Tribuna
Un acuerdo contra las políticas climáticas

En un contexto marcado por el cambio climático y la necesidad de transitar hacia energías más limpias, algunos países han manifestado la urgencia de modernizar el Tratado sobre la Carta de la Energía, un acuerdo de protección de las inversiones en materia energética que es anacrónico e incompatible con los objetivos de reducción de emisiones.

Humo chimenea
Gases desprendidos por una calefacción en Madrid. David F. Sabadell

Jurista y eurodiputada

Son eurodiputados y eurodiputadas de Unidas Podemos.
10 nov 2020 12:06

Ya lo decía hace poco el ministro de Energía de Luxemburgo, Claude Turmes: el Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE) es absolutamente incompatible con el acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo. No se puede formar parte de un tratado que protege los combustibles fósiles y al mismo tiempo comprometerse a luchar contra el cambio climático. No se pueden fomentar políticas de descarbonización y de transición ecológica y recibir demandas millonarias de inversores extranjeros por ello. Es la cuadratura del círculo. 

El TCE, un acuerdo de protección de las inversiones en materia energética, está en pleno proceso de modernización. Desde el pasado mes de julio, se han celebrado dos rondas de negociación y se espera que el proceso finalice en diciembre de este año, tras una tercera ronda, con la celebración de una Conferencia de la Carta. Sin embargo, la modernización está abocada al fracaso. La escasa información que ha trascendido del proceso a la opinión pública indica que no se va a tocar ninguno de los nudos gordianos del acuerdo que impiden la lucha contra el cambio climático y endeudan las arcas públicas. Los países con intereses en combustibles fósiles que forman parte del TCE, como Azerbaiyán, Turkmenistán o Kazajistán están detrás de este bloqueo. 

El Tratado sobre la Carta de la Energía es un acuerdo del siglo pasado. Nace en los noventa, tras la caída del muro de Berlín, para garantizar el acceso de Occidente a los combustibles fósiles de las antiguas potencias del Este. Los inversores quieren tener garantías y se busca una herramienta para solucionar los posibles conflictos de interés con los Estados.  Se incluye un mecanismo de solución de las disputas entre inversores y Estado, la llamada cláusula ISDS, presente en otros muchos acuerdos. A través de esta herramienta, los inversores pueden demandar ante tribunales de arbitraje a los Estados si consideran que sus medidas legislativas han mermado sus intereses económicos, presentes o futuros. Los tribunales de arbitraje no son tribunales al uso. Tres abogados, en calidad de árbitros, deciden a puerta cerrada. Los laudos —las sentencias en derecho ordinario— son inapelables, no hay jurisprudencia y no se tiene en cuenta el derecho nacional o internacional. Y lo más terrible: si un Estado es condenado a pagar, el dinero sale de las arcas públicas.

Este acuerdo se ha convertido en una caja de Pandora al servicio de los inversores y contra el clima y el medioambiente. Aquí algunos ejemplos: la empresa energética alemana Uniper amenaza con demandar a Holanda por su política de cierre de las centrales eléctricas de carbón en 2030; Alemania rebajó su legislación antinuclear ante las amenazas de la compañía de energía eléctrica Vattenfall; Italia ha sido condenada a indemnizar a la petrolera Rockhopper por los supuestos beneficios que iba a obtener con las perforaciones de crudo en el Adriático; y el pasado mes de septiembre una compañía británica de petróleo y gas demandaba al gobierno de Eslovenia por pedirles un estudio de impacto ambiental para un proyecto de fracking.

Un estudio apunta a que si no abandonamos la energía fósil en 2050 las demandas ISDS podrían costar 1,3 trillones de euros a los países miembro del TCE

La Unión Europea no imaginó que en ningún momento este tratado se volvería en su contra y que iba a ser la más perjudicada. En total acumula 129 demandas. España encabeza la lista negra y su caso es paradigmático: ha sido demandada 47 veces y condenada a pagar mas de 1.000 millones de euros. Todo, por las políticas de recortes a los subsidios para las renovables en plena crisis de 2008. Lo paradójico es que esas empresas son, en su mayoría, empresas pantalla ligadas a los combustibles fósiles e invirtieron en un momento en el que la crisis era de sobra conocida. Saber por qué España forma parte de este tratado es una de las grandes incógnitas. Se ratificó en 1994 sin ningún tipo de debate ni transparencia, una marca de la casa que acompaña a este acuerdo hasta nuestros días.

En un contexto marcado por el cambio climático y la necesidad de transitar hacia energías más limpias, algunos países y la propia Secretaría de la Carta de la Energía han manifestado la urgencia de modernizar el TCE. La modernización debería abordar tres elementos clave de cara a la consecución de políticas como el Acuerdo de París o el Pacto Verde Europeo.

En primer lugar, debería plantear el abandono gradual de la protección de las inversiones en combustibles fósiles, ya que dificulta el avance de las energías renovables y compromete el presupuesto global de carbono restante para el periodo 2018-2050 para limitar el aumento de temperatura en 1,5ºC.

Además, se debería plantear la eliminación del mecanismo ISDS para la resolución de controversias inversor-Estado. Un estudio apunta a que si no abandonamos la energía fósil en 2050 las demandas ISDS podrían costar 1,3 trillones de euros a los países miembro del TCE. Y el 42% de ese dinero saldría de las arcas públicas. Japón es uno de los países más reticentes a eliminar este mecanismo.

Los objetivos del Pacto Verde Europeo y el acuerdo de París tienen sentido si todas las políticas de los gobiernos y de la Unión Europea se encaminan a su consecución. Si no, es como echar agua en un cesto

Por último, se debería poner fin a las disputas entre Estados miembros de la Unión Europea, que representan un 67% de las demandas conocidas. Existe jurisprudencia muy clara. Es lo que se conoce como el caso Achmea. En marzo de 2018 el Tribunal de Justicia Europeo anunció que la cláusula ISDS incluida en el Tratado entre los Países Bajos y Eslovaquia sobre la protección de las inversiones no era compatible con el Derecho de la Unión. Esta cláusula, sin embargo, sigue operando entre Estados miembros bajo el TCE y es esperable que la implementación de la nueva Ley de Clima de la UE desencadene nuevas disputas intraeuropeas.

La modificación de cualquiera de estos elementos requiere el voto unánime por parte de los 53 países signatarios del TCE, algo muy poco probable. Y la propuesta de reforma de la cláusula ISDS, uno de los objetivos principales de la Unión Europea, está fuera de la hoja de ruta de la modernización del tratado, tal y como ha revelado el comunicado de la Secretaría de la Carta de la Energía, tras la segunda ronda de negociación celebrada a principios de septiembre

En respuesta a una pregunta parlamentaria planteada al Consejo Europeo el pasado 16 de julio sobre estas cuestiones, las respuestas fueron similares a la trayectoria que ha seguido este tratado: opacidad, vaguedades y falta de transparencia. 

Necesitamos transparencia, un compromiso real por parte de los Estados y la Unión Europea para la consecución de las políticas climáticas planteadas. Los objetivos del Pacto Verde Europeo y el acuerdo de París dibujan un horizonte claro y tienen sentido si todas las políticas de los gobiernos y de la Unión Europea se encaminan a su consecución. Si no, es como echar agua en un cesto. El tiempo se acaba y los objetivos climáticos planteados —alcanzar la neutralidad climática en 2050 y limitar el aumento de la temperatura en 1,5ºC— serán inalcanzables. Europa tiene que ser más ambiciosa.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Ampliaciones de aeropuertos: ¿una política de interés general?
La ampliación de la capacidad aeroportuaria y la apertura constante de nuevas rutas constituyen elementos de una política que quiere dopar un sector mediante la generación constante de nueva oferta de vuelos y turismo.
Tribuna
Transición Energética La transición energética se juega entre el dividendo y la ganancia
Mientras la transición energética se presenta como urgente, las decisiones clave siguen en manos del capital privado. Este artículo analiza sus límites y defiende la propiedad pública como condición para una transformación real y justa
Tribuna
Tribuna La universidad como espacio público seguro y autónomo
Carta al consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana y al resto de la sociedad madrileña sobre la criminalización de las protestas que han impedido la celebración de actos de la ultraderecha en la Complutense.
#73963
10/11/2020 17:56

El TCE y “su abogado y juez” , el ISDS, frente al Acuerdo de Paris y los objetivos del Pacto Verde Europeo. Lo viejo tirando de lo nuevo. La rémora contra lo urgente y necesario. Capitalismo contaminante frente a Ecologismo.

Es seguro que el movimiento ecologista lleva las de ganar en esta confrontación. El problema es si la victoria llegará a tiempo o entraremos en un camino sin retorno. ¿Tiene límites la estupidez humana? Esperemos que sí. Mientras tanto, toca trabajar a destajo por el cambio desde las calles y desde las instituciones.

Gracias a los autores del artículo por su pelea en las instituciones europeas y por darnos a conocer el entramado legal de lo que el capitalismo hizo en el pasado, con consecuencias presentes y futuras, y las normas, relativamente nuevas, que nos deberían llevar hacia un mundo sostenible y verde.

0
0
Estados Unidos
Estados Unidos Trump y Meloni se reúnen en la Casa Blanca
Como era de esperar, Meloni y Trump mostraron afinidades políticas e ideológicas. La italiana insistió en la idea de “fortalecer Occidente”.
Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.
Galicia
Galicia La UE cava hondo: litio gallego para el nuevo militarismo europeo
En pleno rearme ordenado desde Bruselas, Galicia entra en el tablero geopolítico como potencial proveedor de litio para la industria de defensa. Un enclave de alto valor ecológico en Doade (Ourense) se convertirá en cantera para baterías militares.
Series
Series Masculinidad hegemónica o plomo: la sátira contra los hombres en ‘The White Lotus’
La serie culmina de forma trágica, llevando al extremo la lógica neoliberal, y se cuestiona si es posible una transformación que no termine cooptada por el propio patriarcado.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.
Más noticias
Galicia
Galicia Faro de Vigo despide a su trabajador número 20 en una década mientras firma beneficios de 2,5 millones
El comité de empresa y el Colexio de Xornalistas reprueban la decisión de la empresa del grupo catalán Prensa Ibérica y convocan una protesta semanal en las redacciones del periódico por toda Galicia.
Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.

Recomendadas

Almería
Artes escénicas Almería reclama su (dancístico) lugar
A menudo relegada al olvido en los mapas culturales, esta provincia oriental sigue siendo una gran desconocida, a pesar de su riqueza histórica, su diversidad paisajística y su potencia creativa.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.
Camboya
Camboya 50 años del inicio del genocidio en Camboya
El régimen de Pol Pot acabó con la vida de más de dos millones de personas. Solo tres integrantes de los Jemeres Rojos han sido condenados por crímenes contra la humanidad.
Senegal
Senegal Una ‘Escuela de rehenes’ o cómo Francia usó la educación en África para transformar las mentes
La administración colonial francesa puso en marcha en 1855 un centro educativo que tenía el objetivo de formar a los hijos de los reyes locales mediante el borrado de su cultura.