Opinión
Crisis política y moción de censura: ¿gran caos bajo el cielo o restauración en curso?

La opción de Ciudadanos y de las élites económicas es clara: la actual relación de fuerzas parlamentaria no se corresponde con la realidad y son necesarias nuevas elecciones para que Ciudadanos gobierne con el apoyo del PP.

Albert Rivera Futuro España
Albert Rivera, en un acto con jóvenes en Salamanca, en febrero.

Es militante de anticapitalistas y de la redacción de Viento Sur.

27 may 2018 06:00

La sentencia de la Gürtel ha provocado que, por fin, el PSOE de Pedro Sánchez mueva ficha e impulse una moción de censura. Tenemos ante nosotros otro episodio de la crisis política permanente abierta tras el fin del bipartidismo.

Decir crisis política significa delimitar previamente a lo que nos estamos refiriendo. Con crisis política nos referimos a la que se da específicamente en la zona que Gramsci llamaba “sociedad política” del Estado: la representación, sus partidos, el gobierno. No tratamos con esto de quitarle importancia a los hechos de las últimas semanas: se trata de colocarlos dentro de una cadena de acontecimientos, en el lugar especifico que ocupan dentro de un proceso más prologado de crisis. No estamos ante una revolución social ni ante un simple golpe palaciego: estamos ante un momento parlamentario que puede tener repercusiones en un sentido u otro según como se desarrolle, dentro de esa larga agonía histórica que hemos llamado “crisis de régimen”.

Con la política parlamentaria siempre se corren dos riesgos. Por un lado, la impresión de que siempre pasa algo cuando en realidad sigue todo igual. Por otro, creer que los sucesos son ajenos al resultado final de las crisis políticas.

En este caso, Pedro Sánchez y el PSOE han presentado la moción de censura casi obligados por las circunstancias. Ante una sentencia dura contra el PP, estaba en juego su rol de oposición, sobre todo cuando los socialistas han tenido un perfil bajo durante los últimos meses o directamente seguidista con el PP en lo que respecta a la crisis territorial. Podría ocurrir que, dada la lógica anti-PP que se ha impuesto en los últimos meses, el PSOE cuente con el apoyo de todas las fuerzas políticas con excepción de Ciudadanos y el PP, por lo que su moción de censura triunfe y Pedro Sánchez sea el nuevo presidente del gobierno con tan sólo 84 diputados.

La opción de Ciudadanos y de las élites económicas es clara: la actual relación de fuerzas parlamentaria no se corresponde con la realidad y son necesarias nuevas elecciones para que Ciudadanos gobierne con el apoyo del PP. Sorprende en este caso cómo opera la “autonomía de lo ideológico” en el rechazo al PSOE por parte de los grandes medios de comunicación.

En mi opinión, la maniobra de Pedro Sánchez tiene riesgos, porque podría generar más inestabilidad política, pero también podría tener el efecto de revitalizar a una socialdemocracia moribunda, que siempre ha sido el mejor garante del régimen. El PSOE, surfeando esta oleada anti-PP, puede gobernar apoyándose en la izquierda y en los nacionalistas. Unos independentistas catalanes completamente noqueados por el 155 no parecen ser ser unos adversarios capaces de imponer una presión muy fuerte. Su único objetivo parece ser alejar del gobierno a un PP endurecido con respecto a la “cuestión catalana” por la presión a la que lo somete Ciudadanos.

La izquierda que representa Unid@s Podemos tampoco parece estar pasando por su mejor momento. Con una IU a la espera de poder mejorar su relación de fuerzas en las próximas elecciones y un perfil bastante bajo a nivel estatal, y un Podemos sumido en su crisis interna más esperpéntica y delirante, las izquierdas solo han sido capaces de apoyar incondicionalmente (sin condiciones) a Pedro Sánchez. No estamos diciendo que no haya que apoyar el desalojo del PP, pero no podemos evitar recordar los “ministerios” que le exigió Pablo Iglesias al PSOE la última vez que se planteó la cuestión del gobierno.

Estos bandazos tácticos (o pedir gobierno o apoyar sin condiciones) solo revelan la falta de estrategia de una dirección de Podemos cada vez más a la deriva, atrapada en su propía dinámica auto-destructiva, incapaz de obligar al PSOE a una serie de compromisos mínimos a cambio del apoyo a la moción de censura. Esta falta de posibilidades es consecuencia de los errores anteriores: una espiral de la cual la dirección de Podemos no parece estar en condiciones de salir, al estar más preocupada por pasearse de televisión en televisión para acabar con sus críticos internos que por levantar una alternativa, en una espiral paranoica que no parece tener mucho más sentido que apuntalar (¡aun más!) su poder interno y debilitarse más en la sociedad.

Lo que está en juego, por tanto, es si entramos ya abiertamente en una fase de “restauración” y quién la encabeza, o si se agudiza la crisis política.

La restauración va ganando y tiene más opciones. Podría adquirir fórmulas extrañas e inesperadas, como la de una revolución pasiva encabezada por un Pedro Sanchez capaz de gobernar con el apoyo de una izquierda en barrena y de unos independentistas noqueados. Ese, por cierto, ha sido el resultado paradójico del gobierno portugués: el gobierno socialista apoyado por la izquierda se ha traducido en el fortalecimiento del partido gobernante y en una estabilización política “por la izquierda” con el apoyo de una Europa que ha aprendido que la “pasokización” de los partidos socialistas nunca trae nada bueno.

Otra opción es que, más pronto que tarde, se convoquen nuevas elecciones: en ese caso, la emergencia de Ciudadanos como primera fuerza parece inevitable. Esta “restauración” no sería simplemente una recomposición de la derecha. Sería introducir en España una nueva forma de gobernanza que podríamos denominar “populismo neoliberal”: impulsar políticas públicas neoliberales con el apoyo de las propias clases subalternas. Ciudadanos ha ensayado discursos fuertemente proteccionistas en los barrios (seguridad, migración) y ha entrado en fase de impulsar plataformas para que la conquista del gobierno vaya acompañada de la conquista de la sociedad civil, tal y como hizo la derecha norteamericana con el Tea Party.

En este contexto, la izquierda parlamentaria ha acertado al no tratar de entrar en ningún gobierno. Su propia debilidad y el marco anti-PP que ella misma se ha auto-impuesto la debilitan a la hora de presionar al PSOE. Lo que urge ahora mismo es romper urgentemente las opciones de estabilización de la crisis en curso.

Si hay elecciones, solo tendría sentido afrontarlas con una nueva apertura del espacio de Unidos Podemos (y quién sabe si con nuevas caras) y una estrategia de polarización fuerte y alternativa frente al conjunto del sistema político y del régimen neoliberal.

Si finalmente triunfa la moción de Pedro Sánchez, ningún respiro al PSOE tras la investidura, mucha iniciativa política acompañando a la calle, asumir de una vez por todas la pluralidad de las fuerzas políticas de la izquierda (algo que parece difícil dada la genética autoritaria de la dirección de Podemos), recuperar una perspectiva constituyente y comenzar a apuntar al gran adversario que viene: Ciudadanos.

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#67040
8/8/2020 23:12

Los seres humanos han hecho demasiadas retóricas del bien. «Esto es para adelgazar, pero se carga el riñón» se suele decir y millones de frases como esta. Sí, cualquier ACCIÓN beneficia a algo y a alguien (aunque sea a un virus, a que sobreviva un medio natural, etc). Por eso cualquier ACCIÓN interesadamente puede ser utilizada en prodefensa y como ciencia de lo que hay que hacer (aun para una especie).
He ahí que existen miles de justificaciones por el bien para que eso sea así, ayudadas de demagogias y de propagandas. Todos están POR EL BIEN, ¿pero qué bien es ése, el mentiroso, el pillomanipulador total de tu cerebro o el racionalmente equilibrado? http://delsentidocritico.blogspot.com/ Moraleja: Los que comen mierda en consentimiento y se forman de mierda, ¡nunca comprenderán la luz racional! Y al que es bueno, ¡que Dios le ayude porque, tantos sucios intelectuales, ¡jamás! Te pisotean y te vetan como quieren. JOSÉ REPISO MOYANO

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#17530
29/5/2018 9:35

Españistan ese estado que sigue siendo fascista porque la unica izquierda que existe esta enterrada en las cunetas. Hasta que no esteis dispuestos a levantaros contra el seguireis gobernados por los fascistas del pppsoeciudadanos con el apoyo de la incapacidad politica de los podemitas academicos.

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#17490
28/5/2018 19:51

PSOE es una rama del PPSOE tan corrupto como el PP. Cambiar el PP por el PSOECs es cambiar para que NADA CAMBIE

10
1
#17471
28/5/2018 18:20

Es lo que pasa cuando la izquierda se pone del lado de golpistas, okupas y violentos; que cuando llegan las elecciones te votan golpistas, okupas y delincuentes pero la clase media te da la espalda largandose a otras opciones más centradas. De toda la vida. Y eso de que el PP perdería las próximas elecciones, no las tengo todas conmigo...

1
14
#17430
28/5/2018 12:43

Que le pasa a los ministerios que pidió podemos? Porque yo tengo claro que fueron muy correctos, pues se pretendía conseguir transparencia e independencia, no podemos permitir que no haya separación de poderes en este país de pandereta...

2
12
Rossa
28/5/2018 12:00

Buen análisis pero echo en falta q le saques los colores a los socialistas

2
10
#17375
27/5/2018 23:06

Si en vez de blandir el piolet Iglesias y los suyos prestaran un poco de atención a voces comprometidas que les resultan incómodas dentro y fuera de Podemos en vez de a los palmeros y su palmero interior tendríamos un poco más de esperanza.
Buen análisis, Brais.

21
3
ludoo6
27/5/2018 21:27

Sevilla fc como forma de vida.

1
2
Mariano López Bolea
27/5/2018 15:28

Brais, como siempre, brilante.

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