África
Argelia en el vendaval

Hay dos posibilidades: o la revolución contra el régimen argelino se transforma en revolución democrática, a la manera de Túnez, o se impone un Bouteflikismo sin Bouteflika, a la manera de Egipto.

Argelia Movilizaciones 2019 ARG
Dos mujeres se dirigen a la manifestación en el octavo viernes de movilización. Argel, 12 de abril de 2019. Sancho Somalo
Son codirector y coordinadora del área Magreb de Novact.
21 ago 2019 15:16

El pasado mes de abril, el New York Times publicaba una viñeta satírica sobre Argelia; uno de los pocos regímenes que sobrevivió a las primaveras árabes. Llevando por título: “el poder popular es contagioso”, en ella se veían imágenes de las manifestaciones contra Bouteflika, presidente de Argelia desde 1999, con manifestantes gritando: “Spring is Coming”. De igual forma, varios analistas consideran que, tras ocho años marcados por la guerra y la restauración autoritaria, el mundo árabe vuelve a estar en ebullición y que Argelia (junto con Sudan) ha cogido el relevo de la lucha por la libertad que antes lideraron Túnez o Egipto.

Los hechos parecen confirmarlo. Desde el pasado 16 de febrero, Argelia ha vivido una revuelta popular, hirak en árabe, estrictamente noviolenta. Seis meses después, las protestas y las manifestaciones multitudinarias que se celebran cada viernes y que ya han forzado la dimisión del Presidente del país, se mantienen a pesar del calor en Argel y aspiran a convertirse en una auténtica revolución democrática.

Motivos para la revolución

Todo empezó diez días después de que Bouteflika anunciara su intención de presentarse a un quinto mandato en las elecciones presidenciales previstas para abril. La primera gran manifestación tuvo lugar el 16 de febrero de 2019 en Kherrata, en el extremo norte del país. Tres días después, en Khenchela, los manifestantes mostraban sus objetivos: consiguieron derribar un enorme cartel de Bouteflika, que colgaba del ayuntamiento, y estuvieron pisoteándolo durante horas. Dos días después, otro cartel sufrió un destino similar en Annaba. Los manifestantes gritaban que su Presidente ya era apenas “un cartel” y que esta situación debía terminar.
Los militares reciben más del 10% del presupuesto del país. El ejército argelino es tres veces más caro que el egipcio, ya famoso por su enorme poder, coste e influencia

Es un extraño destino el de Bouteflika. Con tan solo 19 años, se integró en el brazo armado del Frente de Liberación Nacional (FLN), que lideró la “sagrada” lucha por la independencia. Fue ministro en el primer gobierno de Argelia. Cayó en el ostracismo y vio a lo lejos cómo se iniciaba una guerra civil en los noventa, periodo conocido como la década negra, causando más de 150.000 muertes. En 1999, en plena guerra, tomó el poder liderando un programa de reconciliación nacional que supo volver a tejer el país y acabar con las matanzas. Después vinieron 20 años de gobierno, las victorias electorales “a la búlgara”, la persecución de la disidencia, la construcción de un sistema clientelista y corrupto y, finalmente, un ataque cerebral en 2013.

Aquí empezó todo. Ante la enfermedad del jefe de estado, hospitalizado en Francia, el gobierno argelino forzó un cierre de noticias. Los diarios argelinos que se atrevieron a informar de que Bouteflika estaba en coma fueron incautados en la imprenta. Hubo que esperar 80 días para que volviese a Argelia y lo hizo en silla de ruedas, con su lado izquierdo paralizado y dispuesto a instalarse en una residencia médica estatal en la que ha residido desde entonces. A pesar de esta situación, ganó las elecciones de 2014, sin realizar ni un solo acto electoral. Y desde entonces, una desaparición casi total. Una foto de 2016, difundida en Twitter por el entonces primer ministro francés, Manuel Valls, mostraba a un Bouteflika ojeroso, gravemente disminuido y con la mirada perdida. En 2017, un periodista lo describió como “incapaz de gobernar más de unas pocas horas al día, casi postrado en la cama y tonto”.

​ Y con estos precedentes, en 2019 anunció que se presentaba a su quinto mandato. Cuesta de entender, es cierto, pero es clave comprender, que, a pesar de su delicado estado de salud, Bouteflika, seguía siendo una marioneta que generaba equilibrio en una enorme red clientelar y corrupta que gobernaba realmente el país.

A diferencia de la mayoría de las economías basadas en la explotación de los hidrocarburos, en las que un pequeño círculo se enriquece con recursos naturales, la riqueza petrolera de Argelia se divide entre una oligarquía que se extiende a los militares, los burócratas del sector público, la clase empresarial y los principales políticos. Uno de los mayores beneficiados del reparto es el Ejército. Los militares reciben más del 10% del presupuesto del país. Es un porcentaje enorme. El ejército argelino es tres veces más caro que el egipcio, ya famoso por su enorme poder, coste e influencia.

La auténtica dinámica del poder en Argelia y su apuesta por Bouteflika se explica por una red de intereses cruzados de burócratas y “amigos” gestores de los 400 monopolios estatales, el ejército, el FLN y la clase empresarial. Bouteflika era necesario para crear equilibrio entre estos poderes y asegurar que el show siguiese adelante.

Una dinámica corrupta, para persistir, necesita protegerse. La persecución de la disidencia interna es una de las políticas claves del régimen argelino. El gobierno se niega a permitir el registro de ONGs trabajando en materia de derechos de las mujeres, minorías culturales o derechos humanos. La Liga Argelina para los Derechos Humanos (LADDH), probablemente la asociación de derechos humanos más influyente de Argelia, solicitó ser registrada a raíz de un cambio en la ley en 2012 y todavía no ha recibido un recibo que certifique su existencia legal. Igualmente, no se permite la actuación de ONG internacionales de derechos humanos en su territorio.

En la misma línea, el código penal, prohíbe organizar o participar en manifestaciones no autorizadas y las condena con un año de prisión. Desde 2001 está prohibido manifestarse en la capital. Hasta las recientes manifestaciones que se iniciaron en febrero, todos los actos de protesta en Argelia acabaron con cargas policiales y personas arrestadas y juzgadas.
Esta es la situación a la que debían hacer frente quienes se dirigían a las primeras manifestaciones de febrero de 2019.

La revolución: primer acto

En este contexto, nadie supo prever que las concentraciones iniciadas espontáneamente por unos estudiantes a inicios de este año se transformarían rápidamente en una inmensa revuelta noviolenta, capaz de aunar a todas las capas sociales de Argelia. En seis meses de acciones estrictamente pacíficas, este movimiento de protesta ha conseguido dos enormes logros: conseguir la renuncia de Bouteflika y haber mantenido la movilización tras la caída del poder presidencial, insistiendo en que quieren la caída del régimen, no solo del presidente.

Durante este período, la actuación de los grupos dirigentes argelinos ha seguido un patrón previsible: atizar el miedo y contemporizar a la espera de que los manifestantes cometiesen un error. Lo sorprendente ha sido la resistencia del movimiento de protesta popular.

Argelia ya vivió un levantamiento popular similar en octubre de 1988 que fue algo así como un precursor de lo que está sucediendo ahora. Ese levantamiento consiguió algunos cambios temporales (una nueva constitución, el fin del sistema de un solo partido, una prensa relativamente libre) pero tras la intervención del ejército derivó en un período de terrible violencia, la década negra.

La ciudadanía de Argelia es hoy consciente de que un movimiento violento contra un régimen no conduce a logros, conduce a una guerra civil. Los ejemplos de Siria y la vecina Libia son muy recientes. Por este motivo los organizadores del movimiento no tuvieron dudas: el movimiento debía ser pacífico. Buena muestra es el éxito del decálogo “Los 18 mandamientos del manifestante pacífico y civilizado” redactados por el poeta Lazhari Labter. Aislar a quienes cometan violencia, no responder a provocaciones, caminar de forma pacífica… son algunas de sus recomendaciones. Este ambiente, esta ética y disciplina noviolenta, han generado la confianza social suficiente para generar un movimiento co-liderado por mujeres, abierto a la presencia de niños, abierto a multitud de sensibilidades. Estas consignas han sido una de las claves de su éxito.

La segunda clave del éxito del movimiento es su juventud, que explica la ausencia de miedo. En Argelia, los menores de 30 años representan casi el 70% de la población y no están traumatizados por los estragos de la guerra civil de los noventa. Existe un enorme salto generacional entre los grupos dirigentes, que asumieron el poder político y económico tras la independencia de 1962 y la edad de los manifestantes en la calle. La política del miedo con ellos no funciona.

Horizontes: segundo acto

Impactados por la enorme capacidad de convocatoria de la contestación popular, los grupos dirigentes, durante el primer acto de la revuelta, actuaron con cierta tolerancia. Los servicios de represión no buscaron paralizar la rebeldía, más bien aprovecharon para ajustar cuentas entre sí y cambiar los equilibrios de poder interno del régimen. Pensaron que la caída del presidente podría calmar las aguas y así mantener el poder, ahora con más peso en el ejército y su jefe del Estado Mayor, Gaid Salah. Ahora bien, los manifestantes no han caído en el anzuelo de contentarse con la caída de Bouteflika y han optado por mantener su presión para conseguir la desaparición del régimen y una democracia basada en el pluralismo.

Este es el pulso que determina el primer acto de la revolución y nos lleva hasta la situación actual. A un lado el grupo con las armas, el comando del ejército, que apuesta por no disparar contra los manifestantes y así confía en poder mantenerse en el poder. En el otro, el grupo sin las armas, los manifestantes, que apuestan por mantenerse movilizados y salen tercos a la calle dos veces por semana bajo el sol abrasador de Argel exigiendo el final del pouvoir.

La clave de esta situación va a darse en el segundo acto. ¿hacia dónde camina Argelia? La mayor parte de los analistas coinciden en dos posibilidades: o la revolución contra el régimen se transforma en revolución democrática, a la manera de Túnez, o se impone un Bouteflikismo sin Bouteflika liderado por el ejército, a la manera de Egipto.

A favor de la opción egipcia, está la importante asimetría de poder. Con la sola caída del clan Bouteflika, el pouvoir sigue armado y controla todos los mecanismos sociales, económicos y mediáticos del país. Tiene además a su favor a la geopolítica. Tras los hechos de 2011, China, EE UU o la Unión Europea han demostrado estar dispuestos a sacrificar los movimientos democráticos en favor de asegurar la estabilidad, frenar la inmigración y luchar contra el terrorismo, como único objetivo. Eso es exactamente lo que ofrece el régimen argelino: imponerse a la forma gatopardiana, con mínimas concesiones reales y asegurando la estabilidad.
A favor de la opción tunecina hay poco. Quizá poco más que la disciplina noviolenta que han mantenido las protestas hasta el momento. El movimiento parece ser consciente de que el ejército está desesperado por hallar (o construir) una excusa que les permita intervenir. Ajenos a la voluntad del ejército, el movimiento trabaja en pactar una hoja de ruta hacia la transición que genere consensos sociales. Quieren imponerla manteniendo la presión.

Archivado en: África
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

África
Alima Ngoutme “La solidaridad femenina es importante para que en África logremos la inclusión de los niños con discapacidad”
A través de su asociación, Alima Ngoutme, y a partir de una experiencia personal, ha concentrado sus esfuerzos por conseguir la plena inclusión social de los niños y niñas con discapacidad en su país natal, Camerún.
Fronteras
Fronteras ‘Desert dumps’: cuando Europa paga el abandono de migrantes en el desierto
La UE lleva décadas financiando a estados como Senegal, Mauritania o Túnez para que contengan el tránsito migratorio a través de todo tipo de prácticas atroces e ilegales.
En el margen
Mamadou Yero Seydi Mballo “Nos encontramos ya en un ciclo político en el que la ofensiva hacia nosotros se irá acentuando año a año”
A partir de sus lecturas decoloniales y su activismo político, Mamadou Yero Seydi Mballo explora los desafíos que enfrenta el antirracismo desde una perspectiva que pone en el centro el discurso colectivo y el diálogo intergeneracional.
Geed
22/8/2019 12:33

Lo que pasa wn argelia se que en argelia ,somos un pais orgulloso y nadie entra en nuestos asuntos mejor para todos

1
3
#38582
22/8/2019 11:13

Mirar tontos yo soy argelino y orgulloso de serlo los espaniol es ya están trabajando en argelia desde hase años y cuando metemos todo nuestro gubierono en la cárcel ahí vais a ver k es argelia irais vosotros en patera para argelia pregunta a tus antes pasado lo k se fueron a Orán. Wan tu tri viva lalgerie

1
4
#38578
22/8/2019 10:18

Si tienen ese ejercito tan desproporcionado, una revolución pacifica no sirve para nada.

3
2
#38574
22/8/2019 8:25

Argelia es argelia somos así y nadie entra a nuestra país ni Estados Unidos ni los europeo para defender, nosotros no somos tontos sabes como va eso, entonces argelia no es Irak o sería o Libia o Venezuela ectttt así todo seva a reglar inchalah ah lo que está esperando que pasa algo a argelia esto no va a suceder, tenemos todos gaz petróleo sahara juventud pero gobierno malo por eso estamos luchando que cambiar todos chorizo ayudante de Francia, eso va poco a poco no precupais y de jar argelia tranquilo **

2
3
#38568
21/8/2019 23:54

Nunca habrá revolución, nadie la quiere, Argelia desde los tiempos del FIS, se preparó bien, dispone de un buen aparato de represión, apaŕe de un buen ejército muy armado, ningún pai s de estos habrá inestabilidad, Europa misma no quiere, no quiere más refugiados, con los de Siria es suficiente, los refugiados e emigrantes es un buen caldo de cultivo para los partidos de la extrema derecha.

1
0
#38576
22/8/2019 8:27

Te solo habla por migración q paja mentales

0
3
#38632
23/8/2019 9:41

Hola.La estabilidad y el cambio en Argelia disminuye mucho la llegada clandestina de los inmigrantes.

0
0
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Aviación
Travel Smart Las multinacionales españolas, a la cola de la reducción de emisiones por vuelos de negocios
Un estudio publicado este martes por organizaciones ecologistas señala que las emisiones por vuelos de negocios a nivel global se han reducido un tercio, pero las empresas españolas van a la zaga y suspenden en transparencia u objetivos concretos.
Represión
Policía infiltrado La Directa destapa un nuevo caso de policía infiltrado, esta vez, en el activismo de Lleida
Bajo la identidad falsa de Joan Llobet García, un agente de la trigesimosegunda promoción de la Academia de Ávila, pasó dos años infiltrado en espacios independentistas, estudiantiles y ecologistas.
Madres protectoras
Madres protectoras Una madre, condenada a tres años y medio por secuestrar a su propia hija, solicita su indulto
La libertad de Jewel Lázaro depende de la respuesta del Ministerio de Justicia de España a su petición de indulto con el fin de no separarla de otro bebé de nueve meses.

Últimas

Derecho a la vivienda
Manifestación estatal Mapa | Más de 40 ciudades se movilizan este 5 de abril por el derecho a la vivienda
Decenas de miles de personas en más de 40 localidades de todo el Estado español saldrán a la calle el próximo 5 de abril para reclamar medidas para hacer frente a la crisis de vivienda.
Israel
Guerra en Gaza Israel ordena evacuar Rafah ante la previsión de un ataque terrestre
En la mañana del 31 de marzo, las fuerzas militares de Israel han ordenado a la población evacuar gran parte de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Francia
Francia Marine Le Pen es condenada por malversación y no podrá concurrir a las elecciones de 2027
Un caso de corrupción con los asistentes del Parlamento europeo golpea a la ultraderecha francesa. Le Pen y su partido, Agrupación Nacional, son condenados por el Tribunal Penal de París.
Opinión
Opinión ¿Cómo acabar con el negocio de la vivienda?
Las reivindicaciones del 5A: bajada de alquileres, paralización de desahucios, desmantelamiento de las empresas de desokupación, ayudarían a acabar con la crisis de vivienda. Pero estas medidas son impensables en este sistema económico.
Myanmar
Terremoto Myanmar: un país bajo los escombros
Con el cronómetro en contra, los equipos de rescate de Myanmar continúan buscando bajo los escombros a los supervivientes del que ya se considera el peor terremoto sufrido en las últimas siete décadas en el país.
Más noticias
Precariedad laboral
Precariedad laboral Europa presiona de nuevo a España para que modifique la indemnización por despido improcedente
El Consejo de Europa concluye que el sistema español viola la Carta Social Europea al considerar que la compensación española no repara el daño a los trabajadores ni disuade de hacerlo.
Memoria histórica
Opinión La maldición de los agotes
Los agotes son una minoría que habita el Pirineo occidental. Están concentrados principalmente en el valle del Baztán, en Navarra, y si bien su origen no está claro, hay varias teorías al respecto. Se cree que la palabra agote proviene del francés cagot y significa “perro godo”. El término es por tanto un insulto.

Recomendadas

Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.