Elecciones 10N
Pavor y amor ante el 10N: pensando en la infancia

Ante nuevos recortes y privatizaciones habrá respuesta social. Entre los manifestantes abundarán adolescentes, cuya preocupación con el clima y la desigualdad entre géneros ha adelantado la edad “activista”: ¿Cómo serán tratados por los agentes antidisturbios a las órdenes de partidos de derecha y extrema derecha? ¿Y por los grupos ultras, cada vez más presentes en nuestras calles? Algunos pensarán que “esas cosas” no les pasarán “a los suyos”, pero nadie puede asegurar que ningún niño o niña de 12 o 13 años de su entorno no participará en alguna manifestación a lo largo de las próximas cuatro primaveras.

Joven manifestante clima
Joven manifestante por el futuro del clima Alejandro Antona

Profesora de Teoría del Periodismo en la Universidad de Sevilla

7 nov 2019 05:50

Querid@s amig@s, vecin@s y familiares, hoy no escribo como profesora de Periodismo, sino como ciudadana. Debo compartir las razones principales que me inducen a sentir pavor ante el 10N. La abstención puede dar lugar a un gobierno de partidos de derecha y extrema derecha en un momento especialmente peligroso.

Se acerca una crisis económica global, y nuestro ya maltrecho sistema social apenas puede esquilmarse más sin efectos devastadores. Los derechos civiles que tanto costó conquistar también están en riesgo: limitar el derecho de huelga o una semiprivatización de las pensiones son parte del programa de Vox. Los efectos de estas medidas regresivas en un contexto de recesión, en un país en el que 12 millones de españoles está en riesgo de exclusión social, generará nuevas olas de protestas. La indignación nos desbordará porque sabemos que en los recientes procesos de recortes y privatizaciones el Partido Popular –entre otros- ha cobrado comisiones ilegales, y ha engrasado las puertas giratorias de las que luego se han beneficiado loas de siempre. Las numerosas irregularidades de los dirigentes de Vox antes de entrar en política no hacen esperar nada mejor: el Juez Serrano mintió sobre un aval para recibir dos millones y medio de euros que no ha devuelto, o Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio han vendido lofts sin licencia.

En las manifestaciones ciudadanas de este posible futuro será más habitual la presencia intimidatoria de grupos ultra. La expansión de partidos de extrema derecha en las instituciones europeas está relacionada con el auge de violentos grupos ultras en su territorio. De hecho, Dresde, capital de Sajonia ha llegado hasta a declarar la alarma antifascista. En España, los actos violentos de estos grupos se han multiplicado: la campaña contra el cineasta David Trueba en 2016, el cerco a un acto de Podemos en Zaragoza en 2017, la campaña contra el humorista Dani Mateo en 2018, y manifestaciones violentas, más habituales en estos días de disturbios en Barcelona. Se han producido escenas recientes incluso en plena calle en Sevilla en una plaza con parque infantil.

Un estallido social con estos ingredientes me quita el sueño. El 22 de octubre Chile, un país con diferencias, pero también con un pasado dictatorial similar al nuestro la Fiscalía contabilizaba 5.485 detenidos, 15 muertes durante la ola de protestas producida por la gota que colmó el vaso: una subida del transporte público. Los cuerpos policiales han llegado a crucificar a manifestantes, al tiempo que se denunciaban numerosas violaciones. En Chile, como en España, a la coalición de partidos de derecha liderada por Sebastián Piñera, salió un competidor de extrema derecha, Partido Republicano Chileno, aliado de Vox, de Jair Bolsonaro en Brasil y de Donald Trump en Estados Unidos.

Entre los manifestantes habrá muchos adolescentes, cuya preocupación por el clima y la desigualdad entre géneros ha adelantado la edad activista

No quiero ni pensar que en España pudiéramos llegar a un escenario de tal gravedad. Entre los manifestantes habrá muchos adolescentes, cuya preocupación por el clima y la desigualdad entre géneros ha adelantado la edad activista: ¿Cómo serían tratados por los agentes antidusturbios y por los grupos de extrema derecha, cada vez más presentes en las calles? ¿Estamos dispuestos a permitir que a nuestros hijos, nietos, sobrinos, vecinos jóvenes, alumnos o hijos de amigos les peguen, puedan perder un ojo, sean detenidos o cosas peores? Algunos pensarán que no les pasará “a los suyos”, pero nadie puede asegurar que ningún niño o niña de su entorno, incluso los que hoy tienen 12 años, no participarán en ninguna manifestación a lo largo de las siguientes cuatro primaveras. A lo mejor ni siquiera por convicción propia, sino porque acompañan a sus amigos o al chico o chica que les gusta. O ni eso, pueden volver de una extraescolar, del parque, de comprar y estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado.

Bilbao, Huelva, Doñana, Sevilla y Cádiz serían especialmente afectadas por inundaciones frecuentes

Segundo escenario de pesadilla en un plazo más largo: Huelva, la ciudad en la que crecí bajo las aguas. Por razones diferentes ya le ocurrió a la localidad de mi bisabuelo, el pueblo de Lamuedra, en Soria, del que sólo se ve el campanario de la iglesia bajo un pantano. Científicos de Climate Central han elaborado un mapa exhaustivo de los territorios que se inundarán frecuentemente y que incluso podrían quedar bajo el mar si no se toman las medidas climáticas acordadas en París. Bilbao, Huelva, Doñana, Sevilla y Cádiz serían especialmente afectadas. Yo que soy de Huelva imagino con horror la alta torre de viviendas de la calle Marina sobresaliendo sobre el mar, como el campanario del pueblo de Lamuedra. Una pregunta pertinente sería: ¿Cómo incidiría este impulso del mar sobre los suelos contaminados por metales pesados de la Ría de Huelva y las radioactivas balsas de fosfoyesos asentadas en zona de marisma, que ocupan más superficie que la propia ciudad?

Lo lógico sería pensar que los poderes públicos serán capaces de corregir la situación para que nada de esto se produzca. ¿Pero podemos confiar esta importante tarea a Vox, que niega o ignora que el calentamiento global está relacionado con la actividad humana, o al Partido Popular, que está obrando en sentido contrario al aludido en Madrid. Acaba de empezar a desmantelar carriles bici y ha intentado dejar sin efecto la limitación de vehículos en Madrid Central.

Debemos afinar el instinto de protección hacia aquellos que evaluarán nuestra conducta y vivirán sus consecuencias

Reflexionaba Hannah Arendt, a tenor del juicio al burócrata nazi Adolf Eichmann, que el pensamiento crítico no produce nada, pero que en épocas convulsas puede prevenir catástrofes. Nuestro sistema se encamina hacia una espiral de incierta trayectoria. Las preocupaciones que comparto podrían ser exageradas, pero también podría quedarme corta. Estemos más cerca o más lejos del abismo social y ecológico, urge cambiar de rumbo. Debemos aguzar la mirada, y afinar el instinto de protección hacia aquellos que evaluarán nuestra conducta y vivirán sus consecuencias. Por acción o por omisión. Lo menos que podemos hacer es votar el 10N pensando en los niños y niñas, con conciencia y corazón.

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