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Sexualidad
Sobre la menopausia y el autocuidado
La menopausia no es una enfermedad. Tampoco es el fin, sino el inicio de una nueva etapa. Un periodo para los autocuidados, para escuchar a tu cuerpo. Una época muy estigmatizada pero que no es más que otra etapa en la vida. Desde el punto de vista científico, es una fase que tiene lugar entre los 45 y los 55 años, cuando se produce el cese de la actividad ovárica y, por tanto, finaliza la edad reproductiva. El ovario deja de liberar las hormonas que antes producía de manera cíclica, lo cual dará paso a cambios aparte de la desaparición de la menstruación. A continuación, un paseo por las principales dudas e incertidumbres en torno a este periodo.
Tengo trastornos en la regla y me dicen que es la perimenopausia. ¿Cómo saber cuándo tendré la menopausia?
No hay ninguna prueba que prediga cuándo tendrás la menopausia, hasta que no llevas un año sin la regla no podemos decir que tienes menopausia. Todos los desajustes del ciclo hormonal que preceden a la menopausia es lo que llamamos perimenopausia, la cual puede durar varios años.
¿Qué me puede pasar con la menopausia? ¿Tengo que recibir un tratamiento?
La menopausia no es una enfermedad pero puede que se acompañe del síndrome climatérico, que es un conjunto de síntomas como los sofocos, la sequedad vaginal, la irritabilidad y el insomnio. Si estos síntomas deterioran la calidad de vida, habría que tratarlos.
En la consulta ginecológica también se valorará si hay factores de riesgo para ciertas patologías con el objetivo de anticiparnos y hacer prevención. Por ejemplo, si hay un índice de masa corporal demasiado bajo o si la mujer es fumadora tendría más riesgo de osteoporosis. Si, por ejemplo, el índice de masa corporal es demasiado elevado, habrá más riesgo de enfermedades cardiometabólicas como la diabetes o patologías cardiovasculares.
¿Cómo es la perimenopausia?
En la perimenopausia algunas mujeres pueden experimentar un caos de síntomas, unos provocados por el desorden hormonal, como es la tensión mamaria, el síndrome premenstrual, el exceso o déficit de sangrado, junto con otros síntomas típicos del déficit de estrógenos, como son los sofocos y la sequedad vaginal.
Una de las cosas que preocupa a muchas mujeres es la irregularidad menstrual, pero, ¿cuándo es preocupante el sangrado? Solo cuando se sangra por exceso. Si sangras menos de lo habitual no es preocupante, pero cuando es más habría que descartar patologías del endometrio como las hiperplasias —aumento en la producción de células— o los pólipos. También habría que ver si el exceso de sangrado está produciendo anemia. En caso necesario, se pondría un tratamiento que rebaje la pérdida de sangre y, si hay anemia, se trataría también suplementando con hierro.
¿Hay algo que pueda hacer para que mi calidad de vida sea buena?
Para mejorar la calidad de vida al máximo en caso necesario disponemos de tratamientos médicos especializados que se individualizan en función de cada paciente. Pero no podemos olvidar que unos hábitos saludables van a ser un pilar fundamental para gozar de buena salud y calidad de vida en esta nueva etapa. Aquí tenemos algunos consejos para la perimenopausia y menopausia:
→ Alimentación equilibrada. Hay que priorizar alimentos frescos y de temporada.
→ Ejercicio físico. El ejercicio de fuerza es importante para mantener la masa muscular. Con la menopausia se gana grasa y se pierde masa muscular. Una buena masa muscular es muy interesante a nivel metabólico porque, al contrario que la grasa, el músculo baja la resistencia a la insulina, lo cual protege de enfermedades cardiometabólicas, además de mantener el sistema osteomuscular más saludable.
→ Vitamina D. Un déficit de esta vitamina podría empeorar la desmineralización del hueso. Tomar el sol 20 minutos al día sería suficiente, pero aun así en invierno es muy poca la superficie de piel que exponemos. En caso de déficit es necesario suplementar.
→ Salud vulvovaginal. El flujo puede comenzar a disminuir y después puede llegar la atrofia muscular ya que se adelgaza la piel y las mucosas de los genitales pierden elasticidad. En algunas mujeres la atrofia puede dar paso al síndrome genitourinario: sequedad, dolor, prurito, dispareunia (dolor con las relaciones)... Mantener relaciones sexuales y el uso habitual de hidratantes ejercen un efecto de prevención importante.
→ Sexualidad. Hay muchas mujeres que pierden el deseo sexual con la menopausia. Si no te afecta en absoluto la falta de deseo en tu vida no habría ningún problema, pero si esto te afecta a ti misma o a tu relación de pareja, habría que valorar qué está ocurriendo para recuperar el bienestar sexual.
→ Sofocos. Ten en cuenta que los sofocos empeoran con el estrés, el tabaco, el alcohol. Evita estos hábitos. Las prácticas cuerpo-mente como el yoga o la meditación pueden beneficiarte mucho. Vístete con varias capas para que en el momento del golpe súbito de calor puedas quitarte prendas. Mantente bien hidratada y la estancia bien ventilada y fresca. En caso de afectarte mucho, pide ayuda profesional.
→ Descanso. Realiza buenas rutinas basadas en un horario regular para acostarte y levantarte. Evita comer demasiado en la cena y las pantallas de la televisión, de los dispositivos móviles u ordenadores, puesto que alteran la secreción de melatonina.
→ Buenas relaciones sociales. Rodéate de las personas que te suman y aléjate de las que te restan. Quiérete y dedícate tiempo a ti misma. Aún quedan por delante muchas experiencias por vivir, proyectos vitales por cumplir. La vida no se acaba por el hecho de haber finalizado la edad fértil.
* Miriam Al Adib es ginecóloga, obstetra y divulgadora.