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Fútbol
Portland Timbers: el campeón de la liga de fútbol en Estados Unidos tiene una hinchada antirracista
Portland Timbers se acaba de proclamar campeón de la ‘MLS is Back’, el torneo con el que regresó el ‘soccer’ a Estados Unidos. El equipo tiene la hinchada más numerosa y comprometida del país, el Timbers Army, que consiguió levantar el veto al Iron Front, su símbolo identitario y emblema antifascista.
El deporte profesional estadounidense ha sido durante años un perfecto show business. Un negocio lucrativo que llena canchas y estadios con olor a hot dog o palomitas. La frontera con el mundo real de la mayoría de sus estrellas era evidente. Pero de un tiempo a esta parte, este muro de cristal se ha resquebrajado. Las grandes competiciones como la NBA o la NFL —con mayoría de jugadores afrodescendientes— son ahora potentes escenarios reivindicativos, con el antirracismo como bandera.
En 2017, cientos de jugadores de fútbol americano se arrodillaron durante un momento icónico como la interpretación del himno estadounidense. Siguieron la estela abierta por Colin Kaepernick, quarterback de los San Francisco 49ers. El movimiento Black Lives Matter ha estado omnipresente en el regreso de la NBA, que estos días registró otro episodio histórico. El 26 de agosto, los Milwaukee Bucks forzaron el aplazamiento del quinto partido de ‘playoffs’ ante los Orlando Magic en protesta por la muerte de Jacob Blake y la brutalidad policial. Los Bucks tienen sede en el estado de Wisconsin, donde se produjo el tiroteo. Su acción fue secundada por el resto de equipos de la NBA y de otras competiciones.
Estados Unidos
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Entre ellas, la Major League Soccer (MLS), la liga más importante de fútbol del país y en la que las cuestiones políticas y sociales llevan años latiendo con fuerza. El 12 de agosto, Portland Timbers conquistó la MLS is Back tras vencer 2-1 al Orlando City Soccer Club. Fue el primer gran torneo en volver tras el parón de la pandemia. Los Timbers (cuyo nombre se traduciría como “madera” o “bosque”) sumaron otro trofeo a sus vitrinas, que se unió al logrado en 2015.
“Campeones” fue el grito unánime de celebración. Sin traducción. Y es que gran parte de los equipos de la MLS tienen un marcado acento latinoamericano. El mejor ejemplo está en los Diegos, los jugadores franquicia de Portland: el colombiano Diego Chará y el argentino Diego Valeri. Los ídolos de la hinchada más comprometida de Estados Unidos, obligada a ver desde la distancia el triunfo de su equipo por las restricciones del covid-19.
La MLS is Back contó con varias pantallas en el estadio desde las que se emitieron vídeos de apoyo de los aficionados. Un soporte frío que lamentó más que nadie el Timbers Army, el ejército de hinchas del equipo vencedor. Una organización gestionada por el supporters trust 107IST (organización independiente de aficionados que ejerce de contrapeso a la propiedad del club), también responsable de las Rose City Riveters, el grupo de animación de Portland Thorns, equipo femenino dos veces campeón de la National Women’s Soccer League. La dirección de la MLS, encabezada por Don Garber, seguramente agradeció la ausencia del Timbers Army, con el que ha mantenido sonoras disputas por su carácter politizado. Un ejemplo que ha cundido por el resto de campos del soccer, donde la frontera entre lo social y el espectáculo se ha diluido.
El enfrentamiento más firme entre la MLS y el Timbers Army se produjo tras el veto en marzo de 2019 a uno de los símbolos identitarios del grupo: las tres flechas del Iron Front, organización que luchó contra los nazis en la República de Weimar, símbolo frecuente entre las organizaciones antifascistas. El motivo: su “carácter político”.
El Iron Front no es exclusivo de la afición de Portland. Sus grandes rivales, los aficionados de Seattle Sounders, también lo emplean. Ambos unieron fuerzas para presionar y tumbar la censura, apoyada colateralmente por la directiva de los Timbers: “Ellos dijeron que no querían política en los estadios. Les explicamos que todo es política. Que no es lo mismo llevar una bandera fascista que discrimina a personas de distinta raza, credo o religión; que enarbolar una antifascista, emblema de todo lo contrario”. Así lo relata Sherrilyn ‘Sheba’ Rawson, presidenta del 107IST durante este conflicto y miembro de su consejo.
Aunque durante años se ha cultivado la imagen del deporte estadounidense como un simple espectáculo, la muerte de George Floyd y la presidencia de Donald Trump lo han cambiado todo
Aunque durante años se ha cultivado la imagen del deporte estadounidense como un simple espectáculo, la muerte de George Floyd y la presidencia de Donald Trump lo han cambiado todo. El ‘Black Lives Matter’ antirracial ha estado omnipresente en la reanudación de la NBA y fue serigrafiado en todas las camisetas del cuerpo técnico de Portland Timbers en la MLS is Back.
“Todavía necesitan a los aficionados”
Sheba es seguidora de los Timbers desde su fundación. Además, es socia y accionista del Real Oviedo. Tal es así que participó en 2012 en la ampliación de capital del club asturiano. Consiguió que los miembros del Timbers Army aportasen más de 5.000 euros para la causa. Hablar con ella es hacerlo con una aficionada que no concibe una entidad deportiva sin su comunidad. La MLS, fundada en 1993, aspira desde hace unos años a ser una pieza más del show business del deporte estadounidense. Pero el soccer aún conserva un aroma que recuerda a la forma de vivir el fútbol en Europa de hace décadas.
Las bengalas o los botes de humo se permiten en Providence Park, campo de Portland Timbers. La interlocución directa entre hinchas, directiva y jugadores es todavía posible. Sin ese contexto no se explica la reunión cara a cara que mantuvieron los representantes del Timbers Army con el alto comisionado de la MLS en Las Vegas en septiembre de 2019 por el conflicto del Iron Front. Un encuentro en el que los seguidores se salieron con la suya. No solo siguen ondeando sus símbolos, sino que obligaron a la competición a reforzar su compromiso contra “el racismo, el fascismo, el supremacismo blanco y la homofobia”. “Nosotros somos partidarios de la inclusión radical. Todos son bienvenidos al campo”, añade Rawson.
Pero, ¿por qué consiguieron tumbar a la MLS? “Todavía necesitan a los aficionados. La liga aún nos necesita para seguir creciendo. Y saben que estamos unidos. La mejor expresión fue en el derbi contra los Seattle Sounders de agosto de 2019. Acordamos con nuestros archienemigos permanecer en silencio 33 minutos, en referencia a cuando los nazis aplastaron al Iron Front. Después arrancamos cantando el ‘Bella Ciao’. Los capitanes llevaron banderines en los que recalcaban el carácter antifascista y antirracista de los dos equipos. Los propietarios de Portland Timbers siempre se habían mostrado a favor de los símbolos contra la xenofobia y la homofobia. Pero hicieron seguidismo a la MLS con el Iron Front, por no generar conflicto. La mayoría de los directivos viven en su propia burbuja. Hay aspectos que se les escapan ya que nunca los han vivido. Es el caso de Merritt Paulson, consejero delegado de esta franquicia, hijo de Hank Paulson, secretario del tesoro con George W. Bush”.
¿En qué momento comenzó el Timbers Army a usar las tres flechas? “A partir de 2017, cuando un supremacista blanco apuñaló a dos hombres e hirió a un tercero en el tren de Portland. Se enfrentaron a él tras insultar a dos adolescentes negras. Queríamos dar un claro mensaje antirracista a la sociedad. Durante un año no tuvimos ningún problema con el Iron Front. Pero un día, en marzo de 2019, alguien en la MLS lo vio y dijo: ‘Eso es política y, por tanto, fomenta la violencia’. Se actualizó el código de conducta de la competición para prohibir precisamente eso, los que denominaron como símbolos políticos”.
La organización del campeonato vio esa exhibición como un alegato ‘antifa’, término al que Donald Trump ha puesto en su particular diana, hasta el punto de considerar al movimiento antifascista como una organización terrorista susceptible de ilegalización, tal y como verbalizó tras las protestas por la muerta a manos de la policía de George Floyd. ‘Sheba’ comenta que Oregón no es un estado tan multicultural como otros, aunque Portland, la capital, sí presenta mestizaje. Pese a que la considera una ciudad progresista, tiene antecedentes de disturbios raciales durante los años 80 y 90 protagonizados por skinheads, así como fue uno de los núcleos duros del KKK en la década de los 30. Este fin de semana, un hombre moría en la capital de Oregón tras recibir un disparo. Fue después de una tarde de enfrentamientos entre activistas antirracistas y seguidores de Donald Trump. El fallecido llevaba una gorra de Patriot Player, grupo local de ultraderecha, según Asociated Press. Se desconoce la identidad del autor del tiro.
‘Team’, ‘Town’ y ‘Timbers Army’
Con lo que no contaba la MLS es con la resistencia, ya no solo del Timbers Army, sino de todas las hinchadas asociadas al Consejo de Aficionados Independiente. “La mayoría de las hinchadas de EE UU tienen un contenido ideológico similar. Cada una, a su modo. Por ejemplo, en Texas no verás una pancarta a favor del orgullo gay pero sí exhiben lemas como ‘todos son bienvenidos’. Solo hubo un conato de grupo nazi asociado al New York Football Club que fue rápidamente expulsado del consejo”. La reivindicación del Timbers Army también contó con el apoyo de jugadores como Zarek Valentin, que vistió una camiseta con el logo censurado. Asimismo, el Sindicato de Jugadores de la MLS se posicionó a su favor.
Tras el veto, varios socios fueron sancionados por portar el Iron Front. El 10 de septiembre de 2019, la dirección de Portland Timbers al fin se sentó con el Army, que acudió a la cita con representantes del Consejo de Relaciones Americano-Islámicas; el Museo Judío de Oregón o el Centro para la Educación sobre el Holocausto. El 24 de septiembre se certificó el levantamiento al veto tras la citada reunión con los directivos de la MLS en Las Vegas. Demostraron el poder de los colectivos independientes de aficionados en el soccer. Aunque esto podría no ser un punto y final. La MLS genera todavía una cantidad ‘exigua’ por derechos de televisión: 90 millones de dólares al año. Pero su expansión es notable en los últimos años con el establecimiento de nuevas franquicias en Miami o Atlanta. Sus gestores harán lo posible para que las retransmisiones no se conviertan en un atril político.
Mientras, el Timbers Army sigue a lo suyo. Es un actor fundamental en la vida del club y de la ciudad. “Nuestra filosofía se asienta en la triple T: ‘Team’ (equipo), ‘Town’ (ciudad) y Timbers Army”. El colectivo surgió incluso antes que el equipo de la MLS. Portland tuvo un conjunto homónimo entre 1975 y 1982 que competía en la North American Soccer League. Gran parte de los jugadores del mismo echaron raíces en la ciudad. Ellos inculcaron el fútbol a las nuevas generaciones. De ahí que Portland pasó a conocerse como la “Soccer City U.S.A”, sobre todo por la popularidad de este deporte entre los estratos más bajos. Después vino el FC Portland (1985-1990), que terminó llamándose Portland Timbers, denominación que retomó un nuevo proyecto en 2001, año fundacional del Timbers Army, colectivo que comenzó a llevar tambores para animar al equipo local, militante de una de las divisiones inferiores del país.
Nació entonces el supporters trust 107IST (nombre tomado de la sección 107 de su estadio, su ubicación original). Un tipo de entidad que también existe en los clubes europeos y que busca democratizar el fútbol mediante la participación activa de los aficionados. También coordina los desplazamientos o los tifos, muy populares en Portland, donde surgió pronto una intensa cultura de grada que se mantiene hoy en día. “La actividad del Trust fue clave para que esta ciudad tuviera un equipo de MLS”. Paulson hizo una oferta para que los Timbers pasaran del segundo nivel de la USL a la MLS. Se concedió la entrada en 2009 y en 2011 se convirtieron en la franquicia número 18.
Medio millón de dólares en causas sociales
El 107IST concentra a más de 6.000 miembros que pagan una cuota de 25 dólares para mantener una organización sin ánimo de lucro que no ha parado durante la crisis del coronavirus. Rawson asegura que han conseguido fondos por valor de medio millón de dólares para diferentes causas desde su fundación. Durante la crisis donaron 10.000 para una veintena de entidades. Por ejemplo, una de las beneficiarias traduce a diferentes idiomas indígenas las informaciones sobre el covid-19 para la comunidad migrante. Previamente se comprometieron con un proyecto para que niños asiáticos y latinoamericanos tuvieran calzado y campos en los que jugar a fútbol en EE UU. Son colaboradores activos del banco de alimentos de Oregón y Cruz Roja.
La ‘Triple T’ del Timbers Army ha generado un ambiente de fútbol en Portland difícil de ver incluso en ligas o clubes más asentados. Sheba explica que es difícil hacerse con una de las 25.000 localidades de Providence Park. El estadio cuelga el cartel de ‘no hay billetes’ desde hace años. “Abren la puerta como dos horas antes del encuentro. Hay gente que ha acampado durante varios días para hacerse con una de las entradas de libre designación. Otros buscan posicionarse lo más cerca posible del Timbers Army para seguir los cánticos que duran los 90 minutos del partido”. Esta aficionada paga algo más de 70 euros por partido por ver los partidos desde el fondo norte.
Es una de tantas en un campo con amplia presencia de mujeres. Algo consustancial al fútbol estadounidense, donde ellas son las que más espectáculo y audiencia generan. “El ambiente de los Portland Timbers y las Portland Thorns, el equipo femenino, es casi igual. En los dos equipos hay 20.000 incondicionales. Incluso hay solo aficionados de las segundas, que tienen su propia hinchada: las Rose City Riveters”.
Las banderas, las bufandas, las cornetas, los papeles de colores, las gargantas, las cervezas… Todo guarda reposo a la espera de volver a una normalidad que recuerde a la de antes. Pero los contagios no dan tregua y el futuro se colorea en gris oscuro. Con todo, el Iron Front sigue presente en Portland. En todas las iniciativas solidarias de un ejército de la madera que no descansa. Las mascarillas y los guantes tatuados con las tres flechas se han unido al arsenal de merchandising. “Aún no se sabe cuándo volveremos, pero lo haremos con nuestros símbolos ondeando al viento Y como vencedores, dentro y fuera del campo”.
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"Este fin de semana, un hombre moría en la capital de Oregón tras recibir un disparo. Fue después de una tarde de enfrentamientos entre activistas antirracistas y seguidores de Donald Trump. El fallecido llevaba una gorra de Patriot Player, grupo local de ultraderecha, según Asociated Press. Se desconoce la identidad del autor del tiro."
Por partes:
Primer blanqueamiento: Si mueres tras recibir un disparo… ¡es que te han asesinado!, pero se evita conscientemente usar esa palabra.
Segundo blanqueamiento: "Fue después de una tarde de enfrentamientos". Con esto se intenta relativizar el asesinato como una consecuencia lógica de unos hechos. Tal y como se aprecia en el vídeo, la víctima y su asesino ni siquiera llegan a interactuar, ergo, es una ejecución.
Tercer blanqueamiento que ya es más una justificación: "antirracistas" y "seguidores de Trump", los buenos y los malos.
Cuarto blanqueamiento/justificación: "El fallecido llevaba una gorra de Patriot Player, grupo local de ultraderecha". Insisto: "fallecido" = que falleció, lógicamente no es mentira, pero se vuelve a evitar precisar la causa. Y, "eh, que llevaba una gorra de ultraderecha, así que igual se merecía ser ejecutad... perdón, haber fallecido". Justificación tácita de un asesinato. El "antirracista" que lo ejecutó, obviamente, no es un extremista, lo que pasa es que es “muy antirracista… un antirracista que te cagas”. Ya si se confirma que se trata de Michael Reinoehl, todo un trozo de pan, un antifa que hasta lleva el logo de BLM tatuado en el cuello... ¡más virtud no podría caber en un solo ser!
Mira tu por donde la noticia esta redactada de tal manera que te ha permitido escribir una tesis.
En EEUU se está gestando una guerra civil, están en los prolegómenos , y los medios de comunicación lo único que hacen es azuzar... luego nos lamentaremos
" [...] una de las beneficiarias traduce a diferentes idiomas indígenas las informaciones sobre el covid-19 para la comunidad migrante"
Esta frase es algo confusa. Si traduce a idiomas indígenas, es decir de pobladores originales o nativos, ¿cómo es que está enfocado a la comunidad migrante?