Actualidad africana
Las luchas por los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual que no se detienen

En Ghana, la maquinaria ultraconservadora se ha puesto en marcha para arrinconar a la comunidad LGBTIQ+ y rubricar con una ley la negación de sus derechos, mientras que las mujeres senegalesas vuelven a la calle en medio de la euforia futbolística para reclamar su derecho a sentirse seguras y parece necesario seguir recordando la epidemia de desigualdad que ha desencadenado la Covid-19
Ghana lgtbi
Colectivos de la disidencia sexual se organizan para contestar la ofensiva conservadora de las autoridades.
1 abr 2022 09:30

Tienen poder, dinero e influencias y saben cómo condicionar a la sociedad. Han fijado su objetivo en la comunidad LGBTIQ+ ghanesa y pretenden acabar con sus derechos. Pero los y las activistas habían conseguido avances en su reconocimiento y no están dispuestas a regresar al pasado. Igual que las mujeres senegalesas que han mostrado que están prestas a movilizarse para reclamar su derecho a sentirse seguras. Mientras, en el mismo país, uno de los conflictos más antiguos de África continúa provocando desplazados cuando las armas vuelven a hablar. Pero, al menos, Internet nos abre una ventana al tesoro cultural de los manuscritos de Tombuctú

Resistencia en Ghana ante la ley contra la diversidad sexual

Ghana se ha convertido en el último teatro de operaciones de un movimiento global que se opone al reconocimiento de la diversidad sexual. Hace poco más de un año, la comunidad LGBTIQ+ ghanesa se mostraba exultante ante la inauguración del primer centro de apoyo al colectivo. Un paso de gigante para la normalización social de una diversidad sexual que las leyes dictadas en los albores de la independencia (allá por 1960) todavía sanciona. Los y las activistas entendían este episodio como la muestra del cambio de rumbo de una sociedad más tolerante. Hoy, esos y esas mismas activistas, pelean con todo lo que tienen para evitar que se apruebe la ley anti-LGBTIQ+ más restrictiva que podrían haber imaginado.

Lo que ha pasado entre tanto, entre el sueño y la pesadilla, ha sido un año de una intensa campaña mediática para demonizar y criminalizar la diversidad sexual. Una estrategia que se ha vivido en otros momentos en otros países africanos y que reproduce un argumentario construido con una abigarrada combinación de principios pretendidamente religiosos y antropológicos que se podrían resumir en dos: “la homosexualidad es pecaminosa y ‘no africana’”, como recientemente le señalaba Isaac Boamah Darko, el líder de un grupo local que se autodenomina Periodistas contra LGBT, a The Continent. Varios medios, como el citado semanario sudafricano o la CNN, han revelado el impulso que grupos estadounidenses de extrema derecha y ultraconservadores han dado a la propuesta de ley anti-LGBTIQ+ que ahora misma está tramitando el parlamento ghanés. Pero también han desvelado la responsabilidad de estos mismos círculos en la campaña de desinformación y de promoción de discursos de odio contra la diversidad sexual que ha conseguido influenciar a una parte de la sociedad del país de África occidental.

Varios medios han revelado el impulso que grupos estadounidenses de extrema derecha y ultraconservadores han dado a la propuesta de ley anti-LGBTIQ+ que ahora misma está tramitando el parlamento ghanés

Mientras esta propuesta legal continúa pasando por diferentes trámites parlamentarios, los colectivos LGBTIQ+ ya han empezado a denunciar los episodios de discriminación hacia personas homosexuales, bisexuales o transexuales en el país. Unos episodios que se materializan en la exposición pública que lleva al repudio familiar y social, la expulsión de sus viviendas de las personas señaladas o, incluso, la realización de terapias de conversión o la obligación de matrimonios heterosexuales. La comunidad, que se encuentra actualmente en una evidente situación de inseguridad, ha trasladado una buena parte de su actividad de denuncia y de reivindicación a las redes sociales, aunque paralelamente intentan transmitir sus posiciones a los parlamentarios que pronto tendrán que tomar la decisión, a pesar del riesgo que supone. Todavía no hay una fecha precisa para el debate, debido a que el Comité de Asuntos Legales y Constitucionales del Parlamento está revisando el contenido de la propuesta, pero es previsible que se concrete en las próximas semanas.

Para los defensores de los derechos relacionados con la diversidad sexual, en el contexto ghanés han coincidido ese afán de los grupos ultraconservadores que pretenden ejercer una influencia global, con los intereses de algunos colectivos ghaneses que prefieren desviar la atención de otros problemas que experimenta el país. Alex Kofi Donkor, director de la organización LGBT+ Rights Ghana, que impulsó aquel centro histórico y que ahora mismo alza la voz para denunciar la violación de derechos fundamentales que supone el proyecto de ley, mantiene una posición clara sobre la instrumentalización de este debate. “Durante el año pasado las personas LGBTQ han sido usadas constantemente como chivos expiatorios, especialmente por parte de políticos que querían distraer la atención de los problemas más profundos que afectan a todos los ghaneses, como el rápido debilitamiento de la moneda nacional, la corrupción del sector público y un sistema judicial y policial abusivo y maltratador. Estos problemas se han materializado en movimientos de protesta como #FixTheCountry”, señalaba Donkor en un artículo firmado en OpenDemocracy. El mismo activista fue categórico en un encuentro impulsado por Bloomberg: “Este es un proyecto de ley de 36 páginas lleno de odio, que impone hasta cinco años de prisión o someterse a una terapia de conversión obligatoria”.

Desplazados por una operación contra la rebelión en Casamance

El pasado 13 de marzo, el ejército senegalés inició una amplia operación militar en el sur del país, en la zona de la frontera con Gambia. Se trata de una operación que se dirige contra las estructuras de la facción del Mouvement des Forces Démocratiques de Casamance (MDFC) dirigidas por Salif Sadio, que durante los últimos años se ha perfilado como el grupo con mayor capacidad operativa del movimiento separatista. Aunque las informaciones sobre estas operaciones se difunden con cuentagotas, las autoridades gambianas han advertido que, al menos, 6.350 personas tuvieron que dejar sus casas en los primeros días de los enfrentamientos. Se trata, en unos casos, de senegaleses que han decidido cruzar la frontera gambiana para ponerse a salvo y, en otros, de gambianos que han tenido que huir hacia el interior del país, debido a que los combates se han producido en la porosa zona fronteriza. Las autoridades senegalesas, por su parte han reconocido que estos enfrentamientos han obligado al cierre de una treintena de escuelas de la zona. Por otro lado, los refugiados recordaban que no habían recibido asistencia. Según fuentes locales, en general, han sido reubicados de manera informal por las poblaciones locales, sin recibir prácticamente apoyos ni para el alojamiento, ni para la manutención.

El pasado 13 de marzo, el ejército senegalés inició una amplia operación militar en el sur del país, en la zona de la frontera con Gambia. Se trata de una operación que se dirige contra las estructuras de la facción del Mouvement des Forces Démocratiques de Casamance

Esta escalada de la violencia es el enésimo episodio del que se considera uno de los conflictos más antiguos del continente, que este año alcanza las cuatro décadas de su inicio. En 1982, la represión violenta de una manifestación cívica marcó el punto de partida formal del conflicto. La marcha se quejaba por la marginación a la que avocaba el estado senegalés a la región de la Casamance situada al sur del país y prácticamente desconectada físicamente por la interposición de Gambia. Y a partir de ese momento, los agravios y los diferentes desencuentros de la población local con el Estado cristalizaron en las reivindicaciones políticas del MFDC.

Pasó casi una década hasta que a principios de los años noventa empezó a operar una rama militar del movimiento. Y después se han ido sucediendo acuerdos de paz parciales con diversos grupos rebeldes. En 2012 se iniciaron una conversaciones que por primera vez sentaron en la mesa de negociación a Salif Sadio que se había erigido en el líder de la facción con más fuerza y este proceso ha supuesto casi una década de relativa calma y el regreso de un buen número de desplazados. Sin embargo, el pasado mes de enero se produjo una escaramuza entre miembros del MFDC y soldados senegaleses en misión internacional en Gambia. Siete de ellos fueron detenidos por el grupo rebelde y días después fueron liberados en lo que Sadio consideró una muestra de buena voluntad. Al parecer, el gobierno senegalés no interpretó el gesto de la misma manera, ya que un mes después de la liberación inició la operación más decidida de los últimos años contra las bases de Sadio.

Covid19. Un balance de la desigualdad

“Los estados ricos se confabularon con gigantes empresariales en 2021 para engañar a la gente con lemas vacíos y falsas promesas de una recuperación justa de la pandemia de Covid-19, mientras que a muchas personas de África se les negaron las vacunas que salvan vidas, en lo que equivale a una de las mayores traiciones de nuestro tiempo”. Es la demoledora valoración que Amnistía Internacional hace del reparto de las vacunas contra la Covid-19; un apartado que la organización internacional ha incorporado en su informa anual global 2021-2022.

La valoración que Amnistía Internacional hace de la gestión de la crisis es una auténtica sucesión de devastadoras afirmaciones que una y otra vez hacen referencia a la desigualdad y a la falta de humanidad del norte en cuanto a la disponibilidad de recursos para luchar contra el virus en África. La afirmación que Deprose Muchena, directora de Amnistía Internacional para África Oriental y Meridional, hizo durante la presentación del informe admite pocos matices: “La Covid-19 debería haber sido una llamada de atención decisiva para hacer frente a la desigualdad y la pobreza. En cambio, hemos visto una desigualdad más profunda y una mayor inestabilidad en África exacerbada por las potencias mundiales, especialmente los países ricos, que no lograron garantizar que las grandes farmacéuticas distribuyeran vacunas equitativamente entre los estados para garantizar el mismo nivel de recuperación de la pandemia de Covid-19”.

En 2021, Pfizer, BioNTech y Moderna declararon beneficios asombrosos de hasta 54 000 millones de dólares, pero suministraron menos del 2% de sus vacunas a países de bajos ingresos. Amnistía Internacional advierte de que esta situación ha supuesto un duro impacto para los derechos humanos

Samira Daoud, directora de la organización para África Occidental y Central, no fue más benévola: “Los países ricos y poderosos utilizaron el dinero y su influencia política para adquirir cientos de millones de dosis, excluyendo del mercado a los países pobres. El resultado fue una distribución desigual de estas vacunas tan necesarias, lo que significa que la mayoría de las personas en los países de bajos ingresos serían las últimas en ser vacunadas, como si el estado financiero o la nacionalidad de uno fueran los criterios de calificación para vacunarse”.

De hecho, el informe recuerda que a finales de 2021, menos del 8% de los 1.200 millones de habitantes del continente africano habían recibido la pauta vacunal completa. Pero además incorpora un apunte que refuerza la gravedad de la situación: “Mientras tanto, los estados ricos, como los de la UE, el Reino Unido o los EE.UU., acumularon más dosis de las necesarias, mientras hacían de la vista gorda cuando las grandes farmacéuticas pusieron las ganancias por delante de las personas, negándose a compartir su tecnología para permitir una distribución más amplia de vacunas. En 2021, Pfizer, BioNTech y Moderna declararon beneficios asombrosos de hasta 54 000 millones de dólares, pero suministraron menos del 2% de sus vacunas a países de bajos ingresos. Amnistía Internacional advierte de que esta situación ha supuesto un duro impacto para los derechos humanos, por las severas medidas restrictivas que se han aplicado y los cuestionables caminos para implantarlas y que implicará una lenta recuperación porque ha agravado las situaciones de pobreza y desigualdad.

Salvar la riqueza cultural acumulada en Tumbuctú

Tombuctú fue durante siglos un cruce de caminos privilegiado de las caravanas comerciales que atravesaban el desierto del Sahara y, entre ires y venires de gentes que transportaban todo tipo de mercancías y también experiencias y conocimientos, se fue sedimentando en la ciudad un impresionante legado cultural. Los archivos de Tombuctú se convirtieron a través de un larguísimo proceso de documentación en un tesoro del saber humano, a menudo desconocido y menospreciado. Al fin y al cabo, todo este enorme fondo documental se encontraba custodiado en un lugar que acabó siendo apenas un enclave en medio del desierto, un rincón poco accesible en medio de lo que ante los ojos del Norte global era la nada más absoluta. Cuando los archivos comenzaron a estar amenazados por el avance de los grupos armados extremistas en el norte de Mali, allá por el año 2012, a muchos les sorprendió la historia de Abdel Kader Haidara un hombre que se había empecinado en salvar un tesoro que a algunos les parecía irrelevante.

Bajo la rúbrica de proyecto Los manuscritos de Tombuctú, se mantienen 400.000 legajos. Una documentación que es una testigo inapelable de las características de las sociedades precoloniales y del intercambio colonial, con libros incluso del S.XIII

Hoy esos archivos pueden consultarse a través de Internet y están a disposición de todo el mundo. Gracias al esfuerzo de mantenimiento y a la custodia épica de Haidara, pero también gracias al esfuerzo titánico de digitalización de todas las personas que colaboraron con la ONG Savama que el propio bibliotecario había creado y a un acuerdo alcanzado con Google Arts and Culture. Bajo la rúbrica de proyecto Los manuscritos de Tombuctú, se mantienen 400.000 legajos escritos en su mayoría en árabe clásico, pero también en lenguas como el tamashek, el wolof, el soninké, el bámbara o el songhay. Una documentación que es una testigo inapelable de las características de las sociedades precoloniales y del intercambio colonial, con libros incluso del S.XIII y que llegan hasta el mismo S.XX. Todo ese tesoro al alcance de un click para ofrecer una nueva visión sobre un tiempo y un espacio mal conocidos.

Las senegalesas, en pie contra la violencia de género

Una serie de lamentables episodios han sacado a la calle en los últimos días a los colectivos feministas senegaleses. En primer lugar, la aparición de un cuerpo sin vida en las proximidades de la Université Gaston Berger de Saint-Louis, despertó las primeras alarmas. Después se supo que se trataba de Seynabou Ka Diallo, una joven estudiante de la universidad, y que su cuerpo presentaba signos de violencia. Las estudiantes, en un primer momento, pero también otros colectivos femeninos de la ciudad se movilizaron para protestar contra la impunidad de las violencias ejercidas contra las mujeres y reclamaron un campus seguro. El asesinato de Diallo era el ejemplo de una situación de violencia y de agresiones mucho más extendido.

Paralelamente, la selección de Senegal jugó el martes la segunda eliminatoria de la clasificación para el Mundial de Fútbol que se celebrará en Qatar. Podría parecer que este episodio no tiene relación con la denuncia de la violencia contra las mujeres, pero se da la casualidad de que el partido era la reedición de la final de Copa de África que Senegal conquistó por primera vez el pasado 6 de febrero. Aquella celebración quedó empañada por la acumulación de casos de agresiones sexuales registrados durante la celebración. Varios grupos feministas se movilizaron para denunciarlos y algunos colectivos sociales terminaron de asumir la reivindicación cuando lo que debería haber sido un motivo de alegría para todas y todos se convirtió en una pesadilla para muchas. El recuerdo de la final fue una buena oportunidad para volver a poner luz sobre las situaciones de violencia a la que se enfrentan las mujeres, incluso, en contextos lúdicos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

LGTBIAQ+
Estudio Discriminadas en la educación, la sanidad y el trabajo: la situación de las personas LGTBIAQ+ con discapacidad
El 78% de las personas LGTBI+ ha experimentado algún tipo de discriminación en el ámbito educativo. Es una de las conclusiones del estudio ‘La situación de las personas LGTBI+ con discapacidad en España’ presentado este lunes.
Opinión
Opinión La formación de profesorado en acompañar alumnado LGBTIQA+, un asunto pendiente
La ley trans incluye una sección entera sobre medidas en el ámbito de la educación que exige a las administraciones educativas y a las universidades la formación de profesorado en la diversidad sexual y de género.
Estados Unidos
Ola antigénero Trump, pasado y futuro del infierno que viven las personas trans en Estados Unidos
Aunque los atentados más graves contra los derechos trans en EE UU en los últimos años han venido de parte de los Estados, Trump empieza su mandato cargando contra el derecho a la no discriminación o los tratamientos médicos para el colectivo.
Galicia
Galicia ¿Quién es quién en Greenalia? La empresa que quiere otra celulosa en Galicia y arrasa olivares en Andalucía
Los tentáculos del entramado empresarial tras esta corporación tocan a gran parte de la oligarquía gallega. Desde medios de comunicación como 'La Voz de Galicia' hasta equipos de fútbol como el Deportivo o entidades financieras como Abanca.
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
Coespe convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Crímenes del franquismo
Víctimas de la dictadura Admitida a trámite otra querella por los crímenes del franquismo en Madrid
Carlos Serrano Suarez denuncia que fue sometido a torturas por parte de cinco policías de la Brigada Político Social. El juzgado número 41 ha decidido abrir el caso, algo que desde CEAQUA califican como “excepcional”.
Opinión
Opinión Monetizadores de la estupidez
Ser un chalado anticiencia puede llevar a pasearte por radios, televisiones y streamings porque eres rentable para gente sin un mínimo de ética periodística.

Últimas

El Salto Radio
EL SALTO RADIO Cultura y resistencia desde América del sur
Cuatro historias sonoras de experiencias creativas y comunitarias en algunas ciudades de Perú, Argentina y Paraguay
Opinión
Opinión Un monstruo camina sobre suelo urbanizable
El cojín socioeconómico y cultural que sostiene los sucesivos desfalcos del PP valenciano solo se entiende desglosando un ecosistema alimentado por la catalanofobia y las fiestas con toros.
Editorial
Editorial Ni puto caso
No habrá dividendos en un mundo en llamas, no habrá bonus en un mundo invivible. No somos agoreros, lo dice la ciencia.
Más noticias
Sanidad
Sanidad privatizada Óscar López vuelve a ceder al chantaje de las aseguradoras y aumenta un 41% el dinero para Muface
El gobierno aprueba en el Consejo de Ministros un aumento de las primas para las aseguradoras privadas del 41,2%, superior al que en un primer momento estas empresas demandaban.
Euskal Herria
Justicia Aplazado el juicio contra los activistas por el paso de migrantes durante la Korrika
La vista se retrasa al 7 de octubre para que el tribunal pueda responder a las preguntas de los abogados. Los acusados han presentado más de 3500 autoinculpaciones recogidas con la campaña “J'accuse”
Madres protectoras
Justicia Colectivos feministas piden medidas para asegurar un juicio justo a una madre protectora acusada de secuestro
Las organizaciones piden que se tome en consideración la denuncia por abusos sexuales contra el progenitor, los intentos de la mujer por buscar medidas de protección en España y el arrancamiento de su hija.

Recomendadas

Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.
Cómic
Cómic Cómo la gentrificación del webcómic explica el estado de internet y de la cultura actual
Las nuevas generaciones leen viñeta a viñeta en la pantalla del móvil y las plataformas rentabilizan la parte del león de las visitas e influyen en el tipo de historias y estilos que se leen o no.