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Gasto militar
Ni balas ni acoso: cartas “no amenazantes” a Felipe VI, Kichi o Margarita Robles por la objeción fiscal al gasto militar
Con la primavera llega, anualmente y sin que jamás falte a la cita, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, un gravamen que nunca viene solo: vuelve la campaña de objeción fiscal al gasto militar.
La iniciativa, respaldada por decenas de organizaciones y ONG, consiste en “la no disposición a colaborar con el estado en los gastos de preparación de guerras y mantenimiento de la estructura militar, desobedeciendo activamente en el momento de realizar la declaración de la renta”, tal como explican desde el colectivo Alternativa Antimilitarista - MOC. ¿Cómo? Aprovechando la presentación del impuesto para desviar parte de los impuestos que pagas a un proyecto que trabaje en la defensa de un progreso social solidario de tu elección.
El modus operandi de la objeción al gasto militar consiste en elegir un proyecto, transferirle un dinero y cumplimentar la casilla correspondiente de la renta con dicha cantidad. Los colectivos que abogan por esta iniciativa piden a la ciudadanía además que, una vez terminado el proceso, manden una carta a la ministra de Defensa explicando las razones que les ha llevado a realizar la objeción fiscal al gasto militar.
Pues bien, uno de los colectivos históricos más activos en esta iniciativa, el Grup Antimilitarista Tortuga, ha ido un paso más allá y ha enviado una serie de cartas “no amenazantes” y “con un mensaje pacifista y flores secas” a personalidades relacionadas con la militarización de la sociedad, aprovechando la polémica de las misivas que recibieron durante la campaña electoral madrileña personalidades como el ex secretario general de Unidad Podemos, Pablo Iglesias, o el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Al servicio de la violencia
Los activistas invitan a los cargos elegidos “a dejar de colaborar con sus respectivas instituciones o roles al servicio de la violencia y la injusticia y a unirse a la campaña 2021 de Objeción Fiscal al Gasto Militar”. Entre las personas escogidas se encuentra el rey Felipe VI; el alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’; el propio Grande-Marlaska; y, por supuesto, la ministra de Defensa, Margarita Robles.
“Dicho gesto está dirigido a ud. como capitán general de los tres ejércitos del Estado español, pero también como máxima personalidad de un Estado que, además de ejércitos, cuenta con policías y cárceles, instrumentos todos ellos de carácter muy violento cuyo fin principal y razón de ser es la de mantener vigente un orden social, económico y político eminentemente injusto”, señalan a Felipe VI desde el Grup. “Estamos convencidas de que nuestro obsequio promoverá en ud. una profunda reflexión que tal vez le conduzca a abandonar su participación personal con instituciones de memoria y presente tan infausto”, añaden al monarca.
Al alcalde de Cádiz el colectivo le afea su apoyo público a la fabricación de buques militares en los astilleros de Navantia en la ciudad. Los navíos tendrán como destino Arabia Saudí, un país que siempre está en el punto de mira del incumplimiento de derechos humanos, denuncias que se han multiplicado desde que comenzó en 2015 el conflicto con Yemen.
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“Sean corbetas, o bombas, sea para una dictadura o para una monarquía parlamentaria, toda producción y venta de productos bélicos es una acción deleznable que condena a la humanidad a seguir viviendo en tiempos de barbarie”, le espetan desde el colectivo.
A la ministra de Defensa la invitan a “un proceso de reflexión y toma de conciencia que le lleve a abandonar el puesto que actualmente ocupa”. “Cualquier ejército es, de por sí, la institución más violenta que pueda existir”, continúa el Grup en la carta a Robles, “y estamos seguras, porque se lo hemos escuchado decir, que ud. es una persona que en su fuero interno rechaza y condena toda violencia”.
Por último a Grande-Marlaska le envían, después de recibir el ministro un sobre con munición antigua del Ejército español, una “carta nada amenazadora que contiene flores, un símbolo de la paz”. “La razón de escribirle es por ser ud. el ministro del interior del Estado español. De su suprema autoridad dependen instituciones como la policía nacional, la guardia civil o las prisiones, todos ellos entes del Estado dedicados a la administración de la violencia y a la represión de la población”, apuntan.
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