Memoria histórica
¿Por qué España no tiene un museo de la dictadura, la resistencia y la libertad?

Es lo que se preguntan muchos españoles que visitan el Museo do Aljube en Lisboa, capital del país donde pervivió durante casi cuarenta años la dictadura de Oliveira Salazar. 

Museo do Aljube en Lisboa
Museo do Aljube en Lisboa

www.diariodelaire.com

2 jul 2020 09:17

Muchos recordamos el impacto que tuvo la llamada Revolución de los Claveles portuguesa en aquellos años de la primera Transición. No fueron pocos los jóvenes españoles que quisieron vivir aquella experiencia in situ, con las expectativas puestas incluso en que algo así podría suceder en España. Pero aquí no disponíamos de un ejército harto de su misión colonial. El espíritu castrense estaba empapado de franquismo hasta los huesos, como se demostraría años después (1981) con el intento de golpe de estado del 23 F. La nuestra fue una dictadura que acabó  con la consunción del general, como era de prever.

A Franco se le enterró con todos los honores  bajo sagrado y ahí estuvo, al pie de la gran cruz del valle de Cuelgamuros, durante mucho más tiempo que el de su propia dictadura, hasta solo hace unos cuantos meses en que sus huesos fueron despachados con una ceremonia de desalojo que fue tratada de modo inusitado por la radiotelevisión pública estatal y con unas no menos aparatosas medidas de seguridad. En lugar de verificar la segunda inhumación de los restos del general con la mayor discreción, la noticia tuvo una dimensión mediática excesiva, muy distinta al proceder que siguió Portugal desde el momento mismo  en que falleció su dictador, enterrado en un modesto sepulcro de su pueblo natal, sin que hasta allí se dirigieran peregrinaciones o se celebraran misas masivas o cualquier tipo de homenaje póstumo.

Resulta bastante ilustrativo el diferente final de uno y otro régimen y el dispar enterramiento de sus respectivos dictadores para comprender el muy distinto tratamiento con el que se juzga ese pasado en uno y otro país. El ejemplo más evidente lo tenemos en el Museu do Aljube. Resisténcia e Libertade, ubicado en Lisboa desde hace unos años y convertido en museo de la dictadura de más larga duración en Europa occidental. Son pocos los españoles que dejan de visitarlo cuando viajan a la capital portuguesa, hasta el punto de que quizá sean los extranjeros que más interés sienten por su contenido, a falta del que no encuentran en España.

En el edificio que actualmente ocupa ese centro estuvo el lugar de detención y la prisión en la que eran torturados y encarcelados los presos políticos durante el régimen de Oliveira Salazar. El edificio contaba con precedentes históricos en esa misma línea, pues durante los siglos XVI y XVII fue cárcel eclesiástica y en el XIX fue prisión de mujeres. Se calcula que entre 15.000 y 20.000 personas fueron detenidas por la policía política portuguesa (PIDE) entre los años 1933 y 1974. Esos son los datos del balance represor de sus más de 4.000 agentes, tanto en la metrópoli como en las colonias.

Una visita el museo permite  diferenciar la exposición a la que podemos asistir en sus tres plantas. En la primera encontramos las particularidades políticas de la dictadura salazarista y las luchas clandestinas llevadas a cabo por quienes la combatieron, con imágenes y documentos de las publicaciones y diversas organizaciones comprometidas en esa lucha. En la segunda planta se hace un recorrido por los distintos centros de detención, las prisiones y campos de concentración, y sobre todo la lucha dentro de las cárceles. En un gran panel podemos observar las diferentes torturas que realizaba la policía política y una exposición de lo que serían las celdas del centro de detención. La tercera planta está dedicada a las colonias portuguesas en los territorios de ultramar, con un gran listado a modo de colofón donde aparecen todos los demócratas asesinados por el régimen. No falta, por supuesto, un espacio dedicado a la Revolución de los Claveles, con un gran álbum de fotografías anteriores a la fecha histórica del 25 de abril de 1974.

El museo dispone de un gran centro de documentación con libros y manuscritos del periodo dictatorial, así como un auditorio en donde se celebran con frecuencia conferencias y presentaciones de libros vinculados con ese largo periodo de la historia portuguesa. Su actividad es notoria, sobre todo si se compara con la del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, cuyo restaurado, espacioso y costoso edificio no solo está vacío del fondo documental que permanece en el viejo edificio desde hace casi diez años, sino que es infrautilizado para contados eventos, habiendo supuesto en su día una importante inversión para el gobierno central, de cuyo Ministerio de Cultura depende.

No hay ciudadano español que después de visitar el Museu do Aljube (aljibe en español)  no se pregunte por el que no tiene su país y pudo haber tenido en 2008. En ese año, bajo el gobierno de Rodríguez Zapatero -que había aprobado meses antes la Ley de Memoria Histórica-, se derribó el edificio que podría ser equivalente al museo lisboeta de la dictadura: la antigua cárcel de Carabanchel. El solar quedó abandonado desde entonces y solo el antiguo hospital fue utilizado como Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE).

El pasado 20 de mayo, tal como leímos no hace mucho en este mismo periódico, la Plataforma por un Centro de Memoria en la Cárcel de Carabanchel envió una carta certificada al Ministerio del Interior para solicitar ese espacio para recuperar, transmitir y reflexionar en torno a las luchas populares y la represión política durante el periodo y la dictadura y la transición. El Ministerio del Interior del gobierno progresista de coalición denegó la petición alegando “planeamiento urbanístico sobre esos terrenos”. Algo similar ocurrió años atrás con la Plaza de Toros de Badajoz, derribada por el gobierno del socialista Rodríguez Ibarra, habiendo sido uno de los lugares del país donde se perpetró quizá la mayor de las masacres por parte de los vencedores de la guerra incivil, sin que apenas quede constancia memorial de la misma para quienes visitan la ciudad y conocen ese trágico episodio de su historia.

Transcurridos más de cuarenta años desde la instauración de la democracia, España, a diferencia Portugal, carece de un lugar equivalente al Museu do Ajube. Seguimos pendientes de lo que se proyecte  en el antiguo Valle de los Caídos después de la exhumación de los restos del dictador. Un total de más de 33.000 combatientes de la Guerra de España ocupan los osarios de esa basílica, de los que 28.000 lucharon en las tropas del ejército vencedor y se los conoce -según la fórmula franquista- como “caídos por Dios y por España”. Más de 21.000 perdieron la vida combatiendo al fascismo, en defensa del Gobierno republicano, de los que más de 12.000 no están identificados. Todos los restos mortales de los vencidos fueron trasladados a la basílica a partir de los años cincuenta, sin que sus deudos tuvieran noticia de su nueva ubicación.  

Sería de desear que más pronto que tarde -sobre todo porque se ha hecho muy tarde- se erradicase de una vez la significación dictatorial que tuvo ese monumento –en donde permanece sepultado fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera-, máxime porque, además de la impronta fascista del edificio, suma al enterramiento de las víctimas del franquismo el trabajo esclavo de los presos republicanos que lo construyeron en la posguerra.

Otro lugar que debería merecer una reseña histórica en la memoria democrática de este país, idéntico en sus funciones al que supuso el centro de detención de Aljube, es la antigua Dirección General de Seguridad en la plaza de la Puerta del Sol de Madrid, sede actual del gobierno autonómico de esa región. Sigue faltando en sus muros, después de cuarenta años de democracia –quizá por la sucesión de gobiernos de la derecha-, una mínima placa conmemorativa que recuerde a los demócratas  torturados en esos calabozos. Uno de los sicarios, el torturador Pacheco (alias Billy el Niño), se nos murió hace un par de meses del virus de la corona. Lo hizo con todas las medallas puestas en su solapa por el trabajo realizado y porque nadie se atrevió a quitárselas, cobrando por ellas del presupuesto nacional hasta el fin de sus días. 

Archivado en: Memoria histórica
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto Twitch
Antirracismo Frente a su racismo, respuesta comunitaria antirracista
El tema de “Entre el nopal y el olivo” de hoy nace desde la reflexión (no nuestra y no nueva) de cómo responder desde la colectividad a la violencia racista. Cómo imaginamos un horizonte antirracista. Cómo pensar estrategias juntas.
Crímenes del franquismo
Memoria democrática Víctimas del franquismo denuncian en Les Corts que la ley de “concordia” les equipara a los verdugos
Representantes de asociaciones memorialistas han argumentado su rechazo a la nueva ley de “concordia” de la Generalitat Valenciana en la comisión que tramita el texto.
Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
#91381
1/6/2021 15:46

En España todavía no hay democracia, este país está lleno de franquistas,desde Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, Rajoy,etc.todos estos presidentes son cachorros de la dictadura y asi sigue el país. España está todavía a años Luz de una verdadera democracia.

0
0
#83460
24/2/2021 14:52

Gracias por el texto bastante explicativo. Con respecto a la idea central de ello, tengo una pregunta: El Museo Adolfo Suárez y la Transición no trata minimamente del tema de la dictadura franquista y la retomada hacia la democracia? Lo pregunto por estudiar ese tipo de sitio en sudamerica y tener interés en estudiar los de Ibéria. gracias.

0
0
#64466
2/7/2020 20:18

Franco ganó la guerra civil,gobierno portugués del estado nuevo perdió las guerras coloniales, y derrumbó completamente.

0
0
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de Fifa y Uefa
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
Palestina
Palestina Bicicletada contra el genocidio palestino en Alicante
El núcleo local del BDS País Valencià ha realizado un recorrido reivindicativo para exigir el fin del genocidio contra Palestina por las principales calles de las tres capitales valencianas.
Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.
Cine
Cine 'Civil War', estética geopolítica en tierra de nadie
La sensación es que Civil War se queda en algunas ocasiones en una peligrosa tierra de nadie, tanto en sus cambios de estilo como en su contenido.

Últimas

Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto Twitch
Antirracismo Frente a su racismo, respuesta comunitaria antirracista
El tema de “Entre el nopal y el olivo” de hoy nace desde la reflexión (no nuestra y no nueva) de cómo responder desde la colectividad a la violencia racista. Cómo imaginamos un horizonte antirracista. Cómo pensar estrategias juntas.

Recomendadas

Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.