Anarquismo
Emma Goldman: antimilitarismo y revolución

La oposición de Emma Goldman a la participación de EEUU en la I Guerra Mundial encarna el antimilitarismo propio del pensamiento anarquista. Al mismo tiempo, niega que dicha posición convierta todo uso de la violencia en ilegítimo.
Emma Goldman 2
Emma Goldman
Graduada en Filosofía y Periodismo. Autora de 'Reflexiones anarcofeministas. E. Goldman' (Calumnia, 2022)
5 abr 2022 08:00

Emma Goldman, como muchas otras mujeres, ha sido colocada en la vitrina de referentes feministas, y no sin razón. No obstante, restringir las ideas y las acciones de esta militante al ámbito del género es un error. Goldman realizó diversos análisis sobre otros temas políticos candentes en la época y otros atemporales, tales como las prisiones, el sindicalismo o el patriotismo. La cuestión que interesa aquí es la guerra y, en particular, la postura antibelicista de la autora.

Goldman llegó a Estados Unidos en 1885 con 16 años y fue la tragedia de los mártires de Chicago lo que despertó su interés por el anarquismo. Desde ese momento empezó a frecuentar ambientes ácratas y a relacionarse con figuras destacadas del ámbito libertario como Johann Most o Alexander Berkman. El activismo de esta mujer se centraba en la propaganda, tanto en panfletos y revistas como en charlas. Fue su uso de “la palabra como arma” lo que la llevó a ser considerada “la mujer más peligrosa de Estados Unidos” por las autoridades de ese país.

Antimilitarismo ante la I Guerra Mundial

Con el estallido de la I Guerra Mundial, Goldman se unió a las denuncias antimilitaristas que siempre ha abanderado el pensamiento libertario y su protesta aumentó cuando Estados Unidos, su país de acogida, decidió participar directamente en el conflicto armado. Esta postura le llevó a sufrir varias detenciones, dos años en prisión y finalmente su deportación a Rusia, de donde era originaria, en diciembre de 1919.

En las vísperas de la Gran Guerra, Goldman ya había comenzado una gira interestatal de conferencias, a las que siempre acudían muy diversos perfiles de gente y que a menudo eran saboteadas por las autoridades locales de cada municipio. En una de sus charlas, en San Francisco, entre el público, se hallaba un soldado raso: William Buwalda. Este militar tuvo la “desfachatez” de estrecharle la mano a Goldman una vez finalizada su ponencia, un acto que en teoría solo puede significar un gesto de respeto y tolerancia evidenció el código moral disciplinario del ejército.

El antimilitarismo no es sinónimo de pacifismo. Protestar contra la guerra no es sinónimo de creer que la violencia es intrínsecamente ilegítima en todos sus contextos

William Buwalda, “debido a su tonta creencia de que uno puede ser un soldado y ejercer sus derechos como hombre al mismo tiempo” fue castigado duramente por las autoridades militares. Después de haber servido quince años con un expediente impecable, fue condenado a tres años de prisión, aunque inicialmente se le reclamaban cinco. Este es un caso que Goldman saca a relucir cada vez que habla de la guerra en sus diferentes ensayos.

El escándalo que se generó a raíz de la sentencia puso en tela de juicio la ciega obediencia que se espera al alistarse en el ejército. Una obediencia que no es conciliable con la libertad, ni de acción ni de pensamiento, una característica esencial del ser humano y el valor más importante en la teoría anarquista que defendía Goldman. La lealtad que exige el militarismo, a pesar de los matices positivos que tiene en sí la propia palabra, desemboca en todo lo contrario: en la traición a uno mismo. En su texto En qué creo, a partir de este ejemplo, declara una vez más “que el militarismo, una armada y ejército permanente en cualquier país, es indicativo de la pérdida de la libertad y de la destrucción de todo lo mejor y lo más puro de la nación”.

Por otro lado, la antesala de la I Guerra Mundial también trajo roces y divisiones dentro del propio movimiento anarquista. En gran parte tales desacuerdos fueron motivados por la toma de posición de Piotr Kropotkin en favor de dicha guerra. El hecho de que un personaje tan renombrado dentro de las filas libertarias sostuviese esa postura hizo dudar a muchos y dolió a otros cuantos. Goldman lo sintió como una puñalada; no obstante, mantuvo que “nuestra devoción por nuestro maestro y nuestro afecto por él no podían alterar nuestras convicciones, ni cambiar nuestra actitud hacia la guerra como una lucha de intereses financieros y económicos ajenos al trabajador”.

Los acontecimientos que se iban sucediendo no hacían más que reforzar su tesis, lo que la llevó a centrar su esfuerzo en la causa antimilitarista y ampliar su difusión. Desde su propia revista, Mother Earth, iba pidiendo a compañeros y compañeras de diferentes ámbitos que aportaran sus ideas en diversos artículos que serían publicados en ella. Fue esta campaña antirreclutamiento lo que la llevará a estar ante un juez el día exacto de su cuadragésimo cumpleaños, siendo sentenciada a dos años de prisión. Una cárcel de la cual no llegaría a salir nunca libre, sino deportada a Rusia. No volvería a pisar su país de acogida hasta después de su muerte, siendo enterrada al lado de los mártires de Chicago en 1940.

Revolución rusa
Emma Goldman y la Revolución (rusa)
Emma Goldman aprovechó su experiencia en la Rusia revolucionaria para reflexionar desde lo vivido cómo debía ser una revolución anarquista.

Hacia su análisis teórico

En primer lugar, cabe destacar que el antimilitarismo no es sinónimo de pacifismo, tal y como se interpreta en algunas ocasiones. Es decir, protestar contra la guerra no es sinónimo de creer que la violencia es intrínsecamente ilegítima en todos sus contextos. Lo que pone de relieve el antibelicismo son los intereses que mueven estos conflictos nacionales o internacionales, unos intereses económicos y políticos perseguidos por las altas esferas de los Estados que nada tienen que ver con lo que conviene a las clases medias y bajas.

Goldman entendía que “el mayor baluarte del capitalismo es el militarismo”, como bien expuso en su ensayo Patriotismo, una amenaza para la libertad. Desde esta perspectiva, contemplaba la palabra clave que los Estados empleaban para atraer a los ciudadanos al ejército: el patriotismo. Este concepto, que no es más que una “superstición creada y mantenida a través de una red de mentiras y falsedades”, se basa en la “presunción, la arrogancia y el egoísmo”. De esta manera se educa a los niños que tienen que defender su país, alimentando la protección de la propiedad privada junto con el derecho de salvaguardarla a toda costa.

La sensación de pertenencia que provoca el patriotismo y el sentimiento justiciero que suponen los honores de servir al país son las herramientas empleadas para el alistamiento. Mediante el fomento de esta idea en la población, también se genera una opinión pública proclive a la producción y obtención de más armamento militar. Esto último resulta indispensable para mantener el negocio de las guerras: hay que amortiguar los gastos. Es decir, se dan unos excedentes militares que hay que emplear para poder seguir nutriendo el ciclo del mercado.

No obstante, mientras que el patriotismo sirve como instrumento de las élites para conseguir un respaldo ciudadano, Goldman señala que aquel “no es para aquellos que representan la riqueza y el poder”. Esta sentencia la ejemplifica en cómo son las clases trabajadoras las que acaban en los frentes militares, cómo las clases más altas se denominan “cosmopolitas”, cómo estas últimas muestran y dan apoyo a aquellas otras “patrias” tanto por intereses políticos como económicos mediante declaraciones, envío de tropas o venta de armas.

Lo que pone de relieve el antibelicismo son los intereses que mueven estos conflictos nacionales o internacionales, unos intereses económicos y políticos perseguidos por las altas esferas de los Estados que nada tienen que ver con lo que conviene a las clases medias y bajas

Otro de los argumentos que se esgrimen para la justificación del ejército es la seguridad. El alegato según el cual se necesitan medios para poder defenderse de ataques extranjeros y para poder mantener la paz. Sin embargo, “la afirmación de que el levantamiento de un ejército y una armada es la mayor seguridad para la paz tiene tanta lógica como afirmar que el más pacífico ciudadano es aquel que está fuertemente armado”. En una de sus charlas sobre «Acción preventiva», Goldman exponía que “más que asegurar la paz, el «estar preparado» ha sido siempre y en todos los países un instrumento que ha acelerado los conflictos armados”.

Goldman reconocía el miedo que podían tener las autoridades, pero situaba su temor no en un peligro exterior, sino en el “miedo del creciente descontento de las masas y por el espíritu internacional de los obreros”. Por tanto, bajo el estandarte de la protección de los ciudadanos, se multiplican los elementos de control social tales como los cuerpos de seguridad del estado y leyes más restrictivas; hoy en día a la lista también se le podrían sumar las cámaras de vigilancia callejeras.

Al colocar la amenaza fuera de las fronteras de la nación se espera conseguir una unidad dentro de ellas. Un pueblo unido frente a un enemigo común. Un pueblo unido sin apreciar las diferencias entre quien paga el precio y quien se beneficia de él. Una de las muchas consecuencias de este discurso acaba siendo un racismo y una xenofobia extendida que hasta cierto punto apoyará y/o fomentará futuros conflictos.

Por otro lado, también hay que tratar las causas de la guerra. Como ya se ha señalado, no se debe realmente a una defensa del país, pues no puede haber defensa donde no se recibe un ataque. Partiendo de esta base, Goldman repasa en su ensayo los motivos de conflictos anteriores concluyendo que en todos los casos responden a intereses de las clases dominantes, en los que, reitera, priman los beneficios económicos e imperiales de los Estados.

Una profecía aún incumplida

A pesar del contexto bélico en el que vivió Goldman, no dejó de ver un rayo de luz. Nuestra autora confiaba en el movimiento antimilitarista que despertaba en las conciencias que cada vez sabían más sobre las guerras y lo que las rodeaba:

“La centralización del poder ha conllevado un sentimiento de solidaridad entre las naciones oprimidas del mundo; una solidaridad la cual representa una mayor armonía de intereses entre los trabajadores de Norteamérica y sus hermanos en el extranjero que entre el minero norteamericano y su compatriota explotador”.

La esperanza se proyecta sobre un futuro en el que el pueblo, el que históricamente ha puesto los soldados y por ende los muertos, deje de acatar órdenes de los de arriba, deje de servir a unos intereses ajenos contradictorios con los propios, deje de asesinarse entre sí. Goldman defendía una campaña de concienciación de la realidad, que “supondrá en el futuro el levantamiento de todos los oprimidos y pisoteados en contra de sus explotadores internacionales”.

En conclusión, el lema que sale a la luz en forma de pintadas en los muros cuando se da un conflicto armado, “ni lucha entre pueblos, ni paz entre clases”, resumiría tan bien su postura que podría haber sido ella misma la que maniobrase con la lata de aerosol. Emma Goldman consideraba la vida como lo más preciado, pero la vida en libertad, sin jerarquías y para todos y todas, lo que creía firmemente que traería una sociedad anarquista.

Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión El futuro tiene una fecha límite: tenemos que atrevernos a ganar ahora
La alienación general, la apatía y el escaso análisis material respecto al significado de nuestras crisis combinadas son muy preocupantes. Este no es un camino para avanzar, no tiene ninguna posibilidad de éxito.
Catalunya
Etnonacionalismo Sílvia Orriols y la etnia catalana: etnonacionalismo, globalización y seguridad
El etnonacionalismo prioriza los intereses de un grupo determinado en función de las características ontológicas, raciales o culturales.
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Policía
Espionaje político Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.
Opinión
Opinión Infiltrados en la democracia
Un nuevo caso de infiltración policial subraya la permanencia de una serie de prácticas que amenazan derechos fundamentales y tienen potencial delictivo.
Catalunya
Catalunya El Senado veta la Amnistía y la Audiencia Nacional intenta que los imputados de Tsunami abandonen el exilio
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, les ha llamado a declarar desde Barcelona el 22 de mayo, antes de que se apruebe la ley. Les imputa terrorismo, un delito por el que no podrían ser amnistiados.
Genocidio
Human Rights Watch Israel ha lanzado al menos ocho ataques sin aviso previo contra organizaciones humanitarias
La organización no gubernamental Human Rights Watch acusa a Israel de atacar centros y convoys de ayuda humanitaria y advierte a los países que suministran armas a las FDI que eso contraviene el derecho internacional.
Genocidio
Movilizaciones Estudiantes por Palestina, el “no en nuestro nombre” global
Las acampadas se extienden por todo el mundo. La represión de algunas de ellas no consiguen limitar el alcance de una forma de protesta que desafía a los Estados y que Israel considera una amenaza que pone en riesgo su impunidad.
Sidecar
Sidecar Un régimen de guerra global
Los conflictos armados están atrayendo a algunos de los actores más poderosos de la escena internacional, lo cual invoca el espectro de la escalada nuclear.
Palestina
Movimiento BDS Archivada la denuncia por una acción de boicot a McDonald's
Un juzgado de Madrid considera que en el despliegue de la pancarta “Ahora sí, boicot McDonald's. Llámame McGenocidio” no existió delito.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Gobierno amplía la moratoria hipotecaria unas horas antes de su vencimiento
Cuando faltaban unas horas para el fin de la moratoria hipotecaria que beneficia a 30.000 familias, el Consejo de Ministros aprueba su prórroga hasta 2028. La PAH anuncia que seguirá luchando por una “solución definitiva”.

Últimas

Crisis climática
Industria y crisis climática La transición de la industria del acero choca con los límites del hidrógeno verde
La industria siderúrgica debe reducir en un 93% sus emisiones para que el aumento de la temperatura global se mantenga un 1,5º C por debajo de los niveles preindustriales. Y el hidrógeno verde no es suficiente para transformar la industria del acero.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Un vídeo muestra las técnicas violentas de las agencias de desocupación
Una grabación realizada con móvil muestra la utilización de técnicas de violencia física por parte de trabajadores de una empresa de desocupación, un sector que ha escapado hasta ahora de la regulación y cuenta con la complicidad de la Policía.
Elecciones
Elecciones catalanas El triunfo de Sánchez e Illa en el embrollo catalán
Los socialistas derrotan con claridad al independentismo, pero lo tendrán complicado para formar gobierno y la derechización de la política catalana no es una buena noticia para el PSOE.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sanidad pública
Privatización sanitaria Una nueva ley para “limitar” la participación de las empresas en la sanidad pública
El Ministerio de Sanidad lanza a consulta un proyecto de ley de gestión del sistema nacional de salud que pretende poner coto a las privatizaciones aunque sin eliminar esta posibilidad de manera explícita.
Historia
Historia ‘Japó Roig’: la historia olvidada de la izquierda nipona en plena Guerra Fría
Ferran de Vargas publica ‘Japó Roig’ (Manifest, 2024), en el que reconstruye la historia de la izquierda revolucionaria japonesa desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1972.
Energías renovables
Renovables La empresa eólica que explota el monte Acibal sigue trabajando pese a la paralización decretada por el TSXG
La plataforma Amil sen Eólicos y la organización ecologista Adega demandan al Tribunal Superior que disponga fuerzas de seguridad pública en la zona para verificar qué tipo de tareas se están realizando y si cumplen con el auto de paralización.

Recomendadas

Ocupación israelí
Guerra contra Gaza Crece el debate en EE UU por su responsabilidad en la masacre de Gaza
Un informe del Departamento de Estado admite por primera vez que las bombas de 900 kg suministradas por EE UU se han podido utilizar de forma indiscriminada contra civiles.
Salud
Salud perinatal Susana Carmona: “No encuentro nada más feminista que estudiar lo que pasa en nuestros cuerpos”
La psicóloga clínica Susana Carmona recoge en ‘Neuromaternal’ casi todo lo que la neurociencia puede enseñar sobre las madres. Por ejemplo que la maternidad, como la adolescencia, es una época de neuroplasticidad y de adaptación.
Palestina
Noura Erakat “Nuestra lucha por salvarnos como palestinos es también una lucha para salvar el mundo”
La organizadora y abogada defensora de la Campaña en Estados Unidos por el fin de la ocupación israelí Noura Erakat respondió a las preguntas de Olga Rodríguez para la entrevista de la revista trimestral de primavera de El Salto.
Barcelona
Barcelona El Lokal se queda en el Raval
En un giro inesperado de su historia, el mítico espacio libertario El Lokal, de Barcelona, ha tenido que decidir si mudarse o firmar un contrato de compra-venta para preservar su espíritu, a ras del Raval.