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Muerte digna
¿Para cuándo una Ley de Eutanasia?
El debate sobre la eutanasia se ha abierto y reavivado varias veces, principalmente desde el conocido caso de Ramón Sampedro que pidió autorización a la justicia para que su médico le suministrara los fármacos necesarios para morir dignamente. Al no ser atendida su solicitud, con la ayuda proporcionada por Ramona Maneiro, tomó cianuro y, por fin, murió el 12 de enero de 1998. Así comenzó el primer debate mediático y social sobre la muerte digna, al que contribuyó la película “Mar adentro”, dirigida por Amenábar, que narra la vida y muerte de Sampedro.
“Quiero serenidad, me dije un día,
quiero serenidad para morirme,
yo, que afronté la vida sin rendirme
aceptaré la muerte sin porfía.
No quiero que me gane la impaciencia,
que este absurdo esperar sin esperanza
no se me haga tortura, a semejanza
de un turbio agonizar de la conciencia”.
(Del poema “Serenidad”, de Lucía Sánchez Saornil, fundadora en abril de 1936, con Mercedes Comaposada y Amparo Poch de la revista Mujeres Libres).
El pasado 3 de abril, Ángel Hernández, grabó un vídeo, que hizo público, donde se ve como proporciona a su mujer María José Carrasco, con esclerosis múltiple desde hacía 30 años, pentobarbital sódico, bebido con una pajita, porque no podía soportar más sus situación (anteriormente, al principio de su enfermedad había intentado suicidarse, pero su marido lo evitó). María José no quería sedantes, solo morir: “No quiero dormirme, quiero morir”. Ambos esperaban una ley de despenalización de la eutanasia que no acababa de llegar; a pesar de que, según una encuesta de Metroscopia de febrero de 2017, un 84 por ciento de los españoles estaba a favor de la “buena muerte”.
Después del fallecimiento de su mujer llamó a emergencias y dijo que le había ayudado a suicidarse. Casi al mismo tiempo que los profesionales sanitarios llegó la policía, que lo detuvo y esposado lo llevaron a los juzgados de la Plaza de Castilla, en uno de cuyos calabozos pasó la noche. Según el art. 143.4 del Código Penal por cooperación necesaria para el suicidio la pena con atenuante que le podría caer sería de seis meses a dos años.
Ha habido muchos más casos, tanto en España como en otros países, pero en la inmensa mayoría no existe una ley que regule la eutanasia. Sólo en algunos está legalizada. Estos son: los Países Bajos (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), Suiza, Canadá, Colombia, cinco Estados de EE.UU. de América (California, Oregón Montana, Vermont y Washington) y en solo un Estado de Australia. En Suiza y Holanda se permite también el suicidio asistido (1).
¿En qué se diferencian la eutanasia y el suicidio asistido? La RAE define la eutanasia como “acortamiento voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad incurable para poner fin a sus sufrimientos”. Una definición más completa y precisa es la siguiente: “Acción u omisión por la que a un enfermo desahuciado y con su consentimiento previo se le acelera la muerte con el fin de evitarle sufrimiento o dolores inútiles”.
En cambio, el suicidio asistido es “una ayuda o cooperación necesaria de otras personas para que el enfermo pueda acabar con su propia vida” (2).
En la regulación de la eutanasia y el suicidio asistido debe quedar claro el derecho a una muerte digna de toda persona humana, desde la autonomía y libertad individuales
Por ello, ninguna institución, ya sea el Estado o la Iglesia de cualquier religión, o persona humana, puedan forzar a nadie a alargar su vida de un modo cruel o inhumano.
Muchos de los que están en contra de la eutanasia y del suicidio asistido están a favor de los cuidados paliativos, sin embargo en la mayoría de los hospitales españoles no existen unidades que los apliquen. Hay numerosos casos, como los de María José Carrasco y de Maribel Tellaetxe, enferma de Alzheimer, en los que los cuidados paliativos no fueron suficientes (tanto en Madrid como en Euskadi hay ley reguladora de los mismos) para aliviar el sufrimiento que padecían.
Todavía nos acordamos de la persecución que sufrió el doctor Luis Montes, jefe de Urgencias del Hospital Severo Ochoa por aplicar cuidados paliativos a sus pacientes. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, gobernado por el Partido Popular, orquestó una campaña de difamación contra él por “mala práctica médica” y fue denunciado, pero el caso quedó archivado. A su vez, Miguel Ángel Rodríguez le insultó llamándole “nazi” y Montes le puso una querella, que acabo con la condena del antiguo portavoz del gobierno de Aznar a pagar 30.000 €.
¿Cómo se posicionan los distintos partidos políticos?
Tanto el PSOE como Unidas Podemos se han comprometido ante la ciudadanía a promover una ley sobre la eutanasia después de las elecciones
Unidas Podemos presentó una proposición de ley al Congreso de los Diputados, apoyada por la Asociación por el Derecho a una Muerte Digna, que no salió adelante por discrepancias con el PSOE.
Las socialistas presentaron otro proyecto que contó con el apoyo de Ciudadanos, Podemos, ERC, PDeCAT y PNV, pero después de la convocatoria de elecciones ha sido bloqueado por Ciudadanos y el PP en la Mesa del Congreso hasta en diecinueve ocasiones. El Partido Popular es partidario de los cuidados paliativos pero no de la eutanasia. Pablo Casado se ha atrevido a afirmar que “no existe ese problema”, a lo que Ángel Hernández, después de ayudar a morir a su mujer, en un acto sereno de amor y solidaridad, le ha contestado que “sí existe”, porque, en realidad, hay miles de enfermas que padecen cánceres terminales, enfermedades degenerativas como el Alzheimer, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), etc. y muchas de ellas quieren que se les aplique la eutanasia, pero, por ahora, no es posible porque no existe una ley que la regule y la despenalice.
Vox también está en contra de la eutanasia y su líder, Santiago Abascal, se ha permitido afirmar que “los ancianos huyen por las ventanas de los hospitales en Holanda”, como si la eutanasia se aplicara contra la voluntad de los pacientes.
Abascal ha escrito frases tan definitorias como estas: “El catolicismo es nuestra identidad”. “El Islam también define el ser de España, pero en sentido contrario”. “Para nosotros el único objetivo lícito es el aborto cero”. Además quiere abolir la Ley de Memoria Histórica y la de Violencia de Género.
En él último mitin de campaña dijo que ellos son “la España viva” y Unidas Podemos, el PSOE y los partidos independentistas “la antiespaña”, tal como consideraban los fascistas sublevados a los defensores de la democracia en la II República. Estos son los que están haciendo marcar al paso al PP y Ciudadanos. Estas son algunas de las credenciales de los guerracivilistas que, si pudieran, acabarían con la democracia en nuestro país. El presidente de VOX es un católico fundamentalista, nostálgico del franquismo, que quiere abanderar una nueva cruzada contra las comunistas, las musulmanas, las independentistas y contra todas las que no piensen como ellas, tal como hicieron los obispos españoles que denominaron cruzada a la sublevación fascista y a la guerra civil que trajo consigo.
¿Y a todo esto qué dice la Iglesia católica? Pues considera que la eutanasia es inmoral y antisocial, según la CLXXII Reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, que no se mueve un ápice de lo que siempre han defendido que es imponer su criterio moral a todos las personas, ya sean bautizadas o no, a la inmensa mayoría de la humanidad: “Los cristianos tenemos un nombre para la dignidad y el misterio de la vida: la vida humana es la gloria de Dios. Su dignidad le viene de su origen y destino divinos. Es una convicción que compartimos con muchos otros creyentes, con la inmensa mayoría de la Humanidad, que ha considerado siempre, con toda razón, que la vida de los seres humanos es sagrada e inviolable, porque pertenece ante todo a Dios” (3). El papa Francisco insiste en lo mismo: “El único dueño de la vida es Dios”. Sin embargo, si repasamos la historia de la iglesia, constatamos que el Vaticano y muchos de sus jerarcas han perpetrado persecuciones, cruzadas, guerras, etc., sin importarles demasiado la vida humana. Por otro lado, afirman también: “El dolor cuando es asumido con fe y esperanza no destruye al ser humano, sino que contribuye también a engrandecerlo. La fe en Jesucristo resucitado nos lo dice bien claro…” (4). Ante todas estas afirmaciones, hay que decirles que es muy respetable su oposición a la eutanasia, pero que nos dejen morir en paz a las que somos partidarias de ella.
En definitiva, la Iglesia católica, PP y VOX, desde su nacionalcatolicismo, están en contra de la eutanasia, pero la mayoría de las españolas están a favor y como en las últimas elecciones generales del 28 de abril el PSOE ha resultado vencedor, el PP ha perdido la mitad de sus parlamentarias, Vox solo ha conseguido 24 y aunque Unidas Podemos ha perdido 31, esperemos que en esta nueva legislatura se apruebe de una vez por todas una ley que despenalice y regule la eutanasia, tal como han prometido PSOE y Unidas Podemos.
(1) Véase El País, 5 de abril de 2019.
(2) Cifuentes, L.M., “La ética en 100 preguntas”, Nowtilus, 2018, págs.285-286.
(3) CLXXII Reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, 1998, pág. 3.
(4) O.c. pág. 5.
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Los Países Bajos no son Holanda, Bélgica y Luxemburgo, que son los países del BeNeLux. Países Bajos (Nederland) es la denominación correcta del país que muchas veces nombramos Holanda, nombre que en realidad procede de una de las provincias. Por lo demás, gracias por artículos como este, siempre necesarios.
la Drcha acusa a la izda de matar
cuando :
sus medidas economicas sn ls, qe matan : recorets rescates privatizaciones , bjads d sueldos, especulacion impuestos a pobres y a ricos no etc etc
y cuando ellos odian tanto al enfermo al dejarle sufrir y al no respectar su decision de morir dignamente ,
como al vivo por empobrecerle
Para una cosa en la que no se equivocan e intentan hacen un bien a alguien (suicidas y fetos). El problema es que ni locos van a dar los medios para tener una buena vida a nadie que no sean ellos mismos.