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Antiespecismo
¿Focas verdes en Santander? Exigen el cierre inmediato del minizoo de La Magdalena
Imágenes de una foca cubierta por un manto verde de algas y otra muerta, tapada parcialmente con una bolsa de basura, hacen saltar las alarmas sobre el estado de los animales en el zoo cántabro.
A finales de mayo saltaban alarmas al viralizarse unas fotografías del minizoo situado en la península de la Magdalena, en Santander. En las imágenes se veía el cadáver de una foca parcialmente tapado por una bolsa de basura, y a otra que flotaba con una gruesa capa verde adherida a su cuerpo. Una foca verde.
Recientemente, la organización Anima Naturalis visitó las instalaciones y mostró especial preocupación por el “sobrecrecimiento anormal y excesivo de algas sobre la piel de las focas grises, que cada vez es más acusado”. Además, tal y como declaró a El Salto Aïda Gascón, directora de Anima Naturalis, “una de ellas mantiene un comportamiento muy preocupante, porque apenas se mueve en todo el día. Parece que se esté dejando morir”.
La ONG ha publicado nuevas imágenes denunciando que “la situación de las focas no hace más que empeorar con el calor y la proliferación de las algas, y la vida de los pingüinos podría estar en peligro”, detallaba Gascón.
Una señal de que algo no va bien
David Perpiñán, veterinario y asesor científico en la Fundación Franz Weber, explica la causa del manto verde que cubre a la foca de las fotos: “El agua del minizoo proviene del mar. Las algas se producen cuando el agua del mar entra, pero no sale rápidamente, sino que entra y se estanca. Al estancarse, el agua sufre variaciones muy fuertes de temperatura. Por una parte se calienta mucho y, por otra, se nutre de material orgánico, las heces de las focas, lo que hace que tenga un exceso de nitrógeno, exceso que ha sido reconocido por el zoo desde el primer día”.
“Esto de la foca llena de algas”, continúa el veterinario, “no es nada normal, no lo había visto nunca, ni en libertad ni en cautividad”, e incide en que es algo que “indica que las cosas que están pasando en ese zoo no son normales”. El asesor científico añade que “el hecho de que proliferen estas algas indica que podrían crecer también algas tóxicas”, elucidando que, precisamente, estas algas podrían estar relacionadas con la muerte, hace unos meses, de una hembra de león marino, que murió con síntomas neurológicos.
¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?
Este tipo de focas, explica Perpiñán, no están acostumbradas al calor de la península, sino que suelen estar en lugares más fríos, alrededor de Gran Bretaña. “Aunque a veces sí han llegado a las playas de Cantabria animales que se dispersan, esto se ha interpretado mal; no hay que recuperar a estas focas que están descansando; hay que dejar que descansen y que luego, a su ritmo, se vuelvan a meter en el agua y se vayan a donde les corresponde”.
Por otra parte, según el veterinario, “los animales del minizoo de la Magdalena no están bien. Hay animales enfermos. Todos ellos padecen de problemas en los ojos, queratitis que producen dolor constante, y no están siendo tratados con analgésicos”. Y añade: “Se ven comportamientos muy extraños, derivados de que las condiciones allí no son adecuadas”.
La alcaldía evita tomar una decisión de cierre “en caliente”
El pasado 25 de junio se debatió una moción en el pleno del Ayuntamiento de Santander, presentada por los grupos municipales PSOE, PRC y Unidas por Santander, que pedía el cierre del minizoo de la Magdalena. Las tres formaciones solicitaban que los animales fueran reubicados en “entornos más adecuados” y que el espacio que ahora ocupa el minizoo se destine a “realizar actividades culturales o a un centro de educación medioambiental”.
La moción fue rechazada con los votos del PP, Ciudadanos y VOX. Desde alcaldía se estableció un término máximo de un mes para convocar al Consejo de Sostenibilidad y valorar posibles soluciones, en un intento por evitar tomar “una decisión de cierre en caliente” al respecto.
Desde AnimaNaturalis están valorando presentar una querella “por mantener a los animales en instalaciones inadecuadas y por la inactividad del ayuntamiento ante el agravado estado de las focas”, y piden actuaciones urgentes para rescatar a los animales “que aún sobreviven en este zoo de los horrores”.
La concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo Calderón, trasladó a la organización animalista “su deseo y compromiso de convertir el zoo en un santuario, con la puerta abierta a la participación de las asociaciones de protección animal”, explica Aïda Gascón. “Sin embargo”, continúa la directora de AnimaNaturalis, “tenemos serias dudas de que esta idea pueda ser económicamente viable. De momento no hay un plan definido para esta reconversión, que en cualquier caso iría para largo y los animales necesitan soluciones ya”.Para David Perpiñán, las ideas de reconversión del zoo —como transformarlo en centro de recuperación, en santuario o en un centro de cría de especies amenazadas— que “soltaron antes de la votación” serían “locuras que no tienen ningún sentido. Lo proponen porque quieren seguir con el zoo y les da igual cómo se llame. Quieren tener animales allí para que los vean y eso es inaceptable”. Perpiñán incide en que “tú no puedes llamar santuario a un sitio donde los animales no están bien. Un santuario sería un sitio mucho mejor que un zoo, una zona natural. No puedes llamar santuario a exactamente lo mismo que antes llamabas zoo. Hay que cerrarlo”.
¿Zoos en el siglo XXI?
Los partidarios de la existencia de los parques zoológicos argumentan que tienen un componente educativo. David Perpiñán muestra, sin embargo, una visión contraria: “¿Tú enseñarías a tus hijos sexualidad mostrándoles porno? Los zoos no son un espectáculo de la naturaleza; son como el porno: una versión totalmente irreal y alterada de lo que ocurre en realidad. ¿Qué comportamiento van a aprender quienes acudan al zoo, si esas focas no se comportan de forma natural? ¿Qué idea vamos a enseñarles sobre el problema que supone el cambio climático si cogemos especies de climas fríos, los llevamos a climas cálidos y decimos que todo está bien? No es que no aprendan nada, sino que aprenden valores negativos. Esos zoos no cumplen una función educativa, en todo caso es un atractivo turístico”.
“¿Tú enseñarías a tus hijos sexualidad mostrándoles porno? Los zoos no son un espectáculo de la naturaleza; son como el porno: una versión totalmente irreal y alterada de lo que ocurre en realidad”
Desde la organización ZOO XXI intentan transformar la manera en la que se mantienen animales salvajes en cautividad. Tal como declaran a El Salto, “la cautividad no es algo que beneficie a los individuos, como podemos ver muy bien en el Zoo de La Magdalena, por lo que privarles de libertad solo se puede hacer cuando esté muy justificado, con un programa de cría y reintroducción”.
Desde ZOO XXI especifican que “algunos zoos pueden ser adecuados para una transformación hacia un modelo diferente que tenga más en cuenta la protección de la naturaleza, la ética y el bienestar animal, y otros zoos deben cerrarse lo antes posible”.
El cierre urgente es lo que recomiendan para el minizoo de la Magdalena: “El zoo no cumple ninguna función educativa, científica ni conservacionista. Además, tampoco se puede decir que los animales tengan un bienestar adecuado. Hay problemas psíquicos, como por ejemplo los que se derivan de mantener animales sociales en grupos muy pequeños, y hay problemas médicos, como los problemas oculares generalizados en los leones marinos y las focas, que seguramente les llevan produciendo un dolor continuo durante muchos años”.
Desde la organización ponen sobre la mesa el problema ético y destacan la idoneidad de su cierre: “Mantener el zoo abierto supone justificar lo que el mismo equipo de gobierno explicó en el último pleno: los animales son explotados en otro zoo cántabro para hacer espectáculos y ya no les sirven cuando se hacen mayores; hay que evitar este uso abusivo, egoísta y poco ético de los animales. Por todo esto, creemos que la mejor opción tanto para los animales como para la imagen de la ciudad de Santander es cerrar el zoológico. Cerrar simplemente supone inicialmente evitar que el público no pueda visitar esas instalaciones. Luego ya se vería si es posible y en qué manera se pueden mejorar las condiciones de esos animales”.
Ha habido voces que han propuesto convertir este zoo en un santuario de animales, pero desde ZOO XXI se muestran escépticos a esta solución: “Creemos que los zoos que pueden salvarse es porque pueden salvar animales. Pueden pasar de ser centros de explotación a centros de rescate, o lo que en ZOO XXI llamamos 'los centros de las tres erres', rescate, recuperación y reubicación”. De esta forma, este tipo de centros podría ser respuesta a animales incautados que necesitan volver a su entorno natural o llegar a un santuario. En este sentido, desde ZOO XXI defienden los zoos como “instituciones de flujo de animales y no de stock; ser parte de una solución y no, como hasta hoy, ser en gran medida el problema”.