Palestina
El dinero no compra la paz

Este “Acuerdo del siglo” para para Palestina no ha convencido a nadie, empezando por los más interesados.

Trump y Jared Kushner
El presidente de los EE.UU. Donald Trump habla con su asesor Jared Kushner. Foto: TheWhitehouse


Jerusalén
20 jul 2019 06:23

En 2018, Estados Unidos cortó toda financiación a la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA). A finales de año, el organismo internacional y la Autoridad Palestina hacían un llamamiento para recaudar fondos y garantizar que la población palestina pudiera continuar recibiendo ayuda humanitaria este año. Apenas seis meses después la administración Trump ha presentado en Bahréin un plan de desarrollo económico para Gaza y Cisjordania, que sentará, según ellos, las bases para una futura paz. Eso sí, de momento EE UU no prevé ningún desembolso económico para apoyar su idea.

El llamado por Trump “Acuerdo del siglo”, fue presentado hace menos de un mes, con más platillo que bombo, en Bahréin, durante una conferencia a la que no fueron invitados ni palestinos, ni israelíes y que impulsó el yerno de Trump, Jared Kushner, convertido en asesor de la Casa Blanca. Desde entonces, la propuesta, centrada únicamente en un plan de desarrollo económico para la región que asciende a 50 billones de dólares, ha sido criticada tanto por organizaciones internacionales como Naciones Unidas o el FMI, como por la propia Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y Hamas. Para todos ellos, este “acuerdo del siglo” adolece de una mínima visión política que garantice un cierto éxito: EE UU ha ignorado por completo la solución de consenso internacional que ampara dos estados, y que requiere del reconocimiento de una completa soberanía palestina.

Cuestiones fundamentales como la ocupación Israelí o el derecho de retorno para la población refugiada y sus descendientes simplemente han sido obviadas

Apenas unos días después, Riyad Mansour, observador permanente de Palestina ante Naciones Unidas, declaró en rueda de prensa en Ginebra que el proceso de paz corre el riesgo de una “ruptura masiva” debido a los “regalos” que Estados Unidos está concediendo a Israel, entre ellos “dejar la cuestión de los refugiados fuera de la mesa” y “aceptar la anexión de los altos del Golán”, que Trump firmó el pasado mes de marzo. Con estas condiciones, difícilmente se puede considerar a Estados Unidos como mediador, y Palestina reclama un proceso colectivo bajo el paraguas de la ONU que ofrezca la posibilidad de implementar un de verdad un proceso de paz entre palestinos e israelíes.

Así, cuestiones fundamentales como la ocupación Israelí o el derecho de retorno para la población refugiada y sus descendientes —se estima que hay cinco millones de personas viviendo en campos de refugiados en países vecinos— simplemente han sido obviadas. Tampoco deja de ser incongruente que el plan de Estados Unidos se base en el desarrollo económico, como prerrequisito para alcanzar la paz cuando, según el Banco Mundial, las restricciones militares israelíes a la agricultura y a los negocios reducen la economía palestina en un 35%; y unos 2,5 millones de palestinos y palestinas, aproximadamente la mitad de la población, necesitan asistencia humanitaria, tal como recoge el Resumen de necesidades humanitarias de 2019 (HNO).

El documento Paz para la prosperidad, incluye ambiciosos objetivos como duplicar el PBI, crear un millón de empleos o reforzar la regulación para favorecer los negocios. De nuevo, la formulación de todos esos objetivos olvida que la ayuda internacional, en todas sus variantes, representó en 2017 aproximadamente un 30% del PBI de Gaza y Cisjordania. De hecho, los fondos provenientes de países occidentales representan la mayor parte de los más de 36,2 billones de dólares invertidos en la asistencia para el desarrollo de Palestina entre 1993 y 2017 bajo el paraguas de Oslo. Una ayuda, que a ojos de muchos especialistas no ha tenido la efectividad necesaria.

Se estima que el 72% del dinero procedente de la ayuda internacional a Palestina termina en la economía israelí

De hecho, según Aid Watch el dominio de economía palestina por parte de Israel es evidente, hasta el punto de que se estima que el 72% del dinero procedente de la ayuda termina en la economía israelí; y un informe del Instituto para Estudios Palestinos muestra que la fuerza de trabajo de la población palestina contribuye más a la economía israelí que a la Palestina. ¿Cuál es el cambio de paradigma de este nuevo plan entonces?

Sin dar respuesta a la cuestión de porqué este plan económico podría funcionar, el proyecto establece también reducir drásticamente las cifras de desempleo y pobreza creando un entorno para el crecimiento y la inversión, abriendo Gaza y Cisjordania y construyendo infraestructuras como carreteras o una línea de ferrocarril. ¿Cómo se materializaría esto sin abordar las restricciones de movimientos de la población palestina? ¿De qué infraestructuras hablamos cuando los palestinos no pueden siquiera utilizar autopista número 1 que une Tel Aviv con Jerusalén?

Por supuesto, además de la economía, a lo largo de las 40 páginas también se hace referencia a cuestiones como mejorar la educación o la salud de las personas. En el ámbito educativo “este proyecto permitirá a las escuelas expandir sus infraestructuras y contratar nuevos profesores” ¿Cómo será posible cuando el acceso a una educación segura está continuamente en riesgo debido a enfrentamientos con las fuerzas armadas israelíes, demoliciones u amenazas de demolición, checkpoints, etc? Según un estudio de American Near East Refugee Aid (Anera), en 2013 había 2.784 escuelas en Palestina. De ellas, más del 40% estaban gestionadas por ONG u organizaciones como UNRWA, a la que Trump decidió retirarle los fondos en 2018.

La cuestión de género ni siquiera se menciona, salvo para hablar de cómo incorporar a las mujeres al mercado laboral

Respecto a la sanidad, ocurre algo parecido, el 18% del gasto en salud es cubierto por organizaciones sin ánimo de lucro y el 41% sale de los bolsillos de la propia población. La situación en Gaza es incluso peor debido a la inestabilidad, el empeoramiento de las condiciones de vida, las restricciones de movimientos, etc. La población afectada se ve obligada a esperar durante meses para acceder al tratamiento y la incidencia de cuestiones como la discapacidad, la atención psicológica o las enfermedades mentales se está incrementando. Mientras se habla de la necesidad de dar “soporte técnico por parte de personal experto del sector privado”, no aparece ni una palabra sobre cómo abordar los motivos por los que la sanidad palestina se encuentra en condiciones tan críticas.

La cuestión de género ni siquiera se menciona, salvo para hablar de cómo incorporar a las mujeres al mercado laboral. A pesar de no aparecer en el papel, las mujeres palestinas sufren violencia, discriminación y opresión que afecta a su participación en la vida pública, la toma de decisiones en el ámbito privado y limita enormemente la realización de sus derechos.

La violencia de género es un problema arraigado socioculturalmente que se ve exacerbado por la huella del conflicto. Actualmente, la participación de las mujeres en la economía formal es muy baja, un 19,1% comparado con el 25% en la región árabe, y el 51% en el resto del mundo, lo cual no encaja con las altas cifras de escolarización y menores tasas de abandono en comparación con los varones. Precisamente, apoyar el desarrollo económico y empresarial de las mujeres es uno de los objetivos de los proyectos de desarrollo en los que trabajamos desde Alianza por la Solidaridad, y también de muchas otras organizaciones en Palestina; pero abordar el problema de la participación de las mujeres únicamente desde una perspectiva económica, como pretenden desde la Casa Blanca, es un completo fracaso.

A pesar del enorme trabajo de marketing y maquillaje que le acompaña, este plan no ha convencido a nadie, empezando por los más interesados. El fin de la ocupación es el prerrequisito indispensable para la paz y todo lo demás, no al contrario. La promesa de 50 billones de dólares no es suficiente para renunciar a Palestina, además, como decía mi abuela, nadie vende duros a pesetas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Genocidio
Genocidio El TPI emite la orden de detención contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra
La Sala de Cuestiones Preliminares del TPI rechaza las impugnaciones de competencia formuladas por el Estado de Israel y emite órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Estados Unidos aprueba la “ley más peligrosa para las libertades” desde la Patriot Act
En Gaza, Cisjordania y Líbano, nuevos ataques israelíes dejan más de un centenar de muertos. En Washington, el Congreso aprueba una ley que permite quitar fondos a ONG, universidades y colectivos sin pruebas ni un proceso transparente.
Análisis
Análisis Vidas que importan. A propósito de la recién aprobada resolución del Parlamento alemán
El Parlamento alemán ha aprobado una resolución sobre el problema del antisemitismo en Alemania que constituye un instrumento político contra las voces disidentes. Pero también tiene como objetivo la instrumentalización del antisemitismo.
Carmen Ibarlucea
22/7/2019 17:30

Gracias Carol por arrojar luz sobre la situación, para que logremos entender un poco este difícil entramado.

0
0
Genocidio
Genocidio El TPI emite la orden de detención contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra
La Sala de Cuestiones Preliminares del TPI rechaza las impugnaciones de competencia formuladas por el Estado de Israel y emite órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant.
COP29
Cumbre del clima La COP29 encara su última jornada con un final agónico sin acuerdo en los temas clave
Los borradores de los textos de negociación sobre la mesa quedan muy lejos de un acuerdo sobre financiación climática en línea con las necesidades para que el planeta no rebase los 1,5ºC de calentamiento medio.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Comunidad de Madrid
Educación en Madrid El profesorado madrileño vuelve a parar, con la huelga indefinida ya entre sus planes
Durante la segunda convocatoria de huelga educativa en la Comunidad de Madrid, Menos Lectivas ha organizado una asamblea para plantear paros más duraderos.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Los sindicatos denuncian a la Comunidad de Madrid por exponer a sus sanitarios a “gravísimos” riesgos
Solicitan la mayor indemnización económica pedida contra una administración por no contar con un verdadero plan de prevención de riesgos laborales para atención primaria.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Violencia machista
25 de noviembre Con el lema “Juntas, el miedo cambia de bando”, el movimiento feminista llama a organizarse este 25N
En un año en el que ha vuelto al primer plano el debate público sobre la violencia patriarcal sistémica que siguen padeciendo las mujeres, la marcha del 25 de noviembre vuelve a las calles el próximo lunes.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.

Recomendadas

Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.