Coronavirus
Nanas en tiempos de distopías

No es un golpe de estado, hija, pero tampoco las cuarentenas son siempre de 40 días, así que voy a dejar de susurrarte nanas al oído. Aislarse, inmovilizarse y dejarse mandar o alarmar, lo justo. Toca imaginar y mantenerse despierta y en activo más que nunca.

Patio en Bilbao
En modo patio, en Bilbao, frente a la distopía de la pandemia. Cristina García de Andoín Martín

Esto no es un golpe de estado, ni vamos a entrar en guerra, le corregía o arrullaba a mi hija a 2000 kilómetros de distancia mientras tratábamos de entender porqué no iba a ser posible encontrarnos a finales de mes en este escenario distópico, no tanto por irreal como por indeseable. Las nanas y las distopías sirven para tranquilizar y entretener, pero ambas tienen algo de inquietante: lo imperativo y amenazante para que perdamos el estado de vigilia, de consciencia y nos durmamos.

¿Y si los golpes de estado no fueran como los de antes? Al fin y al cabo, entrar con tricornio en un Congreso y disparar un tiro al techo resulta una distopía bastante regresiva en el túnel del tiempo. El despliegue militar y policial en las ciudades para hacer la guerra al coronavirus, controlando nuestros desplazamientos, repartiendo kits de alimentos e higienizando las calles y su propia imagen, es una estampa más costumbrista en un mundo que acumula y propaga desastres, cada vez menos naturales, a un ritmo exponencial.

El móvil me alerta con un titular en el que el gobierno advierte que los días de pedagogía sobre el estado de alarma se han acabado. ¿De verdad es necesario ese tono totalitario cuando en todas las comunidades tenemos un vecino sobreactuando y sacando el pequeño militar que lleva dentro? Porque la solidaridad se intensifica en momentos de crisis, pero la incertidumbre y el miedo también hacen un trabajo inversamente proporcional. Lección que nos enseñaron nuestras madres y abuelas de lo acontecido en las guerras del siglo pasado contra el fascismo.

Mientras los gobiernos de Grecia y la Unión Europea confinan a miles de personas refugiadas en los campos de las islas, hacinadas y sin agua, en otros lugares de esa misma Europa nos lavamos las manos compulsivamente, a un metro de distancia de una realidad que nos señala, aunque queramos ponerle distancia.

La mejor vacuna para resistir el miedo y la incertidumbre es el sentimiento de comunidad e identidad compartida, barrios con cohesión social, donde las personas se cuidan entre sí.

Como el virus, el capitalismo ecocida oculta su presencia a simple vista, pero a ambos se les sigue el rastro por el reguero de consecuencias nefastas que dejan en nuestras vidas. Tanto uno como otro necesitan un huésped, nuestro cuerpo, para mantenerse vivos, y se reproducen a expensas de los cuerpos que ocupan. La angustia por nuestra salud va pareja a la angustia por nuestra economía y nuestra falta de libertad de movimiento. El neoliberalismo editará el estado de alarma para sacarle el máximo beneficio. No se nos oculta el hecho de que el sueño de una recuperación de la economía a la vuelta de la cuarentena se convertirá en pesadilla si no lo remediamos. Muchos de los empleos perdidos no van a volver y, si vuelven, mutarán en unas condiciones de mayor precariedad y explotación. Con toda probabilidad, el poder hegemónico recurrirá a los instrumentos que conoce: esquilmar y colonizar la salud de un planeta enfermo, incrementar los esfuerzos para incitar a la xenofobia y el racismo contra las personas migrantes, buscando chivos expiatorios y cediendo espacios al neofascismo, apropiarse del trabajo y el cuerpo de las mujeres, alentar la guerra entre pobres o, simplemente la guerra, que tan lucrativa le resulta.

Es inevitable en estos días no recordar a Naomi Klein y ver cómo se activa el patrón de lo que denomina “tácticas de shock” en la situación creada por la pandemia del coronavirus: se espera a que surja una crisis o se ayuda a instigarla, se declara un momento de políticas extraordinarias, se suspenden algunos o todos los estándares democráticos y se impone la lista de deseos de las corporaciones. Frente al shock, según este patrón, las élites gobernantes conseguían convencer a una población atemorizada de la necesidad de atacar los servicios de protección social, privatizar o pagar desorbitados rescates para ayudar a los bancos, ya que según ellos, la alternativa es el apocalipsis económico.

La mejor vacuna para resistir el miedo y la incertidumbre es el sentimiento de comunidad e identidad compartida, barrios con cohesión social, donde las personas se cuidan entre sí. Por eso el sistema redoblará la criminalización de la solidaridad y las respuestas colectivas.

Junto a ello, Naomi Klein también señala que es preciso conectar entre sí la multitud de emergencias en lugar de abordarlas como temas aislados porque muchas de las cuestiones a las que nos enfrentamos son síntomas de la misma enfermedad: una lógica basada en la dominación que trata a muchas personas, e incluso a la propia Tierra, como si fueran desechables.

No es un golpe de estado, hija, pero tampoco las cuarentenas son siempre de 40 días, así que voy a dejar de susurrarte nanas al oído. Aislarse, inmovilizarse y dejarse mandar o alarmar, lo justo. Toca imaginar y mantenerse despierta y en activo más que nunca. Has decidido con tus vecinas crear un huerto en un patio de Berlín después de que el virus o el capitalismo del desastre te hayan arrebatado el empleo como a tantas personas. Yo por si acaso he decidido dejar mi cazuela y mi cucharón junto a la planta que crece al lado de la ventana que da al patio durante toda la cuarentena. De patio a patio. Tu madre.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Galicia
Redes clientelares La empresa del cuñado de Feijóo obtuvo 200.000 euros en contratos a dedo de la Xunta mientras era presidente
La sociedad de telemarketing, Universal Support, se ha adjudicado 19,2 millones de euros más en licitaciones con la Consellería de Sanidade dedicadas al rastreo de casos de coronavirus durante la pandemia. Algunos de ellos, siendo la oferta más cara.
Opinión
Residencias No tenían por qué morir igual
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso permitió a las personas residentes con seguro privado asistir al hospital y negó la asistencia a las personas que carecían del mismo. Ayuso es el ejemplo de la iniquidad, del desprecio absoluto a los derechos humanos.
Laboral
Laboral El Consejo de Ministros aprueba la prevalencia de los convenios colectivos autonómicos y provinciales
La medida entrará en vigor el miércoles 22 de mayo cuando el BOE publique el decreto. Las patronales españolas, Comisiones Obreras y UGT apostaban por la estatalización de los convenios colectivos.
Genocidio
Genocidio Karim Khan: el tipo duro que ha puesto contra las cuerdas a Netanyahu y de los nervios a Biden
La decisión de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional de solicitar órdenes de detención contra los jerarcas israelíes responsables de la masacre de Gaza genera división entre los países europeos e indigna al gobierno de Estados Unidos.
Alemania
Extrema derecha “Es imposible confiar en el Estado alemán y su policía en la lucha contra los neonazis”
En Alemania, el movimiento antifascista se enfrenta a una oleada de represión, mientras que las elecciones de septiembre auguran la victoria del partido de extremaderecha Alternativa para Alemania en diferentes estados.
Residuos
Investigación Tenemos microplásticos en los testículos
Un estudio publicado en la revista 'Toxicological Sciences' encuentra partículas plásticas en la totalidad de los genitales masculinos de perros y humanos analizados.
Congreso de los Diputados
Congreso de los diputados Solo el voto en contra del PP evitaría que pasara su primer trámite la ley del PSOE contra el proxenetismo
Al primer partido del gobierno le bastaría una mayoría simple para comenzar el trámite de la propuesta del ley que presentó en solitario al Congreso de diputados. Aún y con ello grupo popular no les regalará el sí directamente en este primer pulso. Sumar hecho público su 'no' ya que considera que la propuesta del PSOE no aborda ninguna solución.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Biodiversidad
Biodiversidad Natura 2000: una red de protección medioambiental amenazada por la agricultura
La pieza central de las políticas de protección medioambiental ha sido incapaz de frenar el avance de la agricultura intensiva en zonas sensibles. Visitamos tres ecosistemas protegidos en España, Portugal y Alemania para comprobar su impacto

Últimas

Laboral
Convenio colectivo UGT, LAB y CC OO aceptan formalizar el contrato fijo discontinuo parcial en los polideportivos de Bizkaia
El preacuerdo atiende la reivindicación de la semana de 35 horas, por lo que, junto con los incrementos salariales, el valor de la hora de trabajo aumenta en un 20,8%. ELA ha rechazado el preacuerdo y mantiene la huelga en al menos 18 centros.
Turismo
Turismo Venecia experimenta el capitalismo de la vigilancia
A pesar de que el sistema de vigilancia construido por el Ayuntamiento de Venecia se parezca más a un panóptico que a otra cosa, sus representantes han insistido en los beneficios que ofrecerá a una de las ciudades más turistificadas del planeta.
Carta desde Europa
Carta desde Europa Notas sobre la actual economía política de guerra
La propaganda de guerra tiene como objetivo disfrazar un conflicto de intereses que podría resolverse por la diplomacia como un conflicto de vida o muerte entre formas de existencia incompatibles.
La mirada rosa
La mirada rosa Faltan activistas
Nos faltan activistas; nos sobran fascistas. El amor que defendía Roberta en su última nota —“I love you all”— corre un serio peligro, aunque aún no queramos admitirlo.
Privatizaciones
PRIVATIZACIÓN SANITARIA Osakidetza adjudica 5 millones a una consultora sancionada por prácticas colusorias
Según el Gobierno Vasco, “no se dispone de personal suficiente” y solamente Deloitte “puede garantizar la experiencia en los servicios solicitados y tiene capacidad para proveer perfiles expertos para abordar el desarrollo requerido".
Medio ambiente
Contra la planta de biogás La Coronada vuelve a movilizarse contra la planta de biogás
La Coronada (Badajoz) alberga ya un macrovertedero y sería la principal perjudicada por la planta de biogás proyectada en la vecina localidad de Villanueva de la Serena.
Irán
Irán La muerte del presidente de Irán sacude un escenario internacional convulso
Teherán comunica la muerte de su jefe de Gobierno, Ebrahim Raisi, y su ministro de exteriores, Hossein Amirabdollahian, después de que su helicóptero se estrellara en la tarde del domingo.

Recomendadas

Feminismos
Feminismos Ana Requena y June Fernández: periodistas, feministas… e intensas
Estas dos comunicadoras comparten amistad, oficio y edad: cumplirán este año los temidos cuarenta. Por fortuna, en las presentaciones del último libro de Ana Requena, ‘Intensas’, las señoras suelen contar que una se libera con los años.
Unión Europea
Unión Europea Derechos humanos frente a militarización: 600 entidades interpelan a los partidos ante las elecciones europeas
A tres semanas de las elecciones para el Parlamento de Europa, seiscientas organizaciones no gubernamentales se han unido para exigir una Europa que blinde los derechos humanos ante la escalada en las políticas belicistas.
Migración
Migraciones Patera vacía: navegando en la necropolítica migratoria
Seguimos a un grupo de gente que se resiste a aceptar el designio de la suerte y del azar que hace que haya víctimas o supervivientes de manera injustamente aleatoria.
Periodismo
Jesús Cintora “Nunca había estado tanto tiempo fuera de la televisión o la radio... no sé por qué será”
El expresentador de Las mañanas de Cuatro publica ‘El precio de la verdad’ (Editorial B, 2024), un ensayo sobre el estado actual del periodismo español.