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El álbum: The Miseducation of Lauryn Hill (1998).
La artista: Lauryn Hill.
Impacto de un disco: El 25 de agosto de 1998 salía publicado el primer disco de Hill como solista. La cantante de los Fugees, prolijo y elegantón grupo de hip hop, se descolgaba con un disco igual de elegantón y tan fecundo como The Score, la pieza más conocida de los Fugees, publicado un par de años antes. The Miseducation of Lauryn Hill (“la mala educación” de la susodicha) fue número uno en el Billboard 200 de los Estados Unidos y supuso un récord en ventas durante la primera semana de una mujer solista. El single Doo Wop (That Thing) fue también número uno.
Una catedral. El disco es un proyecto descomunal del que probablemente Hill nunca se ha recuperado completamente. Trabajaron más de 30 instrumentistas, 20 voces y 20 productores.
¿Y cuál es el problema? Cuando se cumplen 20 años de su —ojo— único disco de estudio, se han recuperado las críticas a Hill que la sitúan como una especie de déspota y, peor, se la ha acusado de apropiarse de músicas de algunos de sus colaboradores. Todo viene de unas declaraciones del músico y crítico de jazz Robert Glasper en una radio de Houston: “Miseducation fue creado por músicos y productores que conozco personalmente. Esas canciones fueron escritas por otras personas que no obtuvieron el crédito”. Además, Glasper cuenta que Hill imponía condiciones duras a sus colaboradores, entre otras, que no establecieran contacto visual con ella.
Lo que dice nuestra diva: A la sazón, Hill tenía un carácter endiablado, cosa que ella no se esfuerza en negar. Tampoco le cuesta justificarlo. En un comunicado publicado hoy, 28 de agosto, la música —en un largo periodo de baja actividad— Hill despacha las dudas que ha podido generar Glasper pero, sobre todo, realiza todo un ensayo sobre lo que significa ser una mujer negra, joven y en un periodo vulnerable (el fin de los Fugees) en un espacio tan “amable” como la industria musical estadounidense. ¿Que era un poco borde? Pues qué menos, rodeada de tanto c*****azo.
Así, Glasper es solo un pretexto para leer una especie de repaso a sus circunstancias por parte de Lauryn Hill, en el que desarrolla sus ideas sobre su papel en la industria, habla de los mitos que la rodean, como que es incapaz de “clavar” las canciones que publicó y por eso sus conciertos están llenas de variaciones (una chorrada como un piano de cola por parte de sus detractores), o su tendencia a hacer esperar al público —lo achaca al perfeccionismo—.
Las citas: Las dos que cierran el comunicado: “El hip-hop fue creado por personas que no necesariamente tenían la formación musical tradicional, las mejores herramientas y, en algunos casos, incluso instrumentos, pero encontraron una manera de expresarse a pesar de todo eso. Mi arte existe porque tiene una voluntad de existir, como el hip hop”.
“El álbum [The Miseducation...] inspiró a muchas personas, de todos los ámbitos de la vida, debido a su voluntad radical (intensa) de vivir y expresar amor. Aprecio a todos los que formaron parte de él, en cualquiera de sus facetas. No hubiera existido de la forma en que lo hizo sin la participación, la habilidad, el trabajo duro y el talento del grupo de artistas / músicos y técnicos que formaron parte de él, pero aún así requería mi visión, mi pasión, mi fe, mi voluntad, mi alma, mi corazón y mi historia”.
Debates: muchos. Pero uno, sobre todo dos, la autoría. ¿Se apropió Miguel Ángel del talento y la creatividad de sus aprendices? ¿Por qué entonces no decimos, la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel y un montón de peña más? Sí, ese es el nivel. Hill se curró la idea que tenía en la cabeza y para eso curró con muchísima gente, pero era su visión. Dos: ¿Estaría teniendo lugar este debate si en lugar de Lauryn Hill hablásemos de Dr. Dre o de alguno de los popes del hip hop? ¿Es que ellos no toman ideas de sus colaboradores y colaboradoras?
Equipo Hill: Sí, a nosotros también nos hizo esperar. Pero qué conciertazo, colega.