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Agresiones sexuales
Machismo, dinero y gobernantes: el cóctel de la vergüenza
En la reunión de la fraternidad The Presidents Club, en el Hotel Dorchester de Londres, 360 hombres de renombre (todos hombres) del mundo de los negocios y la política sobetearon a 130 azafatas (todas mujeres) ataviadas, por exigencias de etiqueta, con ropa negra y sexy para la ocasión.
Londres celebró una gala benéfica en la que el plato principal era el acoso sexual. Solidaridad y machismo a partes no tan iguales. Porque, aunque esa noche se recaudaron unos 2 millones de libras (unos 2,3 millones de euros), ¿cuán elevado es el precio del abuso?
Si por algo existe el oxímoron es porque las contradicciones a primera vista irreconciliables de la vida diaria no solo existen, sino que están a la orden del día. Ejemplo de ello es esa reunión del pasado jueves, organizada anualmente por la fraternidad The Presidents Club, en el Hotel Dorchester de Londres, donde 360 hombres de renombre (todos hombres) del mundo de los negocios y la política sobetearon a 130 azafatas (todas mujeres) ataviadas, por exigencias de etiqueta, por ropa negra y sexy para la ocasión.
Entre las perlas machistas del evento, se subastaba una operación de cirugía estética para la esposa del “afortunado” ganador y una noche en el club de striptease del Soho Windmill. Así lo denunció el Financial Times, después de que la periodista Madison Marriage se colara de incógnito en la gala. Y, aunque no todos abusaron de las azafatas, lo cierto es que todos fueron testigos y encubridores de los abusos, entre los que uno de los asistentes llegó a mostrar sus genitales a una de las trabajadoras, tal como señala Marriage.
El reportaje de FT provocó tanto ruido en el Reino Unido que el asunto llegó hasta el Parlamento británico y se saldó con múltiples renuncias públicas y el cierre del afamado -y ya no tan prestigioso- club. Entre las dimisiones, destaca la de David Meller, miembro no ejecutivo del consejo de dirección de la Secretaría de Educación (sí, de educación) del Reino Unido al descubrirse que es uno de los dirigentes de The Presidents Club.
A pesar de las presiones, quien todavía no ha dimitido es el secretario de Estado de Familias e Infancia, Nadhim Zahawi, otro de los asistentes a la cena, quien se limitó a publicar un tuit en el que “condena ese comportamiento” y asegura que “nunca” volverá a asistir a “un evento solo para hombres”.
Además, recibió el apoyo de la primera ministra, Theresa May, cuando uno de sus portavoces afirmó que Zahawi "se sintió incómodo" en el evento y que lo abandonó "en cuanto entraron las azafatas".
I do unequivocally condemn this behaviour. The report is truly shocking. I will never attend a men only function ever.
— Nadhim Zahawi (@nadhimzahawi) 24 de enero de 2018
Durante los 33 años que lleva celebrándose la cena “benéfica” de The Presidents Club, la asociación ha logrado recaudar más de 20 millones de libras (unos 23 millones de euros) para fines sociales. Lo que cabe preguntarse ahora es durante cuánto tiempo se ha servido acoso sexual como menú principal en esa gala ante la presencia de representantes de la política y de prominentes compañías de negocios y finanzas del Reino Unido como Barclays, Duet Group, CMC Markets, Goldman Sachs o Arcadia Group.
Y, sobre todo, cabe preguntarse por qué este caso no está teniendo la misma trascendencia que el fenómeno #MeToo.
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Pues haber si nos aclaramos. Yo diría que la OTAN es la cúspide del machismo, aftershavers. Sin embargo nos la habéis intentado colar en anteriores entradas del tipo: "culpa de Rusia"