Fronteras
Cientos de migrantes vuelven a Calais un año después del desmantelamiento de la Jungla

Procedentes del cuerno de África y de oriente medio, cientos de personas sobreviven en los bosques de Calais. La propaganda gubernamental anuncia que se terminará con "el deambular" de los migrantes pero no se avanzan soluciones.

La Jungla
Campamento de La Jungla antes de su desmantelamiento. Edu León
24 oct 2017 06:11

El 24 de octubre de 2016, miles de personas hacían cola para encontrar un nuevo lugar en el mundo. Los esperaban 130 autobuses, que los iban a distribuir por albergues y centros de toda Francia. 15 años después de que se extendieran los campamentos informales de Calais, el Gobierno francés decidió terminar con la Jungla. Una pequeña ciudad dentro del paso de Calais. Un símbolo de la gestión de fronteras de la Unión Europea.

L’ aube des migrants (el albergue de los emigrantes) y Utopia 56 son asociaciones de apoyo a los migrantes que se asientan en Calais, en el norte de Francia. Sus nombres fueron conocidos mientras estuvo en pie la Jungla, el mayor campamento informal de Europa, donde convivían personas de decenas de nacionalidades que compartían un deseo: salvar el mar y llegar a Reino Unido. Pero su trabajo no ha terminado.

Hoy hace un año, 3.000 agentes de policía comenzaban el desmantelamiento del campamento, poblado por aproximadamente 10.000 personas. “Sabíamos que los emigrantes volverían”, explica François Guennoc vicepresidente de L’aube des migrants. “Actualmente, hay de 600 a 700 migrantes en Calais y en sus alrededores, dos tercios son de Eritrea, Etiopía y Somalía, otro tercios son afganos y pakistaníes. Algunos iraquíes e iraníes también…”

“La Jungla no es un bueno sitio para vivir”, señala Guennoc, que cree que la situación actual es mucho peor: “Las condiciones de vida son funestas”

Léo, que participa en Utopia 56, abunda en el perfil de quienes están en Calais. “Hay una mayoría de menores de edad aislados. Hay también hombres solos, algunas familias y decenas de mujeres jóvenes. Esas personas llegan de París, o de un país vecino (Italia, Alemana, Bélgica…). Algunos de ellos han visto denegado su derecho de asilo, otros intentan una vía judicial y se arriesgan ser expulsados a otro Estado europeo (el país en el que se le tomaron las huellas, a veces de manera forzada, en el camino del exilio). También hay personas que desean pedir el asilo a Francia.

Calais
El puerto de Calais es un punto de salida de cientos de migrantes que cada año intentan llegar al Reino Unido. Edu León

“La Jungla no es un bueno sitio para vivir”, señala Guennoc, que, no obstante cree que la situación actual es mucho peor: “Las condiciones de vida son funestas, principalmente debido a la presión y a la violencia policiales”. Este activista denuncia que las circunstancias actuales han dificultado el trabajo de las asociaciones de solidarios, que habían establecido redes de actuación en la Jungla que fueron arrasadas al mismo tiempo que las infraestructuras del campamento.

“El desmantelamiento de la Jungla fue una operación de comunicación antes un plazo electoral, sin ninguna perspectiva o reflexión a largo plazo de la acogida en Francia”, señala Léo. “Una parte de los aproximadamente diez mil migrantes que vivieron aquí pudieron pasar el último invierno al abrigo de los centros de acogida y de orientación (CAO) abiertos para esa ocasión, pero a día de hoy no existe ninguna estructura de acogida en Calais”.

Seis meses después de que el campamento fuera desmantelado, el Consejo de Estado confirmó la orden del tribunal administrativo de Lille que ordenó al Estado y al departamento de Calais que pusiera en marcha medidas sanitarias de urgencia, como la instalación de puntos de agua potable y de aseos.

Calais 3
Migrantes esperan en el puerto de Calais. Edu León

Tras la Jungla llegó el vacío y el caos, pero no se terminó el goteo de personas que ve en Calais el comienzo de una esperanza para sus vidas. El Gobierno tuvo que asumir el fracaso de su acción sobre la Jungla y ha vuelto a instalar aseos y transportar camiones cisterna para permitir el aseo y las mejoras en las condiciones higiénicas del campamento. Léo explica que hoy inciden en que las donaciones de las personas solidarias se destinen a productos para la higiene.

Malos tratos y abusos

En julio de este año, Human Rights Watch publicó un informe demoledor sobre los abusos policiales cometidos en Calais y Dunkerque. El documento, titulado significativamente “Como vivir en el infierno. Abusos policiales contra niños y adultos en el norte de Francia”, explicaba que “las autoridades han mirado hacia otro lado ante los repetidos reportes de abusos policiales contra solicitantes de asilo y otros migrantes”.

Guennoc y Léo coinciden en la sensación de impunidad con la que actúa la policía y las agencias privadas de seguridad en las localidades del departamento Norte. “Todas las personas de buena voluntad han podido observar tales abusos, particularmente el gaseado de las caras”, señala Guennoc, que detecta reticencias de la policía a documentar los abusos. Para Léo, “Los policías se han aplacado con los voluntarios de las asociaciones, pero la situación ha empeorado con los migrantes, particularmente con los menores de edad aislados”.

Una política sin gracia

El caso de Cédric Herrou, condenado a cuatro años de prisión –con la ejecución de la sentencia actualmente suspendida– por ayudar a 200 migrantes a pasar la frontera franco-italiana, ha supuesto una llamada de atención para las organizaciones solidarias. El debate se produce en una sociedad que optó por el liberalismo-cesarista de Emmanuel Macron frente a la xenofobia del Frente Nacional.

El presidente no ha sido fino en su manera de afrontar el problema de las migraciones. En junio, Macron hizo un chiste relativo a los kwassa-kwassa, las embarcaciones improvisadas utilizadas por los emigrantes para intentar llegar a la isla de Mayotte. Un comentario en clave de humor que “solo le hace gracia a él”, señala Guennoc. En la actualidad, las tentativas de paso entre las islas Comoras independientes y Mayotte crean dramas considerables y tensiones en Mayotte, territorio francés.

La broma, denuncia Guennoc, “se explica por la ignorancia por parte de los responsables políticos y de la voluntad de satisfacer a una parte de la opinión pública que, por miedo o racismo, rechaza la entrada de emigrantes”.

Un año después de la macrooperación con la que se desmanteló La Jungla, el número de migrantes que llega a los bosques de Calais no deja de aumentar

Para Léo, el comentario de Macron es un reflejo de “la falta de consideración de los dirigentes por esa personas que huyen su país, dejando todo detrás, arriesgando su vida para venir en Europa y, al fin y al cabo, para no ser tratados como ser humanos una vez ahí”.

Calais 3
Varias personas esperan en el puerto de Calais. Edu León

Un año después del desalojo de la Jungla, con cientos de personas deambulando por Calais, el presidente insiste en declaraciones de tipo electoralista. Macron dijo que “de aquí a finales del año” pretendía que no hubiese más migrantes en la calle. Una propuesta ambigua y de difícil cumplimiento: “No tener emigrantes por las calles implicaría un fuerte desarrollo del dispositivo de acogida –faltan miles de plazas de alojamiento– excepto si ese vaciado se hace reteniendo o expulsando”, alerta el vicepresidente de L’aube des migrants.

Léo cree que esa frase puede significar varias cosas: “Francia no tiene en marcha actualmente una política de acogida y, al contrario, muestra signos alarmantes de un endurecimiento contra los migrantes ¿Va a abrir más sitios de alojamiento para las personas que viven en la calle? ¿O significa que el gobierno quiere acelerar las expulsiones, utilizando las procesos de Dublín?”.

Un año después de la macrooperación con la que se desmanteló La Jungla, el número de migrantes que llega a los bosques de Calais no deja de aumentar. El Gobierno francés se empeña en que el campamento no se vuelva a levantar. Pero, paso a paso, los migrantes siguen acudiendo a la Jungla. Esperan una vida mejor y encuentran incomprensión y gas lacrimógeno… pero también la solidaridad de algunas asociaciones que quieren evitar que Calais se convierta en algo peor que el infierno.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Literatura
Lucía Mbomío “Las personas que migran y dependen de un papel caminan siempre sobre el alambre”
Periodista y escritora, Mbomío se adentra en su segunda novela en las huertas del Sur para narrar las mil realidades que conviven sofocadas bajo los plásticos y unas leyes de extranjería que siembran esclavitudes contemporáneas.
Racismo
Racismo La solidaridad antirracista con València recorre las calles de Madrid
VV.AA.
La manifestación 9N vuelve a poner en la agenda social la necesidad de políticas antirracistas que reconozcan el racismo como un problema estructural presente en el ámbito educativo, laboral, sanitario, político, cultural y social.
Fronteras
Tijuana “Se viene una pesadilla”, así han vivido la victoria de Trump en los centros de migrantes de Tijuana
En el Espacio Migrante de Tijuana, a unos pocos kilómetros de la frontera, se reúnen personas en busca de esperanza. Algunas de ellas huyen de sus maltratadores, muchas ahogaron un grito desesperado cuando vieron que Trump ganaba las elecciones.
Dana
València Mazón se atrinchera detrás de un militar y cierra su crisis de gobierno
El president valenciano ha remodelado el Consell de la Generalitat dando salida a dos conselleras y fichando un general en la reserva para la vicepresidencia.
Opinión
Opinión Yo he venido aquí a licitar
El capitalismo de licitación, o capitalismo licitador, es el modelo económico que mejor define las prácticas que los diferentes gobiernos del PP valenciano han llevado a cabo a lo largo de la historia.
València
Dana La Diputación de València adjudica a dedo otros 735.000 euros a una empresa de Gürtel para obras de la dana
El gobierno del Partido Popular contrata por el procedimiento de emergencia a CHM Obras e Infraestructuras, que tienen detrás a los hermanos Martínez Berna, condenados en el marco del 'caso Gürtel' a un año y nueve meses de prisión.
COP29
Cumbre del clima La propuesta de los países ricos para cerrar la COP29 enfurece a las naciones en desarrollo
El Norte global, causante histórico del cambio climático, propone 250.000 millones de dólares anuales para la adaptación y mitigación climática del Sur, cuando el propio borrador del acuerdo establece que al menos serían necesarios cinco billones.
Opinión
Opinión Vacío y censura en el colonialismo del interior
VV.AA.
La historia está siendo escrita con un silencio cómplice con el genocidio y mediante la censura a su condena. El silencio implica un precio terrible, pues consolida el borrado impune de la existencia, la cultura y el futuro del pueblo palestino.
Argentina
Argentina El Bonaparte: la historia del hospital de salud mental que le torció el brazo a Milei
Es el centro referente en Argentina para tratamientos de salud mental y adicciones. Javier Milei intentó acabar con él, pero los profesionales sanitarios y los pacientes del hospital no lo permitieron. Esta es su historia.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Italia
Italia Milán, cuando la ciudad de las oportunidades se hace inaccesible
Ya quedan pocos talleres, farmacias, peluquerías o papelerías de barrio en Milán, y el precio de la vivienda aniquila su población originaria.
Brasil
Brasil Bolsonaro es acusado por la policía del intento de asesinato de Lula da Silva para dar un golpe de Estado
El expresidente tenía “pleno conocimiento”, según la policía brasileña, de un plan para asesinar a los elegidos por el pueblo para ser presidente y vicepresidente después de las elecciones de 2022.
Opinión
Opinión El TPI finalmente emitió las órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant. La lucha está lejos de terminar
La corte ha emitido órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra cometidos en Gaza. Como resultado, ambos no podrán viajar a al menos 124 países.
Violencia machista
Convenio de Estambul GREVIO alerta de los sesgos machistas contra las mujeres en los juzgados pese a los intentos de erradicarlos
El Grupo de Expertos en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica (GREVIO) alerta del “uso persistente” del llamado Síndrome de Alienación Parental y urge a regular la figura del coordinador parental.
Alicante
maltrato animal El PP de Alicante aprueba de forma “urgente” un aumento de presupuesto para la Escuela Taurina Municipal
El gobierno de Barcala aprueba un gasto de 105.754,90€ para la escuela taurina como “proyecto educativo”. La Diputación de València, por su parte, gasta un millón para la iluminación de su coso.

Recomendadas

Fondos buitre
Fondos buitre El Sindicato de Inquilinas demanda al fondo buitre Néstar-Azora por las cláusulas abusivas de sus contratos
Las vecinas afectadas por este fondo, en huelga de alquileres desde septiembre, están obligadas a asumir los gastos de comunidad y abonar los costes del seguro de impago e IBI a la propiedad, pese a ser estos requisitos totalmente ilegales.
Estados Unidos
Hari Kunzru “En EE UU hay dos tipos de nazis: los que llevan botas y los que llevan corbata”
El escritor británico reflexiona sobre la victoria de Donald Trump y cómo los conservadores han movilizado teorías como la psicología evolutiva para renovar sus posiciones y plantear una batalla cultural en foros online o redes sociales.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.