Medio ambiente
David Hammerstein: "València se enfrenta a un delirio enfermizo de criminalidad ecológica"

El sociólogo y activista ecologista profundiza sobre los riesgos del modelo de crecimiento actual y su relación con un colapso ambiental que, defiende, sólo puede pararse con una economía enfocada al bien común y la ruptura del "modelo del cemento".

2 may 2019 07:00

David Hammerstein, sociólogo y activista ecologista, fue diputado en el Parlamento Europeo por el grupo Los Verdes entre 2004 y 2009. En marzo visitó Ràdio Malva para dar su opinión sobre la relación de las políticas urbanísticas con la crisis medioambiental. Aprovechamos su presencia para indagar sobre la cuestión en El Salto País Valencià.

Ha asegurado en varias ocasiones que vivimos una situación global cercana al colapso. 
Vamos en un Titanic y las élites han abandonado el barco en sus botes salvavidas, son conscientes de que no nos salvaremos todos. El problema viene de que, para mantener la paz social, nuestro sistema se ha basado en el consumismo individual, fomentando una cultura de egoísmo y narcisismo personal que, por otra parte, sólo genera frustración. Vivimos en la ilusión de que podemos subir el nivel de vida continuamente sin querer darnos cuenta de lo que está ocurriendo en realidad con el planeta. Es una mentalidad enfermiza.

"Vamos de cabeza a un colapso, la democracia liberal se deshace"

La idea del crecimiento continuo es una farsa que no se mantiene. Es absurdo pensar que podemos consumir y extraer recursos, tanto en materiales como en valor humano, sin que haya consecuencias. La explotación del "tercer mundo" no aguanta, ni humana ni materialmente hablando. El volumen de consumo en agua, cemento, combustible, químicos, pesticidas... no deja de aumentar y sólo se ponen parches como los carriles bicis o el reciclaje. La energía solar y la eólica representan el 1% de la energía que se consume.

Pero no se trata sólo de una cuestión de consumo de energía; hablamos de una crisis total, los recursos son cada vez menos, el planeta se achica, el 60% de los mamíferos han desaparecido en los últimos 50 años. Vamos de cabeza a un colapso, la democracia liberal se deshace. Ya comienza a verse la frustración en las protestas, en la clase media, en el auge de la extrema derecha. Vamos a ver conflictos sociales muy duros cuando la tensión social suba por la escasez de recursos. Las sociedades suelen llegar a su máximo de desarrollo justo antes de su debacle.

Entre las propuestas de los partidos políticos, tanto desde uno como del otro extremo ideológico, parece que no se cuestiona en ningún caso el modelo de crecimiento.
En general estamos atrapados. Por un lado tenemos a los globalizadores liberales, los mayores defensores de este modelo, que incluso aseguran que luchan por los derechos de la mujer, los homosexuales y el ecologismo, pero lo hacen de manera hipócrita. La otra opción es la de la extrema derecha que defiende los valores tradicionales, ensalza soberanía nacional y usa de chivo expiatorio a los migrantes, las mujeres, homosexuales y las minorías.

Ambas posturas defienden modelos de crecimiento, un crecimiento que está basado en la explotación de la mayor parte del planeta. El 25% del mundo, el que más consume, debe reducir sus niveles. Los migrantes van a seguir llegando, son también refugiados climáticos o ambientales. Los problemas sociales son ambientales y viceversa. Estamos imbuidos en un pensamiento en el que creemos que todo conflicto es ideológico sin darnos cuenta de la base biofísica de todo.

"Estamos imbuidos en un pensamiento en el que creemos que todo conflicto es ideológico sin darnos cuenta de la base biofísica de todo"

Hace falta aterrizar, somos terrícolas, dependemos de los ecosistemas. Tenemos que adaptarnos a una austeridad solidaria sobre todo con los países del sur global. Para reducir la pobreza hay que reducir la riqueza. Crear un creative commons de la tecnología sostenible, acabar con las patentes. Debemos cambiar los valores del individualismo por valores colectivos y cambiar también nuestra relación con la naturaleza. Tenemos que ser conscientes de que estamos abocados a un decrecimiento sí o sí. O es mínimamente justo, organizado y pactado entre ricos y pobres o será autoritario, violento y caótico.

El crecimiento urbano es también una de las causas de ese colapso ambiental que usted explica. En la ciudad de València las políticas urbanísticas siguen proyectando grandes construcciones pese a la corrupción y la crisis económica que trajo consigo este modelo, ¿no hemos aprendido nada?
El desarrollo urbanístico y la corrupción van unidos, del mismo modo existen lazos entre las élites financieras y los grandes constructores. El despilfarro económico de grandes proyectos para seguir la lógica de ser competitivos y globalizadores no se ajusta a la realidad.

Resulta obvio que no hemos aprendido nada. Seguimos con los grandes y descabellados planes, como el Parque Central y su rascacielos —obras que producirán contaminación durante los próximos 20 años— o la ampliación del puerto trayendo tierras de la Serranía —incluso de Teruel— para ganar espacio al mar. Tenemos también el proyecto de los 20 rascacielos del grao, esos no lugares, asépticos, sin ninguna demanda; o el PAI de Benimaclet, que destruye huerta para levantar 1500 viviendas que nadie ha pedido, sólo los bancos.

"El despilfarro económico de grandes proyectos anticlima para seguir la lógica de ser competitivos y globalizadores implica no estar la realidad"

Y sin embargo todo esto se vende a la ciudadanía como algo irrenunciable, es más, se plantea en términos de un pacto fáustico: si tú quieres en tu barrio un centro social, parques, escuelas… tienes que aceptar que haya un beneficio de un 30% o 40% para inmobiliarias y constructoras que están en alianza con algún holding estadounidense o inglés; si no, nada. Es diabólico. Pero es que hay más: los 50 nuevos hoteles en el centro histórico, el instituto mediterráneo de Paterna, el corredor Mediterráneo, el PEC del Cabanyal… Son todos proyectos anticlima.

El turismo parece también una lógica irrenunciable dentro de este modelo.
Precisamente la exigencia de estos megaproyectos viene del consumismo turístico, no de la gente. Por ejemplo, la concejala de turismo y futurible alcaldesa socialista Sandra Gómez se congratulaba hace poco de tener 2 millones de turistas y hasta 5 millones de pernoctaciones previstas para este curso. El turista consume más recursos —agua, plástico, etc— que un residente. El modelo turístico de servicios genera grandes cantidades de residuos, por no hablar de los enormes niveles contaminación de cruceros y aviones. Continuando este modelo, València se enfrenta a un delirio enfermizo de criminalidad ecológica.

¿Cuáles son las alternativas que se pueden plantear para frenar estos modelos?
Hay que cambiar el chip de que el mercado manda y todo beneficio vale. El futuro debe pasar por cierta autonomía y producción propia de alimentos, un modelo local es la mejor manera de actuar globalmente para proteger el clima. Hay que apostar por un urbanismo de la austeridad, la rehabilitación, aprender a resilvestrar la naturaleza dentro de la ciudad y levantar el cemento para hacer la tierra permeable y que respire. En València, debajo del cemento está la huerta.

"Hay que apostar por un urbanismo de la austeridad, la rehabilitación, aprender a resilvestrar la naturaleza dentro de la ciudad"

Debemos parar ese pacto público-privado de la privatización del suelo público para su venta y contraponer un modelo de pacto público cívico o común. Que la tierra sea de la gente, para hacer vivienda cooperativa, preservar la huerta para cultivar alimentos, bajar el consumo de recursos, fomentar la artesanía local, aumentar y financiar el transporte público y colectivo… En definitiva, hace falta una economía del bien común, orientar la actividad pública hacia ese fin. Debemos apostar decididamente por la austeridad y la autosuficiencia, de lo contrario estamos hipotecando el área metropolitana de València ante la catástrofe que se avecina.

"Si no apostamos por la austeridad y la autosuficiencia estamos hipotecando el área metropolitana de València ante la catástrofe que se avecina"

En València existen muchos colectivos que se están moviendo en este sentido.
Absolutamente, muchos de ellos desde hace años; tenemos Per l’ Horta, Asociación de vecinos de Nazaret, Som Energía, Valencia en bici, Valencia no se vende, Cuidem Benimaclet, colectivos veganos, vegetarianos, ecofeministas… Sin embargo hay que terminar con esa visión única de la realidad en la que sólo se puede conseguir cosas pactando con los poderosos. En política no es fácil romper el modelo del cemento pero es lo que hay que hacer. Hay que decir basta. Hay que protestar para sobrevivir.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Medio ambiente
Opinión De los necios, los mastines y los lobos en los tiempos sombríos
Paseando con mastines, frente a la barbarie, una reivindicación del lobo y, con él, de la comunidad, de la fraternidad, de la esperanza y de la voluntad superviviente de la belleza.
Galicia
Galicia Un municipio gallego demanda a la Xunta por la contaminación del embalse de As Conchas
Los vecinos de la comarca de A Limia llevan a la Xunta ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por la contaminación provocada debido a la cría intensiva de ganado porcino y avícola en esta zona de Ourense.
Minería
Mina de Cañaveral No a la mina de Cañaveral recurrirá ante la Comisión Europea su designación como proyecto estratégico
El estatus de proyecto estratégico europeo implica tramitación exprés de autorizaciones y exención de cumplir determinadas exigencias medioambientales, algo que, denuncian, estaba ocurriendo de facto en el Proyecto de Las Navas.
#33764
2/5/2019 22:04

"HAY QUE PROTESTAR PARA SOBREVIVIR"
Lo demás es entregarse a la religión del crecimiento infinito que nos han inoculado desde hace dos siglos en la escuela, el trabajo y la política.

3
0
Sevilla
Proyectos estratégicos Ilegalidades pasadas y peligros futuros de la mina que la Unión Europea quiere revivir en Sevilla
Las Cruces tiene un historial de más de 6,5 millones de euros en sanciones e indemnizaciones por extracciones ilegales de agua. El espaldarazo de la UE y del Gobierno al proyecto podría empeorar los vertidos que ya realiza la mina en el Guadalquivir.
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar llegan a un acuerdo para que el SMI no tribute el IRPF
Pese a adelantar la ministra de Trabajo que se habían roto las negociaciones, finalmente las personas que cobren el salario mínimo no tendrán que declarar en 2025.
Comunidad de Madrid
Comunidad de madrid El taxi advierte de que las nuevas licencias a Cabify van a “reventar el mercado”
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid da la razón a las plataformas de VTC y obliga a la Comunidad de Madrid a concederles más de 2500 nuevas licencias en la comunidad.
Comunidad de Madrid
Sanidad Universal Sociedades sanitarias critican el SMS amenazante que el Gobierno de Ayuso está enviando a personas migrantes
Cuatro sociedades científicas denuncian un texto amenazante en el que se indica al destinatario que dispone de 30 días para seguir de alta en la Tarjeta Sanitaria, lo que está generando “incertidumbre” y “desprotección”.
Notas a pie de página
Notas a pie de página Mansiones encantadas y casas sin cocina
La casa encantada como símbolo de la opresión del espacio doméstico recorre la literatura de muchas escritoras. Pero hubo un tiempo en el que algunas feministas trataron de imaginar otro hogar posible, en el que se liberase el trabajo doméstico.

Últimas

Economía
IPC La inflación interanual cae hasta el 2,3% en marzo gracias a las lluvias
Las precipitaciones han reducido el precio de la electricidad.La subyacente también se reduce dos décimas hasta situarse en el 2%.
Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Economía
Análisis Europa, ¿última defensora del liberalismo o cómplice de un orden fracasado?
El peligro no proviene únicamente de líderes externos “autoritarios”, sino de la erosión interna de la democracia bajo un sistema que pone al mercado por encima de la gente.
València
València La jueza de Catarroja pide a la Guardia Civil que documente cuántas cámaras hay en el Cecopi
La instructora del caso de la dana ha encargado la elaboración de un informe sobre las instalaciones del Centro de Coordinación de Emergencia (Cecopi).
Más noticias
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo abre expediente a Alquiler Seguro por prácticas abusivas contra los inquilinos
La decisión del Ministerio de Pablo Bustinduy, según el Sindicato de Inquilinas, “abre la puerta a la devolución de millones de euros a las inquilinas que reclamen sus derechos”.

Recomendadas

América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se rebelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.