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Racismo
La Red Antirrumores de Madrid o cómo luchar contra los discursos de odio de forma transversal
Por un lado, unos políticos que hacen de la xenofobia un orgullo y una sociedad ensimismada que cae en los bulos que tan solo confirman sus prejuicios. Por otro lado, los colectivos vulnerables y minoritarios a quienes van dirigidos los mensajes de odio y que, día a día, se materializan en su cotidianeidad. Enfocar la lucha de manera transversal, aprendiendo unos colectivos de otros, es lo que pretende la Red Antirrumores de Madrid (RAMA). Creada a inicios de 2019 con diversas organizaciones que luchan contra el racismo desde diferentes ámbitos, ya han llevado a cabo algunas campañas orientadas a erradicar estos mensajes que machaconamente permean en la sociedad.
Virginia Gálvez es una de las integrantes de RAMA. Esta trabajadora social de Vallecas que también es miembro del colectivo Provivienda, focaliza sus fuerzas en intentar erradicar la discriminación que sufren las personas migrantes a la hora de intentar encontrar una casa en la que vivir. “En la Res, cada colectivo está orientado a una lucha. Lo que nos une es que todos compartimos nuestro interés de eliminar los discursos de odio que siempre afectan a los colectivos más vulnerables”, introduce.
Tras analizar la situación, se dieron cuenta de que para luchar contra la no discriminación en el acceso a la vivienda debían orientar sus esfuerzos en la confrontación a los discursos racistas y xenófobos que terminan permeando la sociedad. “En RAMA queremos ir a la raíz del problema, y nos juntamos en Red para apoyarnos entre unos colectivos y otros, formarnos entre nosotras e inspirarnos en las buenas prácticas de los demás”, añade la misma Gálvez.
Los objetivos de RAMA pivotan en torno a cinco claves. La primera de ellas es consolidar y generar nuevas alianzas entre estrategias antirrumores de la región de Madrid para multiplicar el impacto. También está el dar el protagonismo desde su posición de sujetos políticos a las personas migrantes y racializadas para que sean ellas mismas quienes propongan qué cuestiones y metodologías son necesarias trabajar.
A ello se suma la idea de poner en contacto tanto a profesionales que dinamicen estrategias como a agentes antirrumores de la ciudadanía que actúan en diferentes entornos y facilitar espacios de encuentro en los que compartir e intercambiar experiencias, metodologías, materiales y conocimiento. Por último, desde RAMA impulsan el enfoque de la Red en los Derechos Humanos y el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Hacia el impacto social a través de campañas
La primera acción que impulsaron desde RAMA fue una campaña denominada #LibreDeRumores, que coincidió en 2019 con el Día internacional para la eliminación de la Discriminación Racial. Después lanzaron la campaña #PorElRefugio, justo el Día Mundial de las Personas Refugiadas, el 20 de junio. La iniciativa estuvo basada en desmontar mitos contrarios al derecho de protección internacional.
En noviembre de 2020 llegaron sus jornadas de presentación. Tras meses de trabajo y cambios obligados sufridos por los estragos de la pandemia, RAMA organizó un ciclo al que acudieron un centenar de personas y en el que abordaron la realidad de la Red desde tres ejes: comunicación, juventud y género. De esta forma, en marzo de 2022 quisieron dar voz a las personas receptoras de discursos de odio y discriminación. Por ello, celebraron en el Museo Reina Sofía las Jornadas Juventud en Acción. En las mismas, contestaron imaginarios racistas en los que conversaron con más de 80 personas sobre migraciones, feminismos, LGTBI+, compromiso, cambio, justicia climática y nuevas narrativas.
La Red Antirrumores de Madrid desempeña un trabajo hilado con otras redes en diferentes regiones. Así pues, apoyaron la creación de redes similares en diversas zonas del Estado español a las que se desplazaban para contar su realidad y los retos que debían superar en el futuro. “Generar un espacio de colaboración común es un reto que requiere tiempo y procesos incluyentes y respetuosos con los tiempos de las participantes”, apuntan desde RAMA.
“La última campaña que hemos hecho ha sido la creación de una serie de stickers para poder responder de una forma no tan directa, evitando la confrontación, y con un toque de humor"
En este sentido, los retos que han ubicado tienen relación con el fortalecimiento de la Red y la cooperación entre las entidades que forman parte de la misma, el reconocimiento de la Red como espacio de referencia, el impulso de actuaciones coordinadas con impacto duradero en el tiempo y la inclusión de la perspectiva antirrumores amplia e interseccional.
Cortar el flujo de la desinformación
Tal y como señala Gálvez, desde RAMA son conscientes de que el medio también influye en la proliferación de los discursos de odio. En un tiempo en el que las noticias falsas y sesgadas corren como la pólvora por las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, saber salir al paso se torna imprescindible. “La última campaña que hemos hecho ha sido la creación de una serie de stickers para poder responder de una forma no tan directa, evitando la confrontación, y con un toque de humor incluso, a este tipo de noticias que señalan a los colectivos vulnerables”, desarrolla la activista.
La Red apostó por esta forma de cortar el flujo de “estos comentarios sin contrastar que muchas veces la gente reenvía únicamente porque les ha llegado por un amigo”, tal y como añade Gálvez. Su parcela de lucha ligada a la vivienda, por otra parte, le hace ser buena conocedora de los rumores que planean en este ámbito. “El discurso de odio lo vemos día a día. La gente sigue creyendo que las personas negras son más sucias o provocan más olores, o que no pagan”, ejemplifica.
“Hace unos años es verdad que no se veía tanto orgullo racista. Ahora la gente no tiene miedo a decir que no quiere tener nada que ver con una persona que proceda de otro país”
A esta activista provivienda tampoco se le escapa el estigma que todavía pesa sobre las espaldas de otros colectivos, como el de las personas gitanas: “La gente sigue creyendo que reciben ayudas por llevar a sus hijos al colegio, cuando eso es mentira, pero es más fácil creérselo que contrastar la información que nos llega”.
Según Gálvez, la actualidad política tampoco ayuda. Desde su punto de vista, hay ciertos partidos políticos que están haciendo del racismo y la xenofobia “un orgullo, una manera de vivir”, tal y como lo denomina. “Hace unos años es verdad que no se veía tanto orgullo racista. Ahora la gente no tiene miedo a decir que no quiere tener nada que ver con una persona que proceda de otro país”, se explaya.
Aumento de los delitos de odio
Almudena Calvo, técnica del colectivo por los derechos LGTB+ COGAM, también está integrada en RAMA: “Los miembros de la Red estamos en continuo cambio. Uno de nuestros puntales principales es compartir buenas prácticas con otros colectivos que afrontan esta realidad para provocar una mejora en el futuro”. En su opinión, la lucha contra los discursos de odio y los rumores es mucho más fácil si se hace a nivel regional, como sucede con RAMA en Madrid, aunque también hay cierto interés en abordarla a nivel nacional e internacional.
“Si ves los informes, los delitos de odio contra el colectivo LGTB+ y las personas migrantes o racializadas sigue teniendo un impacto muy importante”, enfatiza Calvo. Por eso, COGAM decidió sumarse a la Red en 2022. “Desde entonces, hemos visto cómo crecíamos, cómo nos conocía más gente y así, conseguíamos un mayor impacto”, apunta esta activista.
Asimismo, considera que iniciativas de este tipo son ahora más necesarias que nunca, sobre todo en una región como la madrileña. “En Madrid han ido a más estos rumores y discursos en contra de colectivos minoritarios y vulnerables. La Red es una buena solución porque contra estos discursos no se puede luchar únicamente desde un enfoque, sino que la acción debe llegar desde la transversalidad”, concluye la propia Calvo.