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Música
La Furia: “Hago música rotunda para habitar la duda”
Nerea Lorón Díaz, aka La Furia, cumple este 2024 diez años de carrera musical. Su potente voz, casi rasgada, y sus versos, a veces crípticos, hablan por quien ha vivido experiencia intensas. También, como muchas otras artistas antes, se ha enfrentado a una industria musical machista que no espera y no quiere que ellas tengan voz y sonido propio. A pesar de ello, La Furia ha logrado mantenerse activa todos estos años.
Hoy, con la experiencia acumulada de toda su producción anterior —y sus directos, mucha carretera lleva encima—, llega con nuevo material y reconoce que le gusta más el sonido que ha logrado, más cercano a sus gustos musicales. En esta etapa, se atreve también con la inteligencia artifical (IA), no en la música pero sí en la imagen, y la acepta de mano de otra artista, en este caso visual, Bicharraca, como una herramienta más de la creación artística. Para muestra, estrena “Promenade”, su primer sencillo de este año.
En términos vitales, Nerea vive una etapa de dejarse fluir y de goce pero también de ternura y compasión por todo lo que la rodea. Sale del armario bisexual y se planta con la misma furia de sus primeras composiciones. Para los próximos meses prepara el lanzamiento de cuatro temas en los que aborda el sentimiento de pertenencia o la bisexualidad. En marzo, La Furia tiene confirmados, entre otros, conciertos en Bermeo, Granada, Elda, Girona y Leganés, este último en un acto solidario en apoyo a Palestina.
Nerea, diez años de La Furia y 40 de Nerea Lorón Díaz. Yo te veo estupenda, ¿cómo te sientes tú?
Qué difícil pregunta. En cuanto a los 40 años, muy bien, creo que los he usado bien. Me parece que la edad, si la usas bien, es un regalo. Peleando con lo de fuera porque no nos quieren mayores y sabias, pero creo que ya estoy preparada para eso después de estos 40.
Plantearte hacer algo creativo con un motor como la rabia siendo una tía es algo que no se espera, no se quiere y que a veces no se acepta
En cuanto a los diez años de La Furia, pues también me siento bien, con todos sus altibajos. No te puedo decir que ha sido un camino de rosas, ni que lo es en este mundo tampoco porque nada más plantearte hacer algo creativo con un motor como la rabia siendo una tía es algo que no se espera, no se quiere y que a veces no se acepta. Eso dificulta el camino. Pero a mí me ha servido y con eso me vale.
Diez años, he leído por ahí, de tacones y corsés. ¿También musicalmente?
Sí, con muchos matices. Diez años, digamos, de una feminidad bastarda, resignificada, la feminidad que yo he ido construyendo para poder habitarla. La que me ofrecieron no me gusta ni me interesa, me oprime y la que yo he habitado es otra. Muy inspirada por otras que lo hicieron antes, sobre todo. Ahora mismo no estoy ni en el corsé ni en los tacones, y también es otra manera de dejarme ser en este momento.
A veces es complicado salirte del personaje que has creado o que se han querido creer las personas que tienes delante, que más que un personaje para mí es un refugio, pero genera expectativas igualmente. Yo estaba bien en mis tacones y ahora estoy en otro sitio. Lo importante es en qué medida las cuestiones estéticas nos acompañan en la expresión, en la transmisión de un mensaje. Para mí, es muy importante. Por un lado, me siento protegida por mi estética —la que sea en cada momento—, y por otro, entiendo que me ayuda a apuntalar mi discurso.
Durante mucho tiempo no he entendido de dónde venía esa rabia y mi furia ha sido una manera de legitimarla, de no vivirla como un lugar del que avergonzarme
Antes La Furia era esa rabia que querías para “destrozar al patriarcado”, ahora es como una guarida, ese otro espacio en que te sientes cómoda.
Lo de “para destrozar el patriarcado” creo que es un titular de alguna entrevista pero en realidad ha sido una rabia necesaria para poder seguir en pie, porque las heridas que me habían infligido eran tan grandes y tan profundas que solo podía estar enfadada. Yo he sido una niña enfadada, una adolescente enfadada y loca hasta que me he entendido, muchas veces a través de las canciones que yo misma he hecho.
Durante mucho tiempo no he sido consciente de dónde venía esa rabia y mi furia ha sido una manera de legitimarla, de no vivirla como un lugar del que avergonzarme y decir, claro que tengo rabia porque mira todo lo que pasa y nos pasa. Vivimos en un mundo hostil. Si al mirarlo no sentimos enfado o dolor, quizás entonces somos parte del problema.
Ahora mismo esa rabia entendida tiene un sitio no central en mi vida, ni siquiera en mi creación, ni siquiera en mis canciones, aunque siempre está presente porque es algo que ya creo que tiene que ver con mi carácter y con mi manera de entender el mundo. Pero hay mucho caso al deseo, aunque el otro día me decían “ahora en tus letras hay ternura”. No creo que puedas escuchar una canción y puedas definirla como tierna, quizás una en cuatro discos. Pero sí, hoy mi mirada es mucho más tierna y compasiva, no solo hacia afuera sino hacia adentro.
Ahora estoy en no avergonzarme de nada de lo mío, mirarlo y buscarle el lado político al tiempo que asumo la soledad del camino
¿En esta cuarta década es tal vez cuando una entiende mejor sus contradicciones? ¿Es cuando las llevas mejor, probablemente sin demasiado drama?
Mmm... He sido consciente de que a veces los sitios que para mí eran trinchera, quizás no eran tanto mi sitio. Y, estando en ciertos lugares trinchera, a los que agradezco mucho porque me han sostenido y me han dado un sentido, de alguna forma he negado cuestiones que también son mías y me he dado cuenta de que me daba vergüenza asumirlas como tales. Ahora estoy en, obviamente, no avergonzarme de nada de lo mío, mirarlo y buscarle el lado político al tiempo que asumo la soledad del camino. Hablo de muchas identidades que han ido cayendo como un castillo de naipes en este último tiempo. Creo que todo ha sido a partir de nombrarme bisexual, que me he dado el permiso para abrir todas las demás puertas.
¿Esta es también la edad del goce, del deseo?
¿De aceptarlo más? Sí, no sé si tiene que ver con la edad. Tiene que ver con mi recorrido, con soltarme la correa y desprenderme de mandatos patriarcales marcados a fuego en el cuerpo, el lugar del objeto, de la deseada, y por fin erigirme sujeto en todas sus posibilidades. Y hablo en el terreno sexual y afectivo, que es quizás donde mas enmarañado está todo, porque para la guerra yo venía preparada, con mi feminismo y mi rabia debajo del brazo, pero para las cuestiones del disfrute sano y consciente quizás no tanto. Tiene esto que ver con mis traumas fundacionales, pero también con cuestiones estructurales, si no es todo la misma cosa, que creo que si.
A mí me parecía la bisexualidad un lugar ñoño, poco político, poco transformador. Ahora estoy entendiendo que no es así
Por poner contexto, parto de un posicionamiento vital y político bollero, y ahora soy consciente de que he tapado otras cosas de mí por vergüenza o desconocimiento o presión del entorno. Por eso digo que he acabado saliendo del armario bisexual. A mí me parecía la bisexualidad un lugar ñoño, poco político, poco transformador. Ahora estoy entendiendo que no es así y que, además, tampoco tengo claro cómo es, pero desde luego es el mío.
Esto me pasa con otros sentimientos identitarios, y siento que está bien.
La maternidad también ha sido un punto de inflexión para ti, ¿cómo la concilias con la música en estos tiempos?
Tengo una familia musical. Esto facilita las cosas. Hay un sostén importante que tiene que ver con lo cercano, en este caso yo le llamo familia.
Pero no podemos obviar que lo estructural es contrario a la vida y a la sujeción de la misma, y que ese es un trabajo que históricamente hemos asumido las mujeres y que los tiempos y los ritmos de trabajo no tienen nada que ver con los tiempos y los ritmos que necesita una crianza…
Conciliar carrera y crianza es una cosa compleja, en definitiva, y siento que tengo que superar muchas culpas ancestrales y que, a veces, tengo que elegir dónde poner el peso porque todo a la vez con la misma dedicación no es factible. Así que ahí ando, entre quitarme la culpa por elegir no ser la madre patriarcal que siento que debo ser, elaborar y ejecutar el plan con mi pareja y nuestro circulo de cuidados, darle a mi trabajo el tiempo que pide, respirar y sonreír… Facilísimo todo, sé que me entenderán unas cuantas.
En 2024 tienes planteado el lanzamiento de varios temas y, de hecho, has estrenado “Promenade” con un sonido muchísimo más electrónico, ¿tiene que ver con tu nueva apuesta con inteligencia artificial?
No, la inteligencia artificial está puesta en el trabajo de imagen y no ha tocado la música en este momento.
El sonido electrónico tiene que ver con mis gustos y tiene que ver con quitarme ese corsé, quizás que yo misma me había puesto. Y que, por supuesto, nos importen también que atiende a normas determinadas en estilos musicales concretos, en este caso.
No seré la primera ni la última que salga del redil del “estilo” y sus normas pero a veces cuesta. Sencillamente estoy haciendo lo que me gustaría escuchar. Nadie puede negarme eso. No estoy en un momento propicio para acatar demasiadas normas.
Háblanos un poco más de esa incorporación de la inteligencia artificial a tu trabajo artístico.
Esto tiene que ver también con lo de permitirse, con lo de ir a sitios desconocidos y a lo de quitarse prejuicios. Yo tenía una idea súper clara y contraria a la inteligencia artificial, así como en general y sin profundizar, sin tener ni puta idea, hasta que en un momento dado, por diversos caminos, coincidí con Bicharraca, una artista que conozco hace años y en la que confío muchísimo. Confío en su trabajo, confío en su criterio, confío en sus posicionamientos políticos y a través de ella he entrado en este universo y solo a través de ella.
Yo no he buscado la inteligencia artificial, es como que me he encontrado con ella a través de la artista que es Bicharraca, una artista que utiliza múltiples herramientas, entre las cuales está la IA
Entrar en este mundo tiene mucho que ver con quién ha hecho esto, porque yo no he buscado la inteligencia artificial, es como que me he encontrado con ella a través de la artista que es Bicharraca. Ha sido fascinante porque cuando hice esta canción, yo estaba en un momento muy triste, muy para adentro. Y cuando haces una canción o haces un disco y estás en esta industria, esto va seguido de una serie de pautas como son las fotos para la promo, las entrevistas, etcétera. Entonces había que hacer fotos y vídeo para esta canción y yo no estaba en el momento de ponerme delante de una cámara, no tenía ganas de exponerme de esa forma, pero había que hacerlo.
De pronto se puso delante de mí una posibilidad y dije, coño, pues si esta herramienta a mí me está posibilitando algo quiere decir que, como todas las herramientas, quizás tiene una doble mirada, ¿no? Y, como todo lo que viene nuevo al final está en manos de quien tiene el poder, pues a mí me parece también que es subversivo utilizar esas herramientas para otros fines.
Creo que es lo que hemos hecho y esto no me resta respeto a todos los profesionales y todas las profesionales de la fotografía con las que he currado y con las que seguiré currando, ni a las diseñadoras. Esto es trabajar con una artista que utiliza múltiples herramientas, entre las cuales está la inteligencia artificial y creo que hemos hecho un trabajo súper bonito y que, además, me ha ayudado a estar mejor y me ha acompañado en un momento que lo necesitaba.
Vuelves también a reafirmarte en que entre amigas se está mejor, ¿cierto? Algunos de los nuevos temas que vas a presentar también van a ser colaboraciones. Cuéntanos.
Sí, esto parte una vez que aceptas o acepto que puedo estar sola, sola profundamente, aunque tengo familia, la que venía y la que he creado, y tengo amigas, pero hay una especie de sentimiento de no pertenencia que llevo arrastrando un tiempo. Cuando he aceptado que ya está, que está bien así, es cuando me he permitido, y vuelvo a decir esta palabra, encontrarme con quien a mí me nace encontrarme. De pronto va a haber colaboraciones, que quizás puede que la gente que me lleva escuchando años no entienda porque quizás no son lo esperado o lo que tú entiendes como orgánico para La Furia. Pero eso es precisamente lo real, dejar crecer lo que nace.
La próxima canción que salga va a ser una colaboración un poco en esta línea y es todo dejarme ir. Además, creo que se va a ir viendo una cosa que no ha sido premeditada, que ha salido sola y esto me parece bonito. Y es que parto de un lugar muy solitario y por el camino me voy encontrando de a poquito con otra gente siendo muy consciente del mundo hostil en el que vivimos, del individualismo al que nos lleva el sistema y de las propias vidas que de por sí son complicadas. Pero yo quiero encuentros, claro que sí.
Y también habrá colaboraciones con amigas nuevas y de otras vidas, de las que siguen conmigo tras varios incendios… Qué bonito, ¿no?
Estoy viva, sí, no dejándome llevar por ninguna corriente, la ola me vapulea pero sé donde estoy. Y zorra y mala, si ser zorra y ser mala significa ser libre
Dices en uno de los versos de “Promenade” que la zorra está viva. ¿Estás viva?
Estoy viva, sí, no dejándome llevar por ninguna corriente, la ola me vapulea pero sé donde estoy. Y zorra y mala, si ser zorra y ser mala significa ser libre. Esta idea me la traje de Ecuador una vez que me invitaron a cantar en un festival llamado “La Marcha de las Putas” hace como diez años.
Por último, sabemos que si hay una Virgen que sigues es a la Guadalupe, ¿qué le pides a la virgen en estos tiempos?
Ay, a la Virgen de Guadalupe le pediría que... Es un curro muy difícil, pero que los malos dejen de tener oxígeno, los buenos y las buenas respiren y vivan en paz. Que el mundo coja el color de la vida... Y me está quedando super hippie sin ser yo nada de eso pero es que eso es lo que le pido y que el mundo sea un sitio habitable para todes, que no lo es y me jode mucho.