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Actualidad árabe (y más)
Oriente Medio cruzado por la ocupación: desde el destrozo de Iraq hasta el violento apartheid en Palestina
Múltiples miembros del nuevo gobierno israelí de ultraderecha aplauden públicamente la agresión que 400 colonos violentos cometen contra Hawara, un municipio palestino cercano a Nablus. El ataque, que contó con la colaboración del ejército, resultó en la quema de 30 viviendas y 90 vehículos, además de provocar una persona muerta y varios centenares de heridas. En Iraq, una nueva generación trata de mirar adelante, con las protestas del 2019 como punto de inflexión, 20 años después de que la coalición internacional liderada por Estados Unidos destrozara las estructuras de estado y abriera la puerta a un caos y una violencia que mató a centenares de miles de personas.
En Líbano, la libra libanesa toca un fondo nunca visto hasta ahora y reaparecen estallidos de protesta en los alrededores del parlamento, haciendo recordar las revueltas sin resultados de cuatro años atrás. Mientras, el régimen de Bashar al-Asad y la monarquía de Mohamad bin Salman reestablecen lazos después de haberlos congelado durante la guerra siria, que múltiples gobernantes árabes tienen ganas de dar por terminada.
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Armados y protegidos por las fuerzas de la ocupación, 400 israelíes penetraron la ciudad palestina de Hawara, en las afueras de Nablus. Eran colonos de la Cisjordania ocupada con ganas de venganza. Poco después, habían prendido fuego a 30 viviendas y a 90 vehículos. También asesinaron a un palestino e hirieron a varios centenares de personas. Los soldados sellaron las salidas de la ciudad, pero permitieron el acceso de los agresores, según informan periódicos árabes. De hecho, el ataque no tenía nada de secreto ni de clandestino: se convocó a través de avisos en las redes sociales. Tampoco es algo único, tal y como advierte Benzion Sanders, ex soldado israelí reconvertido en activista contra la ocupación: los ataques contra los pastores que pastan sus ovejas en las mismas tierras donde llevan siglos haciéndolo son habituales.
La narrativa que ampara los hechos con el relato del “ciclo de la violencia” los justifica diciendo que eran una respuesta al asesinato anterior de dos jóvenes israelíes, residentes de un asentamiento cercano. Lejos de intentar reestablecer la calma, el ministro israelí de Finanzas y responsable de las políticas israelíes en Cisjordania, Bezalel Smotrich, afirmó públicamente que el municipio de Hawara debería ser “arrancado de la faz de la tierra”. Almog Cohen, miembro del mismo partido supremacista de Itama Ben Gvir, también aprobó la agresión contra los residentes de Hawara: “Ayer, un terrorista salió de Hawara; hoy, el municipio está encerrado y quemado. Esto es lo que quiero ver: solo así podemos obtener disuasión”.
Armados y protegidos por las fuerzas de la ocupación, 400 israelíes penetraron la ciudad palestina de Hawara, en las afueras de Nablus. Eran colonos de la Cisjordania ocupada con ganas de venganza
Una vez más, los grupos locales exigen, ante la inacción de la comunidad internacional, que se respeten los derechos fundamentales de los palestinos: “en vista del rápido deterioro de la situación sobre el terreno, al-Haq reitera la necesidad de aplicar medidas urgentes, efectivas y significativas para asegurar el fin de la cultura de la impunidad ilegal de la que disfruta Israel”, ha dicho la organización en un comunicado reciente. El grupo, con presencia en los Territorios Palestinos, también exige “el fin de la ocupación ilegal y del régimen de apartheid colonial, así como el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino”.
Todo esto ocurre mientras Israel sufre sus propias tensiones internas, y no menores. Ayer, el país aprobó la ley que blinda al primer ministro, Benyamin Netanyahu, de ser inhabilitado. A partir de ahora, el jefe del gobierno no podrá ser apartado de su cargo aunque se le sentencie por corrupción, como Netanyahu podía temer hasta ahora. El sistema judicial investiga al primer ministro por un supuesto triple caso de soborno y tráfico de influencias, pero con la nueva legislación, el fiscal general pierde la capacidad de frenar los pies al poder político. Solo la mala salud de Netanyahu o la decisión de su propio gobierno, con el aval parlamentario, lo podrían apartar del poder.
En una de las protestas de estos días en Tel Aviv, un manifestante sostenía una pancarta donde se podía leer: “Mantuvimos el silencio sobre la ocupación, y ahora tenemos una dictadura”. Lo escribe Mairav Zonszein, analista israelí: algunos israelíes empiezan a vincular la ocupación ilegal con el rumbo antidemocrático del país. “Muchos israelíes han pervertido el estado de derecho durante décadas para que encaje con sus ideologías”, reflexiona Zonszein: “ahora, ellos mismos son el objetivo de un gobierno de extrema derecha que está utilizando su nuevo poder para pervertirlo todavía más”.
20 años desde la invasión y el destrozo de Iraq
Bruce Riedel, entonces director del departamento de la Casa Blanca para Oriente Medio, lo escribía todo en su diario personal. Él formaba parte de las reuniones en las que el gobierno de los EEUU trabajaba para escenificar la respuesta a los contundentes ataques contra las Torres Gemelas. Recientemente, más de dos décadas después, Riedel ha revelado el contenido de su diario, donde anotó que Bush hizo todo lo que estaba en su poder para convencer al mundo de que Iraq y su líder, Saddam Hussein, tenían vinculación con los ataques del 11S.
Las anotaciones de Riedel reflejan que los gobernantes británicos o saudíes, por mencionar algunos, se mostraban escépticos ante las afirmaciones de Bush. Pero su ejecutivo se mostró insistente, también con su propia ciudadanía. Una encuesta de la época del Washington Post indicaba que el 82% de la población terminó creyendo que el propio Hussein había asistido personalmente a Bin Laden. El discurso del secretario de Estado Colin Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU terminó de hacer el trabajo y semanas más tarde los marines estadounidenses tomaban Bagdad.
La coalición internacional liderada por Washington destrozó el estado iraquí sin ofrecer un plan a cambio, provocando un vacío de poder que milicias de toda índole aprovecharon
Estados Unidos impuso un sistema sectario a la libanesa que nunca se había puesto en práctica en Bagdad. Hoy, las nuevas redes de corrupción continúan saqueando el país, e Iraq sigue siendo incapaz de proveer electricidad a sus ciudadanos, a pesar de ser un territorio rico en petróleo.
El país cuenta con una generación con ganas de mirar hacia el futuro, como revelan las protestas de Tishreen (Octubre) surgidas en 2019. Para muchos jóvenes iraquíes, aquellas protestas mostraban que la ciudadanía recuperaba las fuerzas para exigir mejoras. Tal y como indica a El Salto Diario una de las jóvenes que participó en las protestas, todo intento para hundir la moral de los iraquíes ha fracasado hasta ahora: “viendo lo que es hoy Iraq, no dirías que ha pasado por todo lo que ha pasado”, concluye.
Iraq
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Estallidos de protesta en el peor Líbano de la historia
El Día Mundial del Agua llega a Líbano con mucho trabajo por hacer, ya que la presencia de montañas y ríos no evita la existencia de graves problemas de acceso al agua. La crisis financiera y política sin precedentes que golpea Líbano deteriora la capacidad de las entidades públicas encargadas de proveer agua potable. Hay que recordar que la libra libanesa ha perdido casi todo su valor y que el país se encuentra sin gobierno y sin presidente.
Además de las carencias propias de un estado fallido existe también la marginalización proactiva contra los centenares de miles de refugiados que residen en el país. Y es que el gobierno libanés impide la conexión de los campos informales al sistema público. El acceso al agua de poblaciones vulnerables, tanto libanesas como refugiadas, depende de la labor de los grupos humanitarios, que se esfuerzan en evitar nuevos brotes de cólera. Grupos como acción contra el Hambre ponen cifras a la urgencia. En la montañosa región de Baalbek, un estudio hecho sobre 20.000 personas que residen en campos de refugiados revela que el 80% utiliza agua insegura.
En el Líbano, el acceso al agua de poblaciones vulnerables, tanto libanesas como refugiadas, depende de la labor de los grupos humanitarios, que se esfuerzan en evitar nuevos brotes de cólera.
Mientras, en la capital Beirut y otras ciudades importantes regresan las protestas, después de un largo período de letargo. El nuevo desplome de la libra libanesa hace que estos días el billete de 100.000 libras, el más poderoso de la divisa nacional, haya llegado a costar cerca de medio dólar, cuando menos de tres años antes tenía un valor de 80 dólares. Este hecho deja a la intemperie a la vasta mayoría de la población. Mientras el 87% de la población recibe el salario en libra libanesa, incluídos el ejército y las fuerzas de seguridad, los comercios empiezan a poner precios en dólares.
Precisamente, quienes más protestaron esta semana en Beirut fueron soldados y policías retirados. Tras la depreciación de la moneda local, sus pensiones han quedado reducidas a menos de 50 dólares mensuales, como les ocurre al resto de funcionarios públicos. Mientras, el millón y medio de refugiados que residen en el país se llevan la peor parte. La ONU estima que el 90% de ellos malvive por debajo del umbral de la pobreza, y otros grupos calculan que el 92% de los refugiados sirios ha tenido que pedir dinero prestado a vecinos, amigos o familiares para poder comprar artículos de alimentación de primera necesidad, para pagar el alquiler o adquirir medicamentos.
Líbano
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Siria y Arabia Saudí reestablecen relaciones diplomáticas
Oriente Medio dio un giro cuando el reino de Arabia Saudí y la República Islámica de Irán pactaron la semana pasada reestablecer relaciones diplomáticas. Lo hicieron auspiciados por la China de Xi Jinping. Solo unos días más tarde, Riad ha alcanzado otro acuerdo que redibuja el mapa de la región, tras retomar contacto de forma oficial con el régimen de Bashar al-Asad.
Después de más de una década sin relaciones diplomáticas, que se rompieron tras el estallido de la guerra civil en Siria, Riad y Damasco han pactado reabrir las embajadas en respectivos países. Este acercamiento público se trata del mayor reconocimiento hacia la autoridad del todavía presidente sirio desde que el conflicto entrara en la que parece ser su fase final.
Después de más de una década sin relaciones diplomáticas, que se rompieron tras el estallido de la guerra civil en Siria, Riad y Damasco han pactado reabrir las embajadas en los respectivos países
Los gobernantes de Arabia Saudí habían apoyado a fuerzas rebeldes sirias que se oponían al liderazgo de al-Asad. Los Emiratos Árabes Unidos, otro aliado de los Estados Unidos, parecen haber iniciado el camino hacia la normalización de relaciones con Damasco, tras haber recibido tanto a al-Asad como a su mujer en visita oficial el pasado domingo. “Hemos tenido conversaciones constructivas con la intención de impulsar las relaciones entre ambos países”, dijo en sus redes sociales el jeque Mohammed: “Hemos explorado las vías para reforzar la cooperación y acelerar la estabilidad y el progreso tanto en Siria como en el resto de la región”.
Este paso de gigante hacia la reintegración árabe puede propiciar otro salto tan o más importante. El principe Faisal bin Farhan Al-Saud, que ejerce de ministro de Exteriores saudí, declaró hace unos días que el reencuentro entre Riad y Damasco podía propiciar el regreso de Siria a la Liga Árabe, de donde el país quedó suspendido en 2011 a raíz de la violencia con la que al-Asad respondió a las protestas que precedieron el conflicto armado.