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Elecciones autonómicas
2-D: La llamada de atención a la izquierda andaluza y española
Vox dio la sorpresa en la jornada del 2D que se explica en las caras de Teresa Rodríguez y Susana Díaz en la noche electoral. Las izquierdas personifican la abstención y ninguno de los dos partidos consiguió recoger el descontento que generó el otro.
No era casualidad que, antes siquiera de que se dieran los resultados, Marine Le Pen felicitara al partido ultraderechista español. La entrada en escena de Vox ha sido con fuerza al recabar el 10,9% de los votos, un resultado similar al conseguido por otras fuerzas extremistas como el partido AfD en Alemania. Esto implica el estreno de España en el fenómeno del populismo de derechas antinmigración, cuando hasta ahora se había visto inmune a esta oleada. En cada país se desarrolla de diferente manera con muchos matices entre sí. Por ejemplo, el Frente Nacional no fue homófobo hasta hace muy poco tiempo, cuando optaron por virar hacia el conservadurismo en busca de nuevos nichos electorales.
En España, la ideología que presentan no es novedosa: los valores del nacionalcatolicismo que por desgracia ya conocemos, un partido abiertamente homófobo que defiende la 'familia natural', y machista. El feminismo es para uno de los diputados electos de Vox una suerte de 'yihadismo de género'. Lo que sí es nuevo es su forma de expresar el mensaje, el copy paste de la doctrina discursiva de Steve Bannon que ahora recorre Europa en busca de crear un movimiento global. Se abre pues el desafío de crear un discurso con una propuesta de Europa alternativa de cara a las elecciones europeas de Mayo (elecciones que no solían tener especial importancia en España).
¿Qué implica la entrada de Vox en Andalucía?
Por primera vez entran en el Parlamento de Andalucía 12 diputados que tienen el compromiso programático de cerrarlo. La política marginal del “España una y no cincuenta y una” tiene ya representantes parlamentarios con la aspiración de recentralizar el Estado. De momento están lejos del poder y no tienen posibilidad de hacerlo al no tener compañeros de viaje que compartan la idea de suprimir parlamentos. Si bien no hay un equilibrio de fuerzas para hacerlo, parece que sí empieza a haberlo para eliminar las autonomías por fascículos.
Pablo Casado se mostró a favor durante la campaña de quitar a las autonomías las competencias en educativas para que sea exclusiva del Estado, reduciendo el papel de los gobiernos autonómicos a meros gestores de políticas dadas desde Madrid. Es otra posibilidad, en lugar de clausurar Parlamentos, con la mala prensa que eso conlleva, se plantea desde la derecha ir vaciando las autonomías hasta que llegue un momento en el que deseemos que las quiten porque: ¿para qué votar sin soberanía?
El hartazgo de los andaluces hacia el PSOE-A y el régimen montado en tantos años de gobierno se ha evidenciado tanto con los votantes tradicionales socialistas que han buscado alternativas en Ciudadanos como con los muchos que se han quedado en su casa a la hora de votar. El PSOE-A con Susana Díaz a la cabeza han ejercido de sector duro dentro de su partido con el tema catalán al tiempo que a nivel estatal se iban dejando caer pequeñas intenciones de diálogo en el conflicto. Por eso, cuando el problema catalán se ha recrudecido y después de que protagonizara la campaña electoral andaluza los votantes que querían dureza con Cataluña se han encontrado con un partido de izquierdas que cambia la intensidad de su discurso en función del nivel territorial y con tres partidos que son permanentes afiliados a la política de la escalada del conflicto. Mientras el PSOE juegue con un discurso similar al de las derechas nunca podrá ganar por eso de que la derecha siempre apuesta más fuerte y porque ante el original y la copia, el elector prefiere el original.
Es difícil prever los movimientos del PSOE-A de aquí en adelante. Bajo la proclama de una “alianza constitucionalista” aspiran a presentar una investidura de Susana Díaz llamando a la responsabilidad de los demás grupos políticos. El problema es que el argumento constitucionalista solo funciona cuando hay consenso sobre si el rival de este pacto es inconstitucional. El consenso entre PSOE, PP y C's a nivel estatal para situar a los independentistas catalanes fuera de la Constitución no se repite aquí puesto que las derechas tienen claro que aceptar a Vox es un paso necesario para echar a Susana de la Junta. Aceptan pues pulpo como animal constitucionalista.
La respuesta de la izquierda española
Cada vez que la extrema derecha asusta se repite la misma reacción desde la izquierda, el reparto de culpas y la reducción del análisis político a soltar el calificativo de fascista a diestro y siniestro. Las culpas suelen acabar en la propia trinchera. Van desde culpar a las minorías, las cuales van a sufrir especialmente la regresión de derechos como en el Brasil de Bolsonaro, por distanciarse de la clase obrera con las políticas de identidad hasta culpar al sector más ortodoxo de la izquierda por seguir referenciándose en unas categorías del siglo XIX alabando un folclore con el que pocos se sienten identificados más allá de los círculos militantes. Así pues, escuchamos anoche gritos de “No pasarán” en la sede de Podemos en Madrid y gritos de “Sevilla será la cuna del fascismo” en el cuartel general de Adelante Andalucía.
Es comprensible la crispación del momento, pero una vez termine el luto toca analizar el porqué del fracaso de la izquierda en las elecciones y, a partir de ahí, buscar nuevas estrategias y discursos con los que articular más población de la que atraen ahora. Replantearse la ausencia absoluta de un discurso sobre la inmigración (del tipo que sea, actualmente no se tiene ninguno), estudiar si las prioridades de la izquierda al entrar en las instituciones se corresponden con las de los españoles, pensar si los perfiles de los candidatos se corresponden con lo que esperan los votantes, dejar de presentarse con un nombre diferente cada vez que se abren las urnas... Decidir una nueva estrategia y hacerla pública con un discurso nuevo, sacar del cajón los himnos de la Guerra Civil no llevará a nadie que no sea un orgulloso militante a votar.
Pero el principal problema que se presenta a la izquierda es definir su rival. El PP y C's no parece que vayan a confrontar directamente con Vox al necesitarles y es la izquierda la que puede tener la tentación de dedicar cada frase al partido ultraderechista. Pablo Iglesias tiene un tipo de liderazgo que está muy polarizado, para la mayoría de los votantes o les encanta o le odian y ser odiado es también una gran responsabilidad. Cuando el votante de derechas se encuentre indeciso y tenga ante sí a tres partidos posibles puede decidirse por aquel que mal odie el político que más odie (el enemigo de mi enemigo es mi amigo). La izquierda tiene la responsabilidad de designar como su antagonista a un partido de derechas que respete las normas del juego. La alternativa es designar a Vox como su rival por eso de que es más fácil combatir a un enemigo que es claramente anti-democrático pero con ello tendrá que asumir su parte de responsabilidad si Vox sigue aumentando y toca gobiernos. Definir a tu adversario es un arma muy poderosa.
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pues si es muy varonil este tipejo, tiene su morbo. Si se le dice que sin chistar ni abrir el piquito de oro tiene un revolcón. En cambio el coletas tiene una pinta gusano seguro que te da la mano blanda.
Un pijazo que no ha currado un día en toda su vida. Y fan de Taburete seguro, eso lo peor.
Su barba esconde un mentón exigüo. Es bajito con alzas. Pero a caballo parece un señorito andaluz.
Comprarse chalés de 600.000 euros, y seguir con las políticas identitarias culpando al varón blanco heterosexual de todos los males, mientras dividimos hasta la saciedad a la clase obrera en minicolectivos, y la racializamos, desde luego es un factor determinante. Eso sin olvidar las bochornosa luchas internas, y el no querer combatir de forma decidida el nacionalismo español.
Al PSOE se le están acabando los cheques a repartir y claro, pasa lo que pasa. 40 Años de podedumbre que afloran poco a poco.
La verdad es que Abascal es un hombre muy atractivo, las cosas como son.
Podría ser un tercio de flandes, si no fuese porque simplemente es un tercio.