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Chile
“Comunismo o libertad”, ahora en Chile
Las encuestas lo venían avisando. Poco a poco, semana a semana, encuesta a encuesta, Kast se iba acercando. Primero se comió a Sichel, después se puso a la par con Boric, y finalmente, superó al candidato de la izquierda en la elección de este domingo. La ultraderecha ganó la primera vuelta de las presidenciales y se sitúa con muchas opciones de ganar la segunda. Será una competición muy ajustada y la izquierda aún no lo tiene perdido, pero no será tarea fácil. Desde que volvió la democracia a Chile, todos los candidatos que llegaron a La Moneda vencieron en primera vuelta, por lo que Gabriel Boric deberá hacer historia por partida doble si quiere evitar un triunfo del candidato de la derecha radical.
La elección deja muchas incógnitas de cara a las próximas semanas y a los próximos años. Tras la dimisión de Sebastián Sichel, ¿cuál será el futuro del centroderecha? ¿Surgirá un nuevo liderazgo capaz de volver a luchar por la presidencia? ¿O a partir de ahora quedarán supeditados a la derecha radical de José Antonio Kast? No son cuestiones menores, ni para su espacio político ni para el futuro de la democracia chilena.
Tampoco lo son para la izquierda su incapacidad de ensanchar su base electoral, ni de ser lo suficientemente competitiva fuera de la Región Metropolitana de Santiago. Los de Boric obtuvieron los mismos votos que el total de personas que acudió a la primaria de Apruebo Dignidad, y fueron vapuleados por Kast en buena parte de las regiones. En el norte, Kast les superó por más de diez puntos en Arica y Tarapacá, y en el sur, solo consiguieron quedar por delante de la ultraderecha en Magallanes, región natal de Gabriel Boric.
El gran fracaso de la izquierda en esta elección es no haber sido capaz de traspasar las fronteras de Santiago. Uno de los puntos fuertes de la candidatura de Boric respecto a Jadue era su énfasis en la descentralización y su capacidad de presentar un discurso atractivo en las regiones del país. Procedente de la región de Magallanes, y conocedor de muchas de las problemáticas que afectan únicamente a estos territorios, Boric parecía la persona idónea para encarar este desafío para la izquierda. No fue así, y Boric venció en Santiago, Valparaíso, Coquimbo y Magallanes, mientras que Kast se llevó diez de las 16 regiones del país. Unos datos que deben hacer reflexionar a la izquierda, pues es imposible gobernar un país ganando solo en cuatro regiones.
El efecto Parisi
Además de la victoria de Kast, el fracaso de Sichel y la democristiana Yasna Provoste, y el segundo puesto con sabor amargo para Gabriel Boric, la elección del domingo nos dejó una gran sorpresa: el magnífico resultado de Franco Parisi, del Partido de la Gente. Parisi es un objeto político no identificado. Aunque en materia social y económica su discurso se acerca al de la derecha radical, el candidato del Partido de la Gente rechaza definirse de derechas, y en su programa e intervenciones públicas señala que las ideologías y los partidos políticos han capturado la democracia, desarrollando un discurso antiélites y antipartidos que ha obtenido sus frutos en determinadas zonas del país.
El programa de Kast promete fuertes bajadas de impuestos para las empresas y el emprendimiento, y mantiene un discurso muy duro contra la inmigración ilegal
Su programa, que promete fuertes bajadas de impuestos para las empresas y el emprendimiento, y mantiene un discurso muy duro contra la inmigración ilegal, definida como un gran negocio para países como Venezuela, ha calado muy bien el norte del país. Las regiones que mas han sufrido por la inmigración apostaron por Parisi, cuya receta basada en frenar la inmigración ilegal y crear zonas francas con ventajas tributarias en algunas zonas del norte le ha valido para situarse por delante de Kast y de Boric sin siquiera pisar suelo chileno.
Y es que Parisi ha realizado toda su campaña vía online, sin poner un pie en el territorio y sin participar en los múltiples debates presenciales que han tenido lugar en Chile. El candidato aseguró que su ausencia se debía a un error en el cambio de domicilio que le impedía entrar en el país, pero hay quien asegura que son sus problemas con la justicia los que le han llevado a desarrollar toda su campaña online desde Alabama (EEUU), donde reside actualmente. Una deuda contraída por no pagar a su exmujer la pensión de alimentos de sus dos hijos es el origen de estos problemas judiciales, que tampoco son los primeros, pues en la campaña de 2013 ya tuvo problemas para justificar algunos de los gastos de su campaña ante el Servicio Electoral Chileno.
A pesar de esta campaña a distancia, la candidatura de Parisi ha sabido tocar la tecla adecuada en algunas regiones. Muchas veces se nos olvida que Chile, además de ser un país muy largo, es muy diverso. Con un norte árido y minero y un sur rural, donde persiste un importante conflicto por la tierra, las necesidades de sus habitantes varían mucho en función de la región del país. Muchas veces lo que vale para las norteñas Arica y Atacama, no vale para Biobio, Los Ríos o Araucanía en el sur, y ayer se vio muy claro en la elección. Parisi se diluyó en el centro y el sur del país, pero penetró con mucha fuerza en el norte, ganando en Antofagasta y siendo segundo en Atacama, Tarapacá, Arica y Atacama, siempre por delante de Gabriel Boric. Quien obtuvo resultados más homogéneos por todo el territorio fue José Antonio Kast, al que solo se le resiste Santiago y algunas zonas del norte.
Segunda vuelta
Después de los resultados de ayer, el panorama para la segunda vuelta no parece muy halagüeño para la izquierda. Marco Enríquez Ominami anunció que apoyaría a Boric, y Yasna Provoste dijo que lo haría, aunque no sería gratis. Ahora la pelota está en el tejado de Boric, que tendrá que realizar algún gesto para integrar a este electorado del centroizquierda al que necesita urgentemente. Sin embargo, puede que no sea suficiente si, como parece, el centroderecha de Sichel apoya a Kast, y sobre todo si Parisi también apoya al ultraderechista. En 2017 el candidato del partido de la Gente no pidió el voto ni por Piñera ni por Guiller, y la gran mayoría de sus electores fueron a la abstención en la segunda vuelta. Hoy las cosas podrían ser distintas, y si los votantes de Parisi apoyan a Kast en las urnas, la izquierda deberá lograr una movilización histórica si quiere llegar hasta La Moneda.
En su intervención de ayer, Boric trató de transmitir esperanza y tranquilidad. Se mostró valiente frente a Kast, asegurando que debatiría con él en todos los temas durante las siguientes cuatro semanas, y llamó a hacerse cargo de los miedos e inseguridades que han llevado a casi dos millones de chilenos a votar por José Antonio Kast. “No a la arrogancia, ni al ninguneo del votante del adversario”, señaló un Gabriel Boric, que tendrá un duro trabajo por delante para las próximas semanas.
“Comunismo o libertad” y “democracia o totalitarismo”, dijo el candidato de la ultraderecha
Quien a pesar de negarlo sabe perfectamente que vive de estos miedos es José Antonio Kast, que anoche ya dejó claro cual será la dinámica de la segunda vuelta. “Comunismo o libertad” y “democracia o totalitarismo”, dijo el candidato de la ultraderecha, para quien, por supuesto, es su adversario el que representa ese totalitarismo que dice combatir. Polarizar al máximo contra la izquierda y presentar su llegada al gobierno como una hecatombe social y económica será la estrategia de Kast, que buscará de esta manera subir a su carro a todos los votantes del centroderecha.
“No hay ni ninguna opción presidencial que no sea la nuestra capaz de recuperar la paz”, dijo ayer José Antonio Kast antes de lanzar un aluvión de acusaciones contra Boric, el Frente Amplio y el Partido Comunista. No faltaron tampoco las alusiones a Dios, la Patria y la Familia, los tres primeros elementos que mencionó en su discurso, ni por supuesto a la seguridad, una de las claves del éxito de su campaña.
Está en juego que las mujeres disfruten de más o menos ayudas en función de su estado civil, o que una mujer violada se vea obligada a tener un hijo, señaló Boric
La pregunta que deberían hacerse muchos chilenos es si de verdad es Kast el único candidato capaz de recuperar la paz que tanto anhela el país. Frente a él, Gabriel Boric deberá presentarse como una alternativa creíble, y un freno a la involución que supondría la victoria de Kast en muchos aspectos. Está en juego que las mujeres disfruten de más o menos ayudas en función de su estado civil, o que una mujer violada se vea obligada a tener un hijo, señaló Boric, que parece haber intuido uno de los flancos por los que puede debilitar a Kast. El último debate presidencial mostró algunas de las carencias del líder ultraderechista, que estuvo más descolocado que nunca cuando no pudo hablar de sus temas predilectos.
Por su parte, Kast tratará de desgastar a Boric denunciando su inexperiencia, asociándolo con los desórdenes de las protestas y ahondando en un lema que promete dar mucho que hablar en la próxima década, a pesar de que hace ya más de 30 años que cayó el Muro de Berlín: comunismo o libertad.