Filosofía
Los negros de Vox: entre la racionalidad colonial y “la vergüenza de sí mismo”

Entender por qué una persona negra milita en un partido como Vox nos lleva a radiografiar cómo perdura la herencia de la racionalidad colonial y cómo opera lo que Sartre definió como la “vergüenza de sí mismo”.

Vox en Vistalegre
Ignacio Garriga, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Vox, durante un acto de su partido en Vistalegre (7 de octubre de 2018) Wikimedia Commons
Politólogo y filósofo
17 ene 2020 10:00

Este texto pretende contribuir al debate sobre la participación de personas negras de origen africano en los partidos políticos que manifiestan su odio hacia los inmigrantes no-europeos y no-blancos, negros. Si antes semejante debate me parecía una diversión del antirracismo a la vieja usanza, en estos momentos en los que Vox es la tercera fuerza política de España, este fenómeno ha cobrado la importancia suficiente como para no considerarlo una simple anécdota. Pues significa que hemos normalizado las ideologías supremacistas blancas y oficialmente se catapulta a España a la cumbre europea del odio. En nombre de la libertad de expresión, la retórica política puede fomentar la discriminación, el insulto, la difamación, la humillación, la agresión y la violación de los derechos de las minorías étnicas y sociales. La fuerza de los argumentos de los militantes negros y descendientes de africanos de Vox reside en la tautología.

No hay lugar para dudar del engranaje del racismo y la homofobia en la sociedad española. Millones de españoles y españolas han aprobado “en diferido” los campos de concentración, las políticas de exterminación de los que aparentan ser diferentes, pensar diferente y creer diferente. Está claro, estamos atravesando unos tiempos marcados por la precariedad del intelecto y la fragilidad humana. Nos ha tocado vivir la culminación de lo que Zigmunt Bauman llama “la modernidad líquida”. Los valores, los ideales y las instituciones que fundaron la creencia en el ser humano se han difuminado, sustituidos por la transitoriedad de la identidad y la noción folclórica de la pertenencia a un grupo.

La negación de la humanidad: colonialismo y nazismo

¿Qué implica ser negro o descendiente de africanos y defender las ideas de Vox? Existe una abundancia de fuentes de divulgación de la histórica discriminación y negación de la humanidad de los negros por las instituciones europeas a través de la esclavitud y el colonialismo. La filmografía de Sembène Ousmane (por ejemplo, Emitaï o Camp de Thiaroye) muestra que no existen diferencias entre las leyes coloniales en África y el nazismo en Europa. Aimé Césaire expone majestuosamente esta realidad en su Discurso sobre colonialismo cuando afirma que el delito de Hitler consistió en aplicar a los europeos los horrores que Europa estaba aplicando a los pueblos colonizados. Césaire apunta la culpabilidad de la sociedad europea por haber permanecido indiferente ante el horror que supuso el colonialismo y sentencia: “Europa es indefendible”.

¿Son todos los negros defendibles? En Oscuros Verdugos, Serge Bile narra la tentación de los negros ante el auge del fascismo y la capitulación de Francia durante la II Guerra Mundial. La grandeure de Francia se esfumaba con “efecto botafumeiro” ante la arrolladora maquina colonial de Hitler. La incursión del nazismo en Europa hizo florecer el esperpento de los negros de la diáspora. Los llamados nègres évolués (“negros asimilados”) se apresuraron para pedir a Francia que no se rindiera, que resistiera, que luchara para salvar a Francia, “su gran patria”. El senegalés Ngalandou Diouf, entonces diputado indígena francés, escribió una emotiva y patriótica carta al jefe de resistencia francesa: “Nuestra Francia está herida pero no puede darse por vencida. Hombres de color, representantes de nuestras colonias en el Parlamento nacional, venimos a suplicarle que salve a nuestra gran y querida Patria”. El caso es que mientras Ngalandou Diouf ofrecía la fuerza de los africanos para liberar Francia, el ejército colonial francés ―compuesto de reclutas también negros ― fusilaba a los campesinos africanos que se negaron a entregar sus cosechas para costear el tributo de guerra.

Filosofía
Identidades en pugna: África y la ontología postcolonial

¿Qué es “ser africano”? El debate alrededor de la ontología africana implica aceptar los diversos modos de entender la africanidad en un contexto marcado por la visión etnocéntrica con la que el colonialismo europeo ha pensado tradicionalmente la otredad.

La historia de los habitantes de Emitaï, un poblado situado en el Sur de Senegal, es un testimonio del horror infringido por la gran y “civilizada” Francia. Los campesinos de Emitaï fueron fusilados y sus hogares incendiados tras negarse a entregar la cosecha de arroz para alimentar a los franceses en la resistencia. En diciembre de 1944, tras negarles un trato respetuoso y una compensación a los soldados negros que habían luchado para Francia, en igualdad de condiciones que sus compañeros blancos, Francia ordenó masacrarlos en el campo militar provisional de Thiaroy, a las afueras de Dakar. Pero para defender la patria francesa los negros no necesitaban razonar, no les hacía falta agarrarse a los símbolos de la patria; ni siquiera podían evocar un deber moral en una guerra entre bárbaros.

La colaboración con el nazismo por parte de los negros de la diáspora venía motivada por su ansia de subir al ascensor social a costa del trauma, la teatralización de los cuerpos y la administración de la muerte de sus hermanos negros. Desde los servicios de información de la Gestapo hasta los teatros y el cine de propaganda nazi, algunas personas negras colaboraron con el nazismo a pesar de la negación de la humanidad del negro por el régimen del III Reich. Sus contribuciones, sin embargo, consistieron en confirmar la supuesta inferioridad y “estupidez” del negro y entretener a la “raza aria” en su lucha para la preservación de un espacio vital. El diputado Ngalandou Diouf al igual que los colaboradores negros del nazismo eran vistos por los mismos ojos: no tenían nombre, eran “negratas” o “negro de salón”.

Césaire afirma que el delito de Hitler consistió en aplicar a los europeos los horrores que Europa estaba aplicando a los pueblos colonizados.

En todo caso, no hay razón alguna para argumentar a favor del hijo de un verdugo que reclama los privilegios heredados del oficio de su padre. No hay moral alguna para que el hijo de una víctima se convierta en verdugo. Defender lo contrario resultaría a favor de la construcción del razonamiento totalitario. El totalitarismo de la razón consiste en interpretar exclusivamente los fenómenos políticos y sociales desde el prisma de la lógica racional. Según está lógica, la mera existencia de la idea de una falsa conciencia de clase conecta el hombre a los intereses y las posesiones materiales y justifica la movilidad social. De modo que poseer una elevada cantidad de riqueza y tener un alto nivel de formación académica conforman el umbral de la clase privilegiada. Basadas en el primordialismo romántico, estas teorías utilitaristas y neoliberales fomentan la desconexión del individuo de su grupo y de su origen social.

La vergüenza de ser negro

¿Hasta qué punto el racismo de Vox es algo singular dentro del panorama español? No quiero decir con esto que el ideario de Vox no sea racista. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las leyes de extranjería vigentes desde hace décadas, los Centros de Internamiento de Extranjeros, las persecuciones policiales contra las minorías no-europeas y los impactos de las políticas públicas de control de las fronteras son, de por sí, aplicaciones del programa de Vox. Aquí es donde la militancia de negros en un partido anti-inmigrantes y anti-negros nos invita a la reflexión. Si uno rechaza a los partidos convencionales por aplicar políticas discriminatorias contra los negros, no puede uno militar en un partido que abandera dichas políticas.

Aplaudir las medidas contra otros negros cuando uno es negro pone de manifiesto la esterilización mental que caracteriza la incapacidad de desarticular la racionalidad colonial. Es la imposibilidad de sobreponerse a lo que Sankaran Krishna llama “ansiedad postcolonial”. En Postcolonial Insecurities, Sankaran observa la construcción social del pasado, el presente y el futuro por parte las élites estatales y las clases medias educadas ―tanto en las excolonias como en las metrópolis. Estos actores concentran sus esfuerzos en la conservación del imaginario de la modernidad occidental. Sin embargo, los daños psicológicos de la esterilización mental son todavía más nefastos en los descendientes de los colonizados que han abrazado las creencias del colonizador y asumido su condición de “medio-hombre, medio-bestia” que le fue impuesta a golpe de azote, y que piensa que lo debe todo a su amo, el colono.

Filosofía
Etnonacionalismo: ¿privilegio blanco o racismo de Estado?
La irrupción de VOX en la escena política invita a reflexionar sobre el etnonacionalismo español basado en el privilegio blanco y el racismo de Estado
La racionalidad colonial se caracteriza por la asunción de la superioridad cultural del colonizador y de las teorías de constelación sobre la identidad subyugada. Es un mecanismo de dominación que funciona gracias a la subyugación de las masas populares a través de la noción foucaultiana de la gubernamentalidad que ejercen los estados-nación. De hecho, el legado colonial junto a las teorías primordialistas de construcción nacional popularizadas por Johann Gottlieb Fichte y Juan Gottfried Herder solo reconocen una categoría fija de personas en base a la muy cuestionable pureza de la sangre y la lengua. En este esquema mental la presencia del negro se manifiesta y se esfuma por la gracia de la retórica política y las doxas. La fuerza de su alteridad condiciona su sentido de pertenencia.

¿Pueden la retórica xenófoba y la propuesta de excluir a los inmigrantes ser tolerados por alguien cuyo fenotipo delata su no-españolidad y enfatiza su alteridad? La alteridad del africano y la mirada de Europa fundaron las categorías de negros que Frantz Fanon describió en Pieles negras, máscaras blancas. Así es, personas negras absorbidas por el trauma colonial que no poseen identidad ni personalidad cultural y que sienten una vergüenza profunda por su condición humana. Se acomplejan por tener la piel oscura y por su pasado africano. Un pasado, todavía pesado, sin orden ni concierto, les traumatiza. Ahí tenemos a los negros de Vox y la categoría de negros que militan en las formaciones políticas donde la figura del negro simboliza una amenaza.

Jean Paul Sartre explica que la mirada del otro y su impacto en la percepción que se tiene de uno mismo provocan la honte de soi (la vergüenza de sí mismo). Y esa vergüenza de sí mismo se apodera de uno en presencia del otro. El otro, según Sartre, es el mediador indispensable entre el “yo” y el “yo mismo”. Entender la vergüenza de “sí mismo” requiere pensar en “sí mismo” desde una perspectiva histórica de la relación con el otro. Por ejemplo, pensar las implicaciones de la histórica discriminación y la negación de la humanidad del negro es fundamental para entender la vergüenza de sí mismo. Esta misma vergüenza lleva a algunos negros a militar en un partido como Vox a pesar de que ellos mismos proceden de África o sus abuelos llegaron a España por la gracia de la misión “colonizadora” de España.

Las personas negras de Vox son absorbidas por el trauma colonial, no poseen identidad ni personalidad cultural y sienten una vergüenza profunda por su condición humana.

Resulta que a veces algunas personas prefieren no pensar su existencia y se conforman con existir y asumir las condiciones de su existencia subyugada. Cuando uno asume sin más un estado de hecho, pierde de vista la relatividad de estos mismos hechos. Los actores que actuaban para la propaganda nazi no podían juzgar ni podían tener una buena o mala opinión del nazismo. Eran conscientes de la utilidad de sus papales para la causa de los nazis. Sus acciones tenían un solo propósito y su relación con el III Reich era unilateral. De modo que un negro que milita en Vox no puede evitar verse a sí mismo como un medio, un objeto, una cosa, y de paso asumir su identidad subyugada de “negro de Vox”.

En el escenario actual de la democracia liberal, los seres humanos no ocultan su voluntad de apropiarse de la libertad de sus semejantes para convertirlos en objeto para una causa. Interiorizada la vergüenza de sí mismo, la relación que se construye entre Vox y “sus negros” se justifica con la instrumentalización de estos negros. La vergüenza de ser negro, inmigrante o afrodescendiente, provoca un vampirismo que se manifiesta en el reconocimiento de la subalternidad en un entorno racista y bajo la mirada humillante de un partido político como Vox.

La retórica de los negros de Vox desvela sus contradicciones y refleja una profunda frustración ante la mirada que genera la llegada de los cayucos a las costas del mediterráneo y los espectáculos que generan los episodios de rescate de los inmigrantes. La violencia de las imágenes lleva a los seguidores negros de Vox a posicionarse contra lo que llaman “efecto llamada”. Olvidan, o tal vez ignoran, que tal “efecto llamada” es una consecuencia natural de la movilidad humana. Hubo efecto llamada cuando los españoles viajaron a Francia, Alemania y Suiza durante y después de la guerra civil; cuando los andaluces se instalaron en Catalunya; cuando los europeos migraron a África, Caribe y las Américas. O, algo más cercano, el éxodo de los jóvenes españoles a Edimburgo que bien retrató Iciar Bollaín en su película En tierra extraña, estrenada hace cinco años.

Más allá de la racionalidad colonial, la vergüenza de sí mismo y la asunción de la identidad subyugada, hay algo peculiar en los negros de Vox: la falta de empatía hacia sus hermanos negros. La empatía es la capacidad que los seres humanos desarrollamos durante nuestras interacciones con nuestro entorno; es una habilidad psicológica que nos permite entender a las otras personas y establecer relaciones humanas con ellas y crear vínculos culturales sin necesidad de juzgar. Gracias a la empatía podemos ofrecer nuestra ayuda a la otra persona sin importar su origen, su raza, su creencia o su procedencia.

Reconocer a la otra persona a través de nuestro yo y ofrecerle ayuda es posible solo cuando tenemos empatía hacía ella. La empatía no viene condicionada por nuestro imaginario y está mucho menos subyugada a la alteridad. Sentimos empatía porque creemos que las otras personas merecen una vida digna. No importa si las otras personas comparten la misma comunidad de vecinos con nosotros, si viven en el mismo bario que nosotros, si son de la misma condición social que nosotros; el mero hecho de reconocer su condición humana y nuestro deseo de establecer vínculos humanos es suficiente para tenderle una mano.

Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
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#46197
23/1/2020 13:49

El que ha escrito este artículo, que se cree pensador y filósofo, hace un montón de saltos ilógicos e ideológicos y por tanto manipuladores en sus argumentaciones. Además cuando uno acude a la reducción "ad nazismum" mala señal. Es el último argumento del que no tiene argumentos. Por otra parte me gustaría saber que ha hecho él por aquellas personas que están en peores condiciones que él. Este artículo me parece que etiqueta mucho, es racista y todo lo ve en clave de blancos y negros y no piensa en las personas.

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#46013
17/1/2020 13:33

Es maravillosamente poético ver como el trumpismo rojigualdo cavernario entra a valorar/comentar cualquier texto que les coloque frente a propio espejo, especialmente si es un artículo de filosofía. 🙃

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#46026
17/1/2020 14:08

Así es. Además, creo de verdad que están a sueldo del fascio, dada su profusión de temas que comentan y su disponibilidad horaria.

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#46030
17/1/2020 14:57

No te quepa ninguna duda, de ambas cosas... Lo más reseñable, para mí, tiene que ver con que entren al fango con textos de pensamiento, de pensamiento...
Mamma mía ! - WATTBA (What a time to be alive)

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#46009
17/1/2020 13:13

Até parés que fala de nós.
Salvando las partes que hablan concretamente de no europeos, es un texto que nos retrata muy bien lo que enfrentamos los "galegos". Todo lo que viene de España es mucho mejor que lo nuestro, no tenemos historia mas allá de la española, artistas lo que se dice artistas solo los de fuera y ya no digamos hablar en "galego" en público por que es de mala educación.
Si por eso todo entiendo perfectamente lo que dice el columnista y si además estás fuera de tu Tierra pues mas lo comprendes. Pero con todo esto encontrarás personas que seguirán siendo insolidarias, xenofobas y racistas.
Y ya puestos podia el autor escibir también sobre el otro lado. La gente de izquierda, votante de toda la vida y que tienen el veneno en la punta de la lengua (putos negros, sudacas de mierda, gitanos no se qué, ......) Como se entiende eso? Los internamos a todos en un sanatorio?

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#46036
17/1/2020 16:30

"Y ya puestos podia el autor escibir también sobre el otro lado. La gente de izquierda, votante de toda la vida y que tienen el veneno en la punta de la lengua (putos negros, sudacas de mierda, gitanos no se qué, ......) Como se entiende eso? Los internamos a todos en un sanatorio" Ya lo he hecho. escribí sobre esto en etnonacionalismo y privilegio blanco. https://www.elsaltodiario.com/el-rumor-de-las-multitudes/etnonacionalismo-privilegio-blanco-o-racismo-de-estado. Ya dirás qué te parece.

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#46004
17/1/2020 13:06

Leer el articulo me hace ponerme colorada, racista es este articulo

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#46003
17/1/2020 13:03

Sois racistas en el salto, es una persona que milita en un partido y punto. Solo veis negros, gays, trans, mujeres...nunca veis personas sin mas. En fin sois clasistas y racistas viva la izquierda pancartista

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#46001
17/1/2020 12:55

Ser reaccionario y autoritario está más allá de tener un determinado color de piel.

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#45992
17/1/2020 11:32

En esta 'cruzada' ultra reaccionaria global hay un negro mucho más importante (para Salvini, Bannon/Trump, Abascal, Orbán...) y con mucho más poder que no se menciona: El cardenal guineano Robert Sarah.

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Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

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