We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Derecho a la ciudad
Sobre el nuevo intento de desalojo de la Casa Invisible de Málaga
Estos días Málaga amanece con multitud de pequeños carteles de papel en sus muros y fachadas. Cada uno responde a alguna de las variadas falsedades que han vertido a la opinión pública la concejala de Cultura, Noelia Losada, promotora de la moción aprobada para forzar el desalojo de la Casa Invisible, y el concejal de Urbanismo,Raúl López Maldonado, así como otros agentes de los medios afines al discurso municipal. El hecho es que, tras casi quince años en esta ciudad, la Casa Invisible se enfrenta a un nuevo intento de desalojo y ahora con los medios más expeditivos.
Solo nos centraremos en dos cuestiones del texto de la moción. En primer lugar, el intento de deslegitimar al colectivo que utiliza el edificio ya sea asimilándolo a sectores estigmatizados, muchas veces de manera injusta, que atentan contra el derecho a la propiedad o, por increíble que parezca, aproximándolo a antiguos grupos terroristas.
La ignorancia es muy atrevida, ¿pero de verdad se trata de ignorancia?
Una comunidad legítima
Hasta la fecha La Invisible ha sufrido tres intentos de desalojo fallidos. Todos ellos derivaron en otras tantas negociaciones que culminaron en acuerdos con el alcalde para normalizar la situación jurídica de la Casa Invisible mediante la cesión de uso del inmueble. La Casa Invisible cumplió con todos los compromisos, lo que no fue correspondido por el ayuntamiento. El primero de estos acuerdos consistió en un Convenio de Intenciones. En consecuencia, los servicios jurídicos del ayuntamiento confirmaron que el uso del inmueble no era ilegal ni alegal, sino que se trataba de una “cesión en precario”.
Posteriormente, en 2016, la Casa Invisible también cumplió con nuevos compromisos. Entregó un precioso dossier con la referencia documentada de más de 1500 actividades desde 2007 y la Fundación de los Comunes, representante jurídico de la Casa Invisible, fue declarada Entidad de Utilidad Pública Municipal. Igualmente se presentó un Proyecto Básico de Rehabilitación que mereció los elogios de los responsables técnicos de la Gerencia de Urbanismo por su contenido, precisión, calidad y singularidad. Incluso, su apuesta por un modelo de rehabilitación innovador fue seleccionada por el Ministerio de Cultura por su interés y conexión con la ciudadanía, la sostenibilidad y la sensibilidad con el tejido urbano. Al contrario de lo que ocurre en otros casos con edificios municipales, la Casa Invisible no solicita una cesión de uso por 75 años, sino por 10 años prorrogables si se mantienen las condiciones que motivaron su cesión.
En la Casa Invisible lo cultural no se entiende separado de lo social, sino más bien como su expresión, y por tanto nunca queda escindido del debate público sobre la ciudad
En agosto de 2018 fue paralizado por el propio alcalde un procedimiento para desalojar la Casa Invisible, y se acordó la reanudación del proceso para la cesión del inmueble. Conforme a lo comprometido se presentó un recurso al que se adjuntaron, tal como él solicitó, informes de diversas instituciones de prestigio (como el Museo Reina Sofía, el MACBA de Barcelona o Medialab Prado, entre otras).
En el terreno de los hechos la Casa Invisible ha ofrecido desinteresadamente sus recursos a las y los creadores locales, incluso de manera destacada durante la parte más dura de la pandemia. Se trata de una cultura situada, libre y en acción, muy diferente a la promovida por la mayoría de las instituciones (tal vez por eso se ignore o desprecie), en la que los procesos productivos y autoproductivos son tan o más importantes que los resultados. Igualmente ha propiciado el conocimiento y disfrute de obras, movimientos y personas que de otra forma seguirían siendo extrañas en esta ciudad. Y todo sin coste alguno para el Ayuntamiento de Málaga. Aquí lo cultural no se entiende separado de lo social, sino más bien como su expresión, y por tanto nunca queda escindido del debate público en y sobre la ciudad, la polis. Es, por consiguiente, una política bien diferente a la que se centra solo en los partidos políticos y sus batallas por ocupar las instancias de gobierno.
Un edificio seguro
La seguridad del edificio es la segunda cuestión, la que ha servido para la apertura del expediente de desalojo con la excusa de la rehabilitación. Según la concejala de Cultura su estado es “calamitoso”. Para sostener tan rotunda afirmación se basa en una breve y genérica lista de deficiencias, en absoluto estructurales, y por otro lado previsibles en un edificio de 1876. Todas ellas están reflejadas en un informe del pasado julio elaborado por la Gerencia de Urbanismo después de una exhaustiva inspección. Lo que la concejala se cuida mucho de revelar es que ante cualquier situación grave se dictan de inmediato medidas cautelares para prevenir riesgos a las personas, algo que evidentemente no hace falta con la Casa Invisible.
Se quiere plantear una ejecución de “acupuntura” y por fases que permita la rehabilitación del edificio en coexistencia con su actividad
La moción aprobada, por otro lado, incluye la necesidad de redactar un proyecto de rehabilitación cuya ejecución, según el concejal de Urbanismo, exige que el edificio quede vacío, lo que motivaría el desalojo por la vía de urgencia. La necesidad de una rehabilitación y acondicionamiento ha sido públicamente planteada por el colectivo de la Casa Invisible, que tanto ha cuidado el inmueble. Como ha quedado dicho, su proyecto de rehabilitación fue elogiado por la Gerencia de Urbanismo y el Ministerio de Cultura. No en vano corrió a cargo de un arquitecto muy experimentado en rehabilitación de edificación antigua y profesor en la Escuela de Arquitectura. Plantea una ejecución de “acupuntura” y por fases para permitir su coexistencia con la actividad del edificio. Los técnicos municipales, de hecho, redactaron un informe en el que no se recoge ni una sola objeción a la ejecución por fases. Es más, en la actualidad la misma sede del ayuntamiento se encuentra en esas condiciones. Por si fuera poco, el prestigiosos premio Pritzker de este año ha galardonado el trabajo de varios arquitectos por su relevancia a la hora de permitir la coexistencia de obra y habitación de los edificios.
Han pasado más de cinco años y medio desde que el gobierno municipal tiene en su poder ese proyecto, pero hasta la fecha lo ignora. Aun así, los habitantes de la Casa Invisible han seguido manteniendo, cuidando y mejorando el edificio gracias a un generoso esfuerzo que incluye la inversión de más de 100.000 € aportados por cientos de donantes a lo largo de tres procesos de micromecenazgos. Si el edificio tiene carencias, como no pude ser de otro modo debido a su antigüedad, se debe precisamente a la irresponsable indiferencia del gobierno municipal. A estas alturas ya podría haber realizado obras a partir de ese proyecto, en lugar de continuar con un despropósito que, en esta ocasión, incluye el anuncio de actuaciones municipales de urgencia y la supuesta redacción de un nuevo proyecto de rehabilitación.
Los argumentos esgrimidos por el ayuntamiento para forzar de modo repentino y urgente el desalojo de la Casa Invisible faltan a la verdad o repiten tópicos que desde hace tiempo no figuraban en los informes o declaraciones y funcionarios municipales. Su objetivo no pasa por justificar con solvencia técnica o jurídica las medidas adoptadas, algo que, en todo caso, se haría a posteriori, si es que el desalojo se produce. Se trata de convencer a la opinión pública usando las técnicas del marketing marca Goebbels: lo familiar es preferible a lo racional, lo simple a lo complejo, lo fácil a lo problemático, la mentira mil veces repetida se convierte en verdad. O, tal vez, ni siquiera eso, sino seguir las corrientes más demenciales de la actual política, en donde no importa ya el vínculo entre lo que se dice y lo acontecido, la estúpida y demencial teoría de “los hechos alternativos”. Se destruye así el lenguaje, que queda reducido a cápsulas vacías, de fácil propagación en las redes, señales para disparar automáticamente comportamientos preformados.
Se oculta así el auténtico objetivo: eliminar cualquier interferencia en el ámbito del debate público teledirigido y, sobre todo, laminar cualquier anomalía en el espacio de la pseudociudad gentrificada y turistificada (¡mucho dinero, oiga!). Al “no hay alternativa” de Margaret Thatcher se le añade el “tolerancia cero” de Rudy Giuliani.