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Energía nuclear
EDF va a por el EPR2
Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
La política del fait accompli asegurará un nuevo desastre financiero e industrial
Pese a los problemas de seguridad con el reactor EPR de Taishan, China, los sobrecostes y atrasos de proyectos EPR en Francia y Finlandia, los fiascos técnicos y reconstrucciones de EPRs en Francia, Finlandia y Reino Unido, los planes sin escrúpulos de construir seis EPRs en India, el sector nuclear francés no abandona su orgullo. De hecho, EDF ha anunciado planes de construir un EPR2. ¿Qué podría ir mal?
Aunque EDF se ha mostrado incapaz de terminar la construcción del reactor EPR en la interminable Flamanville desde 2008, su ejecutivo ha decidido, de acuerdo con Contexte, destinar cientos de millones de euros a la contrucción de nuevos reactores, denominados EPR2.
Aunque EDF se ha mostrado incapaz de terminar la construcción del reactor EPR en la interminable Flamanville desde 2008, su ejecutivo ha decidido, de acuerdo con Contexte, destinar cientos de millones de euros a la contrucción de nuevos reactores, denominados EPR2.
Pese a su fiera postura pronuclear, Macron se ha pronunciado acerca del EPR de Flamanville varias veces, diciendo que debería entrar en operación antes de que se construyeran nuevos reactores. Sin embargo, es bastante posible que Macron sabe perfectamente, y es cómplice, de la decisión de EDF de seguir adelante con su nuevo proyecto.
Como ya ha hecho en el pasado, dado su desprecio por la democracia y los intereses del pueblo francés, la ejecutiva de EDF hace uso de la política de fait accompli. Quiere gastar cientos de millones para empezar nuevos EPR2s para proclamar que no se les puede frenar... bajo amenaza de haber malgastado esos cientos de millones.
Pero es precisamente por el precio astronómico de estos reactores que EDF entra en riesgo de caer en una bancarrota, como pasara con Areva. Después de todo, el proyecto de EPR en Finlandia, que comenzó construcción en 2005, y se suponía que entraría en operación en 2009... aún está por terminar.
EDF aseguró que la construcción de EPRs estaba bajo control pese a los problemas de Areva en Finlandia, pero la construcción de Flamanville es una catástrofe absoluta. Así puestos, ¿cómo podemos creer que, de repente, EDF es capaz de construir nuevos EPRs, distintos de los anteriores?
Por supuesto, para los colectivos antinucleares, nos agrada contar con la incompetencia e inhabilidad de EDF a la hora de construir reactores. Son grandes aliados nuestros. Pero no existe justificación alguna para malgastar increíbles sumas de dinero que necesitamos desesperadamente para proyectos de energía renovable y eficiencia energética.
Por el contrario, EDF garantiza el fracaso con estos proyectos tan delirantes. Como con el caso de Areva, ahora rebautizada como Orano, será la ciudadanía quien pague la factura. Si el programa EPR2 no se para a tiempo, acabaremos con nuevo desastre financiero e industrial.
Lo mínimo que el presidente francés puede hacer, si es un verdadero demócrata, es prohibir a EDF, que es pública en un 85%, desarrollar nuevos proyectos antes de terminar el EPR de Flamanville. Pero la mejor decisión seguiría siendo cancelar todo proyecto nuevo y comenzar el cierre de los 56 reactores que suponen una amenaza diaria para la ciudadanía francesa y europea. Unos reactores que producen residuos para los que no tenemos solución y que sirven de pretexto para reprimir a la ciudadanía que se oponen al cementerio nuclear de Cigéo, en Bure.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.