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Energía nuclear
Vandellós: historia de dos centrales
En el municipio de Vandellós-Hospitalet de L’Infant se construyeron 2 centrales nucleares, la ya desmantelada Vandellós I y la todavía en funcionamiento Vandellós II. En este artículo repasamos sus historias y las del movimiento antinuclear que se han opuesto a ellas.
Vandellós II se localiza en Hospitalet de l’Infant, perteneciente al término municipal de Vandellós (Tarragona). Sus operaciones comerciales comenzaron el 8 de marzo de 1988 un año antes del accidente de Vandellós, con una potencia instalada de 1.087,1 MW.
La central nuclear de Vandellós II está situada en la costa mediterránea en la provincia de Tarragona, y en el término municipal de Vandellós. La participación nacional en la construcción y suministro de equipos representó más del 89% del total, lo que significa el porcentaje más alto logrado en nuestro país para este tipo de proyectos. En la central, durante la operación normal, trabajan alrededor de 300 personas de la plantilla de las empresas propietarias y unas 220 de contratista, llegando estos últimos, en las paradas anuales, hasta 800.
Comenzada a construir en 1981 por la constructora Copisa, alcanzó su operatividad comercial en 1988. Es una central del tipo PWR (reactor de agua ligera presurizada) con una potencia térmica de 2912 MWt, potencia eléctrica 1087 MWe. Inicialmente se repartían la propiedad entre Enher (54%), Hidroeléctrica de Cataluña (28%), Fuerzas del Segre (10%) y Fecsa (5%). En 1988 Iberdrola adquirió la participación de Hidroeléctrica de Cataluña; por otra parte, Fecsa absorbió a Segre y, posteriormente, fue absorbida por Endesa, junto a Enher. Tras estos cambios, actualmente la propiedad es compartida, siendo un 72 % de Endesa y un 28 % de Iberdrola.
Vandellós II, también llamada entre los lugareños como la Central Nuclear de la Señorita Pepis por sus numerosas incidencias, no ha parado de dar sustos a sus vecinos desde que se puso en marcha. En un informe de Tanquem les Nuclears 100% Renovables se contabilizaron hasta 177 sucesos en 7 años entre las centrales que gestiona ANAV (Asociación Nuclear Ascó Vandellós), gran parte de las cuales corresponden a Vandellós II. Aquí solamente vamos a resumir unas cuantas.
Breve repaso a sus incidentes
El 1 de junio de 2007 los problemas de corrosión detectados (agosto de 2004) en el sistema de refrigeración de Vandellós II fueron clasificados como incidente de nivel 2. Por ello la central fue sancionada con 1,6 millones de euros. A raíz del incidente, Endesa e Iberdrola, propietarias de la instalación, iniciaron las obras de un sistema alternativo de refrigeración, con agua dulce procedente del mini trasvase del Ebro. Nos gusta hacer broma al respecto porque algo que ya sabían los romanos, es decir que hay metales que se oxidan, los gestores de la central se enteraron en el siglo XXI y así les fue cuando tuvieron que cambiar todo el sistema de refrigeración porque las tuberías quedaron inservibles.
El 24 de agosto de 2008 se produjo un incendio (que duró menos de 2 horas) en el edificio de turbinas debido a un fallo en el interruptor de generación del turboalternador a las 8:49 AM, lo que produjo la parada automática del reactor y por tanto su desconexión de la red. El incidente, como siempre, dijeron que no tuvo ninguna consecuencia radiológica y que los sistemas de seguridad actuaron correctamente según su diseño, por lo que el suceso se categorizó como Nivel 0 en la escala INES. Debido a que el incendio duró más de 10 minutos, se activó la prealerta de emergencia del Plan de Emergencia Interior (PEI) activándose por lo tanto el Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona (PENTA) en situación 0.
Finalmente, el 2 de marzo de 2018 se inició una parada no programada del reactor para acceder al recinto de contención y localizar el origen de un goteo de agua en la zona del lazo A del sistema de refrigeración del reactor. Esta medida fue tomada para descartar que corresponda con una fuga en la barrera de presión (conjunto de todos los componentes sometidos a la presión del reactor y que forman parte de su sistema de refrigeración o que están conectados a él. El fallo en el sistema de refrigeración deja inactiva la nuclear Vandellòs II, que según algunas fuentes no volverá a estar activa como mínimo hasta el mes de julio.
La pérdida de agua en este sistema de refrigeración debe subsanarse antes de poder comprobar que la válvula está de nuevo en perfecto estado y volver a producir electricidad. De momento, la intervención consiste en reparar la soldadura, situada en un sitio de difícil acceso y verificar si el resto de válvulas del sistema están en condiciones de operatividad. Por todo ello, según nos informan, los técnicos de Vandellós II están trabajando en la planificación de las tareas que deben ejecutar para volver a la productividad y se han visto obligados a ampliar el programa de trabajo a una intervención en la línea de drenaje de los generadores de vapor, y una extensión de la inspección a soldaduras similares.
La central registraba durante las últimas semanas un pequeño aumento del volumen de agua recogido en los sumideros del interior del edificio de contención, señal de que había una pérdida de líquido por algún poro. Según hemos sabido, este volumen de agua de más se ha mantenido de una forma continuada, aunque aseguran que en valores residuales. Durante la mañana del pasado viernes día 2 de marzo, el equipo que seguía la incidencia identificó, mediante una inspección robotizada, la zona de origen del goteo, pero no fueron capaces de determinar si la procedencia era o no un componente de la barrera de presión. Por este motivo decidieron parar la planta.
Ecologistas en Acción denunciamos que la central había operado al menos durante dos semanas "de forma peligrosa" y no paró inmediatamente, tal como marcan las ETF (protocolos de actuación), al detectar una fuga de agua "contaminada". Desde Ecologistas en Acción, emitimos un comunicado afirmando que la fuga de agua procede de la barrera de presión del circuito primario, situado dentro del recinto de contención, y acusamos al CSN de un exceso de permisividad hacia los titulares de las centrales.
El 24 de agosto de 2008 se produjo un incendio (que duró menos de 2 horas) en el edificio de turbinas debido a un fallo en el interruptor de generación del turboalternador a las 8:49 AM, lo que produjo la parada automática del reactor y por tanto su desconexión de la red.
Posteriormente, el 16 de abril la Asociación Sociedad Humana, asesorada por Ecologistas en Acción, presentó denuncia sobre estos hechos a la fiscalía de Tarragona, que ha admitido a trámite la denuncia. Ecologistas en Acción también apoyará la denuncia presentada. Este podría ser el epílogo de Vandellós II, porque estamos hablando de hechos muy graves, su licencia de explotación termina en el año 2020 y lo inteligente, lo económico, lo seguro en definitiva, sería que no renovasen su licencia de explotación.
Pero la historia de las centrales nucleares de Vandellós se remonta a muchos años antes con Vandellós I, el incendio que se produjo el 19 de octubre de 1989. Tuve la ocasión de presenciar sus llamas porque vivía a 4 kilómetros. Este incidente reactivó el movimiento antinuclear en la zona del sur de Cataluña, movimiento en el que tuve el honor de participar como presidente del Comité Antinuclear de L’ Ametlla de Mar, la Entidad alrededor de la cual se realizaron la mayoría de las acciones que a continuación describiré.
Vandellós I
Era el 19 de octubre de 1989 cuando un incendio en el generador puso en riesgo el reactor que se quedó sin refrigeración. Si el reactor se hubiera fundido, el riesgo de una fuga radiactiva habría sido muy grande. Dentro de la central hubo mucha confusión porque en el primer momento se desconocía qué medidas se debían tomar. No se avisó a la población, no se activaron los planes de emergencia y se habló sólo de un pequeño incendio.
El elevado coste de las mejoras que se debían hacer a raíz del incendio motivó que se detuviera la actividad de la central. Pocos meses después, el gobierno español ordenó su cierre definitivo y su desmantelamiento. La última fase fue la correspondiente a la retirada del reactor y el derribo de todos los edificios que quedan para que el solar pueda utilizarse para cualquier tipo de actividad. La gran estructura que contiene el reactor aún tendrá que esperar hasta el 2028 para poder ser desmantelada. Hoy en día Vandellós I ha perdido su nombre, la llaman Centro tecnológico Mestral, como si se avergonzaran del nombre que tenía.
Vandellós I se construyó en 1967 y comenzó a producir electricidad a partir de 1972. Se trataba de un reactor de tecnología francesa, que utilizaba uranio natural como combustible, grafito como moderador y dióxido de carbono como refrigerante del reactor. Formaba parte de las centrales nucleares más antiguas de España, diseñadas en los años 60 y llamadas de primera generación. Seguidamente resumo en qué consistió el accidente.
El día 19 de octubre de 1989 la central funcionaba de forma estable al 100% de potencia. Oficialmente, a las 21:39 horas se produjo una señal de alarma de alta vibración en uno de los ejes de las turbinas de los generadores eléctricos principales, causado por una rendija en la turbina número 2. Justo después se encendió la alarma de baja presión por falta de aceite en la turbina, ya que el eje se descompensó por la rendija y necesitaba mayor lubricación, lo que puso en marcha las bombas de aceite de emergencia. La avería también provocó una fuga de hidrógeno que, en contacto con el aire y el aceite a elevada temperatura, explotó causando un incendio.
El personal de la sala de control sintió las explosiones y comprobó que había un incendio importante en la zona inferior del turboalternador afectado. Los técnicos avisaron a Protección Civil cinco minutos después, y a las 22:11 horas el titular de la central, la empresa Hispano Francesa de Energía Nuclear SA (Hifrensa), comunicó el incidente al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Según algunos testigos que vieron llamas y llamaron a emergencias, el incendio habría comenzado a las 21.15 y posteriormente el CSN criticaría que ocultara alguna información y que en un primer momento no se avisara a la población civil.
El incendio se extendió rápidamente a través del cableado, que no era ignífugo, y afectó gran parte de la instalación de control del turboalternador, la alimentación eléctrica de potencia, el ordenador central que controlaba el reactor... especialmente importante fue el hecho de que el calor del incendio rompió la junta de dilatación de una tubería que llevaba agua para refrigerar el reactor, provocando una inundación en la parte baja del reactor con agua de mar negando dos de los cuatro turbosopladores que refrigeran el reactor. Aunque no se apagaran totalmente, la falta de agua y los dos ventiladores en el sistema de refrigeración hicieron que el núcleo se calentara cada vez más, acercándose a la temperatura de vertido. Según Félix González, entonces jefe del parque de bomberos de Reus, cuando llegaron los bomberos la barrera de acceso estaba levantada y gran parte del personal salía ya que creían que en caso de emergencia debían evacuar, ya que los protocolos no estaban bien definidos. Asimismo, se avisaron a los empleados que estaban de guardia para que fueran a la central, y la mayoría fueron a arreglar los problemas sin saber muy bien qué pasaba. Este caos provocó que en algunos casos los bomberos extinguieran el incendio sin asesoramiento del personal. Algunos dicen que solo un milagro pudo evitar la catástrofe.
Al final, pasadas las cuatro de la madrugada, con el apoyo de los técnicos y de los bomberos, se logró extinguir el incendio y reactivar manualmente el circuito de refrigeración apagando la central. Sin embargo, la temperatura del reactor quedó a tres grados de producir un derrame radiológico. Según un informe del CSN posterior, también se constató que la temperatura de las piscinas de contención y la presión interna del reactor frotaron los máximos admisibles. A continuación explico con más detalle el accidente así como los motivos del mismo.
La licencia de explotación de Vandellós II termina en el año 2020 y lo inteligente, lo económico, lo seguro en definitiva, sería que no renovasen su licencia de explotación.
Cronología del accidente de Vandellós I
20 de junio de 1986
La presidencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) comunica a la central nuclear Vandellós I el requerimiento de continuar el proceso de reevaluación de la seguridad, que ya se había exigido el 3 marzo del mismo año, y que determinaba la necesidad de implantar con carácter de urgencia cinco modificaciones imprescindibles para su funcionamiento.
10 de julio de 1986
Se vuelve a solicitar que se ejecuten las modificaciones con carácter de urgencia.
19 de octubre de 1989
A las 21:39 h. da comienzo un incendio en la central nuclear Vandellós I que ocasiona una importante inundación en el reactor. Esto ocasiona importantes disfunciones en varios sistemas necesarios para garantizar la refrigeración con el consecuente riesgo radiológico para la población. Alertados por los propios bomberos, algunos vecinos y vecinas de las poblaciones circundantes abandonan sus hogares. Según el informe del CSN, el incendio se declaró «en el grupo turboalternador principal nº 2, a consecuencia de un fallo mecánico generado por un proceso de fisuración en las ranuras de anclaje de los álabes correspondientes a la rueda número ocho de la turbina principal. Esto generó la pérdida repentina de 36 álabes consecutivos, de los 98 que posee la rueda, que al girar a 3.000 revoluciones por minuto produjo la rotura por cizalla de las tuberías de aceite y vapor, originando puntos calientes suficientes para producir la ignición de la mezcla aire-aceite y una explosión en los cojinetes, así como la rotura de la bomba número 3 con salida de hidrógeno. Al inflamarse la bomba se produjo una segunda explosión, la cual causó la inflamación del aceite de lubricación que salía en ese momento. A consecuencia de las roturas de las tuberías de alimentación de los cojinetes, se generó un incendio de grandes proporciones que afectó en cadena a gran número de sistemas relacionados con la seguridad de la central».
Algunos dicen que solo un milagro pudo evitar la catástrofe el 19 de octubre de 1989.
El fuego originó la pérdida de alimentación eléctrica de los turbosopladores 3 y 4 de las bombas de refrigeración durante el paro del reactor, que se produjo al primer síntoma de alarma. El incendio también provocó una pérdida de tensión de 48 voltios que generó múltiples fallos de control y de regulación de la instalación. Además, el incendio ocasionó, indirectamente, una inundación que significó la pérdida de todas las bombas del sistema de refrigeración paradas, del sistema de refrigeración de las piscinas y de los compresores de ventilación en situación de parada. De haberse implantado las exigencias del CSN, muy probablemente no se hubiera llegado a esta situación. En caso de haberse elevado únicamente 3 grados más la temperatura del reactor, el accidente hubiera tenido consecuencias indescriptibles. Según la escala internacional de clasificación de sucesos en centrales nucleares en función de su gravedad, el accidente se clasificó como de nivel 3, bajo la denominación de incidente grave. La central no aplicó en ningún momento el plan de emergencia interno, el accidente no se declaró como una emergencia, no se categorizó ni se envió ninguna documentación escrita según los parámetros preestablecidos para el caso. Por ello, en aplicación del PENTA, faltó la información precisa para tomar las decisiones oportunas.
El movimiento social
Cronología
1989-1990
Del 19 de octubre de 1989 al 30 de mayo de 1990 —paralelamente a los intentos de Hifrensa, empresa que gestionaba la central nuclear Vandellós I, por hacer creer que la central podía volver a funcionar— se iniciaron tímidas reacciones institucionales por parte de los ayuntamientos de la zona que se extendieron territorialmente hasta llegar al mismo Parlamento de Cataluña. Estas reacciones fueron propiciadas por el malestar ciudadano que ocasionó la toma de conciencia de las posibles consecuencias que hubiera podido tener la emisión de radiactividad al exterior durante el accidente. Este malestar se manifestó, día tras día, a lo largo de todos estos meses.
Foto de la cabecera de la manifestación dirigiendose a la C.N. Vandellós I
Primeras reacciones al 19 de octubre: Hifrensa estudia volver a producir energía después del accidente. Varias familias abandonaron L’Ametlla trás el accidente. Cuatro alcaldes de la zona de Vandellós piden paralizar la nuclear y plantean abandonar el PENTA. El secretario general de Comisiones Obreras de los bomberos de la Generalitat, Agustí Ruiz, comenta que la improvisación a la que tuvieron que recurrir los bomberos hubiera podido terminar en catástrofe. El secretario general de energía, Víctor Pérez Pita, afirma que el accidente se ha sobredimensionado. Éléctricité de France, socia de Hifrensa, comunica que está a punto de trasladar una turbina de 600 toneladas para poner en servicio la planta.
Entre el 22 y el 25 de octubre se celebran reuniones de carácter espontáneo por parte de la población de L’Ametlla de Mar que dan lugar a la presentación del Comité Antinuclear de la población el 25 de octubre.
26 de octubre: 26 entidades de Cataluña ya habían solicitado su desmantelamiento. El mismo día 26 se produce un nuevo accidente en Vandellós I: un disyuntor y un transformador se funden provocando un nuevo incendio de menores proporciones. Finalmente, también el 26, se reúne el pleno del ayuntamiento de L’Ametlla de Mar en el polideportivo de la localidad ante la población y se acuerda pedir el cierre de todas las centrales nucleares.
27 de octubre: Pratdip, Tivissa y Mont-roig piden también en sesiones plenarias el cierre de los dos grupos atómicos de Vandellós.
30 de octubre: a petición del Comité Antinuclear de L’Ametlla, se declara la población en huelga general. Se paralizan todas las-actividades y la huelga resulta un éxito.
Del 4 al 11 de octubre, convocadas por el Comité Antinuclear se manifiestan más de 20.000 personas delante de la central averiada. La prensa minimiza el éxito de la convocatoria publicando que sólo la mitad de esta cifra estuvo presente en la manifestación.
12 de noviembre se convoca un referéndumen en L’Ametlla por parte del Comité Antinuclear para cerrar las dos centrales nucleares de Vandellós. Participan 3.668 personas, de las cuales tan sólo 4 votaron en contra.
17 de noviembre el Parlamento de Cataluña aprueba por unanimidad pedir el cierre de Vandellós I.
El 24 de noviembre, unas 6.000 personas se manifiestan en Tortosa. Se suceden otras manifestaciones en las Terres de l’Ebre, entre las que cabe destacar la de Sant Carles de la Rápita, en El Montsià.
26 de noviembre de 1989 unas 40.000 personas, según la prensa, convocadas por grupos ecologistas de Cataluña, piden en Barcelona el cierre de Vandellós I.
27 de noviembre se anuncia que el Ministerio de Industria somete a expediente a la central nuclear de Vandellós I y le retira el permiso de explotación de forma provisional.
29 de noviembre se hace pública una valoración del WISE sobre el informe preliminar del CSN sobre el accidente.
31 de noviembre miembros del Comité Antinuclear llevan a cabo una acción en el recinto del Parlamento de Cataluña. Son expulsados en el momento en que, el entonces conseller de Industria de la Generalitat, manifiesta no tener competencias en Cataluña…
2 de diciembre: la Diputación de Tarragona solicita el cierre. El mismo día, una representación del Comité Antinuclear viaja a Bruselas a entrevistarse con los grupos del Parlamento Europeo.
3 de diciembre: el WISE denuncia la responsabilidad que el CSN tuvo en el accidente. El mismo día, el Comité Antinuclear celebra una asamblea informativa ante la población con la participación de más de quinientas personas.
15 de diciembre: el Comité Antinuclear formula una denuncia contra el Estado español ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo por su responsabilidad en el accidente.
8 de enero: la lucha contra Vandellós es elegida como uno de los 16 personajes del año de la revista Cambio 16.
12 de enero: se producen unas declaraciones del alcalde de L’Ametlla en las que afirma que la población está dispuesta a actuar como en Rumanía.
29 de enero: la Coordinadora Estatal Antinuclear reunida en L’Ametlla lleva a cabo una acción reivindicativa y solicita el cierre de Vandellós I delante de la central nuclear.
7 de febrero: el Congreso de los Diputados rechaza la moción presentada por IU-IC para cerrar Vandellós.
10 de febrero: el Comité Antinuclear en una manifestación antitrasvase del agua del Ebro acude con una pancarta: «Dejad el agua y tomad las nucleares».
11 de febrero: el Comité Antinuclear corta la autopista y la carretera a su paso por L’Ametlla de Mar para reclamar el cierre. Reúne a 3.000 personas. 17 de febrero vuelven a cortar la N-340 a la altura de las centrales nucleares.
22 de febrero: el Presidente del CSN, Donato Fuejo, sugiere al Congreso que Vandellós I debe cerrar.
24 de febrero: el Comité Antinuclear quema una maqueta gigante que reproduce a Vandellós I en un acto incluido en la celebración del Carnaval.
17 de marzo: el Comité recibe a manos de una de sus miembros, Elisenda Forés, la Concha Dorada, máximo galardón del Colegio de Periodistas de Tarragona.
8 de marzo: se convoca una nueva manifestación delante de Vandellós I y ochenta y cuatro entidades de toda Cataluña se adhieren al acto convocado por el Comité Antinuclear. Asisten unas 6.000 personas según la prensa.
6 de mayo: se manifiestan en Barcelona unas 2.000personas por el cierre de la central nuclear.
19 de mayo: se hace entrega de una llave gigante al Gobierno Civil de Tarragona que simboliza la que debe efectuar el cierre.
30 de mayo: Claudio Aranzadi anuncia el cierre definitivo de la central.
3 de junio: el Comité celebra la Jornada Internacional contra la Energía Nuclear para proclamar el cierre de la central.
26 de junio: el Comité denuncia ante la prensa el hallazgo de unos restos de material radiactivo procedentes de la nuclear Vandellós I junto a la autopista, a la altura de L’Hospitalet de l’Infant. Una muestra más de la falta de control de esta planta.
Como se puede ver en la cronología, la lucha social para cerrar Vandellós I fue intensa y efectiva porqué acabó con el cierre de la central. No se entiende como lo que fue, sin duda una victoria del movimiento antinuclear. El conjunto de este movimiento no ha reivindicado nunca la fecha del 19 de octubre, aniversario del accidente, como una de las fechas claves del calendario ecologista. Seguimos recordando Chernóbil (26 de abril) y ahora en los últimos 7 años Fukushima, pero nos olvidamos de Vandellós la mayoría de los implicados en la lucha a excepción de los activistas de Tarragona. Recientemente celebramos un año seguido de actos con motivo del 25 aniversario.
Es importante tener memoria y recordar lo que pasó en Vandellós para que podamos acabar con la energía nuclear cuanto antes mejor. Recientemente se ha abierto un poco de esperanza en Catalunya para acabar con la energía nuclear en el año 2027. La ley 16/2017 del Parlament de Cataluña sobre cambio climático que contempla el cierre de las centrales nucleares en 10 años, fue recurrida por el Gobierno Central, pero el TC ha avalado la ley prácticamente en su totalidad, con lo cual el cierre nuclear en Cataluña está ahora más cerca.
Lo cierto, y que vaya esto último como reflexión, es que la amenaza nuclear no conoce de fronteras ni autonómicas ni de ninguna clase y por este motivo debemos tener que seguir luchando contra el enemigo nuclear de forma conjunta y coordinada. El Movimiento Ibérico Antinuclear tiene un papel importante que desarrollar en este aspecto. En ello estamos.