Opinión
Después del 10N: el difícil camino hacia la restauración

No son tiempos fáciles. Tampoco para la clase política.

Elecciones 2019 Prensa Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, atiende a los medios tras votar en su colegio electoral. Álvaro Minguito

Es militante de anticapitalistas y de la redacción de Viento Sur.

8 nov 2019 06:00

Es un lugar común que considera síntoma de saber y sofisticación política no creer en conspiraciones. Como todo sentido común, tiene una parte muy importante de verdad. La política de la clase política, en realidad, es siempre una síntesis de táctica (responder a las contingencias impuestas por un sistema estructuralmente inestable) y estrategia (crear las condiciones para que estas contingencias no impidan su reproducción).

Desde el inicio del ciclo 15M, los grandes partidos del sistema político español han tenido que elegir entre dos opciones estratégicas para ir respondiendo a los problemas tácticos impuestos por la inestabilidad política. Una vez Podemos perdió su impulso inicial y se alejó la opción real de que se abriese algún tipo de ruptura constituyente, las opciones podrían reducirse a dos: restauración o transformismo. Esa necesidad sigue vigente, porque a pesar del profundo reflujo del impulso constituyente, la clase política sigue sin cerrar la crisis su crisis orgánica, es decir, la separación entre “gobernantes y gobernados”. La paradoja es que mientras tanto, los poderes económicos siguen tranquilos e intocables.

Pedro Sánchez se planteo en un momento la opción “transformista”. Se trataba de girar a la izquierda, recuperar un poco de terreno social y recomponer ciertos consensos básicos para el funcionamiento del sistema político integrando a Podemos. Esta posibilidad parecía real durante y después de las elecciones de abril. El PSOE y Podemos se hacían guiños mutuamente; unos parecían dispuestos por primera vez a compartir el gobierno y los otros a renunciar a sus puntos más incómodos para entrar en el ejecutivo. Pero de repente, algo se torció.

La operación transformista ha quedado bloqueada por las dos vías que han agitado el ciclo político español: la cuestión socio-económica y la cuestión territorial. Ya no hay margen

No se entiende este cambio sin comprender que la crisis orgánica de la clase política está determinada (si, determinada, es decir, que hay una causa que limita la autonomía de lo político) por la crisis de fondo que sufre el sistema capitalista. Se anuncia una nueva recesión. Las tasas de paro vuelven a subir. En el mundo ya no hay lugar para el “libre comercio globalizado”: cada burguesía tiene que devaluar su mercado de trabajo interno para seguir sobreviviendo en un sistema mundial cada vez más competitivo. Una cosa es admitir algunas mínimas veleidades “socialdemocratas” cuando la fase económica es ascendente: otra muy distinta es afrontar una nueva fase de la onda larga recesiva con Unidas Podemos en el gobierno. A todo ello, se suma que el movimiento independentista catalán está lejos de ser derrotado. No hay margen para un gobierno que no cuente con el apoyo tácito de los partidos propios de las naciones sin Estado. La operación transformista ha quedado bloqueada por las dos vías que han agitado el ciclo político español: la cuestión socio-económica y la cuestión territorial. Ya no hay margen.

Pedro Sánchez lo asumió forzando las elecciones del 10 de noviembre. Cegado por su ego bonapartista y por los gurús de los sondeos electorales, ha forzado unas nuevas elecciones para forzar el camino a la restauración. ¿Cual es el problema? Que la aritmética parlamentaria va a seguir fallando.

Descartada la opción de pactar con Unidas Podemos e iniciar una vía transformista, parece también difícil que a corto plazo la derecha consiga una mayoría que les permita formar gobierno. Así pues, la restauración adquiere la forma táctica de un pacto entre el PSOE y el PP. Pero, ¿qué forma tendría ese pacto? No parece que vaya a ser la de un gobierno conjunto entre los dos grandes partidos (una “gran coalición”). Allí donde se ha ensayado ha terminado con resultados estrepitosamente malos para el partido de origen socialdemocrata y con un ascenso de la extrema derecha que coloca en aprietos a la fuerza conservadora. Los sistemas parlamentarios neoliberales no necesitan simplemente un gobierno fuerte, si no también retomar la alternancia consensual entre derecha e izquierda.

Por lo tanto, la perspectiva más probable parece ser un pacto entre PSOE y PP para llevar a cabo una serie de acuerdos de Estado (que preludien la crisis económica que viene y golpeen al independentismo catalán, cercenando de paso derechos civiles en el resto del estado) y reformas constitucionales que garanticen nuevas gobernanzas parlamentarias.

En ese sentido hay varias opciones: o reformar el famoso artículo 99 de la Constitución para garantizar que la lista más votada pueda terminar gobernando sin haber articulado mayoría parlamentarias, o una reforma del sistema electoral, por ejemplo, como la que ha funcionado en Grecia hasta las pasadas elecciones. Esto es, una bonificación de diputados para la primera fuerza política, garantizando que con aproximadamente un 30% de los votos, una fuerza política pueda conseguir formar gobierno.

Ciudadanos, reducido a un pequeño partido sin muchas expectativas, podría aceptar el trato: sería la llave que otorgaría el gobierno a PP o PSOE a cambio de un par de ministerios. El famoso bloqueo político terminaría con una restauración y todo aparentemente en su sitio.

Esta hipótesis tiene algunos problemas para la clase política. En primer lugar, está por ver si existe una mayoría para una reforma constitucional y los mecanismos para activarla. Aunque parezca mentira, los propios mecanismos que hacen tan difícil de modificar a la Constitución dificultan una salida reconstituyente-restauradora. Por ejemplo, está por ver si sería constitucional una bonificación “a la griega”, ya que los diputados tienen que estar vinculados a una circunscripción. Eso sí, no se pueden descartar trampas como la generación de una bolsa de diputados vinculados a una circunscripción estatal, como parte de un proceso de recentralización que busque restar influencia a las fuerzas independentistas.

Por otro lado, dejaría libres los espacios “anti-establishment” a izquierda y derecha. En realidad, en la mayoría de países europeos, la generación de un “extremo centro” (Tariq Alí) ha fortalecido a la extrema derecha, con lo cual no ha supuesto un problema demasiado severo para el sistema, aunque si para su clase política. Otro riesgo sería el resurgir de una fuerza popular y de masas, con un carácter neosocialista, como ocurrió en Grecia o en Reino Unido con Jeremy Corbyn.

La apuesta es el cansancio. Convertir las elecciones en una rutina, desgastar a la ciudadanía a la espera de mejores condiciones

En ese caso, un sistema electoral de estas características reabriría la hipótesis del sorpasso, pues una la izquierda ya no necesitaría al PSOE para formar gobierno. Tendría que (y esto es algo ineludible para cualquiera que quiera gobernar desde la izquierda en el Estado español) buscar acuerdos con los independentistas catalanes y vascos.

El mayor problema de esta hipótesis es la propia izquierda. Enfrascada durante años en una estrategia de cogobierno con el PSOE, este giro requeriría una profunda renovación programática, de liderazgos y repertorios que no está en condiciones de asumir. Los sectores que tendrían voluntad de hacerlo carecen de fuerza y los que podrían impulsarlo carecen de voluntad. Una paradoja que reduciría de nuevo a la izquierda a un macizo ideológico impermeable, estancado en el 10% por ciento de los votos, más preocupado de reproducir los intereses de sus aparatos que de impulsar una gran mayoría constituyente capaz de articular una revolución política.

En resumen: tanto una reforma constitucional como una “gran coalición” en diferido tienen grandes dificultades para la clase política. No parece existir una salida fácil. Mientras tanto, la apuesta es el cansancio. Convertir las elecciones en una rutina, desgastar a la ciudadanía a la espera de mejores condiciones.

Pero hay un último factor que planea sobre esta hipótesis. Es un factor inesperado. Es el fantasma que recorre el mundo: el fantasma de las revueltas. En tiempos de crisis orgánica, la revuelta está siempre implícita en la situación. Ocurrió en Francia con los Chalecos Amarillos. Ahora en Chile. Existe en todo el mundo una clase trabajadora abigarrada, desconfiada, antipolítica, que de repente irrumpe violentando a la derecha e incomodando a la izquierda. Un cierre por arriba, mediante trampas parlamentarias, no resolvería las raíces políticas y materiales de crisis orgánica que vivimos a nivel global. Es más, al bloquear los canales institucionales mediante los cuales expresar la rabia y el descontento, la momentánea sensación de alivio que sentiría la clase política al acabar con el bloqueo podría ser el preludio de nuevas irrupciones “mesiánicas” (Walter Benjamin) de los no representados. No son tiempos fáciles. Tampoco para nuestra decadente y putrefacta clase política.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Partidos políticos
El evitable ascenso de Vox en 2019

El año ha estado decisivamente marcado por la emergencia del partido de Santiago Abascal. Hasta cinco elecciones han puesto a prueba la crisis de representación que vive España.

Elecciones 10N
Cuando la izquierda gira al centro
Cuando las supuestas (o reales) izquierdas giran al centro pierden la capacidad de mantener vivas las esperanzas y las aspiraciones y deseos de una transformación de la realidad.
Genocidio
Genocidio El TPI emite la orden de detención contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra
La Sala de Cuestiones Preliminares del TPI rechaza las impugnaciones de competencia formuladas por el Estado de Israel y emite órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant.
COP29
Cumbre del clima La COP29 encara su última jornada con un final agónico sin acuerdo en los temas clave
Los borradores de los textos de negociación sobre la mesa quedan muy lejos de un acuerdo sobre financiación climática en línea con las necesidades para que el planeta no rebase los 1,5ºC de calentamiento medio.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Los sindicatos denuncian a la Comunidad de Madrid por exponer a sus sanitarios a “gravísimos” riesgos
Solicitan la mayor indemnización económica pedida contra una administración por no contar con un verdadero plan de prevención de riesgos laborales para atención primaria.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Violencia machista
25 de noviembre Con el lema “Juntas, el miedo cambia de bando”, el movimiento feminista llama a organizarse este 25N
En un año en el que ha vuelto al primer plano el debate público sobre la violencia patriarcal sistémica que siguen padeciendo las mujeres, la marcha del 25 de noviembre vuelve a las calles el próximo lunes.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.

Recomendadas

Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.