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Comunidad de Madrid
La Cañada Real se prepara para su segundo invierno sin luz
El año pasado, Mohamed tenía que hacer sus deberes de sexto de Primaria con un frontal en la cabeza. Como un minero, era la única forma que tenía de alumbrar lo que tenía delante. Este joven es hijo de Rahma Hitach, vecina del Sector V de la Cañada Real que continúa sufriendo el corte de luz en el asentamiento irregular más grande de Europa desde octubre de 2020. La problemática afecta a 4.000 personas, de las cuales 1.800 son niños, niñas y adolescentes. Un juzgado de la capital dirime si se están vulnerando los Derechos Humanos, tal y como han expresado diferentes entidades internacionales. A las puertas del segundo invierno sin electricidad, el vecindario del Sector de Hitach se organiza para tener luz días alternos, mientras que en el Sector VI continúa apagado. Hay quien considera que el motivo de la problemática se debe a la planificación de expansión urbanística de la periferia de diferentes municipios, mientras que Naturgy afirma que no se ha bajado la potencia de las torres eléctricas.
Hind Aoulad es otra vecina del Sector V. En su casa vive con sus cinco hijos, el menor de cinco años y el mayor de 13, y su marido. “Cuando salen de la escuela lo primero que hacen es preguntar si ha vuelto la luz. Así todos los días. Ahora, como tienen vacaciones en el colegio, tienen que estar todo el día aquí, y es peor”, relata esta afectada de 34 años. Ella misma ha sido testigo de las congelaciones y enfermedades que ya sucedieron hace un año como consecuencia de las bajas temperaturas invernales. Y parece que la cosa no va a cambiar: “Yo creo que va a ir a peor, porque el año pasado con Filomena estábamos bajo cero y hundidos con el frío y la nieve y nadie hizo nada por nosotros, así que no creo que lo hagan ahora”, en sus propias palabras.
El frío, dice, ayuda a que no se estropeen los alimentos. “Ahora puedo dejar fuera o en una ventana la leche y los yogures, pero en verano tenemos que tirar muchísima comida porque no tenemos forma de conservarla sin frigorífico”, relata Aoulad. Una de las soluciones que han encontrado varios vecinos son las placas solares, aunque a esta madre de cinco críos no le alcanza. El único que trabaja de la familia es el padre como conductor de Uber y saben que “si hay lluvia no cargan las placas”.
“Incluso con pandemia han ido todos los niños todos los días al colegio, gracias a las madres de Cañada Real que les llevaban y que han estado lavando su ropa a mano con el frío”, explica Hitach
Hitach, por su parte, fue la primera en disponer de los dispositivos fotovoltaicos. Afirma que tienen luz en días alternos: “Como la potencia es muy baja, nos hemos organizado para que cada día tengamos corriente eléctrica unos vecinos en concreto”, narra esta afectada a cargo de tres niños. Son ellos las principales víctimas del corte de suministro, pues tal y como agrega Hitach, de 42 años, “no se pueden conectar con normalidad porque muchos deberes son por internet, y han bajado bastante en las notas”.
Del mismo modo, saben que el colegio es un buen refugio para la chavalada. Allí están con calefacción unas horas al día. “Incluso con pandemia han ido todos los niños todos los días al colegio, gracias a las madres de Cañada Real que les llevaban y que han estado lavando su ropa a mano con el frío”, prosigue la vecina. Ella, como todas las familias, afectadas, quieren poder pagar la luz, que la distribuidora de Naturgy les coloque un contador en sus viviendas alegales.
Derechos vulnerados: salud, educación y vivienda
Mientras tanto, desde el despacho de abogados Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES), litigan contra la empresa y la Comunidad de Madrid en los tribunales apoyados en la calle por una amplia Plataforma cívica de apoyo a la luz en Cañada Real en la que participan unas 60 organizaciones de toda índole. Javier Rubio es uno de los abogados de CAES y así denomina la realidad de Cañada Real: “Ahí, en la región que se dice más rica de España, se está produciendo una vulneración de Derechos Humanos continuada”. Por ello, en diciembre del pasado año interpusieron una denuncia junto a la Asociación Tabadol por coacciones para abandonar su vivienda contra el Gobierno liderado por Isabel Díaz Ayuso, quien criminalizó a la comunidad de la Cañada Real, y contra Naturgy.
“El Sector VI es vecino del nuevo desarrollo urbanístico llamado Valdecarros, donde proyectan 51.000 viviendas en la próxima década. Algo similar pasa con el Sector V, vecino de Los Berrocales”, explica Javier Rubio
Archivada en primera instancia, la Audiencia Provincial estimó el recurso de CAES, por lo que ordenó el nombramiento de un perito independiente para que elaborara un informe sobre las circunstancias del corte de luz, algo que ocurrió en octubre de 2021, un año después de los inicios del corte de luz.
Pobreza energética
Jóvenes de la Cañada Real “Aprendimos que hay que luchar si queremos tener derechos”
La Plataforma cívica de apoyo, además, ha realizado un minucioso informe sobre cómo ha afectado en la salud y la educación de los más jóvenes esta pérdida de suministro eléctrico. “Hemos consultado a unas 150 familias, siendo conscientes de que la participación vecinal en la Cañada Real se encuentra sometida a muchísimas dificultades y obstáculos por razón de clase, cultura, idioma y género”, desgrana el letrado. Rubio considera que “cada día que pasan sin luz, día que pierden salud todos y cada uno de los vecinos afectados”; y, para fraseándole, no se está faltando solo al derecho a una vivienda y suministros, sino directamente a la salud, algo que se extiende al derecho a la educación de los niños y niñas que sufren cierto desequilibrio, tal y como informa el profesorado de colegios e institutos a los que acuden.
El motivo: expansiones urbanísticas
Rubio señala el posible motivo de esta problemática: “Tenemos conocimiento de que antes de que se fuera la luz en el Sector VI, se introdujeron unos limitadores de potencia en las instalaciones por parte de Naturgy”. Y va más allá intentado encontrar una respuesta al por qué: “El Sector VI es vecino del nuevo desarrollo urbanístico llamado Valdecarros, donde proyectan 51.000 viviendas en la próxima década. Algo similar pasa con el Sector V, vecino de Los Berrocales. Son dos desarrollos del sureste de la Comunidad paralizados desde la crisis inmobiliaria y qué casualidad que cuando se reactivan se vaya la luz de estos sitios sin que haya manera humana de restablecerla”, se explaya el abogado.
El Gobierno central, por su parte, ha destinado cinco millones de euros a través de un Real Decreto a Rivas Vaciamadrid y la capital, los dos municipios en los que se encuentran los dos sectores sin luz de la Cañada Real. “Si te lees el preámbulo, la exposición de motivos, reconocen que hay una vulneración permanente sobre la salud y la educación y que el corte de luz es una situación insoportable. Pues en lugar de concluir que hay que restablecer el suministro, dan ese dinero para realojos a dos Ayuntamientos, cuando los realojos son procesos largos, lentos y que hay que hacer con muchas garantías”, se queja el abogado. Además, esa cantidad tan solo llegaría al realojo del 15% de los afectados, calcula Rubio, a quien no le pasa desapercibido que ese Real Decreto también incluye dinero para realojos del Sector IV, no afectado por el corte de luz.
Naturgy se reafirma en las sobrecargas
Fuentes internas de Naturgy afirman que no instalaron los limitadores de potencia en las torres, sino unos dispositivos que facilitan que el suministro retorne telemáticamente. “En el Sector VI no hay ningún cliente legal. La caída de la red se debe a las sobrecargas que existen. El consumo es tan elevado que la red se cae una y otra vez, aunque intentemos devolver el suministro, la sobrecarga lo impide”, apuntan estas mismas fuentes.
Aunque aseguran que nunca se pronuncian sobre el motivo de esas sobrecargas, sí les consta que el consumo medio de una vivienda en el Sector VI multiplica hasta por cinco veces el consumo de cualquier otra vivienda de España. Sobre el aspecto de los contratos, desde la empresa concretizan que “para contratar la luz con la distribuidora es necesario tener una serie de papeles como la cédula de habitabilidad, así que nosotros actuamos conforme a la ley, no es que no queramos ponerles un contador, y somos sensibles a la situación”.
Realojos, solo una parte de la solución
Una parte del Sector V de la Cañada Real pertenece a Rivas Vaciamadrid. Pedro del Cura es su alcalde: “Es algo que hay que denunciar. Algunas viviendas identificadas tienen un consumo completamente abusivo, y si se cortara la luz a esa gente, todos los demás tendrían”. Eso es lo que hizo él hace un año en el Sector que ahora tiene luz para la mitad de los vecinos. “Igual que formalmente no se les puede hacer un contrato, a las infraviviendas sí se les puede cortar la luz por robo de suministro a quienes aparentemente lo consumen de una manera no legítima”.
Posicionándose cerca de la versión que defiende Naturgy, el edil comenta que “las viviendas tienen suministro pero no se puede legalizar, aunque el Pacto de la Cañada sí permite los enganches a la torre”. Igual que avala eso, también permite “cortar los enganches que se sospechan, por el volumen de consumo de electricidad, que no se están utilizando teniendo como fin el mantenimiento de una familia”, en términos de Del Cura.
Además, desde Rivas Vaciamadrid también han empezado con una serie de realojos, lo que no se ve con malos ojos por los afectados aunque con ciertas discrepancias. Hitach defiende que deben realojar a los vecinos que quieran ser realojados, a “los que viven casi en chabolas”, pero otra mucha gente “tiene aquí sus casas y sus hijos, con personas que llevan más de 50 años viviendo en la Cañada Real”. Rubio agrega que los realojos pueden ser parte de la solución “pero en ningún caso se puede utilizar para tapar el problema de la luz, porque entonces estamos antes un proceso de realojo y desalojo forzoso”, concluye el letrado.