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Elecciones
“No soy una estrella ni tampoco un señor de la política, pero sé cuáles son las prioridades del país”
Alba García (1988) se presenta a la Lehendakaritza por Sumar Mugimendua, es la más jóven de las candidatas en unas elecciones donde el rejuvenecimiento en los liderazgos políticos es uno de los mantras más repetidos por las formaciones que aspiran a ocupar Ajuria Enea. Es de Bilbao, estudió Psicología, proviene del movimiento antiracista —fue la coordinadora de SOS Racismo en Bizkaia—, ha participado en las asambleas de la última huelga feminista general y, durante un año, fue trabajadora de Podemos. Se define como una persona para la que la conciencia de clase es fundamental y está segura de que el futuro de la izquierda estatal está en Sumar. Es rotunda al afirmar que no gobernará con el PNV y tiene dudas de si lo haría con EH Bildu, con quien cree que antes debería negociar durante mucho tiempo. Estudia euskera varias horas a la semana y ha apostado por rodearse de mujeres en su equipo de campaña.
Sorprendió tu candidatura, ¿por qué?
Hay un imaginario que espera que quien vaya a ser el candidato sea un referente o un intelectual y cuando pones a alguién que no es conocido, la gente se pregunta: ¿quién es esta chica? Creo que hacernos esta pregunta es bueno porque hay apuestas nuevas y cambio.
Eres la menos conocida entre los candidatos y, a la vez, la más joven en una campaña en que se ha dado mucha importancia al rejuvenecimiento de los liderazgos. ¿Es tu debilidad y tu fortaleza?
La realidad es que soy la menos conocida y eso nunca viene bien, pero llevo años trabajando en la calle y soy la que mejor sabe cómo está el patio. Sé lo que es llegar ahogada a fin de mes y tener que hacer malabares para pagar mi formación. No soy una estrella ni tampoco un señor de la política, pero sé lo que sucede en el país y cuáles son las prioridades. Ese es un buen cóctel para ofrecer algo nuevo a la política vasca. Mi juventud además es una toma de tierra.
Tuviste unos inicios difíciles, una negociación fallida con Podemos y una salida atropellada. Más allá de la letra pequeña del no acuerdo, tengo la sensación de que se elevó mucho el tono y hubo ataques directos a tu persona ¿Cómo lo viviste?
Me consta que ha habido ataques y he preferido no mirarlos. Las redes son muy jodidas. Me he centrado en las felicitaciones. Cuando saltó a la prensa mi candidatura, estaba en mi casa sola y me dediqué un día entero a llamar a los compañeros con los que había trabajado durante estos años y ser yo quién les diese la noticia. Hubo quien lo entendió y me animó y quien no. Hay otras críticas que me han dolido, las que me cuestionan por ser demasiado joven y por ser una mujer. Esas han dolido más.
Os definís como un movimiento pero os presentáis como un partido a las elecciones. Me cuesta ver quién es Sumar en Euskadi, más allá de sus caras públicas, ¿cuál es vuestra base social?
Somos la fuerza estatal donde está el futuro de la izquierda confederal. Ir solas es muy fácil, pero nosotras hemos conseguido ir juntas. En Euskadi somos cuatro fuerzas: Sumar, Ezker Anitza, Equo y Más Euskadi. Somos una sigla nueva, pero la gente que está en esto lleva años de trayectoria en este país. Venimos del movimiento antimilitarista, antiracista, feminista o del mundo de la universidad o sindicatos. No somos unos paracaidistas.
En este sentido, en esa confluencia os falta una pata. Podemos no está. Habéis apelado a la falta de confianza para ir separados, pero, ¿cuáles son las diferencias ideológicas y programáticas?
No creo que sea el momento de poner los programas encima de la mesa y compararlos, pero hay diferencias sustanciales. Votaron, por ejemplo, no a los decretos de subsidio. Eso es una aberración. Yo me he hartado de decir lo de la falta de confianza, pero es clave. Hay antecedentes que imposibilitaban el acuerdo. Se fueron al grupo mixto en el Congreso, la consulta de las elecciones gallegas... Así era muy difícil.
Os veo muy acompañadas en esta campaña de vuestras espadas de Madrid. Habéis paseado mucho a vuestras ministras. En Galicia, con esa misma fórmula, no os fue muy bien. ¿Cómo se hace una campaña a la vasca?
Nosotras nos referenciamos en una fuerza estatal y por eso me acompañan figuras como Iñigo Errejón y Yolanda Díaz. Partimos de un lugar muy distinto que en Galicia. EL BNG y EH Bildu tienen una fuerza muy distinta en cada territorio y, en Euskadi, el espacio de la izquierda no nacionalista siempre ha tenido un suelo sólido. Una campaña a la vasca es hablar de lo que vas a hacer para el País Vasco.
Hablemos de ello. Parecéis centradas en vivienda y Osakidetza ¿Cuáles son los problemas de Euskadi?
Hay un eje vertebrador de todo y es que el modelo del PNV y PSE está al servicio del gran capital y, a partir de ahí, surgen todos los problemas. La situación es dramática. El negocio de los cuidados se lo están llevando calentito los fondos buitres, el alquiler nos cuesta 1.000 euros y, como medida para la industria, tienen la aberración del Guggenheim de Urdaibai. Son ejemplos claros y sangrantes.
¿Cómo pretendéis solucionarlos?
En vivienda, topando el precio de los alquileres y ampliando el parque público. En sanidad, reforzando la plantilla de atención primaria no solo con más personal, sino también con menos temporalidad y revirtiendo los recursos que han privatizado. En lo ambiental, paralizando la atracción turística del Guggenheim Urdaibai y creando un plan de reindustrialización verde y, a nivel feminista, creando políticas del tiempo y un sistema público de cuidados. Hay que publificar las residencias.
El PSE tiene una apuesta sólida por gobernar con la derecha; no creo que podamos impedirlo
Hay partido electoral, pero la demoscopia da una suma entre PNV y PSE que les puede permitir revalidar el gobierno. ¿Intentaréis impedirlo? Lo digo porque vuestras relaciones con el PSOE en España son fraternales, tenéis influencia.
Nada tiene que ver el PSOE con el PSE. Aquí tienen una apuesta sólida por gobernar con la derecha. No creo que podamos impedirlo.
¿Qué relación pretendes tener con el PNV en la próxima legislatura?
No voy a participar en un Gobierno con el PNV ni facilitar que Pradales sea lehendakari. Mi modelo de país y el suyo son antagónicos.
Entrar o facilitar un gobierno del PNV no, pero ¿estarías dispuesta a acordar con ellos? ¿En qué temas?
En los temas que sean de cuestión general, sí. Ahora no quiero cerrarme a temas, pero tendremos que ver qué nos ofrecen.
¿Gobernarías con Otxandiano? ¿Qué aporta Sumar a un Gobierno con EH Bildu?
Tengo claro con quién no, pero me cuesta ver con quién sí. Tenemos diferencias palpables con EH Bildu como, por ejemplo, la forma que tenemos de entender la educación pública. Tendría que sentarme con Otxandiano y hablar mucho del qué.
¿De qué quieres hablar exactamente con Otxandiano? ¿Cuáles serían vuestras líneas rojas en una negociación?
Con EH Bildu tenemos muchas cosas en común, pero a una negociación llevaríamos, entre otros asuntos, la educación, las renovables y el proyecto de Urdaibai. Han dado muchos pasos en los últimos años por la convivencia y pacificación en Euskadi, también les pediríamos que sigan profundizando.
Como oposición, dialogaremos mucho y negociaremos
Si sois oposición, ¿qué tipo de oposición vais a ser?
Tenemos clara cuál es nuestra razón de ser y que el problema son las políticas que están al servicio del capital del PNV y PSE. Nuestra labor en la oposición será ir en contra de ellas. Lo haremos sin pasar por el aro, pero haciendo política útil. Dialogaremos mucho y negociaremos.
Otro escenario posible, es que seáis una fuerza extraparlamentaria, ¿qué pasaría contigo? y ¿qué papel tendría Sumar en la política vasca?
Somos el futuro de la izquierda confederal en el Estado, si no estamos en el Parlamento Vasco trabajaremos para que ese espacio sea en el futuro fuerte en Euskadi.
Vengo de un lugar donde las cosas se hacían mal y tenía claro qué necesitaba para decir que sí a esta responsabilidad
¿Seguirías siendo la líder de Sumar si los resultados son malos o toca dimitir?
No he pensado en ello. Seguiré en el proyecto de Sumar, sin duda. Dónde ya se decidirá.
Te he echado de menos en los debates en euskera, pero contigo hablo en euskera. ¿Cuál es tu relación con el euskera?
Intento hacer mi vida en euskera, pero es evidente que soy euskaldun berri y a veces me cuesta. Tengo que reconocer que me resulta más difícil argumentar en euskara y me requiere más tiempo de preparación. En campaña, las peticiones de medios de comunicación son enormes y no puedo con todo. Algunas entrevistas las he hecho en euskara. Estudié en modelo A, llevo siete años en un euskaltegi y he estado en barnetegis. Ahora estoy preparando el C1.
Como periodista feminista percibo que, en la medida que aumentan los liderazgos femeninos, aumenta también la violencia política contra las mujeres, ¿cómo lo percibes tú?
Vengo de un lugar donde las cosas se hacían mal y tenía claro qué necesitaba para decir que sí a esta responsabilidad. Quería un equipo donde las mujeres tuvieran mucha presencia y en Sumar, como mujer, me siento muy cuidada y respetada. Tengo, además, una buena red personal y eso me ayuda a enfrentar el afuera y mantener firme mi salud mental. A veces es duro porque me infantilizan. Las mujeres tenemos que justificarnos más. Parece que soy peor candidata porque dedico dos horas al día durante la campaña a estudiar euskara. Si un hombre dice que quita dos horas de campaña diariamente para ir al parque con su hijo, seguro que aumenta su valor.
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Hay que decir las cosas como son, Sumar sólo significa "restar".. ·Podemos· también tendrá que reflexionar al respecto.
Hija, haces tantos esfuerzos en parecer normal, que lo echas a perder en dar explicaciones "cacofónicas" estandarizadas y fofas.
Y los ejemplos excesivamente machistas, ya que en la sociedad actual también empujamos los hombres en conseguir derechos. NO haces ninguna proeza con aprender un idioma, es que es lo ¡Básico! Ya que los tiempos las empresas te favorecen hacerlo.
No dudo de la preparación de esta mujer y de que sus intenciones sean buenas. Sin embargo, ha retorcido la verdad en algunas de sus respuestas y parece sentirse contenta con Sumar, un proyecto político oscuro, anti-democrático y en caída libre, lo que no puede generarme una buena opinión sobre su candidata.
Deseo un futuro brillante para Euskadi y sus gentes. ¡Fuerza!