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Nacionalismo
“Ciudadano feo soltero busca...”
Ciudadano feo soltero busca país, nación, república o territorio con el cual iniciar una relación seria y, a ser posible, duradera.
Ciudadano feo soltero busca país, nación, república o territorio con el cual iniciar una relación seria y, a ser posible, duradera. Abstenerse países con pasado, que no pueden dejar de hablar de sus exparejas, y naciones en proceso de separación no amistosa. Tengo entre treinta y cuarenta años, no soy excesivamente alto, aunque llego sin demasiados problemas al suelo, y, teniendo en cuenta que el amor es ciego, puede decirse que soy de buen ver. En todo caso, no busco un país con un físico de película, que posea macizos montañosos, ríos navegables y cascadas de cien metros de altura, sino un lugar atractivo del que me cueste separarme y al que me apetezca volver.
Tampoco soy una persona nostálgica, así que si eres uno de esos países abrumados por las malas pasadas del pasado lo nuestro ya se ha acabado
Soy una persona abierta y optimista que intenta aprovechar el momento. No me gusta dejar las cosas para mañana, de modo que, si eres una de esas naciones que espera a ocuparse del presente a que llegue el futuro, será mejor que pasen unos años antes de que contactes conmigo. Tampoco soy una persona nostálgica, así que si eres uno de esos países abrumados por las malas pasadas del pasado, ya tienes un nuevo motivo de queja, pues, antes de empezar, lo nuestro ya se ha acabado.
Me gusta la lectura, el teatro y la música, pero no necesito una nación que posea una cultura milenaria, cuatro de las siete maravillas del mundo y varias docenas de premios Nobel. Me basta con que tenga una elevada tasa de lectura de libros (si puede ser, en papel), y que no se mire el bolsillo a la hora de gastar en cultura. Pero lo que más me gustaría de todo es encontrar una nación que el día de mañana no le ponga pegas a gastar la mayor parte de nuestro presupuesto familiar en la educación de nuestros futuros hijos. ¡Ah!, también me gusta aprender idiomas, y estoy dispuesto a hablar y amar tu lengua, pero si pretendes que deje de hablar o amar la mía, creo que tendremos nada que decirnos.
No busco una pareja que tenga exactamente mis mismas ideas políticas, pues eso sería muy aburrido, pero sí me gustaría encontrar un semejante con quien poder compartir mis diferencias
No busco una pareja que tenga exactamente mis mismas ideas políticas, pues eso sería muy aburrido, pero sí me gustaría encontrar un semejante con quien poder compartir mis diferencias, sin que le irrite que tenga mis propias opiniones (ni siquiera cuando estas cuestionen su idea de lo que es una pareja). Por otra parte, como soy una persona muy extrovertida y sociable, me gustaría conocer a una nación abierta y acogedora que no tenga problemas a la hora de tener invitados en casa, especialmente si tienen algún problemilla menor, como es que les esté persiguiendo el Estado Islámico. Y, no es que anteponga mi familia y mis amigos a mis relaciones amorosas, pero si eres una de esas naciones a las que les gusta hacer elegir entre ella y los demás, entonces no eres la nación de mi elección.
No tengo creencias religiosas (aunque estoy dispuesto a aceptar que no tener creencias religiosas sea una creencia religiosa), pero si tú las tienes, y no te importa que yo no las tenga, no tenemos por qué tener ningún problema. Puedo esperarte a la salida de la iglesia, de la mezquita o de tu centro de yoga, y a cambio tú puedes rezar por mi persona, pero no por mi alma, porque eso podría hacerme sentir juzgado. Si cada dios está en su plaza, todos nos sentiremos como en casa.
No pienso volver a tener una relación con una nación en la que no pueda aspirar a tener un lugar de trabajo estable, con un sueldo digno y un horario que me permita llegar a mi casa a tiempo de jugar con mis hijos
En lo que respecta a mi trabajo, debes saber que, como empleado de mi anterior pareja, viví una dura experiencia de precariedad laboral, de modo que no pienso volver a tener una relación con una nación en la que no pueda aspirar a tener un lugar de trabajo estable, con un sueldo digno y un horario que me permita llegar a mi casa a tiempo de jugar con mis hijos, cenar con mi futura pareja y leer un rato sin recibir mensajes de la oficina.
Gozo de buena salud, pero sé que el tiempo pasa, de modo que estoy dispuesto a cuidarte cuando te pongas enferma o envejezcas, y espero que estés dispuesta a ocuparte de mí cuando me suceda a mí lo mismo. Por todo lo cual, te propongo que apartemos una parte de nuestros sueldos pensando en futuras eventualidades. Sé que ese tipo de prácticas no está de moda entre los jóvenes actuales, que prefieren relaciones más liberales, pero yo soy un romántico clásico, que ante las dudas está a las duras y a las maduras, y que cree que el amor para siempre es como las lavadoras de antes, que, cuando se estropeaban, se arreglaban, y no como los móviles de ahora, que se cambian cada dos años.
Para acabar, debo avisarte de que, salgo de un difícil triángulo amoroso de casi 40 años con dos naciones muy celosas con las que la convivencia se había vuelto imposible, de modo que busco una nación que sea capaz de mantener una relación abierta, en la que no nos preguntemos cada dos semanas si todavía nos queremos, ni en qué tipo de relación nos hallamos embarcados. Pues debes saber que sólo estoy dispuesto a morir por aquella nación que preferiría morir antes que pedirme que yo dé la vida por ella.