Ecofeminismo
¿Has visto alguna vez una sirena en el mar?

Baleia: crítica a la cosificación de la mujer y a la destrucción de los océanos sobre las tablas del Teatro Echegaray de Málaga
Baleia 01
Rocío García, Adriana Rogan, Tania Santiago y Olga Magaña, intérpretes de Baleia. Daniel Pérez
27 jul 2021 06:00

“Yo no conocía el ecofeminismo. Lo descubrí estudiando”, afirma la directora y coreógrafa Olga Magaña (Almería, 1983) sobre su última obra, Baleia, justo antes de comenzar a preparar la función de esa noche en la que, como en todas las anteriores, el público aplaude de pie al final.

Desde que ganase la quinta convocatoria de proyectos escénicos de la Factoría Echegaray (iniciativa de producción de espectáculos propios impulsada por los teatros municipales de Málaga) la almeriense comprendió que no solo tenía que enfrentarse a sus contradicciones, sino a las mareas internas de cada una de las tres intérpretes que, junto con ella, componen el elenco de esta obra de setenta minutos.

Baleia significa ballena en portugués. Es, como se dice al inicio de la función, una eufonía, porque suena tanto a “baile” como a “vale ya”. La crítica a la cosificación de la mujer, como piedra angular de la tiranía del patriarcado, y la denuncia de la destrucción de los océanos por la acción del ser humano se entrelazan en esta creación artística que, más allá de las etiquetas, enfrenta dos de los grandes desafíos de la humanidad bajo una estética colorista y un ritmo veloz.

Cuatro mareas internas

En 2014, Olga Magaña soñó con cuatro ballenas, lo que dio lugar a un primer monólogo sobre esta temática y, posteriormente, a su desarrollo a través de cuatro personajes femeninos que entrelazan sus relatos en el escenario mediante el teatro textual, el físico, la danza y el cante. “He bebido toda mi vida del flamenco, pero también escucho mucho a Natty Peluso”, explica la directora de la obra que se estrenó el pasado 13 de julio, consciente del diálogo entre lo tradicional y lo contemporáneo.

Para llevar a cabo su objetivo, comenzó un “no casting”, como lo denominó en abril. Buscaba intérpretes versátiles, capaces de jugar con distintos estilos diversos y crear una comunidad “que permitiese mostrar las mareas internas de cada una”, apunta mientras come en un restaurante en el centro de Málaga. Tras la prueba, tenía claro quiénes serían sus compañeras en esta aventura teatral en la que se respira sororidad, apoyada en todo momento por el que es “el codirector de Baleia, el músico y dramaturgo Javier Viana”, quien también es responsable de la concepción del espacio sonoro.

“Soy Adriana Rogan, peso 120 kilos, tengo 28 años y la sociedad me llama ballena”, afirma una de las intérpretes de la obra. Como ella, Tania Santiago y Rocío García explican en sus respectivos monólogos las contradicciones vitales a las que se enfrentan diariamente. En muchos casos relacionadas no solo con el heteropatriarcado, sino con las expectativas que tiene un mundo capitalista sobre el cuerpo de las mujeres y sus derechos sexuales y reproductivos.

De Greta Thunberg al jabegote

Como contraposición a estas imposiciones del sistema, Magaña beatifica a Greta Thunberg sobre las tablas. La música gregoriana de los catalanes Alexandrae con 'Amazing Spaces'  preconiza la llegada de la niña sueca con un chubasquero amarillo, que recorre el escenario bajo una luz inmaculada y su trenza comienza a crecer y crecer, como una maroma (cuerda gruesa de esparto, cáñamo u otras fibras vegetales o sintéticas) o como un cordón umbilical que la une con las nuevas generaciones, conscientes de la importancia de salvaguardar el planeta.

Baleia 02
Rocío García y Tania Santiago bailando durante la obra en el Teatro Echegaray. Daniel Pérez

“Soy Tania Santiago, mido 1,50, peso 45 kilos y soy mujer y gitana”. Santiago es una bailaora a la que muchas compañías no aceptaban porque “le faltaban diez centímetros”. Esta artista de metro y medio de aceite de ballena (porque le resbala lo que digan de ella, asegura), interpreta a Thunberg, la activista medioambiental que promovió Viernes por el Futuro, un movimiento internacional, principalmente juvenil, que lucha por la protección de la tierra, el territorio y el medio ambiente. “Greta vivió una odisea cruzando el océano con un catamarán para llegar a la cumbre del clima de Madrid”, argumenta Olga Magaña, “mientras yo sigo cogiendo ese autobús con alas llamado avión para desplazarme”, reconoce la directora, consciente de las contradicciones en las que vivimos en la actualidad.

Precisamente jugar con el imaginario colectivo durante su homenaje marino era uno de los objetivos de la coreógrafa que, a través de juegos de palabras, cambios mínimos a canciones conocidas o referencias a dichos populares hace reír al público mientras plantea críticas a las incongruencias de la actualidad.

“Juego uniendo una frase con otra, para darle respuesta a la anterior”, explica Magaña, recordando con una sonrisa las referencias artísticas al mar en versos de las canciones de Marisol, El Kanka, Perotá Chingó o Joan Manuel Serrat, pero también de las intérpretes de la obra.

De hecho, la propuesta va mucho más allá y también alberga canciones propias. Rocío García posee un proyecto denominado Calma Musique y, en la función, interpreta una nana a su niño pez, bebiendo del texto que le canta a su hijo en la vida real. Más tarde, García se arranca con un jabegote taconeando con aletas azules, un palo del flamenco que procede del fandango malagueño y que cuenta las faenas de los pescadores que trabajan con las jábegas.

Sirena o ballena

“¿Qué quieres ser: sirena o ballena?”, decía un anuncio de una conocida cadena de gimnasios en Brasil hace unos años. Inspirada en esa falsa dicotomía, Olga Magaña se empecinó en hablar de la cosificación de la mujer y del vertedero marino como las dos caras de una misma moneda de letargo social, gracias una dramaturgia muy visual y a un gran conocimiento sobre las expectativas que la sociedad tiene de cada una de las intérpretes. Estas mareas internas, como las llaman en el elenco, fueron identificadas gracias a la labor de Viana en un laboratorio previo realizado en el Ateneo de Málaga durante el mes de mayo.

Baleia 03
Las cuatro protagonistas de Baleia miden sus cuerpos para denunciar la cosificación de la mujer. Daniel Pérez

“En mi vida muy pocas veces voy de negro”, afirma la directora, que señala a su bicicleta rosa, alude al verde de su blusa y explica sus influencias en este sentido: “La compañía Voadora, de Marta Pazos es muy colorista y yo quería algo así, con una escenografía fácil de mover y que convirtiese el vertedero marino en algo bello”, apunta la almeriense, consciente de que la forma también influye en el mensaje que se quiere transmitir al público.

Baleia 04
Una escena de Baleia en la que Tania Santiago baila inspirándose en 'La invención colectiva' de René Magritte Daniel Pérez

Así, las tonalidades primarias se funden en la obra con conceptos que recuerdan en ocasiones a 'El nacimiento de Venus' del renacentista Botticelli o al surrealismo de 'La invención colectiva' de Magritte, gracias a un attrezzo que reformula lo costumbrista, como las telas para recoger aceituna que parecen en escena en varios momentos, o a las luces, cuidadosamente medidas hasta su explosión en un desfile de moda rocambolesco.

“La industria textil ha tenido un impacto en el medio ambiente brutal. Tiramos un alto porcentaje de la ropa que compramos y me gustaba jugar con la idea de Yolanda Domínguez  de que las posturas de las modelos nos hacen pensar que tienen algún tipo de enfermedad o les pasa algo”, dice Magaña. Si bien no aparece en escena, la directora reconoce que un poema que escribió en 2016 es la esencia de Baleia:

“Nuestro intestino tiene el calibre de 3 campos de fútbol,

Pero no aguantamos el aliento excesivamente

Cantamos pop para sosegar

Y comemos gambas hasta empacharnos

Vivimos en el fondo de tu esternón

Y en éter azul anterior al tiempo.

No pretendemos ser sirenas.”

Baleia 05
Rocío García y Olga Maraña posan durante el desfile de Baleia. Daniel Pérez

Origen

Durante el transcurso de la obra, el escenario se vacía, hasta llegar al origen. Un mar de patitos de plástico amarillo inunda el escenario al inicio de la función para contar la historia de Moby Duck. En 1992, 28.800 patitos de goma y otros muñecos perdidos en el mar evidenciaron el peligro que supone la basura para las especies que habitan en los océanos y para la directora, era un ejemplo perfecto de cómo debemos revisar nuestros comportamientos como sociedad, haciendo desaparecer el rastro de estos juguetes de plástico del espacio teatral, al igual que el vestuario con materiales reutilizados (mascarillas, ruedas, guantes, botellas…) y la escenografía.

Es en ese momento final cuando las cuatro intérpretes cantan y bailan una haka maorí, una pieza folclórica neozelandesa que se hizo popularmente conocida porque la pone en práctica la selección de rugby del citado país antes de los partidos. “Representa la masculinidad en algunos sectores, pero, para mí, hacer bailar a cuatro mujeres esa haka inspirada en la leyenda de Paikea, cuya reencarnación fue una niña jinete de las ballenas es muy potente”, afirma orgullosa la coreógrafa al hablar de este aquelarre ecofeminista.

Cuatro mujeres, semidesnudas, articulando discursos a través de sus cuerpos y colectivizando las luchas contra el heteropatriarcado y los vertederos marinos de forma armónica y ritual. Tras la danza, dibujan con sus brazos las colas de cuatro ballenas, con las que empezó esta obra en la que, con el rumor de los mares, Olga Magaña va comprendiendo sus sueños, y que ahora ha crecido gracias al trabajo sororo con sus compañeras.

Baleia 06
Equipo de Baleia: Javier Viana, Tania Santiago, Olga Magaña, Rocío García y Adriana Rogan. Daniel Pérez
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Feminismos
Economía Feminista Frente a la crisis capitalista Economía Feminista
Coincidiendo con el comienzo del encuentro de Economia Feminista Abya Yala que está teniendo lugar estos días en Argentina, reflexionamos sobre el papel de las Economías feministas en las crisis derivadas del capitaloceno.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Naturae, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Universidad
Educación El Gobierno anuncia el endurecimiento de la normativa para la creación de universidades privadas
El Consejo de Ministros aprueba la tramitación urgente de una modificación en la legislación que regula la creación de centros privados de enseñanzas universitarias.
Estados Unidos
Estados Unidos Estudiantes de Columbia luchan contra las amenazas de deportación
Los estudiantes de Columbia se unen mientras el ICE y el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) atacan el activismo palestino. “[Columbia] está dispuesta a concederle al gobierno de Trump todo lo que quiera”, declara un estudiante a Mondoweiss.
Ecuador
Hacia el 13 de abril Acuerdo histórico de la izquierda y el movimiento indígena para la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador
La alianza entre la Revolución Ciudadana y Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena, no se producía desde 2006 y podría ser determinante para la victoria de la candidata correísta, Luisa González, en las elecciones del 13 de abril.
Violencia obstétrica
Violencia obstétrica Helena Eyimi, matrona: “El parto es un misterio y queremos controlarlo todo, pero no podemos”
Consentimiento informado, trato personalizado y libertad de elección. Para Helena Eyimi (Madrid, 1975) , matrona asesora de Naciones Unidas, es fundamental que las mujeres se sitúen en el centro de las decisiones durante el parto y esos tres conceptos son clave.
Culturas
Culturas Lorca fue también un visionario que intuyó los vínculos entre la música negra y el flamenco
La 24ª edición del Festival de Flamenco de Nueva York abrió un espacio de debate para analizar el impacto que tuvo el movimiento cultural del Renacimiento de Harlem en la obra del poeta granadino.
Análisis
Análisis Algunas preguntas incómodas sobre el rearme europeo
Si la UE ha de librar un conflicto con Rusia o China, no sería convencional y en teatro europeo, sino con más seguridad en África, donde se desplazarán con toda probabilidad gradualmente buena parte de las contradicciones del sistema.

Últimas

Aviación
Travel Smart Las multinacionales españolas, a la cola de la reducción de emisiones por vuelos de negocios
Un estudio publicado este martes por organizaciones ecologistas señala que las emisiones por vuelos de negocios a nivel global se han reducido un tercio, pero las empresas españolas van a la zaga y suspenden en transparencia u objetivos concretos.
Represión
Policía infiltrado La Directa destapa un nuevo caso de policía infiltrado, esta vez, en el activismo de Lleida
Bajo la identidad falsa de Joan Llobet García, un agente de la trigesimosegunda promoción de la Academia de Ávila, pasó dos años infiltrado en espacios independentistas, estudiantiles y ecologistas.
Madres protectoras
Madres protectoras Una madre, condenada a tres años y medio por secuestrar a su propia hija, solicita su indulto
La libertad de Jewel Lázaro depende de la respuesta del Ministerio de Justicia de España a su petición de indulto con el fin de no separarla de otro bebé de nueve meses.
Más noticias
Maltrato animal
Maltrato animal Lidl denuncia a los animalistas que detectaron afecciones en la carne de pollo de la cadena
El Observatorio de Bienestar Animal asegura que el departamento legal de la cadena les pidió que eliminaran todas las publicaciones sobre ellos y creen que es una estrategia legal para silenciarles.

Recomendadas

Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.