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Feminismos
El movimiento feminista no renuncia a las calles ni a la huelga en un 8M marcado por la pandemia y la denuncia de la crisis
Desde mediados de enero, integrantes de la Plataforma Feminista Galega vienen reuniéndose en asambleas virtuales para organizar el 8 de Marzo. “Al principio parecía que era más difícil el encuentro, no tanto porque fuera virtual sino más por las situaciones personales de cada una, pero a medida que se convocó se fue reactivando y ha habido bastante participación a nivel Galiza”, dice Pili Estévez, portavoz de esta plataforma. Así ha sido también para las andaluzas de Feminismos Diversos Sevilla, las mujeres que participan en Vaga Feminista en Catalunya, la Comisión 8M de Madrid y feministas de Bilbao o Salamanca. En común tienen también el llevar al primer plano la denuncia de las consecuencias de las crisis derivadas de la sanitaria, una crisis que, de nuevo, tiene género.
El enfrentamiento entre feministas a causa del derecho a la autodeterminación de género de las personas trans recogido en el borrador de ley trans estatal resuena de fondo a pocos días del 8 de marzo, aunque en la mayoría de las asambleas no se ha convertido en un asunto central. Lo que sí atraviese este 8M son los ecos pandémicos que obligan a contener las acciones presenciales a las que el movimiento feminista no renuncia pese al llamamiento de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, —“no ha lugar” a manifestaciones— y el respaldo al mismo del Ministerio de Igualdad —que seguirá las recomendaciones sanitarias, ha indicado—.
Tampoco renuncia a la huelga laboral —convocada en Galiza, Andalucía, Catalunya y Aragón, así como en la provincia de Alicante— ni a la huelga feminista —que otros años se ha presentado en cuatro ejes: laboral, cuidados, consumo y estudiantil—. Sin embargo, esta herramienta que ha servido al feminismo para movilizar de forma masiva en 2018 y 2019 ya fue secundaria en 2020 —cuando el 8 de marzo cayó en domingo— y se diluye aún más este año. La coordinadora estatal que sirvió para ensamblar las piezas de estas huelgas se mantiene activa y en ese espacio se acordará alguna acción común aún sin definir.
Huelga feminista en Galiza
En Galiza, el trabajo de semanas de asambleas de la Plataforma se ha concretado ya en una veintena de convocatorias, entre ellas varias manifestaciones o concentraciones. “Creemos que tenemos que salir y dar esa imagen de que estamos ahí, no queremos renunciar al espacio público porque eso supone esconder, tapar... y no puede ser que quede todo diluido por la pandemia”, dice Estévez, que quiere dejar claro que la plataforma no integra a todo el movimiento feminista gallego, aunque sí a una buena parte.
Además, en Galiza los sindicatos CUT (Central Unitaria de Trabajadores) y CIG (Confederación Intersindical Galega) han registrado convocatoria de huelga, algo que hacen por cuarto año consecutivo. La Plataforma, indica Estévez, apoya la huelga laboral pero prefiere seguir trabajando en movilizaciones sobre el concepto más amplio de huelga feminista: “Nosotras apoyamos [la huelga laboral] pero entendemos que una huelga feminista va más allá y la huelga de cuidados y consumo son esenciales”.
Sobre la ley trans estatal que ha provocado la reacción de un sector del feminismo que entiende la consagración del derecho a la identidad de género como un riesgo para el sujeto del feminismo, Estévez indica que la Plataforma ha decidido no apoyar de manera expresa el borrador de la ley trans conocido el 2 de febrero, pero sí reconocen en su manifiesto el apoyo a las compañeras trans y a un marco jurídico que las proteja.
Madres presentes en Andalucía
CGT también ha convocado huelga el 8 de marzo en Andalucía por cuarto año consecutivo. Rosario Sessa, integrante de AFUS (Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla), explica que la conveniencia o no de secundar una huelga fue el primer debate que se produjo en la Coordinadora del 8M de Andalucía, donde se llegó al acuerdo de apoyarla. Pero, como en otros territorios, también entienden que una huelga feminista no puede ser solo laboral, por lo que se mantienen los otros tres ejes: cuidados, consumo y estudiantil. “Sabemos que la huelga laboral es capitalista, no todas se lo pueden permitir”, explica Sessa.
Y, aunque la coordinadora andaluza trata de llegar a acuerdos para compartir un manifiesto, cada asamblea trabaja de manera descentralizada. Así, en la ciudad de Sevilla las convocatorias se harán bajo el marco de Feminismos Diversos Sevilla donde se integran diversos colectivos, entre ellos la AFUS.
Feminismos Diversos Sevilla ha planteado una semana de lucha en la que cabe un paseo rodado —en sillas de ruedas, bicis o carritos— para poner a prueba a accesibilidad de la ciudad, una comida en el Pumarejo o un debate online. Pese a que en la ciudad de Sevilla no se convocan manifestaciones, sí hay dos concentraciones. Una por la mañana frente al Parlamento de Andalucía y una por la tarde en Barqueta.
Rosario Sessa, integrante de la Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla, cree que este año están con especial fuerza las madres: el Pumarejo acogerá una mesa sobre maternidades políticas
Entre las acciones convocadas está una mesa de “maternidades políticas”, Sessa señala que entre las novedades de este año está precisamente la activa participación de madres, que sí han estado otros años pero este lo hacen con especial fuerza.
Sobre la ley trans, Sessa asegura que en las asambleas de Feminismos Diversos Sevilla no ha habido tensión. “Es un tema que está presente en las asambleas, y en estos momentos no ha habido tensión por este tema; otra cosa es que distintos grupos feministas tengan debate, pero en la preparación del 8M te come la agenda y no nos centramos en eso”.
Catalunya: los espacios naturales también son nuestros
En Catalunya, el comité confederal de CGT e IAC (Intersindical Alternativa de Catalunya) también convoca una huelga general el 8 de marzo, y lo hace también por cuarto año consecutivo. Silvia Alberich, integrante de la Asamblea Vaga Feminista, explica a El Salto que la comisión laboral de esta asamblea apoya la huelga y nadie se opone, pero reconoce que los esfuerzos desde la coordinación no se han puesto en este aspecto esta vez.
El movimiento feminista tampoco renuncia a las calles y para que esto sea compatible con la seguridad de las participantes apuesta por una toma de espacios al aire libre y naturales. lberic explica de dónde vino la inspiración para reivindicar que “si las calles y las noches son nuestras, los espacios naturales también”. Hace unos meses, una mujer sufrió una agresión sexual en Montjuic y, tras compartir su experiencia en grupos afines, hizo un llamamiento a estar presentes en la zona un domingo: la mujer se resistía a renunciar a ese espacio por miedo. “Pensaba que iríamos cinco amigas y acudimos unas cien mujeres”, cuenta Alberich.
En la agenda de Barcelona hay un paseo por Ciutat Vella el día 7 y una concentración previa inscripción en Passeig de Gràcia el 8 de marzo. Además, las feministas catalanas plantean movilizaciones en varios lugares el día 4 para reivindicar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y una campaña online el día 1 de marzo.
Silvia Alberich, integrante de Vaga Feminista: “Hay que tomar medidas y preservar la salud de todas pero las mujeres ya conocemos el enclaustramiento y sabemos que el aislamiento no ayuda”
Sobre si la división en el feminismo en torno a la autodeterminación de género ha atravesado las asambleas, Alberic indica que el debate sobre la ley trans no ha tenido una presencia significativa en la organización del 8M hasta donde ella conoce. “Hubo más debate el año pasado en torno al abolicionismo —dice—, también es cierto que en la organización de la vaga en Catalunya nunca ha sido un debate muy propio, sino que viene de un feminismo más institucional que no representa a los feminismos presentes en la coordinación de la huelga, o bien ha venido importado de otros territorios”. La mirada —en general, insiste— es inclusiva y desconoce si los colectivos abolicionistas que el año pasado sí estaban presentes en las asambleas están organizando acciones de manera independiente.
“Hay que tomar medidas y preservar la salud de todas pero las mujeres ya conocemos el enclaustramiento y sabemos que el aislamiento no ayuda a la lucha colectiva ni a salir de las situaciones en las que hemos estado históricamente: quedarse en casa no es la solución a nada”.
Emergencia feminista en Madrid
Por su parte en la Comunidad de Madrid, a la Comisión 8M de Madrid —que ha venido organizando hasta ahora el 8M— se le suma el llamado 8M Movimiento Feminista de Madrid, que congrega a 350 asociaciones feministas y hace girar sus movilizaciones en torno al abolicionismo de la prostitución y contra la autodeterminación de género de la ley trans. En la rueda de prensa de presentación de su agenda para el 8M, se posicionaban contra el borrador de la ley trans que “anula la categoría protegida del sexo y vulnera la protección de las mujeres”, en palabras de Lola Venegas, integrante de la plataforma Contra el Borrado.
La Delegación de Gobierno en Madrid ya ha advertido que este 8M están prohibidas las manifestaciones de más de 500 personas, algo que no se entiende solo por el contexto sanitario sino por el juicio que intentó culpar al movimiento feminista de la propagación del virus en un proceso que la Comisión 8M calificó como de “hostigamiento”. Pero el movimiento feminista madrileño no renuncia a las calles y plantea varias acciones presenciales. El acto central de 8M Movimiento Feminista es una concentración en la Plaza de Callao el día 8.
Vicky García, de la Comisión 8M de Madrid: “En Madrid no hay dos feminismos, sino muchos; nosotras somos las feministas que hicimos la huelga feminista y las que llevan convocando desde 1977 la manifestación del 8 de marzo”
Por su parte, la Comisión 8M de Madrid ha consensuado su programa en asambleas de Zoom de hasta 400 mujeres y tampoco renuncian a “tomar la calle de manera responsable”. En la rueda de prensa donde presentaron sus reivindicaciones, la comisión insistió en que la crisis sanitaria y sus consecuencias obligan a reconocer más que nunca el trabajo de cuidados que hacen las mujeres, que son las que sufren en mayor medida la precariedad.
“Hemos barajado todos los escenarios pero finalmente hemos decidido no renunciar a las calles, es importante hacernos visibles en las calles”, justifica Vicky García, integrante de esta comisión. Este año —continúa—, “se ahonda en la lógica descentralizadora que la comisión planteó ya el pasado” y habrá acciones en muchos municipios de la Comunidad de Madrid con el lema “Ante la emergencia social, el feminismo es esencial”. La Comisión 8M de Madrid sigue valorando la huelga como “una herramienta” que sirve a un proceso y que este año queda en segundo plano.
Sobre el debate en torno a los derechos de las personas trans, García es tajante: “La Comisión 8M de Madrid es transfeminista, es tan sencillo como eso”. Así lo refleja su argumentario y su trayectoria. A la pregunta de si hay dos feminismos en Madrid, García responde: “No hay dos, hay muchos: nosotras somos las feministas que hicimos la huelga feminista, y las que llevan convocando desde 1977 la manifestación del 8 de marzo feminista de Madrid ”.
Bilbao y Salamanca
Tampoco han querido renunciar a las calles las feministas de Bilbao o de Salamanca. En esta última, organizadas como Movimiento Feminista de Salamanca, han mantenido durante todo el año las renuniones que, desde el confinamiento, son virtuales. Para el día 8 de marzo, explican, “no convocamos manifestación o concentración pero sí tomamos la calle de otras formas y complementamos con muchas acciones durante el mes de marzo”. Entre esas acciones está un acto para exponer el efecto de la pandemia sobre las mujeres durante todo el día 8 en la Plaza Mayor de Salamanca, donde colocarán mesas informativas y una serie de siluetas donde las mujeres que lo deseen podrán escribir.
La asamblea salmantina utilizará el mes de marzo entero para plantear reivindicaciones en cuatro ejes. Uno de ellos se dedica a la salud, eje que da espacio a recordar las dificultades para abortar en Castilla y León. Entre los otros ejes están las trabajadoras del hogar, migración o violencia de género. Sobre dónde queda la huelga feminista, responden: “No vemos sentido a la huelga este año; las profesiones extremadamente precarias y a eso se suma la pérdida de trabajos... Familias enteras sin ingresos nos hace pensar que no es el momento más oportuno para ello”. Tampoco ven coherente plantear una huelga de cuidados “precisamente, este año en el que nuestros mayores son tan vulnerables” ni una huelga de consumo cuando “están comercios y hostelería cerradas”.
La respuesta que da esta asamblea a si la ley trans ha atravesado este 8M está en sintonía con la de Alberich, de Vaga Feminista, y hace pensar que el enfrentamiento se da especialmente en Madrid, y se sobredimensiona por el espacio que Madrid ocupa en los medios y parte del imaginario. “En nuestra asamblea este enfrentamiento tuvo lugar en la preparación del 8M de 2019 y no fue un conflicto interno, sino uno creado por unas mujeres que se sumaron a la organización de la huelga aquel año; lo resolvimos de la mejor manera que pudimos; desde entonces somos abiertamente transincluyentes, antes no veíamos la necesidad de decir tal cosa, se daba por sentado”.
En Bilbao la organización del 8M se ha tenido que adaptar a la pandemia trabajando más desde los barrios, grupos de trabajo y comisiones de las que ha salido el acuerdo de que el lema se centre en denunciar el racismo
En Bilbao, las restricciones no han parado a los grupos autónomos y los grupos en barrios del movimiento feminista. Las asambleas no han sido masivas, explican a El Salto, “pero esto no significa que no nos estemos organizando”. “Nos hemos adaptado a la pandemia, trabajando más desde los barrios, desde los grupos de trabajo y comisiones y generando espacios de coordinación en los que es más fácil cuidarnos y evitar contagios”, explican.
Las feministas de Bilbao han elegido el racismo como tema central este 8 de marzo —“Sistema razista arrakalatu - Tejiendo resistencias feministas” es el lema de este año—, que se articula en torno a varias acciones que empiezan, en sintonía con este lema, con una concentración en la oficina de extranjería el día 8 de marzo a las 11. Tras varias concentraciones a lo largo del día, convocan una manifestación desde Sagrado Corazón hasta el Ayuntamiento.
“Son tiempos difíciles para la movilización y la organización feminista, pero también sabemos que en este contexto el movimiento feminista y nuestras reivindicaciones son aún más imprescindibles”, valoran.
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Estupendo.
PERO atentos tod@s al 1º de Mayo; mujeres y hombres dependen sustancialmente de su trabajo. No habrá movilizaciones, ni actos, ni recuerdo. Solo un puente.
El sistema ha conseguido que unos ciudadan@s luchen frente (no “contra”) a otros ciudadan@s por sus derechos. Queda eliminada la lucha común del “proletariado” (palabra que no necesita “arroba”).
Veo una injusticia que permitan una huelga por el 8 M y tengan los negocios cerrados por culpa del virus es que ahí no se puede contagiar uno y por el ejemplo en un bar si que bien va éste puto país Sánchez dimisión ya e Iglesias lo mismo
Te has olvidao de citar a tu líder ortega smiz, cuándo estava ya contagiado y hablando en aquel mitin de vox.
aqui no se trata de lideres aqui se trata que lo pagamos todos y por culpa de una gilipollez que os a metido los podemitas en la cabeza la vais a liarcrey que erais mas listas despues las mujeres son mas listas ya lo vemos
y usted se olvida de las mifas del 8M anterior, justo cuando se podría haber evitado muchisimas muertes