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Congreso de los Diputados
Rivera y Casado insisten en que Sánchez solo encontrará apoyos en Podemos “y los nacionalistas”
La comparecencia de los líderes de la derecha cierra las ruedas de prensa después de la ronda de consultas para la formación de Gobierno. Sánchez, que no comparecerá ante los medios, puede dar pie a una segunda ronda o aceptar que su deseo de gobernar en solitario no ha tenido apoyos suficientes.
Aunque la fecha clave es el 15 de junio, cuando cristalizarán los pactos en los Ayuntamientos, la primera tanda de consultas con el jefe del Estado para la investidura de un presidente ha marcado una línea que será difícil de mover, al menos a tenor de las conferencias de prensa de Pablo Casado y Albert Rivera, que han comparecido tras la entrevista con Felipe VI para seguir empujando a Sánchez a un Gobierno con “Podemos y nacionalistas” en palabras de Rivera o con “socios podemitas, Bildu, PNV e independentistas” en palabras también de Rivera.
La comparecencia por la mañana de Santiago Abascal completa la correlación entre la manifestación de la plaza de Colón, en febrero, y la trifásica composición de la oposición de la XIII legislatura. Los tres partidos, PP, Ciudadanos y Vox, se resignaron la noche del 28 de abril a un Gobierno del PSOE y el que los socialistas han designado como eslabón débil, Ciudadanos, no parece dispuesto a salir del consenso de Colón.
Salvo sorpresa, al PSOE no le quedan más opciones que aceptar la negociación con Unidas Podemos —y la entrada en el Consejo de Ministros de alguno de sus representantes—, dilatar las consultas en su intento porque Podemos ceda en sus pretensiones, o conducir la investidura hasta el vértigo de una repetición de elecciones —malas para todos, pero especialmente para la izquierda— y que alguien —Ciudadanos o PP— pisen el freno y se abstengan para permitir el Gobierno monocolor que persigue Sánchez. Poco probable, como han explicado Rivera y Casado. Al menos antes del 16 de junio, con los Ayuntamientos compuestos y los parlamentos autonómicos esbozados.
Ningún indicio permite confiar al PSOE en que se producirá una rectificación por parte de Ciudadanos. Tampoco Casado se ha mostrado especialmente convencido de que se pueda repetir “el pacto del abrazo” que firmaron PSOE y Ciudadanos y naufragó en la primavera de 2016.
Rivera ha asegurado que su partido, una vez formado el Gobierno, está dispuesto a participar en “pactos de Estado, asuntos de Estado y pactos europeos” ya que en estos temas “se pone la camiseta de España y no la de Ciudadanos”. Pero, al margen del forofismo, Rivera sigue más convencido de abrir la puerta a Vox —aunque Ciudadanos insiste en no gobernar directamente con el partido de Abascal— que de seguir las instrucciones de los liberales integrados en Alde en el Parlamento Europeo, donde también se tienen que establecer los principales cargos institucionales tras las manifestaciones del 26 de mayo. Sin mirar a su izquierda para obtener el poder en el Ayuntamiento de Madrid y relevancia política en otras instituciones, es altamente improbable —así lo ha declarado Rivera— que otorguen una abstención en segunda ronda que facilite el Gobierno de Sánchez.
Casado, menos presionado que Rivera en cuanto a los pactos con Vox, ha sido más explícito desde el comienzo de su comparecencia para asegurar que no “va a facilitar con su abstención su proclamación como presidente del Gobierno en segunda votación”. El líder del PP denuncia que Sánchez no haya contactado con sus posibles socios; “Pedro Sánchez se va a presentar a una investidura, ¿para hacer qué?”, ha abundado el líder del PP.
Aritméticas razonables
Tras la ronda de consultas, marcada por la ausencia de Esquerra Republicana de Catalunya y Bildu así como por el anuncio de Laura Borràs de que los diputados electos y encarcelados no renunciarán a su acta, a Pedro Sánchez le faltan exactamente 50 apoyos, descontados los de los presos políticos Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, para la investidura.
“No estamos en contra de que Unión del Pueblo Navarro se pueda abstener”, ha dicho Casado, quien ha añadido que no van a poner como requisito que Coalición Canaria no apoye a Sánchez para componer un Gobierno canario con Fernando Clavivo (CC), PP y Ciudadanos. Casado ha pedido “que no se dilate” la investidura y explicado las aritméticas que harían posible la investidura.
Así, las abstenciones de UPN y los apoyos o abstenciones de PNV, Partido Regionalista Cántabro, Compromís y Unidas Podemos, evitarían al PSOE la foto que no se quieren hacer: cobrando los apoyos de ERC y Bildu, por entender que refuerza el mensaje de sus opositores “constitucionalistas”.
La derecha no ha dado lugar a más especulaciones. Casado cree que no hay “una situación de bloqueo” y lo ha explicado en un ejercicio de comentarista político en el que ha presentado la principal incógnita: por qué Sánchez no ha contactado todavía con el que parece su socio más claro, Unidas Podemos. Para el líder del PP, no obstante, es posible que Podemos desista en las rondas de consultas de intentar entrar en el Gobierno, propósito que persigue Sánchez desde la noche electoral del 28 de abril.