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Memoria histórica
Rubén Buren: “En este país hablamos de política y de historia como si fuera fútbol: solo con emociones”
profesor de historia en la UC3M, especialista en historia del anarquismo
Rubén Buren (Madrid, 1974) es conocido por muchos aspectos. Escritor, profesor, dramaturgo, cantante, dibujante… Hace unos meses dio el salto a la gran pantalla con un proyecto que salió adelante gracias a ese nuevo mecenazgo llamado crowdfunding. Un proyecto y un rodaje que se desarrolló en medio de una pandemia y que, finalmente, pudo ser estrenado en la plataforma Filmin.
Ahora, cuando el largometraje Maquis ha sido premiado en una docena de festivales de cine independiente, el filme se va a poder ver a partir del 10 de diciembre las salas de cine de La Vaguada de Madrid. Lejos de ser solo una proyección de una película, Buren y su equipo han conseguido que la iniciativa tenga un efecto solidario: todo el beneficio que se saque de las entradas irá destinado a las llamadas colas del hambre.
La película que hemos hecho es lenta, en blanco y negro y sin concesiones. No es Marvel, tienes que dejar el móvil para disfrutarla.
El director responde a El Salto en ese tono siempre directo y crítico, muy en consonancia con su tradición libertaria tomada de su bisabuelo, Melchor Rodríguez García, 'El ángel rojo'.
¿Qué son las colas del hambre?
Pues más de mil familias que viven puerta con puerta con nosotros, que se han quedado sin curro y sin medios de subsistencia con la pandemia. Varias asociaciones de vecinos se pusieron a repartir comida los sábados por la mañana y la cosa fue aumentando. Me acerqué a las colas con la idea de hacer un documental y vi que aquello era un desastre humano que estaba ocurriendo frente de nuestras narices. Por eso decidimos utilizar la película Maquis para sacar pasta y comida.
El mundo de las redes sociales, de la gilipollez, tiene que terminar
En un principio pensamos en los centros culturales del barrio, pero luego se nos ocurrió apuntar más alto y hablamos con los Cines de La Vaguada, y la dueña, Patricia Edeline, y el gerente, Miguel Ángel, nos apoyaron en todo y nos prestaron todos sus medios para montar esta locura. Esto nos demuestra que no tenemos que esperar a que los políticos, partidos o instituciones resuelvan los problemas porque podemos hacerlo como vecinos: artistas, electricistas, taxistas, cada uno pone lo suyo. Nosotros hemos puesto una película, que es lo que hacemos, para conseguir comida.
Qué fue de los barrios y la cultura.
Siempre ha estado ahí, ahora están los raperos, la gente de barrio que se expresa y protesta como puede. Los fondos de inversión son los propietarios de casi todas las productoras, canales y plataformas, no se preocupan por la cultura sino por el beneficio, que debe aumentar cada año para que sus inversores se llenen los bolsillos. Maquis habla de la guerrilla, del silencio, ¿qué mejor significado de guerrilla que nos juntemos los vecinos, cada uno con sus ideas políticas y personales, de un lado y de otro, a colaborar entre nosotros?
Los chavales de los barrios están perdidos porque nadie les está explicando por qué son machistas. No saben reaccionar y a veces dan golpes en la dirección equivocada
El mundo de las redes sociales, de la gilipollez, tiene que terminar. Las cosas pasan en la realidad, no en lo virtual ni con las posturitas. Ni te imaginas lo que nos costó levantar una película sin el apoyo de nadie, pero aquí no veo gente con quejas. No hay peros, no hay víctimas. Con lo que tenemos hacemos lo que podemos. Y a quien hace lo que puede no se le puede exigir más. Eso lo aprendí cuando era cantautor, de gente mítica como Quintín Cabrera o Luis Pastor. Las canciones son un arma… y las películas también, ¿no?
Maquis, memoria, mujer… ¿No estamos saturados ya con todo esto?
Claro que estamos saturados, al final todo se diluye con discursos vacíos en Twitter que solo llevan a la confrontación y al individualismo. Pero en el Metro siguen acosando a las crías, que tienen miedo a los andenes solitarios cuando vuelven de currar por un sueldo de miseria o de estudiar carreras para conseguir trabajos precarios. Y ellos, los chavales de los barrios, están perdidos porque nadie les está explicando por qué son machistas. No saben reaccionar y a veces dan golpes en la dirección equivocada. Hay que cuidarles a ellos y a ellas, con educación, con cariño, con información desde las familias, desde los coles, para la cosa cambie.
Se está perdiendo su memoria porque no nos sentamos a escuchar a nuestras abuelas y han vivido casi siempre en silencio
La película trata de nuestras abuelas, aquellas que están muriendo ahora con el maldito virus, como la mía. Se está perdiendo su memoria porque no nos sentamos a escucharlas y han vivido casi siempre en silencio. El silencio al que las condenó la dictadura, que no acabó en el 75. A veces, en la residencia de Carabanchel donde mi abuela vivió sus últimos días, observaba como la mayoría de las visitas miraban incesantemente al móvil sin hablar con ellas. Las heridas del pasado no se han curado, porque en este país hablamos de política y de historia como si fuera fútbol: solo con emociones. Falta razón, diálogo y construcción. Quien se sature que se baje, los demás sigamos construyendo cosas. La película que hemos hecho es lenta, en blanco y negro y sin concesiones. No es Marvel, tienes que dejar el móvil para disfrutarla.
¿La guerrilla está en los barrios?
Como hablábamos antes, claro. Es que no podemos seguir con el discurso de echar la culpa a las altas esferas; a esa gente les traemos sin cuidado. He estado 20 años fuera de Aluche y ahora que he vuelto me he dado cuenta de que el centro es impersonal: gentrificación, gente sin gente. En eso quieren convertir Madrid, en un decorado para los turistas. Pero Madrid es nuestra casa, no es de un partido u otro, es de los vecinos. Dar comida o cantar rap en el parque con un litro de cerveza es parte de la misma esencia, una esencia que debemos recuperar.
La derecha es el principal escollo en el tema de la memoria histórica. Su raíz franquista le impide condenar o sumarse a cualquier consenso en esta materia
Estoy harto de escuchar eso de “La movida madrileña”. Con todo respeto, esos chicos pijos nunca nos representaron. En Carabanchel, Aluche o el Barrio del Pilar escuchábamos a Asfalto, Obús, Leño, Barón o Topo, gente que decía cosas con sus letras. Y repetíamos sus canciones en los parques con nuestras guitarras baratas. Siento que he hecho un viaje de 20 años solo para volver a las raíces… Los voluntarios de las colas son una guerrilla pacífica pero insistente. De alguna manera, ahora me vuelvo a sentir en Madrid.
Entonces, la cultura sigue sirviendo para cambiar las cosas.
Bueno, eso debería ser, ¿no? La cultura, o la representación artística, nos debe reinventar, abstraernos de lo que somos para deformarnos y volvernos a formar. Creo que me había perdido uno poco estos años, después de dejar la música y el humor, las giras. Me dediqué a estudiar, a doctorarme, a ser profe. Me ha servido para ver el arte desde otra perspectiva. A veces, cuando estás dentro, como artista, la propia ansiedad de tener que comer no te deja ver el bosque. Cuando le quitas el rango económico, lo que haces se vuelve más colectivo. Parece que ahora solo creamos para ganar millones de euros, o tener millones de seguidores, pero cada vez me encuentro más gente que está despertando, que ha vuelto a hacer las cosas porque sí, como debería ser siempre la creación, aunque luego hagas otras cosas para pagar el alquiler. Creo que este tiempo que estamos viviendo es una pequeña batalla de la que debemos sacar cambios positivos. Recuperar la acción vecinal puede ser uno de ellos.
Al final habrá consenso en la Ley de Memoria, ¿es necesario?
Es imposible, los medios de comunicación necesitan conflicto. Casi siempre ellos son el problema. Sería tan fácil desenterrar las fosas y darles sepultura, decir que el franquismo fue algo terrible, que en la guerra la izquierda cometió desmanes injustificables, y a otra cosa. La derecha es el principal escollo en el tema de la memoria histórica. Su raíz franquista le impide condenar o sumarse a cualquier consenso en esta materia. Eso les aleja de las derechas europeas democráticas, surgidas del consenso antifascista de la Segunda Guerra Mundial. Ni el PP, ni Ciudadanos ni, mucho menos, Vox están en ese punto, pues siempre intentan justificar de una manera u otra el golpe de Estado.
Yo tuve una abuela anarquista y otra que dejó los hábitos para casarse con mi abuelo. Todos estamos hechos de las dos Españas, o de las tres como decía Madariaga
Por otra parte, muchos historiadores sí que han analizado la represión en la retaguardia republicana y la han ubicado en su justa medida. Lo que no se puede hacer es equiparar una represión con otra, porque no cabe y no tiene sentido, aunque se cometiesen barbaridades, que se cometieron. Interesa la tensión política y eso se traduce en las discusiones de la gente por la calle. Pero a los chavales ya no les interesa la memoria del pasado, les interesa no tener futuro. En la uni lo veo todos los días.
Mira, yo tuve una abuela anarquista y otra que dejó los hábitos para casarse con mi abuelo. Todos estamos hechos de las dos Españas, o de las tres como decía Madariaga. Negar la mayor es pensarse inmaculado, de un lado o de otro, y es ridículo. Si siempre crees tener razón es que eres idiota.
Maquis con las colas del hambre: ¿Qué hay que hacer?
El estreno de la película será el viernes 10 de diciembre a las 20.00 en los Cines de La Vaguada. Allí estaremos todo el equipo de la película y la equipo de voluntarios de las colas del hambre. La película se proyectará hasta el día 16, por lo que podrán ir a verla también toda esa semana y aportar también productos a las colas. Maquis ha declinado cualquier ingreso de taquilla, destinando su recaudación a las colas del hambre, además todo el equipo de maquis ha elegido abonar su entrada. Las entradas para el estreno se pueden comprar desde ya.
Si la gente no puede o no quiere venir al cine pero le apetece ayudar, hemos habilitado una fila cero, que es una manera de aportar a las colas del hambre. El dinero que se recaude irá destinado a las asociaciones. El número de cuenta como fila cero es el ES7001280056540100055235 (IBAN), cualquier aportación irá a las colas del hambre de Aluche y del Barrio del Pilar. La cuenta se acaba de abrir y se cerrará el 31 de enero, con el consenso de las asociaciones, la productora de la película y la dirección del cine de La Vaguada. El concepto de las aportaciones debe ser: #maquisconlascolasdelhambre. Cuando se cierre todas las partes tendrán el pliego de movimientos de la cuenta.
'Maquis' ha declinado cualquier ingreso de taquilla, destinando su recaudación a las colas del hambre
Respecto a los productos que necesitamos son, entre otros: aceite, arroz, gel y champú, harina, latas de conserva (atún, sardinas...), leche entera, lejía y productos básicos de limpieza, lentejas y legumbres, pañales de las tallas 4, 5 y 6, pasta de dientes, potitos, sal, etcétera. Se podrán dejar en el mismo cine los días de proyección, donde serán recogidos por los voluntarios de las asociaciones. Sería muy interesante que, aparte de comprar la entrada, llevásemos todos algún producto de los que se detallan en la lista. Venga, echadnos un cable.