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El día 28 de diciembre se celebra en todos los países hispanohablantes, donde la Iglesia Católica tiene gran influencia, una curiosa tradición. Conocido como Día de los Inocentes, el 28 es una jornada en la que se permiten e incluso se esperan bromas, o “inocentadas” en todos los ámbitos de la vida pública y privada. Entre amistades y parientes, o incluso entre personas desconocidas, es tradición intercambiar divertidas tomaduras de pelo. Instituciones políticas y medios de comunicación tienen permitido lanzar declaraciones o publicar noticias inverosímiles o irreales, siempre que contribuyan al regocijo del público y que sean rápidamente desmentidas al día siguiente. Vaya por delante que el texto que publicamos, desgraciadamente, no es irreal y no está escrito para que nadie con un mínimo de empatía se regocije. No es una inocentada.
Este texto, escrito por activistas de BDS Compostela (Boicot, Desinversión y Sanciones), tiene como objetivo recordar al público la matanza de las personas inocentes que Israel está cometiendo en Gaza y también en la Cisjordania ocupada en este día de celebración con origen en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica.
Aunque el Día de los Santos Inocentes no constituye una festividad propiamente gallega —de hecho en Galicia se está recuperando socialmente el primero de abril como la festividad de las bromas— lo cierto es que es una tradición arraigada en otros países de habla hispana. En origen, se trata de una celebración en recuerdo de la Matanza de los Inocentes, un episodio recogido en el Evangelio según San Mateo (2, 16-18) y en numerosos evangelios apócrifos. El rey Herodes I el Grande había intentado localizar al niño Jesús a través de tres sabios venidos de Oriente para adorarlo (los Reyes Magos).
Sin embargo, éstos, avisados por un ángel, evitaron pasarle ninguna información. Herodes, enfurecido, ordenó el asesinato de todos los niños menores de dos años de la ciudad de Belén y de su comarca con el objeto de asegurarse la muerte del recién nacido Jesús. Pero el niño escapó a la matanza porque su familia (su padre adoptivo José y su madre María) fue advertida por los ángeles, y todos juntos huyeron a Egipto, para no regresar hasta que el peligro había pasado. Tras la muerte de Herodes, Jesús y su familia regresaron. Aun así, cuando volvieron se asentaron en una comarca distinta, en Nazaret, fuera del reino del sucesor del tirano.
Como episodio histórico, la Matanza de los Inocentes recogida por San Mateo resulta un poco controvertida. Los especialistas en general dudan de que el episodio ocurriera realmente. La principal razón de este escepticismo es que el episodio no aparece mencionado por ningún historiador importante de la época, a pesar de que los abusos del rey Herodes el Grande eran bien conocidos. Este personaje histórico fue entre el 37 a.C y el 4 d.C. el rey de un área que hoy en día abarca gran parte de la Palestina histórica.
Herodes era un rey vasallo de Roma, a menudo dispuesto a romper leyes y tradiciones del pueblo judío, y con una política de construcción de proyectos colosales que le llevaron a recaudar impuestos onerosos. Debido al desprecio que sus población súbdita, sobre todo personas judías, sentían por él, el gobierno de Herodes se caracterizó por su despotismo y sus fuertes medidas de seguridad. Estas medidas incluyeron el asesinato de rivales y familiares que se oponían a sus políticas.
Para gran parte de su población súbdita era simplemente un tirano sin escrúpulos. El historiador judío Tito Flavio Josefo (37-101 d.C.) recoge muchos de sus crímenes, pero la Matanza de los Inocentes de Belén no aparece mencionada. La mayoría de los especialistas están de acuerdo en que no se puede comprobar si la Matanza sucedió o no, pero que el carácter de Herodes estaba en consonancia con los hechos descritos por San Mateo.
La dudosa historicidad del episodio, sin embargo, no le resta importancia a la significación de la celebración. Para la Iglesia Católica, la Matanza de los Inocentes constituye un mito fundacional muy importante, la primera masacre de personas cristianas de la Historia. En efecto, los inocentes asesinados se consideran bautizados en su propia sangre.La Matanza se ha recordado en los textos, en la liturgia y en el arte sagrado desde los primeros tiempos del cristianismo hasta hoy en día. Además, la Matanza de los Inocentes resuena con otros episodios sangrientos de la historia sagrada, como el asesinato de los niños hebreos cuando el Faraón de Egipto quería acabar con Moisés (Éxodo 1, 8-22).
La Iglesia relacionó a menudo los dos episodios. Por ejemplo, el episodio del Éxodo se lee en los oficios del día de los Santos Inocentes. El objetivo de la Iglesia es establecer una relación entre Jesucristo y Moisés. Estas dos trascendentes figuras bíblicas, por lo tanto, acompañan su importancia en la historia sagrada con el reconocimiento de los crímenes que su pueblo sufrió.
Lejos de las burlescas inocentadas y leyendas difusas, hoy en día Israel y su particular Herodes, Benjamin Netanyahu, cometen un brutal genocidio contra el pueblo palestino, el pueblo del que venía Jesús. En este caso no hay ningún atisbo de duda histórica, como en el caso de la Matanza de los Inocentes. El genocidio está ampliamente documentado e, incluso, publicitado ampliamente por figuras políticas de Tel Aviv y soldados israelíes desde Gaza.
Según cifras oficiales de la ONU, los bombardeos y ataques israelíes en Gaza han causado la muerte a casi 15.000 menores en los últimos 14 meses, además de miles de personas heridas. Esta cifra atañe sólo a la infancia. A día 17 de diciembre de 2024, la ONU informó de 45.059 muertes y 10.7041 personas heridas en Gaza y personas heridas en Cisjordania. De las muertes en Gaza, las víctimas identificadas incluyen un 33% de menores, un 18% de mujeres y un 8,5% de personas mayores.
Estos son números basados en cifras conservadoras producidas por el Ministerio de Sanidad de Gaza, que se han demostrado repetidamente correctas. Sin embargo, sólo cuentan los datos y muertes que pueden comprobar. En el mismo informe de la ONU para Gaza se estima que hasta 10000 personas yacen en los escombros de los edificios destruidos por el ejército israelí.En un informe publicado por la prestigiosa revista médica The Lancet se estima de forma conservadora que el número de muertes indirectas que el conflicto de Gaza puede provocar es de cuatro por cada muerte directa.
Esto significa que si el conflicto de Gaza se hubiese detenido el 18 de diciembre de 2024, se esperaría aún que la cifra de muertes en los próximos meses a causa de enfermedades y condiciones humanitarias deficientes llegase a al menos 225000 en total. Es decir, el genocidio aniquilaría al menos a un 10% de la población total de Gaza si se hubiera detenido hace unos días.
El genocidio de los Inocentes de Palestina no se cuenta sólo con muertes. Según el informe de la ONU para Gaza a 17 de diciembre, en Gaza hay 1,9 millones de personas desplazadas, el 90% de la población. De todas ellas, el 80,5% se encontraban bajo órdenes de evacuación activa por parte de Israel a 17 de diciembre. Más de 345000 personas se encuentran en niveles de inseguridad alimentaria catastrófica.
Entretanto, Israel restringe y dificulta el acceso de suministros y prohíbe la actuación de la UNRWA, la columna vertebral de la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Israel ha destruido o dañado el 87% de los hogares de Gaza, más del 50% de los hospitales o centros de atención sanitaria, más del 80% de los edificios comerciales, el 68% de la red de carreteras, el 88% de las escuelas y 92 edificios de universidades. Un informe publicado por la ONG War Child Alliance del Reino Unido detectó que el 96% de la infancia de Gaza siente que su muerte es inminente, y casi la mitad quieren morir a causa del trauma que están experimentando.
Toda esta tragedia no puede justificarse como defensa, porque, a pesar de toda la retórica transmitida por los medios, Israel no tiene derecho a defenderse atacando los territorios palestinos ocupados. El pueblo palestino, en cambio sí tiene derecho a defenderse, incluso a través de la resistencia armada, según el derecho internacional. Todo esto lleva a concluir de forma inevitable que Israel está asesinando indiscriminadamente a inocentes en Palestina. No sólo eso. Sabemos que todos estos asesinatos ocurren en el contexto de un genocidio.
El genocidio, “delito perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”, que Israel está cometiendo en Palestina es innegable. No es sólo ya BDS y el activismo pro-palestino quienes lo señalan. El Tribunal Internacional de Justicia admitió a trámite la demanda de genocidio de Sudáfrica contra Israel y ordenó a este último implementar medidas para evitar el genocidio el 26 de enero de 2024. El Tribunal publicó nuevas órdenes, con ampliación de medidas, el 28 de marzo y el 24 de mayo, que Israel continúa incumpliendo. El 21 de noviembre, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu (primer ministro de Israel) y Yoav Gallant (ministro de defensa cuando el genocidio comenzó). Incluso organizaciones humanitarias que han sido históricamente lentas en reconocer los abusos contra el pueblo palestino por parte de Israel han sido categóricas. El 5 de diciembre de 2024 Amnistía Internacional hizo público su informe acusando a Israel de genocidio sin ambages. El 19 de diciembre Human Rights Watch publicó otro informe con la misma conclusión.
No hay dudas sobre esta Matanza de los Inocentes. Pero ¿por qué no se hacen esfuerzos para pararla? Probablemente debido a que Israel no comete el genocidio en solitario. Israel cuenta con el apoyo incondicional de los Estados Unidos de América. Este apoyo es diplomático, de forma que vota siempre a su favor contra las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad de la ONU (por ejemplo, en uno de los últimos debates de la Asamblea General de 3 de diciembre de 2024). Pero sobre todo es un apoyo logístico, proveyendo a Israel con armas sin las cuales el genocidio no sería posible, y en cantidades récord. La Unión Europea no va a la zaga en su apoyo a Israel. A pesar de su retórica a favor del derecho internacional, la UE sigue siendo el principal mercado de venta de productos israelíes, varios países miembros continúan exportando grandes cantidades de armas a Israel y gran parte del presupuesto de Horizon, el programa de investigación de la UE, beneficia a instituciones israelíes que colaboran activamente en el genocidio.
No son sólo los estados. Los medios de comunicación de referencia de occidente han contribuido a ofuscar el conocimiento público del genocidio a través de políticas sistemáticas de parcialidad y de distracción. Ya en enero de 2024 el medio independiente The Intercept publicó un informe en el que analizaba cómo el New York Times y otros periódicos de referencia de EEUU cubrían los sucesos en Palestina e Israel de forma que favorecían al régimen sionista.
Este favoritismo no paró en enero. El 17 de diciembre otro medio independiente, Drop Site News, destapó el proceso de verificación más que dudoso que el New York Times aplicó antes de la publicación de unos documentos que supuestamente vinculaban a Irán con los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023. El 19 de diciembre, Drop Site News publicó también una bien documentada historia que revela las quejas de periodistas y corresponsales con veteranía de la BBC ante la parcialidad de las noticias sobre Palestina e Israel por parte de la corporación. Los ejemplos de este deficiente tratamiento de la información son tan numerosos y conocidos que han acentuado aún más la desconfianza por parte del público general hacia los medios tradicionales.
Nos encontramos ante un momento clave de nuestra historia. El destino de las democracias y de la libertad de expresión en Occidente está íntimamente ligado a la lucha del pueblo palestino. Las gentes de Palestina luchan no sólo por sus derechos más básicos, sino también por su derecho a la autodeterminación y al retorno a las tierras que les fueron robadas. Israel, en connivencia con los intereses espurios de las clases con poder sobre los medios y la clase política de occidente, quiere exterminar al pueblo palestino. En nuestras manos está colaborar con Palestina y así ganar nuestra propia libertad. Llamamos a toda la gente de conciencia a celebrar el Día de los Inocentes de Palestina con apoyo material a la causa del pueblo palestino. Contribuid a las llamadas al boicot, a la desinversión y a las sanciones al régimen de Israel mientras las demandas de la sociedad civil palestina no sean atendidas. Estas demandas consisten sencillamente en que Israel cumpla con la Ley Internacional y con los Principios Universales de los Derechos Humanos.
Paremos la Matanza de los Inocentes, desde el río hasta el mar.
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La HUMANIDAD tiene derecho a defenderse de los genocidas israelíes y de los colaboracionistas yankis y europeos. Boicot, desinversión y sanciones; y que el voto de la gente decente no vaya a alimentar a partidos políticos que no hacen nada efectivo para parar el genocidio del pueblo palestino. INSOPORTABLE: “… casi la mitad (de lxs niñxs) quiere morir a causa del trauma que están experimentando”.