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Ocupación israelí
Encierro en Málaga contra el genocidio, el cinismo y la hipocresía
Desde hace una semana un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Málaga (UMA) mantienen un encierro en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga contra el genocidio que está perpetrando el Estado de Israel en la franja de Gaza. El encierro incluye pernoctas en el hall de la biblioteca (en las que suelen participar alrededor de 20 personas), dos asambleas (una matinal y otra vespertina) en las que se informa de los pasos que se están dando y se acuerdan las acciones a emprender; actos culturales (conferencias, debates, actuaciones musicales) y manifestaciones. Paralelamente se han formado cuatro o cinco comisiones para organizar la intendencia, las actividades, la comunicación, la bienvenida y la investigación. Una comisión muy importante, esta dedicada a investigar, dado el secretismo, el cinismo y la hipocresía con la que actúan los equipos rectorales de las universidades y la mayoría de los partidos políticos.
Desde el pasado miércoles, el Consejo de Estudiantes de la UMA parece haberse incorporado al equipo del poder, no sé si en las filas cínicas o en las hipócritas pero ahí están jugando fuerte para criminalizar a unos compañeros que, hasta el momento, han sido totalmente respetuosos con el derecho de todos los alumnos al estudio. Nadie medianamente sensato podría considerar que el encierro es una manera de “interferir destructivamente con el estudio”. Nadie, salvo que su interés sea sembrar “mas conflictos y crispación entre la comunidad universitaria”, como curiosamente tratan de endosar a la parte más noble del cuerpo de estudiantes de la UMA: la que se subleva ante la injusticia, ante la matanza que está perpetrando Israel en parte con armamento que se ha vendido de nuestra país o con tecnología que se ha desarrollado, entre otros lugares, en la Universidad de Málaga.
El Consejo de Estudiantes de la UMA parece haberse incorporado al equipo del poder, no sé si en las filas cínicas o en las hipócritas pero ahí están jugando fuerte para criminalizar a unos compañeros
El primer párrafo del comunicado del Consejo de Estudiantes de la UMA es todo un ejemplo de esa hipocresía equidistante tan del gusto de los poderosos: “Frente a las diversas dificultades en torno al conflicto bélico que se está dando actualmente entre Israel y Hamás en la franja de Gaza, queremos comunicar que apoyamos el movimiento de solidaridad por parte de las diferentes asociaciones, además de subrayar las palabras de la CRUE frente a la dura situación”. ¿Conflicto bélico? ¿entre Israel y Hamás? ¿apoyan el movimiento de solidaridad? ¿subrayar las palabras de la CRUE?
Voy por partes. Yo no veo ninguna guerra por ninguna parte. Solo veo a un ejército armado con la última tecnología masacrar con todos tipo de bombas, drones y toda la tecnología a una población desarmada que es desplazada de un punto a otro del territorio siguiendo las órdenes del único ejército que actúa en la franja.
Para aclarar un poco la diferencia entre guerra y genocidio recomiendo a los representantes del Consejo de Estudiantes la lectura de este artículo publicado por El País el pasado día 12 “La agonía que Israel impone a los niños de Gaza: 14.000 muertos y disparos de francotiradores en el cráneo”.
O simplemente analizar la frase “Ordené un asedio total sobre la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni gas, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. La pronunció Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, el 9 de octubre pasado y sólo recuerdo una frase que defina con tanta claridad el comienzo de un genocidio. La que pronunció el general Emilio Mola el día 19 de julio de 1936 ante un nutrido grupo de alcaldes navarros: “Hay que sembrar el terror. Hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”.
Si lo prefieren, los miembros del Consejo pueden escuchar a Stephen Kapos, superviviente del holocausto en las declaraciones que ha realizado a la televisión Double Down News (DDN) y que se pueden consultar en el Huffington Post. Estoy seguro de que los aplicados estudiantes autores del comunicado serán capaces de entender la diferencia entre guerra y genocidio, entre conflicto armado y asesinato a sangre fría, a pesar de la interferencia destructiva que padecen en la Biblioteca General… Es que cada vez que lo leo no doy crédito que un estudiante universitario tenga la piel tan fina y la cara tan dura.
Porque por un lado dicen apoyar el movimiento de solidaridad y, acto seguido, acusan injustamente a este movimiento de ejercer unas presiones que solo pueden estar en su cabeza o en el sobre con el argumentario que les ha suministrado alguien con más poder y que también le encanta el juego de la hipocresía.
Y si vamos al comunicado de la CRUE y del Rectorado de la Universidad de Málaga. Les pediría lo mismo que le piden los muchachos encerrados en la Biblioteca General
Es el juego favorito de nuestros políticos, incluidos los que aparentan simpatía por las víctimas de esta matanza. Señor presidente del Gobierno ¿para cuándo el reconocimiento del pueblo palestino? ¿cuándo ya no quede ningún palestino? ¿Para cuando la ruptura de relaciones comerciales con Israel? ¿Para cuando una denuncia contra los responsables de que un ejército de primer nivel permita a sus francotiradores volar cráneos de niños?
Y si vamos al comunicado de la CRUE y del Rectorado de la Universidad de Málaga. Les pediría lo mismo que le piden los muchachos encerrados en la Biblioteca General. Menos palabras bonitas, menos palmaditas en la espalda y un poco de honestidad y solidaridad con las víctimas. Rompan todo tipo de relaciones con universidades y centros de investigación de Israel que se dedican a generar drones de última generación o a la utilización del sonido en la guerra contra la población civil, aunque eso suponga la pérdida de fondos para algunos departamentos (3). Que orienten su saber y nuestro dinero a investigaciones a favor de la sociedad y no para el desarrollo de la industria de guerra. No es tan difícil. Y si quieren tener una actuación de nota en los próximos exámenes parciales, rompan cualquier relación con empresas españolas que colaboren con el estado sionista de Israel.
Por respeto a todos, a sus conciudadanos que sufragamos a las universidades públicas, pero también a los judíos que, como Stephen Kapos, sufrieron en sus carnes la deshumanización y el exterminio. Si se animan a abandonar el cinismo y la hipocresía y están dispuestos a frenar el genocidio tendrán a su lado a los encerrados en la Biblioteca General y a millones de personas en todo el mundo que no tiene el poder del que disponen ustedes. Hagan algo para acabar con la barbarie… y los buenos alumnos de la UMA podrán estudiar sin “interferencias destructivas”. En su mano está.