Yemen
Contra las bombas: malos tiempos para el internacionalismo

Que el flamante ministro de Exteriores, el presidente socialista del ‘no es no’, y el más anticapitalista de los alcaldes de España hayan aceptado el límite de lo posible en el caso de la venta de armas a Yemen es el peor de los fracasos.

Yemen a
Familia desplazada por la violencia en Yemen
Sarah Babiker
17 sep 2018 15:25

Era 2011 y miles de jóvenes ocuparon las plazas para cambiar el régimen del 78. No pedían reformas, querían transformarlo todo. Inspiradas por las revueltas de Túnez y Egipto, de las primeras tiendas se fueron expandiendo acampadas como pequeñas ciudades provisorias, pobladas de gentes diversas, una heterogeneidad aunada por la indignación y la urgencia de cambio. Hubo represión y detenciones, pero ahí se mantuvieron, una rebelión que nadie esperaba. No, no estoy hablando del 15M.

El régimen del 78 con el que querían acabar estas gentes indignadas inició con el acceso al poder del presidente Alí Abdalá Salé. La represión que tuvieron que afrontar implicó tiroteos, estudiantes quemados en sus tiendas de campaña. Todo esto pasó en Yemen, uno de los países con más armas por habitante del mundo. Todo esto va de gente, gente que se indigna, gente que protesta, y gente a la que matan. Va de las posibilidades que prometen los aires de cambio. Va de las renuncias impuestas. Va de cómo muere lo que prometieron las plazas.

Desde 2015 leemos que es todo un caos, que no hay solución, que es que las cosas funcionan así entre esa gente bárbara, y que si no podemos tomar parte, si ni siquiera podemos entenderlo, la cosa ya no nos concierne

A la primavera árabe de Yemen le esperaba un largo invierno. Una resaca que no parece tener fin: Guerra en el Sur, guerra en el Norte, Estados Unidos y sus drones, los países del Golfo y sus tensiones, los terroristas y su retaguardia, y sobretodo Arabia Saudí poniendo orden en su patio trasero.

Al siempre impune suministrador de crudo y petrodólares le queda incómodo que entre sus yacimientos y el golfo de Adén —central para el comercio del petróleo— haya un Estado. Mala suerte para los yemenís que, aunque en el 2012, consiguieron liberarse por fin de Salé, vieron cómo éste se fue impune, no muy lejos, para seguir moviendo los hilos (hasta que fuera asesinado el año pasado).

Quedó su vicepresidente, y como es lógico, el cambio le supo a poco a mucha gente. En 2015 empezó la guerra, una guerra muy complicada, como si las guerras hubiesen sido alguna vez fáciles. Alianzas cambiantes entre las potencias mundiales, los regímenes regionales y las oligarquías internas, a las que llamamos tribus para poder pensarlas como muy distintas a las nuestras. Desde entonces leemos que es todo un caos, que no hay solución, que es que las cosas funcionan así entre esa gente bárbara, y que si no podemos tomar parte, si ni siquiera podemos entenderlo, la cosa ya no nos concierne. Pero siempre se puede tomar parte: hay que tomar parte por la gente, por los pueblos. El internacionalismo va de eso.

No hay forma más drástica de achicar los marcos de lo posible, que poner en cuestión la supervivencia. Cuesta soñar con libertad o democracia mientras matan a tus hijos. Es difícil sostener la resistencia con el estómago vacío y el cuerpo enfermo: las bombas y la hambruna dejaron poco margen para imaginar nuevos Yemen en las plazas. Un estado fallido, minado de intereses extranjeros, donde no hay refugio. Aquí, sin embargo, no están cayendo bombas. No tenemos un estado fallido. La pobreza y la precariedad crecen, pero siguen enteros los hospitales, y nadie muere de desnutrición, ni siquiera en las regiones más pobres y abandonadas.

Aquí hubo hasta gente que tras la ola de cambio que inspiraron las plazas consiguió llegar a las instituciones. Lanzamos grandes proclamas internacionalistas, gritamos que si había dinero para rescatar a los bancos, también se podría rescatar a la gente. Y sin embargo, la gente tiene que seguir rescatándose a sí misma, sola y a la deriva, a través de trabajos cada vez más precarios. Algunos de esos trabajos son un engranaje en la cadena que termina en la muerte de la población yemení. Por ahora, no se puede hacer nada, nos dicen, no podemos condenar a nuestra gente a la miseria. Y así, nos condenan a la miseria moral a todas.

Que el flamante ministro de exteriores, el presidente socialista del ‘no es no’, y el más anticapitalista de los alcaldes de España hayan aceptado tal límite de lo posible es el peor de los fracasos. Es castrar la imaginación política, renunciar a desplazar el marco, aceptar que no podemos redistribuir la riqueza del Estado. Aceptar que es necesario tragar con que no exista otra alternativa para la supervivencia de miles de personas que fabricar armas contra otras miles de personas.

Entiendo que es duro enfrentarte al desempleo y la falta de futuro de tu gente. También pienso que no solo se debería dimitir cuando a uno le pillan en falta. También se puede dimitir cuando no hay posibilidad de ser coherente con tus principios, cuando tiene claras las fronteras morales que no cruzarás nunca. No significa irte, si no quedarte de otra forma, para forzar la alternativa, para pelear otros horizontes posibles.

Porque si estamos dispuestas a seguir por ahí, si somos nosotras quienes aceptamos hacer lo que antes impugnamos, estamos avalando el mantra del neoliberalismo, el “No hay alternativa.” ¿Aceptaríamos que necesitamos exportar bombas y barcos si estos fuesen a ser utilizados contra Francia o Italia? ¿No es evidente que es la alteridad desenfrenada, la savia misma del colonialismo, la que permite que tantas personas asuman, que no podemos hacer otra cosa que seguir produciendo muerte?

La población yemení será la principal víctima del armamento que exportamos hacia Arabia Saudí, de los barcos que rescatarán —hasta cuándo— a los obreros gaditanos. Pero no será la única víctima. Aquí estamos enterrando también la posibilidad de plantarse para detener la inercia que nos hace pedir empleo a cualquier costa, de cualquier tipo, y empezar a exigir que se redistribuya la riqueza y el trabajo. Plantarse, en definitiva, ante la economía de la muerte que nos impone el capitalismo.

Industria armamentística
El dilema de Sánchez: barcos de guerra hacia Arabia Saudí o derechos humanos

La monarquía saudí lleva a cabo desde 2015 un ataque sobre Yemen que ha costado miles de vidas civiles. Varios países europeos han apostado ya por cortar el comercio de armas. Esta semana, el Gobierno de Sánchez ha dado pasos para cortar el flujo de bombas con destino a Arabia Saudí.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Yemen
Genocidio Yemen siente el calor de Gaza
La guerra de Gaza proyecta una larga sombra sobre Yemen, donde la ayuda humanitaria, que se necesita con urgencia, no llega a cubrir las necesidades y los esfuerzos por lograr un acuerdo de paz se ven entorpecidos.
Oriente Medio
Oriente Medio Conflicto en Oriente Medio
Mientras el pueblo palestino sufre un genocidio espantoso a manos de Israel, el conflicto amenaza con extenderse
Industria armamentística
Antimilitarismo Un nuevo “barco de la muerte” descansa en el puerto de Sagunto camino a la guerra de Yemen
Una concentración en el puerto de Sagunto mostró el rechazo a la utilización de infraestructuras españolas para la guerra de Arabia Saudí contra Yemen.
#23217
20/9/2018 14:53

http://www.revistalacomuna.com/breves/sat-cadiz-arabia-saudi-navantia-san-fernando/

1
6
#23116
18/9/2018 9:55

http://www.revistalacomuna.com/opinion/falso-dilema-trabajo-armas-arabia-saudi/
http://insurgente.org/luis-gonzalo-segura-la-izquierda-se-desangra-en-los-astilleros-de-navantia/

6
6
#23085
17/9/2018 17:02

Es habitual oir a los trabajadores de Navantia recurrir a la comparación de que se siguen fabricando cuchillos (sin decir que también sirven para comer, tallar la madera, cosechar frutos o matar los animales que nos comemos) como si fuera igual que fabricar bombas o fragatas que solo sirven para matar.

14
1
#23077
17/9/2018 16:10

El peor de los fracasos es Podemos. Desactivaron la única hola democrática que se ha dado en ochenta años. Emosido engañao.

23
2
#23088
17/9/2018 17:39

"el izquierdismo sigue intentando experimentar entre el liberalismo y el fascismo, siendo superado por ambos flancos y resultando irrelevante sin proyecto y sin clase."
https://twitter.com/iaiestaran/status/1040964527205036033

20
2
#23118
18/9/2018 10:06

Que bien os vienen los ismos cuando no tenéis nada que decir..

1
18
#23126
18/9/2018 12:11

¿Tienes algo que decir?

10
0
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Más noticias
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
1 de mayo
1 de mayo “Nuestro mundo, en el que cabemos todas, es la única alternativa”, reivindican desde el 1M Interseccional
Por cuarto año consecutivo marchan, de manera festiva y sin incidentes, colectivos del sindicalismo social de toda la región madrileña en el Día Internacional de las y los trabajadores.

Recomendadas

Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.