Racismo
Fatima Ouassak: “Las madres tenemos un papel estratégico dentro del feminismo”

En Francia hay una organización antirracista que lucha por una infancia sin violencia. Es el Frente de Madres y Fatima Ouassak es su fundadora. En ‘El poder de las madres’ (Capitán Swing, 2025) defiende la maternidad como sujeto político.
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Fatima Ouassak es fundadora del Frente de Madres, organización enfocada en la protección de la infancia. David F. Sabadell

En 2017 las familias de un barrio de Bagnolet, una ciudad a las afueras de París, lograron todo un triunfo. Presionando consiguieron que el arrendador cambiara los ascensores en todos los edificios del barrio. Un barrio compuesto por personas migrantes y racializadas que viven en edificios de 18 plantas. La mecha prendió después de que una mujer tuvo un accidente en uno de los antiguos elevadores. Los hijos e hijas de estas familias no podían pisar los parques ni ocupar los espacios públicos. Salir a la calle era peligroso, no solo por la elevada presencia policial que intimida a estas poblaciones asentadas en los extrarradios de la capital, también por el mero acto de introducirse en el ascensor.

Esta lucha fue liderada por el Frente de Madres, organización creada para procurar un futuro digno para las criaturas. Fatima Ouassak (Rif, 1976), oradora, consultora de políticas públicas y activista ecologista, feminista y antirracista afromarroquí, es una de sus fundadoras. Una organización que nació cuando Ouassak pinchó un mensaje en el tablón de anuncios del centro escolar de su hija, convocando al resto de familias para una reunión en su casa. Su primer objetivo: conseguir una alimentación saludable en los colegios que incluyera una dieta vegetariana. El siguiente, luchar contra la violencia racista que asedia a la infancia francesa desde las instituciones, en un país donde la policía mata a doce jóvenes o adolescentes racializados al año “con total impunidad”, insisten estas madres.

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Ouassak visita España con la intención de tender alianzas con el resto de países, aprovechando el rápido crecimiento de su asociación que ya es todo un interlocutor para las autoridades francesas. Quiere impulsar un frente de madres del Mediterráneo y así se lo cuenta a El Salto en la Casa Árabe, donde ha presentado su libro El poder de las madres (Capitán Swing, 2025). Mientras lo describe, con sus manos dibuja un mapa y simula puentes entre los diferentes países. En un presente desolador, mantiene la esperanza de seguir abriendo grietas en favor de la infancia racializada y para ello es necesaria la unión de fuerzas. Una internacional de la crianza antirracista, propone.

¿En qué momento comienza el activismo de una madre con hijos e hijas racializados?
En mi caso comienza con el embarazo de mi primer hijo y en realidad fue muy rápido ese activismo. Yo ya era militante antirracista 15 años antes del embarazo. 

He vivido dos momentos: Uno en la primera juventud donde el objetivo era luchar y luchar y daba igual ganar o no. Después del embarazo el objetivo se convirtió en luchar por los hijos y ahí sí es una lucha para ganar. Es una lucha para resistir, para defenderse. Porque cuando una es madre, y posiblemente lo puedas compartir, se ve la lucha de otra forma. Es una lucha por cambiar el día de hoy, por cambiar el hoy. 

Yo antes, cuando era más joven participaba en esas luchas anticapitalistas muy basadas en el marxismo, en hacer una revolución. Y ya como madre quieres hacer cambios tangibles para cambiar las condiciones de tu hijo, lo que va a comer hoy en la escuela, cómo hacer para que respire mejor… son este tipo de objetivos concretos.

Cuando una es madre se ve la lucha de otra forma. Es una lucha por cambiar el día de hoy, por cambiar el hoy. Hacer cambios tangibles

Vuestra lucha comienza con una asociación embrionaria, EEB (Agrupación por los niños de Bagnolet,-Ensemble pour les enfants de Bagnolet) y vuestro primer frente es la alimentación en los comedores y pedís una opción de dieta sin carne. Como madres migrantes salís del esquema previsible, que podría ser luchar contra el racismo, y os atrevéis con “luchas de blancos”. Sufrís por ello racismo, os acusan de que vuestra petición está relacionada con cuestiones religiosas, y que queréis quitar el cerdo de la dieta de las escuelas ¿cierto?
Cuando los padres y madres militamos delante de nuestros hijos e hijas tendemos a hacerlo sin meter política, sin hablar de los grandes temas de opresión, sin hablar del racismo, para facilitarles su existencia, su vida en la escuela. En mi caso con mi marido, que también es militante, intentamos mantener esa política a raya en casa: no hablar de política porque eso tendría consecuencias, haría sufrir a nuestros hijos. 

Pero, simplemente al buscar algo tan sencillo como una alternativa vegetariana en la comida de la escuela, sea usted musulmana o no, al final lo que pasó es que el racismo me alcanzó. El racismo vino a buscarme a mí, y sobre todo fue la islamofobia. Y por eso al final sí hubo que hacer política, porque al final lo personal es político y así ha sido. O sea, yo estaba tratando de mantenerme al margen, sin embargo, el racismo vino a alcanzarme a mí y hubo que responder a él. 

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Fatima Ouassak acaba de publicar 'El poder de las madres' David F. Sabadell

Luego constituís el Frente de Madres, en el que dibujáis a las madres como sujeto político. ¿Por qué decidís que se llame así y no frente de familias?
Al inicio no fue una elección deliberadamente feminista. Un día decidí poner en el tablón de anuncios de la escuela de mi hija un cartel para que las familias nos reuniéramos en mi casa el jueves siguiente a las 14:00 horas. Vinieron solo mujeres. ¿Por qué? Bueno, pues porque se trataba de crianza y se trataba de alimentación. Y en Francia al final las que se ocupan de esto son las mujeres. Entonces, realmente el nombre fue a posteriori. 

Y las madres tomaron la palabra. Esto surge en 2016 y es curioso que ya para el año 2019-2020 las mujeres no eran la mayoría en esta organización. Entonces el Frente de Madres se convirtió en realidad en una identidad política, porque ya ahora hay padres, hay incluso gente que no necesariamente tiene hijos. Se ha convertido en una auténtica identidad política porque somos ya agentes muy diferentes buscando lo mismo. 

¿Ha sido una manera de sacar a las madres de los espacios privados en el imaginario colectivo, de los espacios tradicionalmente feminizados y de ponerlas en primera línea política?
Bueno, sí, por una parte, pero en Francia en los barrios populares las madres ya están fuera. Esto no es una convocatoria para que las madres salgan, es más bien una descripción de que las madres en nuestros barrios, madres racializadas, madres musulmanas, ya están en las calles, en los comedores, en las escuelas. Y claro, son realmente parte del tejido social de estos barrios. Nos hemos dado cuenta, sobre todo durante la época del covid, que ya hay muy pocos clubes deportivos y muy pocas asociaciones de jóvenes. Estas madres están ahí haciendo ese papel. 

Las madres árabes, africanas, musulmanas tenemos un papel político desde hace tiempo. El feminismo francés, con su máximo ejemplo en Simone de Beauvoir, no lo ve así

Las madres árabes, africanas, musulmanas tenemos un papel político desde hace tiempo. El feminismo francés, con su máximo ejemplo en Simone de Beauvoir, no lo ve así. Ella describe a las madres como unas mujeres alienadas. Para Beauvoir las madres no son valientes, están alienadas, son sumisas y son el resultado de la sociedad patriarcal. Ahora esto no se percibe igual desde donde nosotras estamos. Nosotras vemos el papel social y político de las madres desde hace tiempo. Y lo que quiero es decirlo alto y fuerte. Lo que quiero es hacer teoría política para decirle a las feministas blancas occidentales que las madres tenemos un papel estratégico y que somos realmente una herramienta muy importante para el feminismo. Y lamentablemente no nos ven con muy buenos ojos. Pero yo creo que es un error estratégico. 

¿Cuál es el objetivo principal del Frente de Madres?
El objetivo es proteger a los niños y niñas de la violencia que sufren y que los rodea. Porque mucha gente pensaría que es un movimiento para proteger a las madres de ser discriminadas, pero no. De hecho, no lucharíamos tanto si fuera para nosotras o por nosotras. Si luchamos tanto es porque en realidad se trata de nuestros hijos, de nuestras hijas. 

Y bueno, está la dimensión que me parece fundamental, que es la dimensión internacional, esta parte internacionalista del Frente. Estoy encantada de estar en España ahora, así como estuve la semana pasada en Italia para tejer alianzas. Estoy segura que aquí en España conocéis perfectamente quienes son las madres argentinas de la Plaza de Mayo. Y así hay madres organizadas en Palestina, en Ucrania, en el Congo. Es esa fuerza política que se activa cuando hay opresión y cuando hay violencia. 

Y más que objetivo es un sueño lo que voy a decir: yo quisiera que todas las madres del mundo se pudieran unir en torno a este objetivo, que nuestros hijos puedan jugar en la calle sin violencia y que los demás hijos de otras madres cercanas o del otro lado del mundo puedan también jugar en la calle. Tenemos que insistir en esta dimensión internacional, en realmente poder tejer lazos, si pudiésemos lograr este este frente mundial sería algo increíble. Pero bueno, es más un sueño que un objetivo. 

Decís que libráis una lucha destinada a romper con la figura de la madre-mediadora, ¿Qué significa esto?
La palabra más correcta es 'madre tapón' o 'madre pacificadora', porque habitualmente se nos pide a las madres calmar a las criaturas. A las madres de la Plazas de Mayo que no quisieron ser pacificadoras, que salieron a gritar, las llamaron locas porque estaban en contra del sistema. Cada vez que hay un ataque de cólera o de ira social a las madres nos piden que vayamos a calmarlo. Y a las madres racializadas nos lo piden con mayor frecuencia cuando viene la policía a nuestros barrios y mata a nuestros jóvenes. 

La policía en Francia mata a muchos más jóvenes racializados que en España. No estamos al nivel de Estados Unidos, pero se mata a muchos jóvenes. Después de los asesinatos, los políticos aparecen en el barrio para buscar a una madre y que salga en las cámaras y que diga frente a todo el mundo que va a llamar a la calma, “por favor, no caigamos en la provocación”. Y hemos decidido que no, que no va a ser así. 

Tras el asesinato de Nahel (quien murió por un disparo policial a quemarropa en un control de carretera en 2023) se le pidió a su madre que saliera a pedir calma en la comuna y ella no colaboró. Ella dijo que no iba a llamar a la calma, no iba a jugar a ese juego, más bien comprendía la ira de los jóvenes, es más, se solidarizaba con ella. No es normal que maten a los chavales en las barriadas ni en cualquier lado. En lugar de esas madres templanza hemos acuñado otro término que es el de madres dragón. Las madres dragón escupen fuego. 

Estoy convencida de que el gran problema en Francia no es la policía, sino la escuela. La escuela es donde se cimenta el racismo

Vuestro foco de lucha está en la escuela, como institución que reproduce y crea sociedades racistas. ¿Cómo se hace para defender un servicio público que a menudo te maltrata?
Este es el dilema en el que estamos. Tenemos un servicio público que el gobierno se ha encargado de romper. Por supuesto que la escuela es un servicio público, pero al igual que los hospitales, está cada vez peor, los profesores están mal pagados. Quisiéramos realmente defenderla pero es un servicio público que está roto. La ONU y la OCDE han reconocido que la escuela más desigual de Europa Occidental es la francesa. O sea, está comprobado. De un niño negro que va a la escuela se espera que posiblemente vaya a recoger basura de mayor y a la niña se la espera como peluquera. No se piensa en ellos como potenciales ingenieros o médicos. 

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Ouassak reivindica la gran fuerza política y social que atesoran las madres. David F. Sabadell

Entonces bueno, ¿qué hemos hecho nosotras? En Francia hay una figura que es el de padre o madre delegado que tiene un pequeño poder para estar dentro de las escuelas y velar por nuestros hijos e hijas de una manera colectiva. Como Frente de Madres tenemos varias listas de padres y madres delegadas y estamos ahí haciendo nuestra lucha. Pero desde que salió mi libro en Francia, en 2020, realmente estoy totalmente desilusionada con la escuela francesa, creo muy poco en ella. De hecho, estoy convencida de que el gran problema en Francia no es la policía, sino la escuela. La escuela es donde se cimenta el racismo. Vemos situaciones en las que se llama a los padres por cosas tan absurdas como que su hijo ha dicho bismillah, que es lo que decimos los musulmanes antes de empezar a comer. O sea, cosas totalmente fuera de sentido. Pero bueno, hay que seguir luchando.

Racismo
Safia El Aaddam “El racismo no surge de la ignorancia, es un ejercicio consciente”
Escritora, divulgadora, filóloga y activista antirracista Safia explica las raíces coloniales que sustentan la islamofobia y el racismo antimoro de este país en su nuevo libro 'España ¿racista?'.

La comunicadora Saffia El Addam, de origen amazing que vive en Barcelona, dice que el racismo es un ejercicio consciente, no nace de la ignorancia. Tu expones en el libro que los prejuicios no nacen de la ignorancia, sino que tienen una función para las clases dominantes, ¿no?
Lo dije yo y no sé en qué contexto lo habrá dicho Saffia, pero lo cierto es que yo ya creo que en Occidente son debates anacrónicos o de anteayer. O sea, ya no son. Ya estamos en otro momento porque tenemos a Trump en el poder. Acabamos de ver un avance de la extrema derecha en Alemania en las elecciones tremendo. El año pasado avanzó el Reagrupamiento Nacional en Francia, que es también la extrema derecha. Estuvimos a nada de que nos gobernara, ¿eh? Nos estábamos preparando para llevar a nuestros niños al cole bajo una nueva bandera fascista y nos salvamos por un pelo. En Bélgica ahora mismo hay un gobierno de extrema derecha y qué te voy a decir de la Italia de Meloni. Entonces estamos ya en otro momento como para entrar en debates más teóricos. O sea, es hora de abrir los ojos. 

Lo importante ahora es cómo organizarse para evitar que metan a nuestros niños en trenes. Y usó esta metáfora con toda la intención de usar esta metáfora, porque estamos ante una auténtica urgencia

Hace unos años había que explicar todo esto, por qué creemos que el racismo es parte del sistema del patriarcado y tal. Y nos decían, “sois unos paranoicos o paranoicas exageradas”. Y ahora ya tenemos a Trump en el poder. Entonces lo importante ahora es cómo organizarse para evitar que metan a nuestros niños en trenes. Y usó esta metáfora con toda la intención de usar esta metáfora, porque estamos ante una auténtica urgencia donde vemos que además el fascismo se ha unido al neoliberalismo, que es, a nivel de caricatura, Trump dándole la mano a Musk. 

Ahora tenemos que organizarnos entre diferentes colectivos antirracistas, feministas… Bueno, todos los que más o menos compartimos un ideario político para exigir dos mínimos: la igualdad en la dignidad humana y la libertad de circulación, entre otras libertades fundamentales. No derechos fundamentales del hombre, no, del ser humano. Entonces, esto es en lo que hay que enfocarse, más que en los debates y en las teorías.

Entonces, ¿consideras que las políticas migratorias de los países de la Unión Europea tradicionalmente han estado lejos de lo que está haciendo ahora Trump?
No, no es diferente. Llevamos decenas de años en los que vemos que se gestionan los flujos migratorios a través de la vía militar que es Frontex. Y también sabemos que nadie se exilia por placer, nadie se desarraiga voluntariamente. La gente se va de estos territorios en África por el cambio climático, por las guerras de las cuales Europa es en parte responsable, son resultado de ese sistema colonial capitalista. Podemos decir que los europeos han invertido millones de euros para justamente impedir que vengan seres humanos del otro lado del Mediterráneo. Eso sí, las materias primas para nuestros móviles, que entren. Pero en cuanto se trata de los seres humanos, eso ya no pasa.

¿Y qué hacemos? Pues estamos pagando a los países de África del Norte para que ellos se conviertan en los guardianes de esta fortaleza. Ya no solo eso, sino que la frontera de Frontex se ha desplazado todavía más al sur, porque Senegal ya está dentro del Frontex. Antes les pedíamos a los árabes que impidieran a las personas negras venir. Ahora les pedimos a las personas negras que impidan a las personas negras venir. Con lo cual, claramente esto es una fortaleza. 

Lo cierto es que estamos en un momento bisagra, en un momento fundamental en el que Europa se está replegando aún más, en el que incluso el primer ministro francés, François Bayrou, que no es particularmente de derechas o de extrema derecha ha utilizado el término sumersión migratoria. Que esto es una cosa que vamos, que ni Marine Le Pen ha usado. Se está usando vocabulario que corresponde a una agenda fascista. Estamos hablando de gente que en principio no tenía ese vocabulario, que empiezan a hablar de eso, de ese tipo de imaginario que está cada vez avanzando más sobre la posible invasión de migrantes, como Estados Unidos lo hace ahora con las fronteras del sur, con México. Con este odio al otro, con este repliegue sobre uno mismo…

Por no terminar esta entrevista con una nota tan pesimista, hay que decir que estamos aquí buscando estas alianzas antirracistas internacionales en España y en otros países. Y en ello estamos.

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