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Antiespecismo
Hacia mundos más animales: una crítica total al pensamiento binario
El libro de Laura Fernández abre vías inusitadas al análisis interseccional de las opresiones desde el antiespecismo
Muchas de nosotras vivimos en las ciudades, aisladas de los animales, salvo en dos únicas ocasiones: cuando los comemos, o cuando habitamos con perros, gatos, peces... Los animales están ausentes de nuestra vida cotidiana en muchos aspectos y, lo que es más, no están en absoluto incorporados al discurso liberador. ¿Por qué? En Hacia mundos más animales, Laura Fernández nos desentraña una ontología binaria en la que lo humano y lo animal se contraponen a pesar de los puntos biológicos en común y que jerarquiza los cuerpos en función de un parámetro, la "racionalidad", que curiosamente se utilizó también para justificar el colonialismo de buena parte de los pueblos del planeta.
Siendo así, cabría preguntarse, ¿qué es lo que une las diversas opresiones que sufrimos animales y humanos, y por qué es importante establecer una conexión? ¿Y qué relación puede haber entre la lucha feminista y la lucha antiespecista? ¿De qué manera se interrelacionan el capitalismo, el colonialismo y el especismo?
Laura propone una crítica total al pensamiento binario que se organiza torno a ejes supuestamente contrapuestos (animal/humano, mujer/hombre, bárbaro/civilizado, etc.), estableciendo categorías y divisiones que nos jerarquizan y que ahondan en la desposesión continua de los animales y de una gran parte de los seres humanos, en beneficio de una élite que lo es no sólo en lo económico sino también en lo cultural y en lo ontológico.
Vivimos en un mundo binario que organiza los cuerpos de manera jerárquica, binarios que se convierten en el abismo entre las vidas que importan y las que no
Merece la pena recordar, tal y como afirma la autora en la introducción, que apareció en eldiario.es, que "no hay luchas primarias o secundarias, hay apuestas ético-políticas enmarcadas en contextos complejos y en dimensiones espacio-temporales limitadas. Pero la guerra es la guerra y hay cuerpos que siguen sufriendo, independientemente de su especie".
Los animales siempre se han rebelado contra la explotación que sufren por parte de los humanos. Sienten dolor, por ejemplo, cuando les infligimos descargas eléctricas para matarlos. Intentan por todos los medios resistir a la muerte. Se solidarizan juntos para resistir. Queda por escribir una historia de la resistencia animal; una historia, también, de la cultura animal. Libros como Justicia salvaje: la vida moral de los animales (Mark Bekoff y Jessica Pierce), Los animales son parte de la clase trabajadora (Jason Hribal); fanzines que exploran la lucha transfeminista y antiespecista como Jauría, etc. abren caminos en este sentido. Nos enseñan cosas que no sabíamos porque nadie nos las quiso contar... Al fin y al cabo, siempre es más fácil oprimir a alguien cuando su existencia queda ontológicamente invalidada. Precisamente por eso, hoy más que nunca, debemos des-jerarquizar las luchas y trabajar por la confluencia de estas en la medida de lo posible.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO: Hacia mundos más animales
AUTORA: Laura Fernández
EDITORIAL: ochodoscuatro
NÚMERO DE PÁGINAS: 161
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Lo primero que hay que hacer es dejar de comer animales y de considerar que aparte de comida su otro papel en el mundo es ser nuestros juguetes, que yo estoy harta de ver a casi todos mis amigos "animalistas", o eso dicen ellos, comer animales o tener "presos esclavos" para su disfrute en su piso de 70 metros, eso sí, con derecho a 3 paseos al día para hacer pis. Mejor que en Alcalá-Meco, ¡que nadie se queje!
Una mijita menos de hipocresía y una buena dosis más de coherencia vendría muy bien al movimiento, ¿Eh?