Boris Johnson covid19
Boris Johnson dialoga sobre el coronavirus con sus ministros. Fotos de Downing Street.

Brexit
El Brexit de Boris Johnson: por Inglaterra y contra el derecho internacional

¿Por qué está dispuesto el gobierno conservador de Boris Johnson a romper la legislación internacional? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias? Todo empieza y todo acaba en el nuevo constitucionalismo conservador y la reconstrucción de Reino Unido a través del nacionalismo inglés.

13 sep 2020 06:00

El proceso del Brexit sigue dejando escenas de película en la Cámara de los Comunes de Westminster. El martes 8 de septiembre, en un debate sobre Brexit, el ministro conservador para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, admitía abiertamente que el Gobierno se prestaba a saltarse el derecho internacional (“de manera específica y limitada”). 

Se refería al acuerdo de salida firmado con la Unión Europea el pasado 24 de enero. Si bien es cierto que Reino Unido y muchas otras naciones han roto su palabra en el pasado, no hay apenas precedentes de un representante gubernamental reconociéndolo en abierto.

Es cierto que, en cualquier otro contexto, revelar que uno se dispone a quebrantar la ley no es lo más sensato. No es así en el derecho internacional. Este término se refiere al conjunto de tratados, normas, regulaciones y otros que moderan las relaciones entre Estados. La diferencia clave es que, excepto en el caso de tribunales como la Corte Europea o el Tribunal Penal Internacional, no existe una autoridad universalmente reconocida. Su cumplimiento concierne a naciones soberanas y se consigue por presión diplomática y, en última instancia, mediante sanciones o acciones más agresivas.

¿Por qué está dispuesto el gobierno conservador de Boris Johnson a romper la legislación internacional? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias? Todo empieza y todo acaba en el nuevo constitucionalismo conservador y la reconstrucción de Reino Unido a través del nacionalismo inglés.

¿Sirve de algo seguir afirmando que el gobierno Johnson no tiene palabra?

El origen del problema es una Ley de Mercado Común… para Reino Unido. Una vez abandonado el Mercado Común europeo, es natural que el nuevo país soberano desarrolle sus propios mecanismos para limar barreras comerciales entre las cuatro naciones que lo componen: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Pero sustituir las normas de la UE sobre seguridad alimentaria, transporte, especificaciones no es sencillo y tiene consecuencias fuera y dentro de Gran Bretaña.

En lo referente al conflicto con la Unión Europea, es poco sorprendente que emerja de Irlanda del Norte. El conflicto en la frontera ya fue la clave para hundir los intentos de la anterior Primera Ministra, May, de conseguir un acuerdo de Brexit. 

Irlanda del Norte
La primera y última colonia del Imperio Británico tiembla ante el Brexit

Antes que la Política Agraria Común, los Tribunales Europeos o el Libre Movimiento, la verdadera china en el zapato para el lado británico es la situación de Irlanda del Norte.

El sorprendente auge laborista de 2017 puso a los conservadores a merced del Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte para poder gobernar. La sola razón de existencia de este partido es el mantenimiento de los condados del Ulster como territorio británico y su separación respecto al resto de la isla de Irlanda. Pero cualquier acuerdo con la UE debía mantener las fronteras abiertas entre la República de Irlanda y el Norte: todos los actores del Acuerdo de Paz de 1997 se habían comprometido a esa libre circulación. Esto era una condición indispensable, que acabó por tumbar la propuesta de May y su sustitución por Johnson.

Hoy, Boris Johnson tiene una mayoría de 80 parlamentarios y no depende de los irlandeses para acordar nada. Y así lo han expresado los redactores de la nueva Ley de Mercado Común británica. Entre otras cosas, permitiría al Gobierno de Londres saltarse cualquier provisión respecto a Irlanda del Norte acordada en el acuerdo de salida de la Unión Europea. Lo más lógico es que esto simplemente haga referencia a las regulaciones sobre, por ejemplo, seguridad alimentaria. Pero la controversia emerge no de los fines, sino de los medios: la manera explícita en la que el borrador de ley anuncia la posibilidad de ignorar cualquier acuerdo firmado con la UE respecto al territorio. 

Lo que ha hecho el Gobierno Johnson con esta propuesta es afirmar, sencillamente, que su palabra no vale nada, ¡ante su principal socio comercial!

Lo que ha hecho el Gobierno Johnson con esta propuesta es afirmar, sencillamente, que su palabra no vale nada, ¡ante su principal socio comercial! Para la Unión Europea, esto se traduciría en una falta absoluta de confianza en cualquier tratado futuro. Por si fuera poco, hasta la misma Nancy Pelosi, portavoz demócrata de la Cámara de Representantes estadounidense, ha afirmado que no puede ponerse en jaque el acuerdo de paz irlandés. Faltar a su palabra podría poner en riesgo cualquier acuerdo comercial entre Reino Unido y Estados Unidos. 

A nivel práctico, la gran baza de Johnson será insistir en que no se está rompiendo ningún acuerdo, apoyándose en su gran mayoría en la Cámara de los Comunes. Por ejemplo, el parlamentario que afirmó, sin dudar, que pretendían renegar de la ley internacional, intentó buscar precedentes históricos. Uno de ellos es una Ley Financiera de 2013, que supuestamente rompía leyes internacionales sobre impuestos. Sin embargo, esa misma ley cuando se aprobó (por el mismo partido conservador) se hizo con la garantía explícita de que no se quebrantaba ninguna norma internacional

¿Cómo podría exigir el Reino Unido reciprocidad en cualquier acuerdo comercial, nuclear… si incumple su palabra de esta manera?

No está tan claro que pudiese aprobarse la ley, tal y como está planteada, en la segunda cámara, la de los Lores. Hasta famosos euroescépticos, como el antiguo líder conservador Michael Howard, han anunciado su disconformidad. ¿Cómo podría exigir el Reino Unido reciprocidad en cualquier acuerdo comercial, nuclear… si incumple su palabra de esta manera? ¿Qué hay de acuerdos tan importantes hace unos meses como el firmado con China respecto a Hong Kong? 

En cualquier caso, de salir adelante, la prueba final para esta ley serán los tribunales: internacionales, y nacionales. De hecho, como hemos dicho, esta nueva propuesta de Mercado Común podría tener consecuencias legales a nivel interno. El deseo del gobierno Johnson de reemplazar Londres por Bruselas no gusta en Escocia y Gales. El motivo principal es, como ha denunciado el Ministro galés para Europa, que supondrá una pérdida de soberanía en múltiples frentes

Por encima de todo, la prerrogativa de Westminster para negociar acuerdos comerciales y la necesidad de mantener un mercado interno podría hacer que todas las condiciones se impusiesen a la baja. Es decir, en un hipotético caso en que Estados Unidos negociase medidas de seguridad alimentaria, Escocia y Gales tendrían que aceptar bajo el riesgo de poner en jaque el acuerdo. Para la Primera Ministra escocesa Nicola Sturgeon, tanto el quiebre internacional como este atropello doméstico suponen un asalto frontal a la descentralización y la igualdad entre naciones del Reino Unido. 

Para el nacionalismo escocés en su conjunto es, sin duda, la mejor carta de presentación ante las elecciones escocesas del año 2021, y un paso más hacia el deseado referéndum de independencia. Para el resto del mundo, cabe preguntarse, ¿sorprende a alguien todavía afirmar que el gobierno de Boris Johnson no tiene palabra?

El nuevo constitucionalismo del partido político más antiguo del mundo

Más allá de las triquiñuelas en el día a día legislativo, lo cierto es que Boris Johnson encarna a la perfección el espíritu de su partido. El término conservador, para referirse al que quizá es el partido político más antiguo del mundo, es absolutamente contradictorio. Como formación política, los conservadores británicos han liderado casi siempre el cambio constitucional en Reino Unido. La nación no tiene una constitución escrita, por lo que su carta magna es el conjunto de legislación más o menos significativa que se ha acumulado desde la redacción de la Magna Carta en 1215. Otros comentaristas, más cínicos, consideran que la ausencia de constitución convierte a los primeros ministros británicos en dictadores temporales.

Sea cual sea la opinión, tras la gran victoria laborista de 1945, el resto de gobiernos auténticamente revolucionarios han sido conservadores. Thatcher es el ejemplo más significativo; pero Cameron y su persecución del dogma austeritario; y ahora Johnson, con el Brexit, son ejemplos de gabinetes conservadores dispuestos a derribar los cimientos del Estado británico una y otra vez.

¿Quién habría pensado que un representante conservador afirmaría quebrantar la legislación internacional? No hay tabúes para los ‘brexiters’; como no los hubo para Thatcher

¿Quién habría pensado que un representante conservador afirmaría quebrantar la legislación internacional? No hay tabúes para los brexiters; como no los hubo para Thatcher. Lo que se intuye es que Boris Johnson pretende recuperar, a toda costa, el Londres de antaño; ante Bruselas, y ante Escocia. El Londres inglés, que no británico; el que no se avergüenza del pasado imperial y trata a los otros miembros de la Unión como socios menores. No hará más concesiones a la doctrina, ampliamente difundida en los años 90, de que las fronteras no importan porque el comercio las hace irrelevantes. Otro ejemplo más de que, a izquierdas y derechas, el término soberanía emerge como un santo grial electoral en tiempos de declive del orden liberal.

Por descontado, no hay que desmerecer tampoco el favorable tratamiento mediático de la derecha. En este caso, el Brexit ha sido el golpe maestro que ha permitido a los conservadores, al igual que a Trump, la reconversión a un nacionalismo que los liberales creían superado. Una combinación de nostalgia, xenofobia e intervencionismo económico selectivo. La derecha europea, aunque todavía centrada en la fracasada austeridad, prácticamente en su totalidad ha abrazado esta combinación de país, frontera y tradición. En ocasiones, el centro-derecha ha pactado directamente con el neofascismo, como en España, Italia o Austria.

Por su parte, desde el choque de Syriza contra Bruselas, hace ya media década, el campo progresista europeo carece de capacidad para confrontar a estas fuerzas en auge. El progresismo peca de inocencia: en ese caso, fue la izquierda de Tsipras la que cumplió con los tratados europeos a rajatabla, como si esperase una recompensa. La nueva derecha insurgente sabe bien que las negociaciones, para ser exitosas, requieren audacia. Corbyn intentó solucionar la cuestión con ambigüedad deliberada y, sobre todo, respeto a la decisión democrática.

Reino Unido
Jeremy Corbyn y la izquierda que quiso dejar de ser conciencia

Para muchos, el resultado de las elecciones en Reino Unido estaba anunciado, pero la historia paralela de esta campaña ha sido la ilusionante campaña corbynista. Ilusionante, cierto, y también perdedora.

En vano advirtió a los británicos el pasado diciembre: Johnson no puede solucionar el Brexit de un plumazo. Efectivamente, el derrotado líder laborista explicaba con paciencia cómo el acuerdo de divorcio con la UE no era más que el principio de un largo proceso con muchas fases. Poco importó su prudencia, mal entendida como indecisión. Moderados y liberales le pedían arrodillarse ante la bandera de las estrellas azules. Patriotas británicos (pero, sobre todo, ingleses) le demandaban que respetase el resultado del referéndum y activase el Brexit. Esa división fue crucial para hundir sus posibilidades (además del constante acoso interno y externo).

Lo cierto es que hoy vemos cómo el laborismo tenía la postura correcta; al igual que hemos visto con la política económica de nacionalizaciones respecto a la pandemia. Tener razón es algo que sucede a menudo en el progresismo y quizá sea su único consuelo. Sin duda, es en la nueva generación de movimientos socialistas, ecologistas, feministas y otros donde existe mayor creatividad y capacidad de gobernar los problemas actuales. Los conservadores y su culto autoritario al mercado no ofrecen ninguna respuesta, ni para la pandemia inmediata, ni para los problemas del futuro.

Sin embargo, es el adversario conservador el único capaz de romper los tabúes necesarios para alcanzar el poder. ¿Será suficiente para el progresismo ofrecer una imagen de competencia, como la de Keir Starmer frente al caótico Boris Johnson, para ganar futuras elecciones? ¿O tendrá que surgir un nuevo constitucionalismo progresista con agallas para cambiar las cosas en tiempos excepcionales, a la manera del partido más viejo del mundo?

Archivado en: Reino Unido Brexit
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Reino Unido
Simon Kuper “Oxford y su retórica fueron la cuna del Brexit”
A finales de los 80 en Oxford se encontraron algunos de los futuros líderes de la campaña por el Brexit. El periodista Simon Kuper analiza en 'Amigocracia' (Capitán Swing, 2023) la red de amistad que marcó la historia reciente del Reino Unido.
Música
Música Uno de cada cuatro músicos británicos no ha vuelto a trabajar en la UE tras el Brexit
Menos oportunidades para trabajar, más dificultades para realizar giras y actuaciones fuera del Reino Unido e incremento de los costes por los trámites burocráticos son algunas de las consecuencias que ha tenido el Brexit para los músicos británicos.
#70041
17/9/2020 12:33

Los progre-liberaless no tienen razón, tienen bolsillos, solo hay que mirar a Calviño and co.

0
0
#69937
16/9/2020 10:21

Muy interesante y didáctico el artículo.

1
0
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Más noticias
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.

Recomendadas

Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.