Global
Charles Eisenstein y la guerra contra la muerte (parte IV)

¿Qué sacrificios merece la lucha contra la COVID-19? ¿Cuál es la forma correcta de vivir? ¿Cuál es la forma correcta de morir? ¿A cuántas cosas de nuestra vida renunciaremos para mantenernos a salvo?



terence faircloth skull

Charles Eisenstein es un escritor y conferenciante que se describe a sí mismo como "narrador de historias". Además de dar conferencias públicas en cumbres de economía alternativa, decrecimiento o incluso en festivales de música, es ensayista y contribuye artículos con regularidad a publicaciones como Reality Sandwich, The Guardian o Shareable.Ver bio completa

23 feb 2021 04:00

Esta es la cuarta parte del relato “La coronación”, de Charles Eisenstein. La primera parte habla de la crisis de la COVID-19 y los primeros cambios que supuso en nuestras vidas, la segunda sobre del desarrollo inicial de la pandemia y las cifras reales, y la tercera sobre las teorías de la conspiración y las libertades de la población.


                                                              *    *    * 

Mi hijo de 7 años no ha visto ni jugado con otro niño en dos semanas. Millones de otros niños están en el mismo barco. La mayoría estaría de acuerdo en que un mes sin interacciones sociales por parte de esos niños es un sacrificio razonable para salvar un millón de vidas, pero… ¿Y para salvar 100 000 vidas? ¿Y si el sacrificio no durase un mes sino un año? ¿O cinco años? Diferentes personas tendrían diferentes opiniones al respecto, según sus propios valores.

Sustituyamos las preguntas anteriores por algo más personal, por algo que cale la inhumana mentalidad utilitarista que convierte a las personas en estadísticas y sacrifica algunas de ellas por algo en concreto. La pregunta importante para mí es: ¿le pediría a todos los niños del país que dejaran los juegos a un lado durante una temporada si con eso redujera el riesgo de que mi madre se muera o, en tal caso, yo mismo? ¿Decretaría el fin de los abrazos y apretones de manos entre humanos si con eso salvara mi propia vida? No es que menosprecie la vida de mi madre o la mía propia, ambas son muy valiosas. Estoy agradecido por cada día que ella sigue aquí con nosotros. Pero estas preguntas traen a colación unas cuestiones peliagudas. ¿Cuál es la forma correcta de vivir? ¿Cuál es la forma correcta de morir?

La respuesta a estas preguntas, ya sea en el nombre de uno mismo o en el de la sociedad en general, depende de cómo consideremos la muerte y de cuánto valoremos el juego, el tacto y la unión, así como las libertades civiles y la libertad personal. No hay una fórmula sencilla que equilibre estos valores.

A lo largo de mi vida he visto a la sociedad hacer un mayor hincapié en la seguridad, la protección y la reducción de riesgos. Esto ha tenido un impacto especial en la infancia: cuando éramos niños, era normal que caminásemos en torno a un kilómetro de casa sin supervisión, un comportamiento que hoy día haría que los padres se ganaran una visita de los servicios de protección de menores. También es visible en la forma de guantes de látex usados en cada vez más profesiones, el omnipresente desinfectante de manos, los centros escolares cerrados, vigilados y custodiados, la intensificación de la seguridad en fronteras y aeropuertos, la mayor conciencia de la responsabilidad legal y los seguros de responsabilidad civil, los detectores de metales y los registros antes de entrar a muchos edificios públicos y estadios deportivos, etc. A gran escala, estas medidas toman la forma de un estado de seguridad.

terence faircloth skull small

El mantra de que “la seguridad es lo primero” proviene de un sistema de valores que prioriza la supervivencia ante todo y que desprecia otros valores como la diversión, la aventura, el juego y el desafío de los límites. Otras culturas tenían otras prioridades. Por ejemplo, muchas culturas tradicionales e indígenas son mucho menos protectoras con los niños, como documenta el clásico de Jean Liedloff titulado El concepto del continuum. Les permiten tomar riesgos y responsabilidades que parecerían una locura para la mayoría de las personas hoy en día, pues creen que es necesario para que los niños desarrollen la autosuficiencia y un buen juicio. Creo que la mayoría de la población actual, especialmente los jóvenes, conservan parte de esta voluntad inherente de sacrificar la seguridad para vivir una vida plena. Sin embargo, la cultura que nos rodea nos presiona de forma implacable a vivir con miedo y ha construido sistemas que personifican ese temor. En esos sistemas, permanecer a salvo es lo más importante. Por eso tenemos un sistema sanitario en el que la mayoría de las decisiones se basan en cálculos de riesgo y en los que el peor pronóstico posible (que supone el máximo fracaso del médico) es la muerte. A pesar de todo esto, sabemos que la muerte sigue estando al final del camino. Salvar una vida en realidad es aplazar una muerte. Una vida salvada es en realidad una muerte aplazada.

La culminación final del programa de control de la civilización sería el triunfo sobre la propia muerte. En su defecto, la sociedad moderna se conforma con un facsímil de ese triunfo: la negación en vez de la conquista. La nuestra es una sociedad de negación de la muerte, que esconde sus cadáveres, idolatra la juventud y almacena a las personas mayores en residencias. Incluso su obsesión con el dinero y la propiedad (extensiones del yo, tal y como indica la palabra “mío”) expresan la ilusión de que el yo impermanente puede hacerse permanente mediante sus accesorios. Todo esto es inevitable si tomamos el relato de uno mismo que nos ofrece la modernidad: el individuo separado en un mundo de Otros. Rodeado por competidores genéticos, sociales y económicos, ese yo debe protegerse y dominar para prosperar. Deber hacer todo cuanto pueda para evitar la muerte que, en la historia de la separación, es la aniquilación total. Incluso La biología incluso nos ha enseñado que está en nuestra propia naturaleza el maximizar nuestras posibilidades de supervivencia y reproducción.

La culminación final del programa de control de la civilización sería el triunfo sobre la propia muerte. En su defecto, la sociedad moderna se conforma con un facsímil de ese triunfo: la negación en vez de la conquista.

Le pregunté a una amiga, una médica que ha pasado algún tiempo con el pueblo Q’ero en Perú, si los Q’ero intubarían a alguien (si pudieran) para prolongar su vida. “Por supuesto que no”, me contestó. “Llamarían al chamán para ayudarlo a morir bien”. Morir bien (que no es necesariamente lo mismo que morir sin dolor) no tiene mucha cabida en el vocabulario médico actual. No se guarda ningún registro hospitalario que documente si los pacientes mueren bien. No se consideraría como un resultado positivo. En el mundo del yo separado, la muerte es la catástrofe definitiva.
Pero… ¿Lo es de verdad? Reflexionemos sobre el punto de vista de la doctora Lissa Rankin: “no todos querríamos estar en la UCI, aislados de nuestros seres queridos, con una máquina que respira por nosotros y con el riesgo de morir solos, incluso si todo ello hiciera que nuestras posibilidades de sobrevivir fueran más altas. Algunos de nosotros preferiríamos estar en los brazos de nuestros seres queridos en casa, aunque eso significase que nuestra hora hubiera llegado… Recordad: la muerte no es el final. Morir es volver a casa”.

Cuando se entiende el yo como algo relacional, interdependiente e incluso inter-existente, entonces se infiltra en el otro, y ese otro se infiltra en uno mismo. Al comprender el yo como un epicentro de conciencia en una matriz de relaciones, ya no se busca un enemigo como la clave para entender cada problema, sino que se buscan los desequilibrios en las relaciones. La guerra contra la muerte da paso a la búsqueda por vivir bien y plenamente, y nos damos cuenta de que el miedo a la muerte es en realidad el miedo a la vida. ¿A cuántas cosas de nuestra vida renunciaremos para mantenernos a salvo?

El totalitarismo, la perfección del control, es el producto final inevitable de la mitología del yo separado. ¿Qué otra cosa merecería un control total que no sea una amenaza a la vida, como la guerra? Es por ello que Orwell identificó la guerra perpetua como un componente esencial del gobierno del Partido.

Con el programa de control, la negación de la muerte y el yo separado como telón de fondo, la suposición de que la política pública debería tratar de minimizar el número de muertes es casi indiscutible, un objetivo al que otros valores como el juego o la libertad (entre otros) están subordinados. La COVID-19 ofrece una ocasión para ampliar esa perspectiva. Sí, hagamos que la vida sea sagrada, más sagrada que nunca. Eso es lo que la muerte nos enseña. Hagamos que todas las personas (jóvenes o ancianas, enfermas o sanas) como los seres sagrados, preciados y queridos que son. Y, en lo más profundo de nuestros corazones, hagamos sitio a otros valores sagrados. Sacralizar la vida no es simplemente vivir durante mucho tiempo: es vivir bien, correcta y plenamente.

Como todos los miedos, el miedo en torno al coronavirus apunta hacia lo que puede haber más allá. Cualquiera que haya sufrido el fallecimiento de alguien cercano sabe que la muerte es un portal hacia el amor. La COVID-19 ha enaltecido la muerte en la conciencia de una sociedad que la niega. Al otro lado del miedo podemos ver el amor que libera la muerte. Dejemos que fluya a través nosotros. Dejemos que empape la tierra de nuestra cultura y llene sus acuíferos de manera que se filtre por las grietas de nuestras instituciones quebradizas, nuestros sistemas y nuestras costumbres. Algunos de estos quizás también mueran.

      

    

Archivado en: Coronavirus Global
Sobre este blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Presentan la primera demanda por mayores muertos en domicilios sin traslado hospitalario durante el covid
Los padres de Francisco murieron sin recibir traslado hospitalario ni asistencia médica a tiempo cuando enfermaron por covid-19 en su domicilio de Madrid, entre mediados de marzo y principios de abril de 2020.
Sanidad
Investigación La exclusión hospitalaria de mayores durante el covid en Madrid precedió a la existencia de protocolos
El primer protocolo de la Consejería de Sanidad sobre derivación a hospitales de pacientes de covid residentes en centros de mayores es del 18 de marzo, pero la disminución de residentes derivados empezó el 7 de marzo, según una investigación.
Justicia
Transparencia Un fallo judicial aporta más intriga a la reelección de Von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea
El TJUE determina que la alta instancia comunitaria no veló por los derechos ciudadanos a la transparencia al ocultar demasiada información sobre los contratos con las farmacéuticas para obtener vacunas contra el covid-19.
Sobre este blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas las entradas
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Más noticias
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.