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Carabanchel
El consistorio de Almeida acaba con la tradicional degustación de cocido madrileño de las fiestas de San Isidro
En torno a cincuenta vecinos y vecinas de Carabanchel tienen esta semana reservada en su calendario. Hay quien, según cuenta a El Salto Nicolás Sánchez, presidente de la Asociación Vecinal, pide vacaciones en su trabajo para poder dedicarse a esta actividad que es un orgullo para el barrio. Y es que preparar, cocinar y servir 6.000 raciones de cocido madrileño el 15 de mayo, lleva horas de trabajo.
La tradición comenzó en 1991 cuando una cuadrilla de chavales del barrio que paraban por el mítico bar “Al Límite” prepararon cocido para los miembros de la asociación de vecinos en las fiestas del barrio. Al año siguiente, la tradición del cocido se abría a todas aquellas personas que visitarán la Pradera el 15 de mayo. Una actividad que ha ido creciendo en tamaño y popularidad y que el ayuntamiento de Madrid siempre ha sufragado. Hasta hoy.
Este año, según denuncia la asociación de vecinos, el ayuntamiento les ha comunicado una semana antes de la cita que tendrían que adelantar el dinero del evento, algo que nunca había sucedido, pues el gobierno municipal siempre había adelantado el dinero y la asociación solo hacía de intermediaria entre ellos y los pequeños comercios donde compran los ingredientes, asegura Sánchez.
Hace tres décadas la tradición del cocido se abría a todas aquellas personas que visitarán la Pradera el 15 de mayo. Una actividad que ha ido creciendo en tamaño y popularidad y que el ayuntamiento de Madrid siempre había sufragado. Hasta hoy
En lla tradición del cocido se abría a todas aquellas personas que visitarán la Pradera el 15 de mayo. Una actividad que ha ido creciendo en tamaño y popularidad y que el ayuntamiento de Madrid siempre ha sufragado. Hasta hoy.
Puede parecer un pequeño cambio en las condiciones. Sin embargo, es un cambio que el ayuntamiento, tras 26 años de existencia de esta degustación, sabe que es vital. Hablamos de 6.000€ totales que cubren los gastos de ingredientes y cubiertos porque, recordemos, la mano de obra la ha puesto siempre el vecindario de manera desinteresada. Un margen de tiempo, siete días, y una cantidad de dinero, inasumibles para una entidad modesta y pequeña como es la citada asociación de vecinos. Según cuenta Nicolás Sánchez esos 6.000€ suponen más de un tercio del presupuesto anual total que maneja la asociación. “Estamos hablando de un volumen que no podemos cubrir”, asegura.
“La Junta Municipal conoce nuestra situación. Mantenemos reuniones por este proyecto y por otros. Al cabo del año unas cuantas. Yo no sé qué les ha pasado o qué contubernio han hecho que no lo sé”.
La sombra de los amigos ultras del PP
Preguntado por a qué se refiere con “contubernio”, Sánchez comienza a apuntar alguna hipótesis que explique esta triste historia: “Cuando digo eso (contubernio), estoy diciendo si no habrán influido las bravatas de Vox, que está manteniendo al equipo de gobierno municipal, que siempre ha dicho que las asociaciones de vecinos son un nido de rojos. Es que si no, no lo entiendo”.
La Pradera Tercio Terol remarca que están a favor, como no puede ser de otra manera, de la transparencia en los procesos de gasto del dinero público, y que si en ese periodo de silencio de 48 días que mantuvo con la asociación, la Junta les hubiera ofrecido una alternativa viable y razonable en tiempos, habrían buscado la manera de mantener esta tradición tan apreciada por vecinas y vecinos.