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Crisis financiera
Porque Luis de Guindos es un muchacho excelente... para el BCE
El ministro de Economía tendrá que responder ante el Congreso a las acusaciones de Rato y a su implicación en la crisis el día de su cumpleaños.
La quiebra de Lehman Brothers cumple diez años este próximo mes de septiembre. El hundimiento del Banco Popular cumple siete meses y la comisión que investiga la crisis financiera cumple esta semana ocho meses. Todas esos eventos tiene hoy otra fecha en común: el 58 cumpleaños del ministro de Economía, Luis de Guindos.
Al ministro le toca, justo en el día que cumple años, comparecer ante la Comisión de investigación de la crisis financiera en el Congreso. Tras una movidita semana en la que comparecieron sus tres predecesores –Pedro Solbes, Elena Salgado y Rodrigo “es el mercado, amigo” Rato– le llega el turno al presente ministro, quien tendrá que responder ante las preguntas de los representantes de los partidos políticos.
La comparecencia le va a traer a la vida pública de nuevo. Los últimos meses el ministro se ha mantenido al margen, mientras su amigo Montoro se dedicaba a aplicar su estabilidad presupuestaria como una espada de Damocles. De Guindos está triste porque no pudo llevarse la presidencia del Eurogrupo, pero tiene la vista puesta en la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE). El puesto de mano derecha de Mario Draghi queda vacante en junio y De Guindos tiene un currículum perfecto para esa posición: trabajó para Lehman Brothers, una de las empresas financieras causantes principales de la crisis financiera –Draghi es un ex Goldman Sachs–. Ha sido capaz de aprobar un decreto en un solo día para facilitar la guerra económica contra el independentismo catalán facilitando la huida de empresas, un estilo de chantaje y guerra económica que le encanta a la Comisión Europea y al BCE. Fue capaz de prometer que el rescate bancario no costaría ni un euro, ya van 60.000 millones dados por perdidos, y ahora saca pecho por ser el brazo ejecutor de la intervención del Banco Popular, convertir la inversión de 300.000 accionistas en confeti y regalarle la entidad al Banco Santander por un solo euro. Ha sido capaz de aplicar las medidas austeritarias de recortes y revalidar su puesto con 7,9 millones de votos y entre los aplausos de muchos dirigentes liberales europeos. Lo dicho, perfil perfecto en esa carrera por ese puesto a la derecha, muy derecha, de Mario Draghi.
Las administraciones públicas precipitaron la caída del Banco Popular
Pero De Guindos tendrá que responder a muchas preguntas. Ayer, 15 de enero, el periódico El Mundo publicaba una noticia que muchos ya sospechábamos: la administración pública fue la primera causante de la fuga de depósitos que precipitó la caída del Banco Popular. Según informa este periódico, basado en documentación interna de la entidad, las administraciones públicas sacaron 600 millones de euros al día. La Seguridad Social fue la líder: sacó 1.140 millones de euros. También hubo entidades públicas dirigidas por sus compañeros de partido, como la Comunidad de Madrid de Cristina Cifuentes, que sacó 198 millones de euros de las cuentas del Popular. En total, 3.044 millones de euros del sector público, según El Mundo, a los cuales hay que sumar 100 millones de las entidades financieras controladas por el Estado, la aseguradora Cesce y el Banco Mare Nostrum. O sea, la entidades controladas por el mismo De Guindos.
El dedo de Rato le ha señalado
La semana pasada Rodrigo Rato se despachó bien agusto con el actual ministro. Tras echar balones fuera culpando de todas sus acciones a la cabeza de Bankia, al Banco de España (BdE) y a la CNMV, Rato culpó a De Guindos de organizar el rescate de Bankia sin contar con el BdE y en compañía de los bancos que luego sacaron tajada de su caída: Banco Santander, BBVA y Caixabank.
En esta Comisión del “yo no he sido”, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del BdE, también acusó a De Guindos de haber agravado la crisis financiera. Muchos ojos seguirán la comparecencia del ministro ante la Comisión, puede que incluso algunos desde las oficinas del BCE en Frankfurt.
Deuda, hucha de las pensiones y déficit
Junto a su inseparable compañero de batallas, el ministro de Hacienda Montoro, la economía del Estado español ha aumentado su deuda desde los 620.000 millones de euros que dejó Zapatero a superar el 1,1 billón de euros actualmente. La hucha de las pensiones sigue en caída libre. De los 66.815 millones de euros que tenía en 2011, este fondo solo cuenta con 8.095 millones en la actualidad. Para 2018 se prevé que la Seguridad Social tenga que “pedir prestado” para poder cumplir el déficit que arrastra desde el arranque de la crisis.
Entre palmaditas en la espalda por su “recuperación económica” e intervenciones a ayuntamientos y comunidades autónomas, el déficit del Estado sigue incumpliendo las exigencias aún anotándose el tanto en sus cuentas de los superávits municipales, como los 1.022 millones de la ciudad de Madrid. Esa recuperación no es más que un maquillaje que solo unos pocos alcanzan a creer pero que, de momento, mantiene al Partido Popular en el poder.
Podríamos estar escribiendo un interminable número de párrafos con las innumerables torpezas y maquillajes de la gestión del ministro, como la desastrosa –y ahora en los juzgados– salida a bolsa de Bankia o la imposibilidad de reprivatizarla sin seguir perdiendo dinero público, pero será más divertido ver cómo responde a las preguntas de los representantes de los partidos en el Congreso. Entre el “es el mercado, amigo” y los “yo no he sido”, sumado a las grandes ausencias gracias a los vetos de PP, PSOE y Ciudadanos, la Comisión está quedando de lo más descafeinada, pero por lo menos nos está dejando grandes momentos para la historia de la desfachatez política, bancaria y económica. Está claro que De Guindos nos dejará una buena colección de perlas.
Pensaba acabar el artículo deseando que el ministro no cumpliera otro año al frente del Ministerio de Economía, pero si eso significa que De Guindos se siente al ladito de Mario Draghi… casi prefiero que lo aguantemos nosotros a que lo tenga que soportar todo el continente, aunque solo sea por solidaridad con nuestros países vecinos del sur de Europa. Aunque, como he argumentado antes, para cubrir un puesto de la características que requiere el BCE, De Guindos es un muchacho excelente.