 2
Una madre y su hija esperan el bus hacía Medyka. Rafa del Barrio

Razones para volver

A Zoya Kugmenko la encontramos en el hall de la estación. Acaba de llegar desde Kiev. Ha venido a visitar a su familia para asegurarse de que están bien y tiene que volver a su trabajo en Italia donde lleva varios años viviendo. Durante su estancia en Ucrania han regresado muchos familiares y vecinas. Ella explica así las razones de la vuelta a casa de las mujeres refugiadas: “En primer lugar, los ucranianos que abandonaron la parte occidental del país, saben que no hay hostilidades activas y, por tanto, ya han comprobado que hay menos peligro. La segunda razón es que esas personas que huyeron se han quedado sin sus trabajos, se están gastando sus ahorros y saben que en Europa, a pesar de las facilidades que han tenido como refugiados, no va a ser fácil encontrar trabajo. Y en tercer lugar, quieren estar en su país y no en otra parte. La gente espera que esté tranquila la parte de Kiyv y Chernihiv, de donde se han retirado las tropas rusas. Pero la gente procedente de Járkiv, Jersón, Donetsk y del este de Chernihiv no regresan porque esa zona está muy mal”. Y esas mismas son las razones que expresan todas las refugiadas a las que preguntamos: “Quiero volver a casa, quiero volver al trabajo”. Quieren volver a una normalidad imposible.

Desde España, Oksana Kushnir profesora de español de la Facultad de Filología Hispánica de Lviv explica que la vida fuera del país no es nada fácil. Ella y su hijo de siete años viven en España desde que comenzó la guerra: “Si no fuera porque mi marido es español, yo también volvería. La gente necesita trabajar y mantener a sus familias. Y aunque de momento no vuelvan a sus casas, porque todavía no es seguro, vivir en Ucrania, aunque sea en otra región, es más cómodo que vivir fuera del país”.

Según el Gobierno ucraniano, más de 500.000 personas refugiadas han vuelto ya a sus hogares, principalmente a la parte occidental del país en relativa calma. Además del tren, cada 15 minutos sale un microbús de la estación de autobuses de Przemysl, situada junto a las vías de la estación de trenes, con dirección al paso fronterizo de Medika, donde pasan la frontera a pie. Una vez allí, les esperan sus familiares o buscan transporte con dirección a Lviv, lugar estratégico para viajar a otros lugares de Ucrania.

Guerra en Ucrania
La retaguardia de Ucrania La guerra que se respira en Lviv
La guerra se acerca a Lviv, retaguardia del frente ucraniano y punto de partida de miles de desplazados. La ciudad se empeña en seguir un ritmo cotidiano, pero los últimos bombardeos rusos incrementan la sensación de amenaza.


El trasiego de gente que viaja a Medika es incesante. El personal voluntario de las organizaciones humanitarias se reparte para atender a las refugiadas que siguen llegando de Ucrania, aunque en un número bastante inferior que hace unos días. También a las que vuelven. Ayudan a las madres con el equipaje, con los niños y niñas, les informan del horario de autobuses y trenes, reparten chocolatinas, caramelos, botellas de agua, traducen a las periodistas y alimentan a las mascotas.

Retorno Ucrania  - 3
Un grupo de personas sube al microbús con destino al paso de Medyka. Rafa del Barrio

Entre ellas está Eva Ciszewica, de 37 años de edad, una mujer polaca que vivió siete años entre Cartaya, Lepe e Isla Antilla (Huelva) trabajando en el campo y la hostelería. Actualmente vive en Islandia y no ha dudado en abandonar su trabajo para venir a Polonia. “Me siento con el deber moral de ayudar, no me puedo quedar al margen de este drama”, explica Eva de camino al autobús mientras lleva la maleta de una mujer. La estación se convierte en un micromundo donde se mezclan voluntarios, policías, curas, monjas, testigos de Jehová y medios de comunicación.

La encrucijada de las abuelas

Entre las mujeres refugiadas, son las abuelas a las que más les cuesta decidir qué hacer. Si salen del país, dejan a sus hijos en el frente. Si se quedan, se separan de sus nietas y nietos que marchan al exterior. Entre ellas está Sofia, una mujer menuda y de pequeña estatura que derrocha una vitalidad incomprensible. No para de hablar con Eva, la voluntaria que nos traduce. Lleva un mes en Varsovia con su hija y sus nietos pero tiene un hijo en el frente. “Cuando me llama, me devuelve la vida, cuando no me llama siento que me muero”, explica. Ella espera en la cola del autobús que la llevará a Medika. Estará tres semanas en Ucrania para estar cerca de su hijo y luego volverá otra vez a Varsovia: “Echo de menos a mis nietos”. Sofía ha comprado algunos artículos en Polonia difícil conseguir en su pueblo, cerca de Lviv, y va cargada de bolsas.

Olga tiene un nieto que cumplió dieciocho años justo antes de comenzar la guerra y no pudo salir de Ucrania. Tampoco pudo salir su madre. Demasiado mayor y discapacitada debido a su avanzada edad. El resto de sus nietos están en Cracovia con su hija. Ella decidió quedarse en Ucrania pero vino hace dos semanas a ver a sus nietos. Ahora vuelve otra vez a su pueblo situado al norte de Lviv, muy cerca de la frontera con Polonia. Las tropas rusas bombardearon un cuartel militar situado a 60 kilómetros de Polonia, muy cerca del pueblo, en lo que ha sido el bombardeo más cercano a la frontera polaca.

La cola de refugiadas que regresan no cesa, los autobuses no dan abasto. Mujeres jóvenes, embarazadas, abuelas, niñas y niños vuelven a dar volumen a la fila de espera. Allí está Antonina Tosia: “Los que han hecho estas cosas en Bucha son enfermos. No entiendo como un hombre puede hacer sufrir tanto a otros hombres. En gran parte de Ucrania se habla ruso, están matando a sus hermanos”. Así habla en un perfecto polaco esta mujer de 69 años, tal como nos cuenta la traductora. Antonina aprendió el idioma en Polonia donde estuvo trabajando durante diez años cuidando a personas mayores. Hace un mes que llegó a Cracovia con su hija y sus nietos. Ahora vuelve a Lviv donde ha dejado a su hijo que trabaja en la Universidad de traductor. Antonina tiene la completa seguridad que la guerra será larga en la parte este del país.

Retorno Ucrania  - 5
Sala de espera para madres con hijos de la estación de tren de Lviv. Actualmente la ocupan unas 50 personas. En este lugar las madres que están de paso en la ciudad o que han llegado como desplazadas internas, pueden cubrir las necesidades básicas de sus hijos y cobijarse. Rafa del Barrio


Pero también hay abuelos entre los refugiados, como Ivan, un hombre con aire de vencido. Tiene 66 años pero parece mucho mayor. “Tengo que volver a trabajar y ganar dinero”, explica Ivan. Ha dejado a su familia refugiada en Cracovia y vuelve a Lviv, su ciudad natal, aunque muy preocupado por la situación. Afirma no tener ninguna confianza en que la guerra termine a corto plazo.

Dar a luz y estudiar fuera de tu país

Entre Lubov y Anna, ambas embarazadas, hay una gran diferencia: Anna, de 27 años, es de Járkov, situado en el este del país, la zona caliente. Lubov vive en Lviv, en la parte occidental. Anna, con su hija de siete años, lleva un mes viviendo en un hostel que le paga una organización humanitaria situado cerca de la estación de trenes de Przemysl. Ahora, espera un tren que la lleve a Cracovia a casa de una amiga donde nacerá su bebé dentro de dos meses. Ni siquiera se plantea la vuelta a Ucrania. Lubov es doctora y dentro de dos semanas nacerá su hijo Daniel. Es de Lviv y ha decidido volver después de un mes en Varsovia: “No sé que pasará pero para mí es complicado tener a mi hijo fuera de mi país y quiero volver. Comparado con lo que ocurre en el este del país, mi ciudad está tranquila”.

Retorno Ucrania  - 1
Lubov antes de subir al bus con destino a la frontera de Medyka. Rafa del Barrio


Desde el 20 de febrero, día en el que comenzó la invasión rusa de Ucrania, han salido del país 4.250.000 personas refugiadas, según ACNUR, hacia Rumanía, Hungría, Eslovaquia, Moldavia y, principalmente, Polonia, todos países limítrofes. Es el mayor flujo de refugiados en Europa desde la II Guerra Mundial. Desde estos países pueden viajar a otros países de la Unión Europea porque las medidas acordadas dan protección temporal a las personas refugiadas que huyen de la guerra de Ucrania y protegen con papeles, y permiso de trabajo otorgados en 24 horas. Esta medida ha sido ampliamente criticada por algunos sectores políticos en España, no por la aplicación de la medida, sino por la discriminación que supone cuando se compara con la actitud de pasividad de la Unión Europea con la crisis de refugiados de 2015, con la huida de casi un millón de personas de la guerra de Siria.

Tampoco lo tienen tan fácil los miles de estudiantes africanos con residencia en Ucrania en el momento de la invasión rusa. A ellos no se les ha aplicado la normativa europea de acogida aunque hayan salido también de una guerra. La asociación valenciana UHURU (libertad en lengua suajili), denuncia este trato discriminatorio en una nota de prensa explicando que, en Ucrania, había 5.600 estudiantes solo de Nigeria, su embajada solo ha podido ayudar a salir a unos mil para que pudieran volver a su país.

Esta circunstancia además de casos ocurridos de discriminación hacia las personas racializadas a la hora de salir de Ucrania, animó a diversas asociaciones a organizar la primera caravana de afrodescendientes y racializadas de ayuda humanitaria y poner rumbo a la frontera de Ucrania. Como explica Lamar Bailey estudiante panameña, con residencia en España, y portavoz de UHURU, los estudiantes africanos que están saliendo a otros países de la Unión Europea pierden la visa de estudiantes, lo que supone unas pérdidas de unos 15.000 euros. “Además de un esfuerzo económico tirado por la borda, los estudiantes se quedan en situación irregular en cualquier país europeo con un futuro incierto y esta situación es muy discriminatoria respecto del trato que se da a los refugiados ucranianos”, argumenta Bayley.

Por ello, una de los objetivos de la presencia de la caravana en el paso fronterizo de Medika, además de ayudar a todas las personas refugiadas que lo necesiten, tiene por objetivo documentar, visibilizar y denunciar el trato segregacionista por parte de las autoridades a los civiles extranjeros que huyen del conflicto.

Último tren

El tren que sale de Przemysl llega a las 23.45 h a Lviv, en pleno toque de queda que se prolongará hasta las 6 de la mañana. Decenas de mujeres con sus hijos se bajan del tren, las esperan un regimiento de voluntarios para ayudarlas con el equipaje. No hay taxis ni autobuses pero sí voluntarios, con permiso especial, para trasladar a la gente a sus hogares, a las casas de sus familiares o a lugares habilitados para ellas. Uno de esos lugares se encuentra en la misma estación. Es una sala de espera convertida en un dormitorio colectivo para madres e hijos situada en el primer piso de la inmensa estación. Hay muchos colchones en el suelo. Allí duermen 50 personas entre madres y niños. Algunos, bebés de pocos meses.

Aleksandra se encuentra entre ellas con sus dos hijos uno de ocho años y un bebé de diez meses. Ha estado un mes en Polonia pero ha decidido volver a Kryvyi Rih, su pueblo, situado al oeste de Zaporiyia. Aunque haya sido bombardeado. “He vuelto porque amo a Ucrania”, contesta Aleksandra cuando se le pregunta por el motivo de la vuelta. Poco después explica que, en realidad, no le fue demasiado bien en Polonia. Estuvo en un lugar que habilitó una empresa para refugiadas, de la que no quiso dar el nombre, y al poco comenzaron a cobrarle por el pequeño y hacinado espacio que ocupaba. El tren de Aleksandra sale de madrugada hacia su pueblo.

Archivado en: Guerra en Ucrania
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Gasto militar
Gasto militar El gasto militar mundial batió un nuevo récord en 2023 al aumentar un 6,8%
Crece en todas las regiones y alcanza la cifra de 2,44 billones, según el último informe del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).
Anticapitalistas
Miguel Urbán “En el inicio de Podemos dijimos que sin autoorganización nos iban a hacer mierda... y nos han hecho mierda”
El eurodiputado más longevo de la llamada política del cambio no repetirá en las elecciones de junio. Miguel Urbán repasa los asuntos más importantes del espacio de la izquierda institucional y las perspectivas de futuro de la Unión Europea.
Pacifismo
Guerra en Europa Prepararse para la paz
El movimiento por la paz en todo el Estado afronta los aires de guerra en el continente sin la fuerza de otros momentos históricos.
Genocidio
Genocidio Eslovenia lanza el proceso de reconocimiento de Palestina y España e Irlanda lo harán este mes
El Gobierno habría fijado la fecha del 21 de mayo para hacer efectivo el reconocimiento del Estado palestino. Desde Sumar piden acortar los tiempos y hablan de “inacción”.
Genocidio
Genocidio Boicot a Eurovisión: porque las canciones no tapan genocidios
El próximo 11 de mayo se celebra el clásico Festival de Eurovisión, esta vez en la ciudad sueca de Malmö, en el que participa un país investigado actualmente por genocidio y que desde hace décadas comete crímenes contra la humanidad.
Universidad
Movilizaciones Las universidades españolas romperán las relaciones con los centros israelís que no se comprometan con la paz
La junta de rectores y rectoras, que agrupa a 76 universidades de España, 50 públicas y 26 privadas, emite un comunicado en el que anuncia que se revisarán los acuerdos de investigación con actores israelíes que no se comprometan con la paz.
Investigación
Investigación Diez millones a dedo en cinco años: así pagaron Feijóo y Rueda la lealtad de la prensa afín con dinero público
Desde ‘La Voz de Galicia’ hasta el canal de extrema derecha de Javier Negre, los últimos dos presidentes de la Xunta de Galicia han repartido entre la prensa más acrítica con la gestión de sus gobiernos al menos 3.686 contratos sin concurso previo.
Exhumación de fosas comunes
Memoria histórica Víctimas de la fosa de Paterna se querellan por desaparición forzosa
CEAQUA presenta una nueva demanda judicial en la que cuatro víctimas del franquismo alegan que el asesinato de sus familiares fueron crímenes de lesa humanidad.
Violencia machista
Ayuntamiento de Madrid Almeida aloja a víctimas de violencia machista en hoteles por la falta de plazas en los recursos de emergencia
En la semifinal de la Champions un hotel ordenó desalojar a tres mujeres víctimas de violencia machista, una de ellas derivada fuera de la ciudad, algo “puntual” según el Ayuntamiento.

Últimas

Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Educación pública
Huelga de profesorado 30.000 profesores de la Escuela Pública madrileña echan un pulso a Ayuso en el primer día de huelga
Cerca de 30.000 profesores y profesoras han marchado la tarde del miércoles como colofón a la primera jornada de huelga, de las dos convocadas para este mes. La próxima cita será el 21 de mayo.
El Salto Twitch
El Salto TV ¿Cómo se paran los bulos? ¿Qué Ley de Medios necesitamos?
En el programa de Economía Cabreada del 7 de mayo debatimos sobre cómo se podría legislar, si es que se puede, la información falsa y la financiación de los medios con Carlos H. Echevarría de Maldita.es y el profesor de Comunicación Raúl Magallón.
Servicios públicos
Servicios públicos CC OO advierte del colapso de la atención al público de la DGT ante la falta de más del 50% del personal
El refuerzo de 150 trabajadores temporales (nueve meses) acaba en junio y apenas ha aliviado un servicio público que empuja a la ciudadanía a las gestorías, a posponer los exámenes de conducir y a dejar de trabajar, en el caso de los transportistas.
Más noticias
Palestina
Universidades Estudiantes de la Universidad de Alicante acampan para pedir el final del genocidio
Comienzan la acampada con una jornada en la que han realizado charlas, asambleas y un taller de pancartas en el campus de San Vicent del Raspeig.
Crisis climática
Nuevo hito climático El pasado mes fue el abril más caluroso jamás registrado
Con una temperatura promedio del aire en la superficie de 15,03ºC, el pasado mes fue 0,67ºC más caluroso que el promedio de dicho mes entre los años 1991-2020 y 0,14ºC más que el anterior récord, el de abril de 2016.
Desempleo
Reforma Podemos apoyará el nuevo decreto de subsidio al no incluir el recorte en la cotización para mayores de 52 años
Este acuerdo desatasca la Componente 23 para la recepción de fondos Next Generation y fue tumbado el pasado enero en el Congreso con los votos en contra de Podemos, PP, UPN y Vox.
Opinión
Opinión El enemigo justo
Los jóvenes napolitanos han encontrado el camino correcto, no desde el antifascismo de pura fachada, sino desde la solidaridad con el pueblo palestino.

Recomendadas

Argentina
Argentina Las razones de la segunda huelga general contra Javier Milei
Las centrales obreras argentinas protestan este 9 de mayo contra la media sanción del Congreso al proyecto de la llamada “Ley Bases” que impulsa el presidente. El texto busca eliminar una enorme cantidad de derechos para la clase trabajadora.
Elecciones
Elecciones Aliança Catalana: a las puertas del Parlament de Catalunya atizando la xenofobia y escondiendo la ‘estelada’
El partido liderado por Sílvia Orriols llega con una campaña mediática promovida por los principales medios españolistas del Estado, con el discurso antiinmigración como punta de lanza y con el deseo explícito de hacerse con parte del voto de Vox.
Cómic
Julie Doucet “Cada cómic es un experimento, no me gusta ceñirme a categorías asignadas por otros”
Julie Doucet, icono del cómic alternativo y feminista de los años 90, publica ‘El río’, su nueva novela gráfica que constituye un hito editorial, dado que llevaba un cuarto de siglo alejada del medio.
Universidad pública
Protestas contra el genocidio El consejero de Educación de Madrid pide sacar “la política” de la facultad de Políticas
La Comunidad de Madrid reacciona contra una declaración universitaria que exige al Santander, con quien la UCM mantiene un convenio, que deje de financiar proyectos contaminantes y a la industria armamentística corresponsable del genocidio en Gaza.