La pregunta aquí es ¿para quién es un incordio la diversidad? Para quien se ha identificado siempre con la unidad, con el sujeto universal y con Robinson Crusoe. Desde un marco materialista no androcéntrico “lo simbólico” es siempre la dimensión semiótica de toda materialidad.

¿De verdad pensamos que es inteligente delegar la gestión de nuestra infraestructura educativa básica a una corporación extranjera perseguida en su propio país por sus crímenes?

Cuando algunas teóricas queer dicen que el sexo es una construcción social o cultural, no afirman que la biología no importe. Defienden que la forma en que se ha leído la biología no es neutra, sino interpretada mediante constructos sociales.

Tanto el movimiento TERF como Vox comparten una idea esencialista de lo que es ser hombre y mujer, vinculada a la genitalidad y a los roles sociales que se derivan de ella, basados, a grosso modo, en el control de la capacidad reproductiva de las hembras-mujeres.

Las fronteras nacionales son moralmente arbitrarias para los cosmopolitas, porque tratan una contingencia (algo que no eliges, la nación) como foco de especial pre­ocupación y lealtad (no como la familia, que la eliges en el menú pre-natal).

Si queremos analizar el nivel de patriarcalización de un país, deberemos medir no solo la mercantilización de las mujeres sino su familiarización.

Es necesario recuperar la soberanía digital, hoy en manos de corporaciones privadas.

Del famoso lema “ni machismo ni feminismo” pasamos al lema “feminismo sí, machismo y fascismo también”

El binarismo es un concepto muy amplio que atiende a la forma que tenemos de organizar el mundo

Nos preocupa ver la dimensión que adquiere en Europa una izquierda que, si no podemos definir como reaccionaria, al menos si la definiremos como melancólica