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Saludaron fervorosamente el triunfo de Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil de 2018 y están convencidos de que al fin pueden desplegar sus ideas reaccionarias sin ningún tipo de rodeos. Sienten que ha llegado su hora y que el ascenso de Bolsonaro les da legitimidad pública. Están orgullosos de ser políticamente incorrectos y ya no tienen filtro para agitar sus ideas xenófobas, homofóbicas y misóginas. Son fundamentalistas de la economía de mercado y de la reducción del Estado. Quieren barrer con todo tipo de derecho laboral o sindical. Se envalentonan con una de sus principales causas: la lucha contra lo que ellos llaman “ideología de género”. Un combate que tomó nuevo impulso con la emergencia del masivo movimiento feminista en lucha contra los feminicidios y la legalización postergada del aborto.
Pese a que todavía no poseen una estructura orgánica, los referentes de este sector aseguran que, a corto plazo, Argentina podrá ser testigo del nacimiento de un nuevo espacio de neoderecha, vinculado no solo con el bolsonarismo, sino también los fenómenos de extrema derecha europea.
Están orgullosos de ser políticamente incorrectos y ya no tienen filtro para agitar sus ideas xenófobas, homofóbicas y misóginas. Son fundamentalistas de la economía de mercadoEl abogado Nicolás Márquez y el politólogo Agustín Laje pretenden ser los intelectuales de este movimiento en la Argentina que se autodenomina derecha alternativa. En 2016 ambos publicaron El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural, a tono con la cruzada que hoy comparten con la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas contra los reclamos de igualdad levantados por los movimientos feminista y LGBT+. Para Laje “el aborto fue un punto de inflexión porque sirvió para que estos grupos tomaran conciencia de mayoría. Antes estaban encerrados en un espiral de silencio bajo el cual el progresismo los había sumergido. Ellos no existían, eran nada y de pronto se vio a millones marchar por las mismas ideas”.
Lo de millones representa una exageración puesto que los sectores identificados con los pañuelos celestes o con la consigna “Salvemos las dos vidas”, es decir sectores antiderechos, fueron superados ampliamente en la movilización callejera del año pasado por los pañuelos verdes, símbolo que impulsó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y que fue adoptado como color de lucha de miles de mujeres, especialmente adolescentes y jóvenes que protagonizan la llamada “revolución de las hijas” y que se volvieron a movilizar masivamente el pasado 8M.
las estrellas de la TV
Hay otras expresiones del bolsonarismo en Argentina. En el terreno directo de la política, destaca Alfredo Olmedo, diputado nacional por la norteña provincia de Salta y militante del partidos Cambiemos, liderado por el presidente Mauricio Macri. Olmedo fue el primero en aprovechar la irrupción bolsonarista y hasta viajó a Brasil para entrevistarse con el flamante presidente carioca. Olmedo es un personaje extravagante de alta exposición mediática que suele recorrer los canales de TV, en donde ha llegado a defender sin tapujos el trabajo infantil. “A los siete años ya están en edad de aprender un oficio. Ya pueden agarrar la pala”, dijo el legislador que se acaba de bajar de su candidatura presidencial aunque competirá este año por la gobernación de su provincia, donde la explotación infantil en zonas rurales es moneda corriente.
También desde las órbita de los outsiders y de alta exposición mediática en los horarios centrales de la televisión argentina, con altas mediciones de rating, han emergido otras figuras como el economista José Luis Espert, que se presentará como candidato presidencial por el Partido Libertario, o su colega ultraneoliberal Javier Milei, identificado con la escuela austríaca de pensamiento económico y famoso por la violencia de sus intervenciones públicas o sus ataques a la idea de la existencia de todo Estado y cualquier atisbo de keynesiansimo, que califica como el mal de los males.
En el gobierno de macri
Sin embargo, todas estas expresiones de ultraderecha no parecen aún salir de un lugar de marginalidad. El avance del bolsonarismo en la Argentina tiene también sus expresiones contenidas en el Gobierno del presidente Mauricio Macri. El perfil de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, va en ese sentido. Bullrich viene siendo una ferviente defensora del accionar de las fuerzas de seguridad desde el caso Santiago Maldonado, joven desaparecido y luego encontrado sin vida en la provincia patagónica de Chubut, en medio del extendido conflicto mapuche en defensa de sus tierras.
La ministra se ha transformado en la vocera del llamado “gatillo fácil” al defender el accionar del policía Luis Chocobar, quien en 2018 disparó y mató a un ladrón por la espalda. El caso dio nombre a lo que se conoce como la “doctrina Chocobar”, que cristalizó en un nuevo protocolo impulsado por la ministra de Seguridad de Macri, que da vía libre a la policía para disparar armas de fuego en casi todas las situaciones de intervención en un presunto delito.
En el peronismo
Pero las expresiones del llamado bolsonarismo en la Argentina y la derechización continental no se detienen en la coalición de Gobierno. El opositor Partido Justicialista contiene sectores de peso que han estado a la cabeza de frenar en el senado la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y de acompañar distintas iniciativas de ajuste económico del Gobierno de Macri como el presupuesto 2019. Estas expresiones del peronismo responden a un poder territorial de algunas provincias de fuerte impronta conservadora.Es el caso de la provincia de Tucumán, gobernado por el ex ministro de Salud del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Juan Manzur. Su provincia fue noticia en las últimas semanas por el caso de una niña de 11 años que fue sometida a una cesárea para extraerle un bebé producto de una violación que finalmente no sobrevivió. El poder local, junto con la Iglesia, fue un gran factor de presión para que a la niña no se le realice a tiempo un aborto que en la Argentina es legal en casos de violación hace casi un siglo.
Mientras tanto, el escenario electoral en la Argentina todavía no presenta definiciones claras más que la confirmación de la búsqueda de su reelección por parte del presidente Mauricio Macri. Por su parte, la expresidenta Fernández de Kirchner juega al misterio y las definiciones sobre si el peronismo cerrará filas detrás de un solo candidato, están por verse. En ese sentido, con el apoyo de sectores del establishment y de grupos mediáticos, surge la figura de Roberto Lavagna, ex ministro de Economía durante el Gobierno de Eduardo Duhalde y el primer tramo del Gobierno de Néstor Kirchner. Todo transcurre en un escenario complicado para el gobierno actual, acorralado por la profundización de la recesión económica que se combina con la escalada del dólar y una inflación que las principales consultoras pronostican para este año en no menos de un 30%.
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El "Partido Libertario" de libertario no tiene nada. Es mala traducción (yankee) del inglés.
Son simples capitalistas a los que la TV les da voz y causan estupor en la población.
Pero es mentira que sea sólo capitalistas y que no quieran el Estado. Lo que quiren es acabar con cualquier derecho social a la vez de meter mano en el Estado para beneficio propio y todo esto acompañado de una política reacionaria.