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Empezamos el 7 de mayo. Más de dos semanas después, aquí seguimos, con la certeza de que no estamos solas. Las acampadas se siguen levantando en todo el territorio nacional. Las universidades de Granada, Pablo de Olavide de Sevilla, Jaén y Barcelona han conseguido que se firme una ruptura de relaciones académicas con Israel.
Ni radicalizada de más ni infantilizada, la comunidad universitaria responsabiliza a la universidad española —concretamente la madrileña— de estar sumida en la red económica y política que financia y legitima un genocidio, participando en un sistema de colaboración académica y empresarial del que se beneficia Israel. No hace falta vender armas para ser cómplice.
La comunidad universitaria, el mundo de la cultura y la sociedad civil organizada se posiciona en contra de un genocidio y de 75 años de ocupación y apartheid. Ayer, en la Acampada por Palestina de Madrid, organizamos unas Jornadas de Lucha. El jueves 23 de mayo comenzamos el día entre talleres, reflexionando y escuchando diversas voces palestinas junto con las que hemos acampado estas semanas. Finalizamos con un concierto en el que artistas vinieron a mostrar su apoyo, siempre con la causa palestina en el centro. No sólo estamos estudiantes acampando; sociedad civil organizada y la comunidad palestina nos unimos. Nos unimos porque no hay otra opción que la de posicionarnos activamente contra el genocidio.
La colaboración de nuestras universidades con entidades como el Santander permite la financiación directa a armamentísticas como Thales y Elbit Systems, que fabrican los drones con los que se está masacrando a la población gazatí
En Madrid, la Universidad Carlos III, la Rey Juan Carlos, la Complutense, la Politécnica y la Autónoma disponen de un gran número de convenios, consejos, foros y programas de colaboración con universidades israelíes, formando parte de la maquinaria militar y legitimando la ocupación de Palestina. La universidad tiene acuerdos con multitud de empresas como Indra, Accenture, Amper y HP, claves para el control y la represión de las personas palestinas tanto en su territorio como en la diáspora, y que profundizan en la violencia colonial global a través de su extensión en las fronteras occidentales acabando con la vida de miles de personas.
Además de los acuerdos con empresas, abundan las relaciones académicas entre universidades. Erasmus +, convenios internacionales y convenios específicos como el Convenio URJC-Centro Sefarad-Israel son también parte del entramado de acuerdos cómplices que ignoran e invisibilizan la masacre de más de 35.000 personas palestinas.
Las universidades madrileñas deberían ser un espacio de aprendizaje y desarrollo social, de colaboración interinstitucional, no un lugar para innovar en la destrucción y la masacre
La colaboración de nuestras universidades con entidades financieras como el Banco Santander permite la financiación directa de empresas armamentísticas, como Thales y Elbit Systems, que fabrican los drones con los que se está masacrando a diario a la población gazatí. El Banco Santander, según el informe Untenable Investments, ha financiado con 8.609 millones de euros a empresas implicadas en los territorios ocupados. Según Banca Armada, el Santander concedió, entre 2021 y 2023, al menos 2.000 millones de euros en préstamos a al menos tres empresas armamentísticas que ahora contribuyen y se están beneficiando de la guerra contra Gaza. Entre 2021 y 2023 ha financiado con 1.500 millones de euros a Boeing, fabricante de cazas y helicópteros de guerra que son utilizados en Gaza. También ha financiado a Leonardo, productora de cañones, y Rolls Royce, fabricante de tanques.
Las universidades madrileñas deberían ser un espacio de aprendizaje y desarrollo social, de colaboración interinstitucional, no un lugar para innovar en la destrucción y la masacre. Estos múltiples convenios con instituciones, empresas y universidades apoyan la estructura económica, académica y política que sostiene el genocidio del pueblo palestino. La Universidad Complutense mantiene diversos convenios con el Ministerio de Defensa para la impartición del Máster Universitario en Logística y Gestión Económica de la Defensa y para el Doble Grado de Derecho y Estudios Jurídico-Militares, entre otros. Sin profundizar en ello, el Ministerio de Defensa aprobó un contrato de 207.414.102 euros a una empresa israelí para la compra de armamento. Se trata de la empresa Rafael Advanced Systems que, junto con Elbits Systems y Israel Aerospace Industries, es una de las tres empresas más importantes de la industria militar sionista.
Ante la gravedad de la situación, lanzamos un mensaje muy claro a nuestras universidades: ninguna razón, ninguna excusa sirve para no sentarse a negociar con las estudiantes organizadas
En el portal de Transparencia de la UCM encontramos los acuerdos con Indra Soluciones Tecnológicas —ha recibido 235.332,90 euros en 2023, siendo una de las empresas objeto de boicot por la fabricación de componentes de armamento— y Deloitte Consulting SL —que tiene sede en Israel y colabora con empresas tecnológicas israelíes e internacionales para mejorar sus negocios en el territorio—. Mientras Israel busca maneras más innovadoras y destructivas para eliminar al pueblo palestino, universidades como la Politénica de Madrid participan de estos programas de desarrollo armamentístico y tecnológico, siendo esta universidad, junto a la Carlos III, la más distantes en las negociaciones.
Señalamos a las empresas, señalamos a las universidades y señalamos a los Gobiernos como cómplices del genocidio. Señalamos al Gobierno español por su hipocresía con esta causa. No nos sirven declaraciones vacías; sólo la ruptura de las relaciones diplomáticas y el boicot a Israel responden al momento histórico en que estamos. Señalamos al Gobierno autonómico y municipal por su blanqueamiento del genocidio y falsa equidistancia, y denunciamos las presiones a las universidades para que no negocien con la acampada, para que no se sienten a negociar.
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Ante la gravedad de la situación, lanzamos un mensaje muy claro a nuestras universidades: ninguna razón, ninguna excusa sirve para no sentarse a negociar con las estudiantes organizadas. Granada, Sevilla, Jaén y Barcelona ya han roto relaciones. Desde la Acampada por Palestina de Madrid exigimos a nuestras universidades que denuncien el genocidio y actúen en consecuencia. Cortar relaciones con Israel, cortar relaciones con las empresas que financian el genocidio. Y que viva la lucha del Pueblo Palestino.
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Enhorabuena por vuestra lucha por la paz y la humanidad -que tanta represión y violencia concita-. Desde el gobierno se pide la creación del Estado palestino, aunque más bien parece servir para ocultar la hipocresía por no romper las relaciones con Israel, por no prohibir y sancionar a los bancos y empresas que se lucran con el genocidio, y además, por fomentar que Instituciones públicas como el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), facilite intercambios entre empresas españolas e israelíes, como también las Universidades. Por no hablar de los proyectos de la UE con Israel regados de miles de millones de euros.