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Ecologismo
Protesta antinuclear en la Cumbre Hispano-Lusa
Activistas españoles del Movimiento Ibérico Antinuclear y la Plataforma Stop Uranio se trasladan a la cumbre Hispano-Lusa de Guarda para recordar a ambos gobiernos el rechazo de las poblaciones rayanas a la energía nuclear, reivindicando el cierre inmediato de Almaraz y la no apertura de la planta de tratamiento de Uranio de Retortillo.
Ayer, sábado 10 de octubre, se celebró en Guarda (Portugal) la cumbre Hispano-Lusa entre los jefes de gobierno de ambos países para tratar temas comunes. Hasta Guarda se han trasladado activistas españoles y portugueses del Movimiento Ibérico Antinuclear, así como de la Plataforma Stop Uranio “para recordarles los problemas relacionados con el ciclo de combustible nuclear que nos afecta a las personas que habitamos cerca de la frontera, principalmente la central nuclear de Almaraz y la planta de uranio de Retortillo”.
En su comunicado, la Plataforma Stop Uranio denuncia que “las instalaciones que pretende construir Berkeley a 30 km de la frontera portuguesa constituyen una seria amenaza para el territorio portugués, y así lo entendieron los parlamentarios portugueses que unánimemente aprobaron el 16 de Marzo de 2018 una declaración en la que se pedía al Gobierno portugués que hiciera las diligencias necesarias para impedir la explotación de uranio en Salamanca y se realizase un estudio de impacto ambiental transfronterizo de este proyecto. La Agencia Portuguesa de Ambiente ya determinó que el proyecto de Berkeley tiene efectos significativos en Portugal por el régimen de vientos de Este Noreste y por la probabilidad de contaminación del río Yeltes, que vierte sus aguas en el Douro internacional del que dependen dos millones de personas en el país vecino.”
Un 94% de la población portuguesa expresaba su preocupación por la prolongación del período de explotación de los reactores atómicos de Almaraz, por el incremento de riesgo de fallos y accidentes que afectarían a toda la cuenca del Tajo portuguesa
Por su parte, el MIA aclara que “desde 2017 Portugal viene demandando a España el cierre de la central nuclear de Almaraz, e incluso un parlamentario de la Asamblea de la República Lusa visitó el Congreso de los Diputados para llevar este mensaje de preocupación, dado que la central está situada a escasos 100 kilómetros de la frontera, y va a operar hasta cumplir los 60 años de antigüedad. Aquella reunión concluyó sin acuerdo y Portugal elevó una queja a la Comisión Europea para exigir una Declaración de Impacto Ambiental transfronteriza.”. En su comunicado, el MIA recuerda el sondeo que hizo la televisión pública portuguesa RTP en el que un 94% de la población portuguesa expresaba su preocupación por la prolongación del período de explotación de los reactores atómicos de Almaraz, por el incremento de riesgo de fallos y accidentes que afectarían a toda la cuenca del Tajo portuguesa, no es de extrañar que el parlamento portugués haya aprobado dos resoluciones en contra de la prórroga nuclear que ha acordado el gobierno de Pedro Sánchez para satisfacer los intereses oligárquicos del emporio eléctrico español. “Las autoridades españolas han prescindido de tener en cuenta la opinión de nuestros vecinos en ambas cuestiones, tanto en el proyecto minero de uranio en Salamanca, como la prolongación del uso de la Central de Cáceres, pese a la existencia de un Protocolo de actuación firmado en 2008 entre el Reino de España y la República Portuguesa para la aplicación de la evaluaciones ambientales de planes, programas y proyectos de efectos transfronterizos.”
El Foro Extremeño Antinuclear participa en esta movilización, junto con las gentes de Salamanca y los compañeros y compañeras portuguesas, para recordar a la población en general que “la amenaza nuclear es real y no debe ser olvidada”.