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Opinión
La indefensión ante el caos de un territorio en lucha
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La implantación de proyectos de energías renovables en Araba ha generado una creciente preocupación entre comunidades locales y asociaciones que defienden el territorio. A pesar de la necesidad de avanzar hacia un modelo energético sostenible, las formas en que estos proyectos se están llevando a cabo han despertado críticas por su carácter especulativo y la falta de planificación y transparencia en su desarrollo. En este contexto, el desamparo ciudadano ante un entramado institucional opaco y la falta de voluntad política para defender los intereses del territorio han convertido la lucha contra estas iniciativas en una batalla desigual. ¿Qué sucede cuando la ciudadanía no encuentra respaldo en sus instituciones?
Las noticias de las últimas semanas sobre la puesta en marcha de proyectos de renovables en Araba están siendo desoladoras. Lo están siendo tanto por el impacto inmediato en los pueblos, como por su significado de un futuro desalentador que se nos avista en otros municipios atenazados por proyectos de distinta índole, pero de igual carácter especulativo y devastador para el territorio.
Crisis energética
Araba Bizirik Araba berriztagarrien negozioaren erdian dago
Desde Gorbeialdea Defendatu observamos con preocupación el desenlace de proyectos como el eólico de Labraza y el macrofotovoltaico de Vitoria 2, tratando de entender el porqué de su resolución, mientras nadamos en un río revuelto donde Solaria y otros piratas de la misma enjundia esperan obtener lucrosas ganancias.
El río está revuelto debido a la tormenta perfecta que, bajo nuestro prisma, es la conjunción de tres factores fundamentales. En primer lugar, la presencia de empresas depredadoras del territorio como Solaria, al acecho, con sus redes extendidas en Araba, sin ningún tipo de miramiento ni consideración sobre el espacio natural, rural, costumbres, gentes, modo de vida, etc. El segundo factor a tener en cuenta es la falta de ordenación territorial para la implantación de energías renovables en Euskadi (PTS provisional pendiente de aprobación) debido a la negligencia y pasotismo del Gobierno Vasco durante más de 15 años. Y finalmente, la tercera causa de esta tormenta fatal es la poca salud democrática de nuestro sistema institucional, donde la falta de respeto a los criterios de entidades y comunidades locales es el pan nuestro de cada día.
Plataformas como Gorbeialdea Defendatu, Horrela Ez o Araba Bizirik decimos que el despliegue de renovables que se pretende imponer en Araba no se quiere tal y como se plantea
En medio de esta tormenta, los ciudadanos tratamos de buscar cobijo en las instituciones a distintos niveles, del local al global, del ayuntamiento, al Gobierno Vasco... Lamentablemente, y eso es lo que nos hace ver el futuro con temor, la respuesta de las instituciones es demasiado vaga y, lo más sangrante, carente de empatía. El maremágnum administrativo e institucional genera un caos difícil de entender y de explicar. Las entidades locales se escudan, probablemente con razón, en que ellas no pueden resolver cuando la decisión viene tomada desde las altas instancias. En esas altas instancias, por su parte, la respuesta es que es la administración, como por ejemplo el Departamento de Industria, la encargada de tramitar y resolver, y que al ser un proceso “meramente administrativo” ellos no pueden interceder. El resultado no por habitual deja de ser menos duro, una indefensión total de la ciudadanía que, ante tal caos, sólo puede hacer de su capa un sayo e intentar organizarse y buscar la fuerza de la comunidad para tratar de defenderse.
Aquí es donde viene la segunda derivada del caos y donde los ávidos pescadores del Ibex35 juegan con el reloj a su favor. Distintas comunidades nos agrupamos alrededor de asociaciones y plataformas como Gorbeialdea Defendatu, Horrela Ez o Araba Bizirik, entre otras, para decir que el despliegue de renovables que se pretende imponer en Araba no se quiere tal y como se plantea. Todas las plataformas negaron la mayor. Unas desde un punto de vista propositivo, entendiendo que la transición energética debe llevarse a cabo y queriendo participar de la misma. Otras, simple y llanamente, oponiéndose al expolio que se quiere llevar a cabo en Araba. Dentro de esas organizaciones trabajamos con la mejor de las intenciones, dejándonos nuestro tiempo, salud y dinero, porque, como alavesas y alaveses, no somos capaces de encontrar cobijo en las instituciones, ya que no tenemos ningún respaldo.

En este caos es en el que nos tenemos que desenvolver con celeridad y tino para evitar que saqueen nuestra provincia. Lo hicimos una vez y, tristemente, tendremos que hacerlo de nuevo, pese a la fatiga y la mella que supone hacer frente a estas corporaciones, que disponen de todos los recursos que necesitan para jugar al desgaste con nosotros.
Ya se escuchan rumores de que los proyectos fotovoltaicos que amenazan a nuestras comunidades serán presentados de nuevo por Solaria, modificados, eso sí, para tratar de tener el visto bueno de la administración. Otra vez tendremos que responder, como comunidad, como sociedad, al órdago de Solaria, ante la inacción de nuestros máximos representantes políticos. Otra vez tendremos que esforzarnos en impugnar técnicamente los proyectos, alegar popularmente, contratar asesoría legal y demás, para tratar de truncar los planes de estos piratas. Lo haremos juntos y juntas porque así somos más numerosas y más fuertes para resistir y vencer esta carrera de fondo.
“El caos administrativo e institucional permite volver a tramitar proyectos a grandes corporaciones sabiendo el desgaste que supone para la ciudadanía hacerles frente”
Mientras tanto, estaría bien que el Gobierno Vasco reflexionase sobre las lecturas que puede hacer la sociedad alavesa de su comportamiento. Sobre cómo la alfombra roja del caos administrativo e institucional permite volver a tramitar proyectos a grandes corporaciones sabiendo el desgaste que supone para la ciudadanía hacerles frente. Otra vez el esfuerzo, tiempo y dinero de la sociedad alavesa en juego. Que piense también en cómo se puede ver desde Araba un agravio comparativo respecto a Bizkaia y Gipuzkoa en el despliegue de las renovables.
¿Acaso se plantean a quién, verdaderamente, deberían defender y valorar? ¿Olvidan que son los ciudadanos alaveses quienes les confían sus cargos y su representación en el Gobierno?. ¿Les queda algo de empatía? Reflexionen, por favor, sobre el caos que generan y quién se beneficia del mismo, porque sus acciones tienen consecuencias y, no lo olviden, los gobiernos no son perennes.